El covid frenó en seco la estrategia del Presidente para responder a las protestas del año pasado y hoy no tiene mucho que mostrar. Ahora que los movimientos sociales vuelven a manifestarse, el Gobierno insiste en que la prioridad es la pandemia.
Duque dejó a medias la Conversación mientras la calle se reactiva
Hoy el Comité del Paro Nacional volverá a las calles, en una muestra de que el malestar social que se manifestó el año pasado se mantuvo durante el confinamiento por la pandemia del covid.
Mientras eso pasa, la ‘Conversación Nacional’, el mecanismo con el que el Gobierno de Iván Duque intentó responder a esas movilizaciones, nunca tuvo un cierre y los resultados hoy muestran que la dejó a medias, o con unos logros que no se concretan del todo, o están en veremos.
Ante la posibilidad de que la calle -como quiere el Comité- vuelva a encenderse como en tiempos del 21N, el Gobierno quiere que el país esté en modo de reactivación económica por crisis del virus y no en el de las protestas.
Una 'Conversación' inconclusa
Como contamos en su momento, la Conversación nació de forma desorganizada: de parte del Gobierno no había una metodología clara en las mesas de juventud, corrupción, paz con legalidad, ambiente, crecimiento económico y educación; y de parte del Comité del Paro nunca hubo intención de participar, porque la consideraban una estrategia del Gobierno para dilatar sus exigencias.
Y el final fue lánguido. Según los seis moderadores de las mesas con los que hablamos para esta historia, la Conversación quedó inconclusa.
Nunca hubo acto de cierre, que el presidente Duque quería que fuera -como ya es costumbre en él- con un programa de televisión con los moderadores de las mesas para que le contaran las propuestas que salieron en casi tres meses de diálogos y que él respondiera con los compromisos del Gobierno. En la semana de marzo que iba a ocurrir ese evento, el país entró en emergencia por el covid.
A pesar de que la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez nos dijo que han estado en contacto con todos los moderadores, la sensación que recogimos tras hablar con seis de ellos de diferentes mesas, es que no ha habido la suficiente comunicación, al menos para que les dijeran qué pensaban de sus propuestas.
”Buena parte de las promesas iniciales nunca se concretaron”
“El Gobierno tiene como esa manía que me desespera que ellos se enfocan y dicen que hacen lo que negociaron y eso no es así”, nos dijo una persona que estuvo al frente de una de las mesas y que pidió no ser citada para no tener problemas entre el Gobierno y su organización.
“No se hizo todo el ejercicio de recopilación de propuestas y el Gobierno no concluyó el proceso como había dicho. El intento naufragó en la avalancha de la pandemia”, agregó a su turno, Ricardo Ávila, moderador de la mesa de crecimiento económico, quien indicó que en su caso no tuvo interlocución del Ministerio de Hacienda, entidad que consideraba clave para hablar para temas de financiamiento y entrega de recursos.
En ese punto, el Gobierno dice, en un informe que presentó al Congreso, las conversaciones de esa mesa permitieron sacar adelante políticas como microcréditos para los comercios afectados durante las jornadas del Paro; inversiones por un billón de pesos anuales para cinco mil kilómetros de vías terciarias y la creación de una Misión de Empleo para impulsar políticas de crecimiento.
“La misión de Empleo era más para el crecimiento en un país con una tasa estable de crecimiento, pero ahora la pandemia cambió toda la ecuación”, nos dijo el director administrativo de la Presidencia, Diego Molano, uno de los voceros del Gobierno para la ‘Conversación’.
“Buena parte de las promesas iniciales nunca se concretaron. En lugar de ser un espacio que habría permitido un diálogo sustantivo respecto a cómo crecer equitativamente, al final la languidez acabó imponiéndose”, dijeron los moderadores de esa mesa en su informe final.
En casos como la mesa de paz con legalidad, los moderadores ni siquiera entregaron su informe al Gobierno, pese a que éste muestra como uno de sus resultados que aceleraron 888 obras en las zonas donde hay proyectos Pdets.
“Nuestra conclusión era que había que continuar con esa mesa y eso era lo que le íbamos a decir al Presidente (...) lo de los Pdets era una mínima parte de lo que esa mesa habló”, nos dijo una persona directamente relacionada con esa conversación y que pidió no ser citada para evitar líos con el Gobierno, porque quieren seguir hablando con ellos.
