Viviane Morales Hoyos nació el 17 de marzo de 1962 y es abogada de la Universidad del Rosario con una maestría en derecho público de la Universidad de París II.
Su trayectoria empezó en el ejecutivo, pues fue secretaria general y asesora del Ministerio de Desarrollo en 1988 y luego, debido a su interés por los asuntos públicos y su formación evangélica, se fue como asesora del constituyente Jaime Ortiz Hurtado, de la Unión Cristiana, en la Asamblea Nacional Constituyente. Según contó Gustavo Álvarez Gardeazábal, Morales es evangélica desde su adolesencia.
En la Unión Cristiana, partido evangélico, estaba el conocido pastor de la Igelsia Casa sobre la Roca, Darío Silva Silva, y fue uno de los palos de las elecciones a la constituyente pues tuvo la sexta votación en el país.
En 1991 decisión de dar el salto a la política. Se lanzó por la Unión Cristiana como cabeza de lista a la Cámara. Salió elegida, de nuevo con los votos cristianos que en ese entonces eran una novedad en la política. Una vez en el Congreso, logró aliarse con los liberales para entrar a la Comisión Primera, la que más protagonismo tiene, en una reñida votación.
Morales participó en la discusión de asuntos clave para su partido, como la Ley de Libertad Religiosa, pero también tuvo sonadas diferencias con sus compañeros de partido, especialmente el senador Fernando Mendoza. Sumado a su cercanía cada vez mayor con algunos de los miembros de la bancada liberal, Morales fue dando un giro político.
Para las elecciones de 1994 se lanzó a la reelección, aún como cristiana pero en llave con el político liberal Alfonso Gómez Méndez. Morales se metió en un debate cuando recomendó a sus amigos votar por Ernesto Samper (a quien acompañaba en su campaña, como la gran mayoría de los políticos cristianos) a la presidencia, pues abrió la discusión sobre la relación entre religión y política. Y logró repetir curul.
Como representante formó parte del grupo llamado Alianza por Colombia, que agrupaba a los congresistas no liberales que apoyaban a Samper. Sonó para ser uno de los representantes investigadores de Samper en la investigación de la Cámara para definir si acusaba al presidente ante el Senado por el proceso 8.000. Finalmente no fue investigadora pero sí una tenaz defensora de Samper, quien terminó no siendo procesado pues la Cámara precluyó la investigación. En esa ocasión aunque Morales votó por la preclusión, aclaró que pedía que se le hiciar un juicio político y no penal, lo que finalmente nunca ocurrió.
Y Morales se siguió acercando al liberalismo: fue uno de los cinco directores adjuntos de ese partido en 1998, cuando decidió saltar al Senado por el movimiento cristiano Movimiento Independiente Frente de Esperanza. Con 41 mil votos, y mientras algunos comentaristas no sabían si ubicarla como liberal o como cristiana (era las dos cosas), llegó al Senado.
Además, siguió sonando porque entuteló una decisión de la Corte Suprema de investigar por posible prevaricato a los 109 representantes (incluída ella misma), que votaron a favor de no acusar a Samper. Esa tutela llegó hasta la Corte Constitucional que, en una debatida pero muy estudiada decisión de Carlos Gaviria, que protegió la inmunidad parlamentaria. Morales argumentaba que los congresistas no tenían por qué responder ante la justicia por sus opiniones o votos en ejercicio de sus funciones. Al menos no en este caso, donde no había indicios de que los congresistas hubieran recibido dádivas a cambio de su voto. Y ganó la pelea en la Corte sentando un importante precedente.
Como congresista, Morales avanzó la agenda de las mujeres en el Congreso. Impulsó políticas en favor de la mujer cabeza de familia, fue autora de la Ley de Cuotas que obliga a la administración a tener un 30 por ciento de mujeres en los cargos. También sacó adelante la Ley Estatutaria de Libertad Religiosa.
En el Senado fue clave para que se hundiera una reforma política del gobierno de Pastrana y luego aspiró a la Presidencia del Senado en 1999 por el liberalismo 'oficialista' que era la oposición en el Congreso, enfrentada con el también liberal Miguel Pinedo, quien estaba del lado del gobierno de Pastrana. Finalmente fue derrotada.
En 2000 volvió a la Dirección Liberal y se casó con Carlos Alonso Lucio. En ese entonces se dijo que había adherido a la campaña al Concejo de Bogotá de Carlos Bula, cercano a Lucio y, como éste en ese entonces, hombre de izquierda, pero esa adhesión no es cierta. Esa información llamó la atención en su momento porque parecía un movimiento por influencia de Lucio, y porque a la alcaldía varios de los seguidores de Morales apoyaban a María Emma Mejía, la candidata liberal. SIn embargo, Morales no apoyó ni a Bula ni a Mejía.
