El poder liberal que quiere hacer moñona en Santander
Reunión del partido Liberal
Ayer el liberalismo, entre platos de lechona, empanadas, cervezas, vallenatos y candidatos, cerró la campaña en Bucaramanga, en medio de un concurrido bazar en el centro de la ciudad. La multitud, que también estuvo compuesta por grupos de otros partidos, fue otra muestra más de que los rojos pisan con fuerza hacia el domingo entrante.
El Partido Liberal ostenta mucho poder en Santander, desde siempre. Y en estas elecciones, el trapo rojo quiere batir en el Palacio Amarillo de la Gobernación, la Alcaldía de Bucaramanga, la de Barrancabermeja, la de Piedecuesta y la de San Gil, todos premios gordos de la disputa. Esto fuera de otras alcaldías pequeñas como Socorro, Vélez, El Carmen de Chucurí, Cimitarra y Lebrija, la Asamblea de Santander y Concejos. Para ello cuenta con un andamiaje bien armado, que incluye candidatos propios fuertes, burocracia, clanes familiares, caciques, concejales y diputados influyentes y, en algunas contiendas, el respaldo de grupos de otros partidos.
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Didier Tavera, el candidato a la Gobernación de Santander del trapo rojo, que va punteando en encuestas locales, llegó al partido Liberal después de una larga estadía en Opción Ciudadana, otrora PIN y Convergencia de antaño; como secretario de despacho del ‘parapolítico’ Hugo Aguilar, candidato a la Gobernación de esa línea y congresista entre 2010 y 2014. Su poder en el liberalismo pasa, entre otras cosas, por el respaldo que su tío Martin Tavera le ha dado a campañas del partido en años recientes. En 2014, Didier y su familia, incluyendo a su pariente político, el representante Miguel Ángel Pinto, respaldaron la candidatura de Horacio Serpa al Senado. De hecho, Pinto fue la fórmula oficial de Serpa en Santander. Pinto, por su lado, es uno de los tres representantes a la Cámara del liberalismo en Santander y en 2014 recogió 34 mil votos. Antes de ser congresista fue contralor departamental. En las locales juegan candidatos de su cuerda, como el propio Tavera o la candidata a la Alcaldía de Sabana de Torres, Sonia Sánchez, cuestionada como lo ha contado La Silla por presuntos vínculos con los paramilitares. Por su parte, los Tavera han sido cuestionados porque el papá del candidato a la Gobernación, que ya murió, fue narcotraficante, y por investigaciones penales contra el propio Didier, después de que integrantes de una banda de delincuentes del sur de Santander sostuvieron que operaban desde fincas de la propiedad de la familia. En la carrera hacia la Gobernación, Tavera recogió al candidato del Centro Democrático, Iván Aguilar (que salió de la contienda por decisión del CNE), a Opción Ciudadana, al Partido Conservador y a Cambio Radical.
El exalcalde Carlos Ibáñez, quien va punteando en las encuestas más recientes, fue el único candidato que logró consolidar la unidad del liberalismo a su alrededor. Venía de ejercer como secretario de despacho del actual gobernador, Richard Aguilar. Al partido rojo llegó como ficha del grupo del senador Jaime Durán Barrera y del representante Edgar Gómez Román, que ganaron las elecciones al Congreso en Bucaramanga en 2014. Ibáñez, fuera del liberalismo, ha aglutinado a su alrededor a la Unión Patriótica, a sectores del Centro Democrático (incluido el de la poderosa Misión Carismática Internacional), al Partido Verde (a pesar de la disidencia de la senadora Claudia López en esta decisión), al movimiento Aico, a Cambio Radical y al conservatismo.
La ficha del liberalismo en Barranca, Darío Echeverry, viene de perder las elecciones a la Alcaldía del puerto petrolero en 2011, de trabajar en el gobierno de Horacio Serpa y de una larga trayectoria en la Cámara de Comercio de la ciudad, como director ejecutivo y asesor. También fue candidato a la Alcaldía en los años 90. Ahora, de acuerdo a una fuente de adentro, cuenta con el pleno respaldo del liberalismo para ganar la Alcaldía y, según periodistas locales, es uno de los candidatos que juega más fuerte.
