Miguel Gómez es un delfín del Partido Conservador: es hijo del exsenador Enrique Gómez, nieto del expresidente Laureano Gómez, y sobrino de Álvaro Gómez Hurtado. Estudió en el colegio San Carlos de Bogotá, se graduó como economista en el Instituto de Estudios Políticos de París, donde también hizo una maestría en Economía Internacional y Ciencia Política. Hoy en día es candidato a doctorado del Centro de Estudios Diplomáticos y Estratégicos de París.
Miguel Gómez trabajó sobre todo en el sector económico antes de llegar a la Cámara de Representantes. Fue gerente y presidente de Asocolflores, asesor económico de Juan Manuel Santos en el Ministerio de Comercio Exterior, presidente de Bancóldex, decano de la Facultad de Economía de la Universdad del Rosario y profesor de economía en el Cesa.
Pero también pasó por cargos más políticos: con apenas 33 años David Turbay Turbay lo nombró Vicecontralor General de la República en 1994. Estuvo en el cargo hasta principios de 1996, cuando renunció en medio de la crisis por el Proceso 8.000. Su jefe David Turbay terminó condenado por el Proceso 8.000, y Gómez buscó recoger las banderas del alvarismo para las elecciones de 1998, pero finalmente no se lanzó.
Pasó a reemplazar a María Isabel Patiño en Asocolflores, e hizo parte del Consejo Gremial cuyo presidente era Juan Manuel Ospina. A medida que se acercaban las elecciones de 1998 Gómez se fue acercando a Andrés Pastrana, candidato conservador, hasta el punto de que sonó como posible ministro de Comercio Exterior de Pastrana, en parte como representante del ala conservadora que habían liderado su abuelo Laureano y su tío Álvaro. Al final, Pastrana lo nombró presidente del Banco de Comercio Exterior, Bancóldex.
Estuvo en Bancóldex hasta finales de 2002, cuando Álvaro Uribe lo nombró embajador en París en reemplazo de Marta Lucía Ramírez. Gómez estuvo tres años como embajador, hasta que decidió renunciar a mediados de 2006, y rápidamente fue nombrado director de la Cámara de Comercio Colombo Americana, en Bogotá. En ese momento también sonaba para reemplazar a Jorge Humberto Botero en el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
Para las elecciones legislativas de 2010 Santos le ofreció a Gómez ser la cabeza de lista a la Cámara en Bogotá por el Partido de La U, después de que el excomisionado de paz Luis Carlos Restrepo renunció a esta aspiración. Gómez, quien tenía como credenciales su trayectoria en comercio exterior, su cercanía con Uribe y su tradición familiar estrictamente conservadora, obtuvo 44 mil votos y entonces se convirtió en el vocero de su partido desde la Comisión Primera de la Cámara.
Por sus posturas conservadoras, es el representante que muchos jóvenes azules les gustaría tener como vocero de su partido en Bogotá. En campaña admitió que no acompañaría una propuesta a favor de la adopción y matrimonio de las parejas homosexuales, la legalización del aborto o la repartición gratis de la píldora del día de después. También apoyó la propuesta del director del Partido Conservador José Darío Salazar que buscaba acabar con la legalización del aborto en los tres casos excepcionales en los que lo permitió la Corte.
Gómez es muy cercano a las Fuerzas Militares. Su familia fundó el colectivo de abogados ‘Álvaro Gómez Hurtado’, “que se funda para defender a los militares que han sido injustamente acusados, cuando ellos han luchado contra las Farc”, explicó Gómez a La Silla Vacía. Su papá es uno de los fundadores de Causa Justa, la ONG creada para defender a los funcionarios del gobierno de Uribe que terminaron investigados.
Desde que entró a la Cámara de Representantes ha sido crítico de varios proyectos del gobierno como la Ley de Víctimas y Restitución de tierras, pero también defendió el fuero militar en la Reforma a la Justicia. En 2011, tuvo que salir con su familia fuera del país por amenazas en su contra.
En 2013, se convirtió en el principal adalid de la iniciativa para revocar a Gustavo Petro en Bogotá, que finalmente no cristalizó.
En 2015, sonó como posible candidato uribista a la alcaldía y al Concejo de Bogotá, lo que tampoco ocurrió.
A fines de 2017 regresó a la política: de forma sorpresiva fue designado cabeza de la lista conservadora al Senado para las elecciones de 2018, como parte del giro de ese partido para elegirse del gobierno de Juan Manuel Santos, del que Gómez fue muy crítico, para acercarse al uribismo.
Se quemó con 44.200 votos.
En febrero de 2020, la Junta Directiva del gremio de las aseguradoras, Fasecolda, lo nombró presidente ejecutivo, un cargo en el que reemplazó a Jorge Humberto Botero.