Según supo La Silla de parte de otra fuente también involucrada, en esa mesa le pidieron al Presidente que ordenara que la Policía no manejara armas de baja letalidad, como las pistolas taser (con la que fue torturado por uniformados el abogado Javier Ordóñez, cuyo asesinato desató las protestas que continúan hoy) o las de balines (con la que murió por un disparo de un agente del Esmad el estudiante Dylan Cruz en las manifestaciones del año pasado).
También, que el Gobierno reactivara las conversaciones con el ELN, como una parte para buscar paz en los territorios donde esa guerrilla sigue sometiendo a las poblaciones.
Pero, como es conocido, ninguna de esas cosas ha ocurrido.
“Yo estoy seguro que el Presidente y la Vicepresidenta recibirán el informe que hagamos y tomarán una decisión de cómo continuar en el proceso”, nos dijo al respecto Jorge Restrepo del Cerac, uno de los moderadores de esa mesa.
”Estoy seguro de que definirán cómo continuar el proceso”
Que los avances que presenta el Gobierno no abarquen todo lo que se habló, también ocurrió en la mesa de lucha contra la corrupción.
El principal avance que el Gobierno presenta ahí es la aprobación de tres leyes que Duque sancionó en diciembre y que incluían la eliminación de la casa por cárcel a los corruptos; la obligación de la publicación de las declaraciones de renta y los pliegos tipo; y esa fue su principal carta ante las peticiones de la mesa.
Sin embargo, esas iniciativas no eran del Gobierno, sino de la Consulta Anticorrupción y, además, de la mesa salieron otros temas, como la inclusión obligatoria de las mujeres en las listas de elección popular, como Congreso y Asamblea, que no se sabe si va a caminar.
En ese momento, en respuesta, el Gobierno propuso a los moderadores la redacción de una reforma política, a lo que se negaron porque no era el objeto de su labor, según nos dijo una fuente que estuvo pendiente de la moderación.
Actualmente, según nos dijeron del Ministerio del Interior, no hay intención de una reforma en ese sentido y un punto clave en esta legislatura será la reforma al Código Electoral, que no incluye esa propuesta porque se enfoca en cambios técnicos, como el voto electrónico.
El impulso de otras mesas simplemente no pudo seguir por la pandemia, como la de educación. Allí, hablaron de la integración del sistema de educación y de un plan de formación para los maestros, pero nunca hubo retroalimentación del Gobierno en esos casos.
“Si al día siguiente de esto se cerraron todos los colegios y universidades no creo yo que era el mejor momento para avanzar en propuestas si no se sabía hasta dónde iba a llegar la pandemia”, nos dijo, en justificación, Francisco Cajiao, exrector de la Distrital, y moderador de ese espacio.
Un avance que muestra el Gobierno en ese punto es el de la reforma al Icetex, aunque no salió exclusivamente de la Conversación Nacional.
Manuel Acevedo, presidente de la entidad, nos dijo que la Conversación ayudó a unir canales de comunicación con organizaciones como los estudiantes víctimas del conflicto, que ahora hacen parte de la Comisión de reforma al Icetex, que nació en 2018 por el paro estudiantil (cuyos representantes no estuvieron en la Conversación).
Pero la reforma a la entidad, que va por decisiones internas del Icetex y por un proyecto de ley que aún no ha presentado el Gobierno al Congreso; los planes de alivios inmediatos a siete mil estudiantes, o la homologación de carreras sin que los créditos se pierdan, vienen de conversaciones con la Comisión de reforma y con el Congreso.
Y en los temas donde quedaron claros más avances para desactivar molestias inmediatas, esos resultados están algunos en veremos.
Resultados, a medias
Eso pasa con la mesa ambiental, una de las que más se ha movido en momentos de pandemia con el Gobierno para evitar que sus temas queden en veremos.
Los integrantes de la sociedad civil en la mesa insistieron al Ministerio de Ambiente reactivar ese espacio. Fue así como desde el 4 de septiembre (antes del asesinato de Ordóñez que volvió a reactivar la calle) volvieron a sentarse con técnicos de esa Cartera para revisar temas clave para ellos y que están pendientes desde el 21N, como la declaratoria de la emergencia climática en el país.
El principal avance que el Gobierno muestra en esa mesa y, en general, en toda la Conversación, es la firma del Acuerdo de Escazú, un tratado continental impulsado por la Cepal en 2018 para hacer más transparentes los procesos de proyectos que impacten el medio ambiente y permita la protección de líderes sociales y ambientales.
”Lo que desarchivó Escazú fue la Conversación”
“Lo que lo desarchivó ese acuerdo de la Cancillería fue la Conversación Nacional, fue un resultado muy rápido. El MinAmbiente fue muy activo y se metió la Vicepresidenta, lo rescató muy bien”, reconoció Juliana Uribe Villegas, directora de Movilizatorio, una plataforma que participa en un grupo de organizaciones que está en esa mesa.
