Fernando Lonoño Hoyos nació en Manizales, en un hogar fuertemente conservador. Su padre, Fernando Londoño y Londoño, era un líder conservador de ala más dura del conservatismo de mediados del siglo XX, conocido como “Los Leopardos”.
Como su padre trabajó con varios gobiernos nacionales, primero como Canciller de Alberto lleras entre 1945 y 1946, y luego en varias embajadas y ministerios (Londoño vivió en París), Londoño terminó sus estudios de bachillerato en el tradicional colegio jesuita San Bartolomé de la Merced, y estudió derecho en la Universidad Javeriana. En esa facultad fue muy cercano al padre Giraldo, decano de la facultad.
Desarrolló una larga carrera como abogado privado, durante la cual abordó diferentes áreas del derecho, del penal al civil. Gracias a sus habilidades y sus contactos, su carrera despegó rápidamente, especialmente gracias a su designación como Superintendente de Control de Cambios en1957, cuando se acababa de graduar de la Universidad.
Pero la mayoría de su carrera fue como representante de empresas privadas, muchas veces contratistas del Estado, empezando por los dueños de las sierras del Chicó, lote que el Distrito de Bogotá declaró reserva forestal.
Londoño se dio a conocer nacionalmente como abogado defensor de Fernando Botero, el ex ministro de Defensa de Ernesto Samper, en el proceso 8.000. En 1996, cuando Botero dijo que Samper sabía del ingreso de dineros del narcotráfico a la campaña de Samper, también cambió de abogado para hacer de Londoño su defensor. Éste, quien ya era un antisamperista convencido, se convirtió en uno de los principales opositores al entonces presidente, con muy ácidas críticas.
También sonó mucho como abogado de los mexicanos de ICA, una empresa que en la primera alcaldía de Mockus se ganó un contrato para hacerle mantenimiento a toda la malla vial de Bogotá y terminó envuelta en una pelea jurídica con el Distrito. En 2000 ICA demandó al Distrito por 25 millones de dólares.
También lo fue del consorcio Metromed, que construyó el Metro de Medellín y terminó en un pleito contra el Municipio de Medellín. Metromed le reclamó 640 millones de dólares al Municipio, en un pleito compljo y enredado que incluyó una demanda penal contra el consorcio y Londoño por fraude a resolución judicial.
También fue parte de la junta directiva del Banco del Pacífico entre 1994 y 1998, años en los que ese banco entró en dificultades que llevaron a su intervención por la Superintendencia Bancaria en 1997 y su liquidación en 1999. Ese banco fue quien le prestó a Londoño el dinero para comprar las acciones de Invercolsa que luego dieron tanto de qué hablar.
Además, fue abogado de Termorío, empresa que demandó a la electrificadora del Atlántico por 60 millones de dólares, y renunció a su encargo cuando, en 2002, fue nombrado Minsitro de Interior y de Justicia.
En el sector privado había tenido cargos de importancia, como secretario general de la Federación Latinoamericana de Bancos, representante del Banco de Venezuela en Colombia en 1992 y presidente de la Asociación Nacional de Exportadores (Analdex).
Pero no dejó de incursionar en la política. En 1990 se lanzó a la Asamblea Nacional Constituyente, apoyado por la Asociación de Profesionales de Comercio Exterior y con el aval del partido Conservador, teniendo como bandera las posiciones ideológicas del partido conservador y las del liberalismo económico. Además, desde entonces se mostraba como defensor de las Fuerzas Armadas.
Finalmente no salió elegido y continuó su trabajo como abogado. Fue abogado de Juan Guillermo Ángel, sin cobrarle, en un proceso afrontó este parlamentario liberal por tráfico de influencias . Esa cercanía con Ángel se mantuvo después: fueron señalados como dos de los promotores de un paro cafetero por el subgerente de la Federación nacional de Cafeteros, en 1992.
A la vez, se convirtió en comentarista de la realidad política, en foros y otros eventos, en parte gracias a su cercanía con el Instituto de Ciencia Política. También era un conocido abogado participante en seminarios y cxconferencias, lo que le daba más prestigio como abogado. Además, fue uno de los promotores del Club El Nogal, del que ha sido miembro de junta directiva en varias ocasiones, incluyendo su inauguración en 1995.
Pero su verdadero salto a la arena política se dio en 2002, cuando el recién posesionado presidente, Álvaro Uribe Vélez, lo nombró su Ministro de Interior y Ministro de Justicia. Londoño había asesorado a Uribe en su campaña en asuntos de seguridad. Desde el primer momento, sin embargo, Londoño empezó con problemas. Un episodio de su pasado reciente lo convirtió en blanco de múltiples críticas, aún antes de asumir el cargo.
La historia es la siguiente: Ecopetrol tenía una empresa llamada Invercolsa, que manejaba algunas inversiones de la petrolera. En 1997 Ecopetrol decidió vender la empresa, pero para hacerlo tenía que ofrecerla antes a sus trabajadores. Londoño manejaba la empresa como miembro de su oficina de abogados, pero su sucesor en la dirección de Invercolsa, Enrique Ramírez, certificó que él era trabajador de la empresa. De esa manera compró el 52 por ciento de las acciones de Invercolsa a un precio preferencial, y luego las vendió.
Ese tema lo persiguió en su paso por el Ministerio, en el que estuvo hasta el 2004. Durante su ministerio se fusionaron los ministerios de Interior y de Justicia. Londoño lideró varias de las más polémicas iniciativas de Uribe, como las zonas de consolidación, el estatuto antiterrorismo y la primera ley de justicia y paz.
Pero en 2003 un fallo por el tema de Invercolsa, originado en una acción popular, le ordenó devolver las acciones de Invercolsa. Y aunque el proceso judicial continuó tras una apelación de Londoño y posteriores procesos entre él y Ecopetrol, el golpe a su imagen fue muy duro. La junta directiva de Ecopetrol siempre se opuso a su calificación como trabajador. En 2007, finalmente, un juzgado civil le ordenó devolver las acciones al Estado, lo mismo que hizo la Corte Constitucional al darle la razón a Ecopetrol en una tutela.
Pero, además, Londoño fue inhabilitado para ocupar cargos públicos por 15 años. En 2004 el entonces Procurador General Edgardo Maya tomó esa decisión porque, según la decisión, Londoño, aprovechando su cargo de ministro, intervino ante el Invías para que esta entidad le pagara una deuda a la empresa italiana Recchi, de la que él había sido apoderado. Esta decisión sacó a Londoño de la política.
Pero no del debate público. Como ex ministro se fue a trabajar a la cadena radial Súper, donde dirige el programa matutino “La Hora de la Verdad”. Antes había sido columnista de varios medios, como los diarios El Colombiano de Medellín y El País de Cali, ambos de origen conservador, como la Cadena Súper.
Desde La Hora de la verdad Londoño ha defendido sus conocidas posiciones ideológicas, como por ejemplo su férrea defensa de las Fuerzas Armadas (especialmente en casos como el del juicio del coronel Alfonso Plazas Vega) y del gobierno del presidente Uribe. Recientemente ha hecho fuertes críticas al gobierno Santos, especialmente a las leyes de víctimas y de tierras, y a las movidas que avanzan hacia la paz, como el proyecto de marco legal para la paz.
El 15 de mayo de 2012 fue objeto de un atentado de muerte a través de una bomba que un sicario adhirió a su camiontea blindada. Resultó herido, al igual que más de 30 personas más; dos de sus escoltas murieron.