El liberal Danny Ramírez va punteando en encuestas locales en la carrera hacía la Alcaldía de Piedecuesta, después de perder hace cuatro años. Su poder pasa por el respaldo del propio liberalismo, del poderoso exalcalde Piedecuesta, Jorge Navas, y de Cambio Radical; principalmente del grupo en cabeza del representante vargasllerista Ciro Fernández. Además, Ramírez cuenta con el apoyo de la Alianza Social Independiente, ASI, Opción Ciudadana, el Partido Verde y el Mais. La familia del candidato ha sido contratista de la actual administración municipal en cabeza de Navas, a pesar de que Ramírez fungió allí como secretario de despacho.
Hermes Ortiz es de la línea del senador Jaime Durán y del diputado Henry Hernández, ambos oriundos de San Gil. Tanto Durán como Hernández son los líderes mayoritarios del liberalismo allá, en la capital de la provincia de Guanentá. Ortiz, que se quemó hace cuatro años, además del trapo rojo, ahora cuenta con el respaldo del viejo PIN, en cabeza de la senadora Doris Vega (la esposa del ‘parapolítico’ Luis Alberto Gil) y de Cambio Radical, en cabeza del senador vargasllerista Bernabé Celis.
Tres veces candidato presidencial, exgobernador y hoy senador, Horacio Serpa es el principal cacique del liberalismo santandereano. Su trayectoria y su influencia en las esferas nacionales, ante el gobierno y dentro del propio partido, como copresidente, le dan mucho peso. Además, entre los liberales santandereanos, fue el más votado al Senado en 2014. Su mayor apuesta es la de la Gobernación, en cabeza de Didier Tavera, quien lo respaldo en su candidatura al Senado. Serpa ha dicho que mete las manos al fuego por Tavera y por defender su candidatura se dio la pela de pelear con el súper poderoso empresario de los medios, dueño de Vanguardia Liberal, Alejandro Galvis Ramírez. Galvis criticó que se le diera el aval al hijo de un narcotraficante (Tavera es hijo de Ernesto Tavera, un fallecido narco de la cordillera oriental).
El exalcalde de Bucaramanga y exsenador encabeza la lista cerrada del liberalismo a la Asamblea de Santander. Galvis, aunque se quemó en 2014 en las elecciones de Congreso, tiene a su favor la influencia entre los concejales rojos de Bucaramanga después de su paso por la administración de la capital. De hecho, durante gran parte del año sonó como candidato a la Alcaldía pero sus diferencias con el grupo del senador Jaime Durán no lo dejaron llegar. Terminó liderando la lista cerrada a la Asamblea, que en la práctica significa una curul fija pues el liberalismo actualmente cuenta con seis puestos en esa corporación y esperan, a lo menos, repetir la cuota.
El exgobernador y ex representante a la Cámara es uno de los directivos de la campaña liberal a la Alcaldía de Bucaramanga. Gómez Villamizar, aunque se quemó en la disputa electoral hacia la Cámara de Representantes el año pasado, sacó más de 25 mil votos y todavía ejerce influencia en el partido a nivel local. Dentro de las huestes liberales, el exgobernador es cercano a Honorio Galvis y a Horacio Serpa. En parte del último cuatrienio, su esposa, Martha Jimenez, trabajó en la Alcaldía de Bucaramanga con Lucho Bohórquez.
