A Amazonas llegó primero el virus que la preparación médica prometida

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Hace poco más de un mes, el Gobernador anunció que arrancaría dotación de infraestructura y seguridad para el personal de salud, pero eso aún no está listo. 

Un mes largo pasó en blanco Amazonas en el mapa oficial en el que el Ministerio de Salud reporta a diario los casos de coronavirus en el país. Sin embargo, desde que el pasado viernes se informó el primer contagio, y en menos de 48 horas se supo de otros tres, la noticia de la llegada del Covid se tomó el departamento e hizo estallar una crisis cantada en el sistema de salud local.

Hoy unos 20 médicos generales y especialistas del único hospital público de Leticia, la capital, renunciaron a sus cargos denunciando que no cuentan con garantías laborales ni de seguridad para atender casos de coronavirus y que la Gobernación no ha cumplido con sus anuncios de hace un mes de construir zonas de aislamiento y dotación de elementos de bioseguridad en la institución.

Crónica de una crisis anunciada

La renuncia de los médicos del hospital San Rafael y la crisis que eso desató -dijeron que solamente se atenderán urgencias que no tengan que ver con coronavirus- se veía venir porque Amazonas no está preparado para enfrentar la emergencia.

Como contamos en esta historia, en Leticia, donde hay más 46 mil habitantes, solo hay dos hospitales, uno público y otro privado; ambos son de segundo nivel, es decir, que no tienen capacidad para atender casos complejos. 

Entre los dos suman 111 camas hospitalarias, 11 de cuidado intermedio, y sólo una de cuidados intensivos. En el San Rafael hay seis ventiladores de los que eventualmente se requieren para atender casos crónicos de coronavirus, es decir, uno por cada 8 mil habitantes.  

Por eso cuando hay pacientes que necesitan atención especializada deben ser remitidos en avión hasta Bogotá. 

El 24 de marzo, cuando aún no se habían reportados casos de coronavirus, los médicos y enfermeras del hospital ya habían advertido la situación con un plantón frente a la Gobernación en el que pidieron que les dieran materiales de bioseguridad, les pagaran sueldos pendientes de febrero, y les adecuaran el hospital con zonas de aislamiento.

El gobernador Jesús Galdino (Centro Democrático y, además, médico) bajó la marea anunciando la contratación de los insumos de seguridad, las obras de adecuación del hospital y la compra de equipos médicos. 

Pero primero llegó el virus antes de que se cumplieran esas tareas.

El contrato de 862 millones de pesos para la remodelación del hospital se firmó el 8 de abril y tiene un plazo de ejecución de tres meses. Se lo dieron de manera directa al ingeniero Oscar Cuervo Acosta, uno de los contratistas más grandes del departamento pero que está cuestionado porque es el mismo que se ganó en 2018 la rehabilitación de la Calle Octava de Leticia, obra que no se ha terminado y está siendo investigada por la Contraloría por presuntas irregularidades en su ejecución.  

La remodelación contempla una zona de aislamiento, nuevos consultorios y una placa donde se van a instalar carpas militares para la atención externa.

El contralor departamental Daniel Oliveira dice que las obras van a paso lento. "Hace un mes está la emergencia, pero acá no hemos tomado las medidas a tiempo. Los anuncios son los mismos de hace un mes", dice el Contralor.

Mientras que el gobernador Galdino comenta que están ajustadas al cronograma. 

“Hoy está lista la placa de 480 metros cuadrados donde se instalarán campamentos de campaña que nos va a facilitar el Ejército. Espacios que se dotarán, en caso de ser necesarios. Se habilitó la entrada de urgencia antigua para que por ahí entren los pacientes tipo covid, y junto a esos espacios hay unas habitaciones para aislamiento”, dijo Galdino en esta mañana en una transmisión en sus redes. 

Sin embargo, en su carta de renuncia los médicos del San Rafael denunciaron que lo que se ha hecho no es suficiente y no da garantías para los pacientes ni el cuerpo médico. 

“No existen garantías para la prestación de los servicios ambulatorios e intrahospitalarios para los usuarios no Covid-19 y no podemos compartir la irresponsabilidad de exponer las vidas de los pacientes”, dice uno de los ocho puntos de la carta. 

También indicaron que no les han suministrado todos los elementos de bioseguridad, aunque Galdino dice que ya se está ejecutando un contrato de dotación de esos elementos por 495 millones de pesos. 

Ese contrato se lo dieron a Jimmy Parente, un comerciante de ‘todito’ de Leticia porque antes se ha ganado contratos públicos que van desde construcciones de canchas, lavado de pozos, mantenimientos de aires acondicionados, suministro de fotocopias, organización de foros y hasta construcción de huertas tradicionales. 

En el portal de contratación del Secop I, Parentes, que según expedientes de Cámara de Comercio registra que es dueño de una farmacia, no tiene reporte de otros contratos sobre dotación de elementos de salud.

En medio del cruce de versiones entre los médicos y la Gobernación, en Leticia crece la incertidumbre porque pasaron de cero a cuatro casos de coronavirus confirmados en menos de 48 horas. 

El primero fue reportado el viernes como un caso que no tiene identificada su línea de contagio, mientras que los otros tres que se notificaron el sábado fueron importados de Brasil, país con el que Leticia comparte su economía con una frontera terrestre extensa y difícil de patrullar.

A la renuncia de los médicos se sumó otro agravante. Hoy se reportó la muerte de un hombre de edad adulta por problemas respiratorios, y según sus familiares, podría haber sido causada por coronavirus. 

Aunque esa información está sujeta a confirmación del INS, la noticia le ha dado la vuelta a la ciudad y tiene las alertas prendidas. 

Hace unos minutos los médicos decidieron levantar la renuncia porque el Gobernador les volvió a prometer un plan de soluciones a corto plazo.

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