Ayer Germán Vargas Lleras llegó a Santander por primera vez desde que formalizó su aspiración presidencial y le hizo un desplante al clan Aguilar, grupo al que sumó el año pasado dentro de su baraja de aliados cuestionados.
Vargas Lleras dejó a los Aguilar vestidos y alborotados
A Richard Aguilar le tocó conformarse con la presencia de Jorge Enrique Vélez, director de Cambio en el escenario.
Desde que Germán Vargas Lleras inició su gira presidencial ha ido llenando plazas y auditorios con la maquinaria que le han movido los controvertidos aliados que sumó el año pasado para apalancar su aspiración presidencial.
Mientras que en Sucre le alzó los brazos a Juliana Escalante la heredera de Álvaro ‘el Gordo’ García, condenado a 40 años de cárcel por ser el autor intelectual de una masacre paramilitar; en el Cesar se tomó fotos con Cielo Gnecco Cerchar, la matrona del controvertido clan que tiene a varios de sus integrantes condenados o investigados por corrupción.
Sin embargo, en Santander, donde el clan del exgobernador condenado por parapolítica, Hugo Aguilar, era uno de los grandes anfitriones y el que más había generado expectativa sobre su llegada, Vargas Lleras les hizo un desplante y no se apareció en la reunión que le organizaron en Cenfer, el centro de eventos y exposiciones de Bucaramanga.
La plantada fue estruendosa para los Aguilar por varias razones.
La primera porque esta era la primera vez que le mostraban su fuerza electoral en vivo a Vargas, y para eso trajeron buses desde Girón (municipio que será su fortín), movieron a sus líderes del área metropolitana, y hasta llevaron migrantes venezolanos para llenar el auditorio.
La segunda porque el exvicepresidente sí se apareció en la reunión que le armaron Bernabé Celis y Ciro Fernández en el auditorio de La Panamericana, y según nos lo confirmaron cuatro fuentes de adentro del partido, si hubiera querido llegar a Cenfer hubiera tenido el tiempo suficiente para hacerlo.
Y la tercera porque esa era la presentación formal en sociedad de su alianza y, además de que los Aguilar asistieron con toda su comitiva, la idea era que Richard Aguilar, el candidato al Senado de esa casa, se tomara la foto con Vargas alzándole los brazos.
Sobre las razones para que el candidato no llegara a la reunión, seis personas -cuatro de adentro de Cambio y dos que conocen cómo se mueve el partido-, le dijeron a La Silla que estaban circulando dos versiones con fuerza.
Una de ellas, que nos dieron tres de esas fuentes, es que el factor determinante estuvo en que Hugo Aguilar apareció de frente en el evento y Vargas, si bien se ha reunido en público con herederos de cuestionados, desde que está formalmente en campaña no ha posado en pie de igualdad con ninguno de los condenados en persona, algo que le hubiera tocado hacer si se aparecía en la reunión.
Por ejemplo, La Silla fue testigo de que Aguilar papá, además de que fue uno de los primeros en llegar, estuvo la mayoría del tiempo en la entrada de Cenfer esperando para recibir al candidato.
Al no ir, Vargas evitó dar el papayazo de que le tomaran una foto con parapolítico, que podría haber sido un nuevo lastre para su campaña, más después de que les hubiera dicho a los cacaos santandereanos que quería su respaldo en un almuerzo que le organizó el presidente del grupo Galvis Ramírez, dueño de Vanguardia Liberal, Alejandro Galvis Ramírez.
Y sobre todo porque más temprano Vargas había negado la posibilidad de verse con Aguilar en una entrevista en vivo con Vanguardia cuando le preguntaron por esa alianza. “Yo no sé, ni me voy a reunir con ningún coronel”, dijo.
“La campaña está arrancando todavía como para cargar con eso a las espaldas. En todas las entrevistas en adelante se lo sacarían”, dijo a La Silla una de esas fuentes.
La segunda versión tiene que ver con la salida de Johnny Peñaloza, quien era el candidato de los Aguilar, de la lista a la Cámara de Cambio.
Dos fuentes que lo saben de primera mano y que nos lo contaron por separado, nos explicaron que el acuerdo con Vargas Lleras era que los Aguilar le pusieran entre 40 mil y 50 mil votos a la lista para sacar a su Representante y de paso apalancar una Cámara más.
Pero desde que Peñaloza renunció a su aspiración porque se quedó sin plata y los Aguilar no lo quisieron financiar, esas cuentas se fueron al piso.
La Silla supo que ayer en las reuniones que sostuvo Vargas con todas las vertientes del partido en Santander, por separado, ese fue el tema de conversación.
“Todos estamos preocupados porque el problema no es solo que Peñaloza haya salido, sino que Richard está desviando votos para otros partidos”, explicó a La Silla una de esas fuentes.
Según todas las versiones que nos dieron, la percepción es que los votos que los Aguilar debían poner para la Cámara se están repartiendo entre las aspiraciones de Óscar Villamizar y Edwing Ballesteros, ambos amigos de Richard Aguilar y miembros de la lista del Centro Democrático.
En esas dos campañas le dijeron a La Silla que si bien hay líderes de Aguilar que están llegando a respaldarlos, la decisión ha sido espontánea, y responde a que Villamizar y Ballesteros en los últimos seis años fueron conocidos como del grupo de Aguilar.
“No es que los estén mandando, es que llegan solos”, dijo una de esas fuentes.
Sin embargo, en una de las campañas de Cambio la versión es que sí están direccionando los líderes hacian el uribismo, en vez de fortalecer la lista.
Cualquiera que sea la versión cierta sobre esos líderes, en el partido ven claro que Richard no está dándole línea a su gente para la Cámara, por lo que sienten que pueden tener problemas hasta para pasar el umbral regional.
“La expectativa era equiparar a Cambio Radical con el poder de los liberales y ahora por culpa de sus peleas internas el partido es el que está sufriendo”, le explicó a La Silla una de las directivas del partido. “En muchos lados su ausencia se leyó como la retaliación de Vargas por incumplir los compromisos”.
Ahora, el compromiso de los Aguilar está en poner al menos 20 mil votos para la lista, porque como Vargas Lleras dijo en la reunión que le hizo Bernabé Celis, en caso de elegirse “necesita un Congreso amigo”.
Sin embargo, por la magnitud del desplante, falta ver si eso los alinea o les pone gasolina para separarse del corazón de Cambio cuando hasta ahora estaba arrancando la alianza (algo similar a lo que pasó con Richard Aguilar cuando salió de La U porque el presidente Juan Manuel Santos lo negó y desconoció el acuerdo de darle un alto cargo en el gabinete a cambio de su apoyo para la reelección).
Sin importar si al final el motivo de la ausencia de Vargas fue la aparición del condenado exgobernador en la reunión o el castigo por la incumplida de los acuerdos para la Cámara, los Aguilar terminaron vestidos, alborotados y a la postre negados por el candidato quien, desde que sumó el respaldo del gobernador de Santander, Didier Tavera, ya no los necesita tanto como antes.