Jaime Durán es, junto a Horacio Serpa, uno de los súper poderosos del liberalismo en Santander y, con 38 mil votos en 2014, el segundo senador rojo del departamento después de Serpa. Exalcalde de San Gil, otrora militante de Convergencia Ciudadana y congresista rojo desde 2006, sus tentáculos de poder durante el último cuatrienio alcanzaron no sólo la Alcaldía de Bucaramanga –al fin y al cabo en cabeza de un liberal–, sino también la Gobernación de Santander en cabeza de Richard Aguilar. Allá, su línea mantuvo cuotas en cargos clave como la Secretaría del Interior, a través del hoy candidato a la Alcaldía Carlos Ibáñez, la exsecretaria Luz Helena Saavedra y el exsecretario Ignacio Vega. Dentro del liberalismo, entre sus aliados clave, están el exrepresentante Mario Suárez, el representante Edgar Gómez Román, la candidata al Concejo y diputada Yolanda Blanco y el diputado Henry Hernández. Hernández, como Durán, es oriundo de San Gil y dicha región es su bastión electoral.
Representante, exsenador y ficha del viejo PIN hasta hace unos años, Gómez Román fue la fórmula del senador Jaime Durán en 2014 y con 42 mil votos lideró la lista roja a la Cámara. Es uno de los pesos pesados del liberalismo en Santander por su condición de congresista y el segundo al mando del grupo del senador Durán que logró imponer a uno de su cuerda, a Carlos Ibáñez, como candidato a la Alcaldía de Bucaramanga. Su esposa, Amelia Contreras Agudelo, está en el séptimo renglón de la lista roja a la Asamblea.
La lista liberal al Concejo de Bucaramanga recogió 64.437 votos en 2011, de lejos la más votada, y es uno de los factores clave de poder en la lucha por la Alcaldía de la capital y la Gobernación, ya que la ciudad representa un cuarto de los votos para elegir gobernador. Los siete concejales rojos en ejercicio ostentan mucho poder por la influencia que ejercen en lo que conocen como “barrios cerrados”, que son feudos territoriales dentro de las comunas del municipio donde casi nadie les compite por votos. Muchas veces los concejales son de allí y mantienen un dominio histórico entre los líderes locales o tienen una gestión que mostrar, como la legalización de barrios precarios. A este control se suman feudos burocráticos, por la inherencia que ejercen en la contratación de una Secretaría o un Instituto Municipal. Durante la campaña, gran parte de las reuniones concurridas, a las que asisten los candidatos rojos a la Alcaldía y a la Gobernación, son organizadas por las maquinarias de los concejales.
Los Arenas juegan en estas elecciones con el diputado Camilo Arenas Valdivieso, hijo del exgobernador y excongresista – que también alcanzó a militar en el viejo PIN – Miguel de Jesús Arenas Prada. Fuera del poder de su papá y del suyo propio, el diputado es pariente político de la familia Pinto (otra distinta a la del representante Miguel Angel Pinto). Su suegro es el excongresista Alfonso Pinto Afanador, uno de los empresarios poderosos del transporte en Bucaramanga, hermano del técnico de fútbol Jorge Luis Pinto, y de la exsenadora Yolanda Pinto, viuda del exgobernador de Antioquia Guillermo Gaviria. Yolanda Pinto, como Arenas Valdivieso, está en la lista cerrada a la Asamblea pero en un renglón que realmente es de relleno.
La familia Rueda Domínguez cuenta con un caudal electoral importante, dado la trayectoria política de Elisa Domínguez de Rueda, conocida como mamá Elisa, quien fue dos veces concejal de Bucaramanga, seis veces diputada del departamento y candidata a la Cámara de Representantes en 2010. Le dio continuidad a su legado en la Asamblea de Santander a través de sus hijos, Luis Giovanni Rueda Domínguez, electo diputado en 2007 y Fernán Gabriel Rueda Domínguez actualmente diputado y quien aspira a repetir curul. Este clan es cercano al exalcalde Honorio Galvis y a varios concejales liberales de Bucaramanga, como Sonia Navas, Uriel Ortiz y Nancy Lora de Rueda. El fortín de este grupo es la capital santandereana.
