La promesa de golpear al clientelismo en Bucaramanga está en entredicho

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La administración de Juan Carlos Cárdenas ya rompió su promesa de contratar por un mecanismo meritocrático y ya hay ruidos frente a la forma en que vincula personal. 

Una de las banderas de campaña del alcalde Juan Carlos Cárdenas y de su entonces padrino, el exalcalde Rodolfo Hernández, fue la contratación de personal bajo un criterio únicamente meritocrático y no por referencias personales o palancas para acabar con las prácticas clientelistas que reinaron muchos años en Bucaramanga. 

Sin embargo, tras el fracaso de su programa Ocupadoor, una plataforma de empleo que lanzó sin que estuviera completamente desarrollada, casi un año después de su llegada la contratación por prestación de servicios no está estandarizada y cada secretario pone sus propios requisitos para conformar su equipo. 

Eso, que en todo caso funciona así en la mayoría de administraciones, ha sido gran motivo de críticas hacia Cárdenas en redes sociales, incluso por parte de Hernández que desde hace meses está haciéndole oposición, justamente por supuestamente estar incumpliendo lo que prometió. 

La situación, según nos dijeron un funcionario de la Alcaldía y dos concejales, le estaría abriendo la puerta a la práctica del recomendado que se había abolido en la administración de Rodolfo Hernández, línea que Cárdenas prometió mantener.

Ocupadoor, un tiro al aire

Hace dos días, Cárdenas hizo un evento para presentar el plan de reactivación económica de la ciudad. En realidad, fue el lanzamiento de una comisión de trabajo entre la Alcaldía, gremios y academia para empezar a construir ese plan de reactivación. 

Ese anuncio es uno de varios que ha hecho la administración de Juan Carlos Cárdenas antes de materializarlo. Pero sin duda, el que le ha costado más críticas ha sido Ocupadoor, un programa que pretendía ser un banco de hojas de vida disponible para las necesidades de contratación de los secretarios. 

Cárdenas sacó la publicidad del programa los primeros días de marzo, con videos en los que él mismo lo promocionaba. En ese momento, la Alcaldía buscaba perfiles para 241 vacantes y para abril, había recibido más de 14 mil hojas de vida. 

Sin embargo, tal y como nos explicó el secretario administrativo, César Castellanos, encargado de la contratación de personal para tareas de funcionamiento, la plataforma nunca terminó su proceso de desarrollo, por lo que no es más que una gran base de datos sin un mecanismo que filtre los perfiles. 

Es decir, cuando Cárdenas la lanzó, apenas había un cascarón. 

A principios de mayo, la Contraloría municipal hizo una auditoría exprés a la oficina TIC. Esa oficina dijo que el programa había sido suspendido por la pandemia. 

No obstante, no fue sino hasta junio, un mes después, que la Alcaldía lo hizo público. 

Luego de eso, se crecieron las críticas en redes sociales reprochandole al Alcalde que ese era uno de sus mayores compromisos de continuidad de la administración de Hernández.

Justamente fue en el periodo pasado que la Alcaldía implementó por primera vez un banco de hojas de vida llamado ‘Tu talento es lo que vale’. Para 2019, último año de Rodolfo, no estaba funcionando porque la página colapsó pero en 2017 sirvió para contratar a 235 personas de las 847 que cumplían los requisitos para ser contratados.

Por eso, las expectativas con Ocupadoor eran altas. 

 

Las críticas

Las críticas hacia Cárdenas empeoraron luego de que en Twitter denunciaran que las novias de gente de confianza del Alcalde, como el líder del equipo de comunicaciones, Diego Gallardo, o de su jefe de prensa, Daniel Valencia, trabajan en la administración. 

También que algunos perfiles tienen rangos salariales que no corresponden con su hoja de vida, como es el caso de Gallardo que no tiene título profesional y gana aproximadamente 4 millones mensuales. 

En medio de esos ruidos, en los últimos meses han crecido rumores tanto en el Concejo como en la Alcaldía, entorno a la entrada de perfiles de recomendados por concejales. 

Y eso es importante porque aunque la representación política no es ilegal, sí lo es el tráfico de influencias.

Antes de la administración de Rodolfo Hernández, las secretarías en la Alcaldía de Bucaramanga estaban parceladas entre los concejales que conformaban las mayorías, al punto de que eran ellos los verdaderos jefes de los contratistas de una u otra dependencia y tenían influencia directa sobre muchas decisiones internas. 

Eso fue lo que abolió Hernández, incluso en medio de una cacería de brujas, rastreando los nexos de contratistas con políticos tradicionales en la Alcaldía. 

Un primer hecho ocurrido hace un par de semanas encendió los rumores. Una fuente de la administración actual nos contó que durante un proceso de selección de hojas de vida en una Secretaría (que no revelamos por no exponer la fuente), desde el despacho del Alcalde enviaron algunos perfiles. Y al preguntarle a uno de los entrevistados cómo había llegado su hoja de vida hasta ahí, esa persona respondió: “me referenció mi concejal Fabián Oviedo”. 

