Clara Leticia Rojas González, actualmente representante del Partido Liberal por Bogotá, es una política y líder de víctimas bogotana que estuvo seis años secuestrada por las Farc.
Rojas -que se graduó del Colegio Hijas de Cristo Rey bogotano- es abogada de la Universidad del Rosario. Arrancó su carrera en el sector público en Planeación Nacional, cuando lo dirigía Armando Montenegro, al mando de los temas de inversión extranjera y colombianos en el exterior.
De ahí saltó al Ministerio de Comercio Exterior, que dirigía Juan Manuel Santos, para trabajar en la subdirección de servicios y tecnología. Allí se hizo amiga de Ingrid Betancourt, quien era asesora de Santos y con quien trabajaría durante la siguiente década.
Cuando Betancourt se lanzó en 1994 a la Cámara de Representantes en Bogotá con los liberales, Rojas se convirtió en su mano derecha: fue su segundo renglón, jefa de debate y coordinó toda la campaña. Al final sacaron 15.800 votos y fue uno de los palos en las elecciones.
Rojas se dio a conocer nacionalmente cuando fue secuestrada por las Farc el 23 de febrero de 2002, mientras viajaba con Betancourt -entonces candidata presidencial- en la carretera entre Florencia y San Vicente del Caguán. Hasta ese momento Rojas era jefe de debate de Betancourt, pero tras el secuestro de ambas el partido Verde Oxígeno decidió inscribirla como fórmula vicepresidencial, con el ánimo de darle mayor visibilidad al caso.
Durante el cautiverio tuvo un hijo llamado Emmanuel, del que fue separado por más de seis meses y con quien solo se reunió tras ser liberada por esa guerrilla el 10 de enero de 2008, al tiempo que la congresista huilense Consuelo González de Perdomo y tras la mediación del presidente venezolano Hugo Chávez.
Dos años después de ser liberada se lanzó como candidata liberal al Senado, pero se quemó con 6 mil votos. Se dedicó entonces a escribir sus memorias sobre el secuestro y en 2012 llegó a dirigir la Fundación País Libre, la ONG que monitorea el secuestro y que fundó Pacho Santos -también ex secuestrado- en 1991.
En 2014 Rojas volvió al tarjetón, esta vez como cabeza de la lista liberal a la Cámara en Bogotá, y salió elegida con 22 mil votos.
Cuando recién se había posesionado Rojas como congresista y justo en el momento en que se estaba negociando en La Habana el punto sobre las víctimas, las Farc publicaron una carta en la que cuestionaron su condición de víctima y argumentaron que ella “tanto insistió que terminó quedándose” secuestrada. Esa carta motivó que Rojas -que es favorable al proceso de paz aunque con fuertes críticas a esa guerrilla- renunciara a la Comisión de Paz del Congreso y motivó una dura respuesta del Gobierno y de su equipo negociador en La Habana.