Morales fue funcionario de la gobernación de Santander y de la Alcaldía de Bucaramanga en los 90, después saltó al Concejo de la capital por muchos años y finalmente a la Asamblea de Santander desde 2008. Es cercano al exalcalde Honorio Galvis y al exgobernador Jorge Gómez Villamizar. Sonó como precandidato a la Alcaldía de Bucaramanga en 2011 pero terminó repitiendo en la Asamblea y fue la votación más alta en esos comicios (41.279 votos).
Aunque Fredy Anaya es congresista del viejo PIN, hace cuatro años respaldó la candidatura del liberalismo a la Alcaldía de Bucaramanga y allí todavía mantiene burocracia y poder, en la Secretaría de Planeación y la Secretaría de Infraestructura. En la capital, oficialmente, su partido está jugando en favor de Jhan Carlos Alvernia (de La U) pero la línea de Fredy –como lo contó La Silla– es más cercana a Carlos Ibáñez. Su candidato al Concejo por el viejo PIN, Darío Vásquez, le hizo campaña a Ibáñez y uno de sus amigos poderosos, el exrector de las Unidades Tecnológicas de Santander, Óscar Omar Orozco, es asesor de la campaña roja. Además, Fredy, ahí sí con su partido, está de frente con Didier Tavera a la Gobernación y su aliado político de hace años, el exsecretario de Planeación de la capital, Mauricio Mejía, es el gerente de la campaña de Tavera.
Uno de los bastiones liberales en Santander es la Alcaldía de Bucaramanga. El poder burocrático y los cientos de contratos de prestación de servicios que manejan las secretarías y los institutos descentralizados, alimentan la maquinaria de los concejales rojos y las campañas del partido a la misma Alcaldía y a la Gobernación, como lo ha contado La Silla Santandereana.
El poderoso exsenador Luis Alberto Gil , condenado por ‘parapolítica’, y su esposa, la senadora Doris Vegas, se la jugaron en estas elecciones por el liberal Didier Tavera a la Gobernación. Gil y Vega, que manejan el partido Opción Ciudadana (el viejo PIN), adhirieron pública y oficialmente a Tavera y le han hecho campaña. Es decir, que si el liberalismo recupera el Palacio Amarillo, Gil y su grupo también saldrán triunfantes. Además, Opción apoya a la ficha liberal por la Alcaldía de San Gil.
Como única congresista del Partido Conservador en Santander, Lina Barrera y su esposo, el excongresista y condenado por la ‘yidispolítica’, Iván Díaz Mateus, guiaron a los azules desde el inicio de la contienda electoral regional hacia las huestes liberales; por acuerdo su partido respalda a Carlos Ibáñez a la Alcaldía de Bucaramanga y a Didier Tavera a la Gobernación. Así mismo, Edgar Higinio Villabona, su candidato a la Alcaldía de Floridablanca, el municipio santandereano que tradicionalmente ha sido administrado por conservadores, cuenta con el respaldo del Partido Liberal (aunque Tavera también le alza el brazo al rival de Villabona, Héctor Mantilla).
Los vargaslleristas de Cambio Radical, aunque se enfrentan con los rojos en Barrancabermeja, están compartiendo causa con el liberalismo en varios frentes: en la Gobernación apoyan a Didier Tavera, por la Alcaldía de la capital a Carlos Ibáñez y en San Gil a Hermes Ortiz.
Con la decisión del CNE de revocar la candidatura a la Gobernación de Iván Aguilar por el Centro Democrático y la libertad que el partido le dio a sus militantes, el sector uribista que ya se había ido a las toldas rojas para apoyar a Didier Tavera, en cabeza de Néstor Díaz Barrera, resultó robustecido con el mismo excandidato, quien adhirió a la campaña de Tavera y está haciendo correría por el departamento en su nombre. Además, con la reciente anulación de la credencial de Johanna Chávez como Representante a la Cámara por Santander, su sucesor, Marcos Díaz Barrera, queda como único congresista de Centro Democrático en el departamento y su apoyo también es para la campaña roja. Además, un sector del Centro Democrático, que incluye tanto a los Díaz como a los Chávez, apoya al liberalismo en la carrera hacía la Alcaldía de Bucaramanga.