El concejal Oviedo, de Cambio Radical, nos negó que tuviera recomendados trabajando o que enviara hojas de vida para ser contratados. 

También les preguntamos a cinco concejales al respecto y aunque dos nos dijeron que no era cierto, tres respondieron que tenían sospechas de que sí estaba ocurriendo. 

Dos de ellos, en concreto, mencionaron que la conexión entre los concejales y la Alcaldía para temas como la burocracia, es la secretaria de Hacienda, Saharay Rojas. 

“Ella tiene poder detrás de la bancada mayoritaria, defienden lo que ella defiende y le aplauden todo”, nos dijo uno de ellos. 

La bancada mayoritaria está compuesta por 11 concejales de partidos tradicionales (Cambio Radical, Liberal y Conservador) más uno de la ASI, uno de un movimiento por firmas que promovió el clan de los Tavera y uno del Partido Verde. Si bien la mayoría son nuevos, casi todos representan casas políticas tradicionales de la ciudad. 

Esa bancada, que si bien en su mayoría no hizo campaña con Cárdenas, mantiene buenas relaciones con él  y salvo el escándalo por carne de burro en el PAE, no ha promovido más debates de control político visibles. En todo caso, su actitud frente al Alcalde nunca ha sido de confrontación. 

Frente a la relación que tienen con la secretaria Rojas, tres de concejales nos dijeron que no iba más allá de consultas frente a temas de su cartera y dos de ellos sí nos dijeron que Rojas es la secretaria con la que mantienen comunicación más abierta de la administración. 

La secretaria nos dijo que en efecto hay buena comunicación pero que así es con toda la ciudadanía y que no es cierto que ella sea el puente entre los concejales y la Alcaldía para burocracia. 

Ayer Rojas presentó su más reciente informe de gestión ante el Concejo. Dos de las concejales de minorías y avaladas por la Liga (el movimiento de el exalcalde Hernández), Luisa Ballesteros y Marina Arévalo, le pidieron explicaciones por el aumento de contratación por prestación de servicio en su cartera durante los últimos tres meses, pues según el informe de la secretaría administrativa, pasó de 90 contratos hasta el trimestre pasado a 148 en este. 

La secretaria dijo que no había incremento de personal sino que era la renovación de contratos de los que ya venían trabajando, incluso, desde la administración pasada, y que en realidad solo había contratado 10 personas nuevas. 

La Silla revisó las prestaciones de servicio de la Secretaría desde mitad de año hasta la fecha y aunque en efecto la mayoría de su equipo trabaja en esa dependencia desde principio de año o incluso desde la administración pasada, hay más de 10 personas nuevas y encontramos un patrón entre algunos de los perfiles recién contratados.

Según la hoja de vida que registraron en Función Pública, el último trabajo de cinco de los nuevos contratistas fue el año pasado en la Contraloría Municipal. Como contamos en esta historia, esa entidad fue la trinchera de la burocracia de los concejales tradicionales que se quedaron sin participación en la administración de Hernández. 

Además, encontramos que al menos dos de ellos acompañaron la campaña de dos concejales del bloque mayoritario. 

Otro de los perfiles nuevos, aunque no viene de trabajar en la Contraloría, sí trabajó en los primeros meses de este año en el Concejo, y le hizo campaña a uno de los concejales mayoritarios. 

Le preguntamos a la secretaria de Hacienda sobre las conexiones de esos contratistas con fortines políticos y campañas y nos dijo que no había recomendaciones de concejales y que en su proceso de selección, se limitaba a verificar la idoneidad de la hoja de vida para el cargo, en las entrevistas indagaba por sus conocimientos y no reparaba en sus relaciones políticas. 

“Aquí no ha sido una referencia del alcalde ‘oiga usted, secretaria, no puede contratar a ninguna persona que haya votado por un concejal’, no. Yo ni siquiera les pregunto por quién votaron. La campaña pasó (...) no tengo ni idea si hizo campaña o si no hizo, ni quiero saberlo tampoco. No creo que a la hora de seleccionar las personas esa sea una referencia”, dijo. 

En cuanto al hecho de que cinco vengan de trabajar en la Contraloría, la secretaria dijo que ella no sabía que ese era un fortín político y que la experiencia en la Contraloría es muy provechosa en su secretaria porque justamente ese ente de control está auditándolos constantemente. 

En todo caso, lo que está claro es que la falta del proceso de selección objetiva que prometió a través del programa Ocupadoor, le puede costar a Cárdenas su credibilidad en lo que tiene que ver con la renovación de las prácticas políticas antiguas, en las que la clientela reinaba en la Alcaldía. 

 

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