Sin embargo, el Acuerdo debe pasar por el Congreso; y aunque el Gobierno lo presentó con mensaje de urgencia para ser aprobado en dos debates (y no cuatro), en el Ministerio de Ambiente nos dijeron que hasta la semana pasada no había ponentes. Y el plazo para la ratificación vence este 26 de septiembre. Es decir, en cuatro días.
“El Congreso debe hacer el debate democrático correspondiente”, nos respondió al respecto el vocero Molano sobre el trámite, sin comprometerse a que el Gobierno impulse la aprobación, pese a la negativa de empresarios, agrupados en Fedegán o la Sociedad de Agricultores, que han dicho públicamente que el Acuerdo no los beneficia.
”El comité del Paro no puede ser el comité de la anarquía”
Un panorama similar ocurrió en la mesa de jóvenes. Si bien el Gobierno respondió rápido con propuestas para vincular a menores de 28 años a trabajos en el Estado y cubrir al menos 10 por ciento de nuevas plazas; y un documento Conpes para la juventud, ambas cosas andan lentas.
Como era previsible, la pandemia detuvo cualquier contratación, incluso la estatal. Según datos de Función Pública, en ministerios como Justicia, vía el Inpec hay 4 mil empleados jóvenes; casi 400 en el MinTic; más de 500 en la Anla; o casi 100 en MinEducación.
Pero de un Ministerio donde han contratado jóvenes nos dijeron que todavía no tienen lista su reglamentación interna para que ese porcentaje de vinculación se mantenga, pese a que, como contamos, esa fue una petición explícita que Duque le hizo a los Ministros en enero de este año.
Y en el caso del Conpes de juventud “no hay claridad, entiendo que hay un interés, pero no hay puntos concretos de la Consejería (para la juventud)”, nos dijo una persona enterada de esa mesa.
Más allá de los acuerdos logrados, a medias o no, la duda es si este espacio de Conversación puede reactivarse como la calle lo está haciendo.
¿Nueva 'Conversación'?
Ahora que la agenda de protestas incluye temas que la Conversación no abarcó o a los que el Gobierno no les metió mano, como que la Policía no reprima violentamente las protestas o detener el asesinato de líderes sociales, su respuesta al nuevo malestar no está apuntando a esa agenda.
“Los malestares que se han planteado son diferentes, son temas nuevos, lo que consideramos ahora es avanzar en entender esta nueva realidad. Debemos enfocarnos en recuperar el empleo, la pandemia no ha pasado, como sociedad tenemos que entender el balance salud-empleo y esa debería ser la prioridad en cualquier sociedad y en cualquier conversación”, nos dijo el vocero de Presidencia, Diego Molano.
”Los malestares planteados son nuevos”
La vicepresidenta Ramírez nos dijo, por su parte, que si hay un nuevo espacio de diálogo debe ser similar al de la Conversación, es decir, con todo el mundo y no solo los que otra vez van a volver desde hoy a las calles.
“Los canales de comunicación con el Comité del Paro y la ciudadanía siempre han estado abiertos. Pero el Comité no puede convertirse en el comité de la anarquía para permanecer en modo protesta. En todo caso, cualquier conversación es de cara a la ciudadanía con la inclusión de todos los sectores nacionales”, nos dijo.
Por lo que es probable que, si Duque reactiva el espacio, ocurra un escenario similar al que ya vivió el país el año pasado, en el que en un extremo estaba el Gobierno y en el otro el Comité del Paro, sin posibilidad de un acuerdo.
“El Gobierno se quedó pero los jóvenes no se quedaron. No solo la movilización se da en la protesta, sino en otros espacios”, nos dijo Eliana Camargo, quien moderó la conversación de jóvenes y participó, con otras plataformas, en un primer encuentro este sábado para retomar el espacio que dejaron hace seis meses, cuando la Conversación paró.
Consideran que la nueva conversación puede ser clave, pero con más agenda y más acciones: “Uno no se puede sentar a conversar si no se avanza seriamente en discusiones de renta básica, la gente tiene que resolver el tema de hambre y eso no se resuelve con la conversación”, nos dijo el exrector Cajiao.
Y si bien en momentos de radicalización por las nuevas y viejas molestias sociales pareciera que no hay espacio para volver a hablar, el punto es, como nos dijo la activista Juliana Uribe Villegas, “no fragmentar la confianza, es la única opción”.