En 2001 presentó un polémico proyecto de despenalización de las drogas, y en 2002 decidió no buscar la reelección, pues acababa de sufrir el problema de salud. Pero no por eso desapareció su nombre de la esfera pública: en 2003 sonó para secretaria general del partido Liberal de la mano de Piedad Córdoba y para ser Defensora del Pueblo ante la renuncia de Eduardo Cifuentes; en 2004 sonó para ser ternada a la Corte Constitucional en reemplazo de Eduardo Montealegre;
En 2006 defintivamente regresó a la política, pues se lanzó al Senado con el Partido Liberal. Pero los tiempos habían cambiado y se quemó con 7.300 votos.
En 2007 el entonces presidente Álvaro Uribe la metió en la Comisión de Notables para la reforma política cuando estalló el escándalo de la parapolítica. Al ser nombrada, el representante liberal a la Cámara, Carlos Arturo Piedrahita, denunció que Viviane Morales y su familia tenían contratos con el Estado, lo que representaría un "impedimento moral y ético". Sin embargo la queja no prosperó.
También trabajó como periodista en Caracol Radio, y cuando en 2009 le preguntaron al aire si apoyaba la segunda reelección dijo que ‘no en un sistema presidencial’. Por otra parte afirmó que no regresaría al Congreso. Sin embargo, se reunió con 86 representantes para explicarles que podían votar a favor del proyecto de reelección en conciliación, a pesar de que habían sido denunciados ante la Corte Suprema por votar el referendo en Cámara sin el certificado del Consejo Nacional Electoral. Este grupo de abogados que asesoraba estaba organizado por el ministro Valencia Cossio.
Su esposo es, de nuevo y tras una separación de varios años, Carlos Alonso Lucio, ex militante del M-19, ex senador y asesor de los paramilitares en 2005 en medio del proceso de paz con el gobierno Uribe. En su paso por el Congreso, Lucio estuvo involucrado en un escándalo por haber visitado en la cárcel a los narcotraficantes Rodríguez Orejuela y al tiempo haber promovido una modificación al Código Penal que permitía que los narcos pagaran sus penas en la casa. Además, un testigo lo asoció con alias 'Chupeta'. También tuvo en su contra una medida de aseguramiento por estafa y falsa denuncia, que luego le precluyeron. Lucio ya no tiene investigaciones abiertas en su contra, y está alejado de la vida política. Morales se divorció de él, pero volvieron a estar juntos después de su elección como Fiscal.
Morales fue ternada para la Fiscalía por Juan Manuel Santos, junto con Carlos Gustavo Arrieta y Juan Carlos Esguerra. Su elección, muy discutida porque la Corte Suprema modificó su interpretación de su reglamento para destrabar la elección de cinco magistrados y del fiscal general, se cayó por ese motivo el 28 de febrero de 2012. El Consejo de Estado consideró que la Corte Suprema no respetó su reglamento interno al permitir que Morales fuera elegida con apenas 14 votos.
Como Fiscal tomó decisiones muy sonadas políticamente, como la de solicitar órdenes de captura contra Andrés Felipe Arias, Bernardo Moreno y Luis Carlos Restrepo por actuaciones cuando eran altos funcionarios del gobierno de Uribe. Eso le valió la animadversión del uribismo. También fue objeto de aplausos y de criticas por la manera en que la Fiscalía desarrolló las investigaciones por el 'cartel de la contratación' y por las penas a las que se han visto expuestos contratistas que han aceptado su culpa, como los primos Nule o Julio Gómez.
En una rueda de prensa el 2 de marzo de 2012, la Fiscal renunció a su cargo a 15 días de que se diera por terminado su período luego del fallo que anuló su elección. Con esto surgió de nuevo la incertidumbre sobre quién la reemplazaría en este cargo. El presidente Santos postuló una nueva terna compuesta por Eduardo Montealegre, María Luisa Mesa y Mónica de Greiff, y el 22 de marzo la Corte Suprema escogió a Montealegre.
En 2014 decidió volver a la política electoral, obteniendo 54 mil votos y una curul en el Senado por el Partido Liberal. En septiembre de 2017 Morales vio frustrada su aspiración a la presidencia debido al manifiesto liberal que debían firmar los candidatos que quisieran participar en la consulta, ella, decidió no firmarlo debido a que 3 de los puntos allí consagrados se oponían a sus ideologías: Las convicciones religiosas no pueden interferir en las decisiones políticas, se debe apoyar la implementación de los acuerdos de paz y además se deben defender las sentencias en pro de las minorias sexuales, ante estos hechos, Morales expresó que la modificación del manifiesto había sido una jugada del partido para frustar su candidatura.
En 2018 renunció al Congreso y al Partido Liberal y lanzó una lista propia al Senado bajo las banderas del partido Somos (antes Alas Equipo Colombia) para las elecciones al Congreso y con ese partido se inscribió como candidata presidencial. En las elecciones de marzo al Congreso su lista no obtuvo curules.
Luego de denunciar que no tuvo garantías para hacer su campaña, Morales renunció a su aspiración en abril de 2018 y adhirió a la campaña del uribista Iván Duque.
Duque, en agradecimiento, la nombró embajadora de Colombia en Francia al arrancar su mandato presidencial.