A Duque se le cayó el Vicefiscal por la presión de Andrés Pastrana

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Foto:Fiscalía

La Silla Vacía también supo que el Presidente estuvo detrás del nombramiento de Espinosa y que desde Casa de Nariño están buscando su reemplazo

La Silla Vacía supo dos hechos este fin de semana que ponen en entredicho la autonomía del nuevo Fiscal General Francisco Barbosa. 

El primero, que la renuncia del recién nombrado Vicefiscal está directamente relacionada con la carta del expresidente Andrés Pastrana; y la segunda, y más escandalosa, que el Presidente Iván Duque está detrás tanto del nombramiento de Juan Francisco Espinosa como de la búsqueda de su reemplazo. 

La Silla lo supo por alguien que se enteró directamente de una fuente de Palacio de las razones de renuncia de Espinosa y que presenció cómo la Casa de Nariño está buscando otro vicefiscal. Adicionalmente, una alta fuente del gobierno nos dijo que sí creía que la renuncia era por esto porque era “inexplicable la parálisis de la Fiscalía en un tema tan delicado”.

La explicación oficial de que Espinosa no aceptó el ofrecimiento de Vicefiscal por razones “estrictamente personales” es difícil de creer porque el Fiscal Barbosa anunció su nombre el 13 de febrero en una rueda de prensa con él parado al lado. Además, Espinosa no solo renunció al cargo que había asumido el mes anterior como director de Migración Colombia para asumir la Vicefiscalía, sino que explícitamente trinó su aceptación del nuevo puesto:

Si fuera cierto que después de la rueda de prensa en la que se hizo público su nombramiento, Espinosa lo “analizó en familia” y decidió rechazar el ofrecimiento del Fiscal, como dijo en su trino del 15 de febrero, mostraría un gran nivel de improvisación por parte del fiscal Barbosa anunciarlo sin que él hubiera aceptado.

Por eso La Silla Vacía le preguntó al Fiscal si esta carta del expresidente conservador Andrés Pastrana 24 horas antes había tenido que ver con la renuncia de Espinosa. 

El fiscal Barbosa no respondió nuestra pregunta sobre este incidente. Pero ese mismo sábado, dijo en un trino que entendía “las razones personales” aducidas por Espinosa, respuesta que fue replicada en varios medios como si el anuncio del Vicefiscal hubiera sido tan solo una propuesta.

Y cuando le preguntaron por la carta de Pastrana respondió: “Aquí el Fiscal General no responde sus actuaciones por cuenta de cartas que le envía nadie, sino porque él define cada una de las posturas que tiene al frente de la entidad”.

Sin embargo, lo que muestra este incidente es que por lo menos en lo que tuvo que ver con el nombramiento del Vicefiscal, Barbosa no definió las “posturas” de manera autónoma.

Para comenzar, fue el presidente Duque el que escogió a Espinosa. 

Como contó La Silla Vacía en este perfil el jueves pasado, Duque y Espinosa se conocieron cuando el ahora Presidente era senador de las comisiones económicas del Congreso y Espinosa trabajaba con Mauricio Cárdenas en el Ministerio de Hacienda. 

Luego se hicieron más cercanos cuando Espinosa era viceministro de Justicia de Gloria María Borrero y comenzó a ir a reuniones en Casa de Nariño; juntos viajaron a Washington a discutir con el gobierno gringo temas de la lucha antidrogas que estaban bajo la órbita de Espinosa. Y en enero de 2020, Duque lo puso en la dirección de Migración Colombia. 

A pesar de que para escribir su perfil hablamos con más de diez personas que conocían bien a Espinosa, nadie nos pudo decir cuál era la conexión entre él y el Fiscal Barbosa. Como parte de esa reportería, una persona cercana a Espinosa sí nos dijo que su nombramiento provenía directamente del Presidente, pero solo lo pudimos confirmar con una fuente directa este fin de semana. Así nos lo aseguró una persona que lo supo de primera mano y que fue testigo, además, de cómo desde Palacio están buscando quién lo reemplace. Un hecho que vulnera la autonomía del Fiscal.

Como escribió este fin de semana en su columna de El Espectador Rodrigo Uprimny, exdirector de Dejusticia, la independencia de la Fiscalía respecto a la Presidencia fue una “decisión meditada de la Constituyente de 1991”.  

La razón, explica Uprimny, es que dado el presidencialismo que existe en Colombia, “un fiscal dependiente del Gobierno era muy peligroso, pues se volvería una especie de detective incondicional del presidente, dispuesto a perseguir a los opositores y a cubrir los eventuales delitos gubernamentales. Una especie de super-DAS; pero, además, un super-DAS con ciertas facultades judiciales, como interceptar comunicaciones o allanar residencias, y con el enorme poder de decidir cuáles investigaciones criminales se cierran o archivan, o, por el contrario, en qué eventos debe acusarse a una persona como sospechosa de un crimen.” 

La solicitud Uribe-Pastrana

Por su parte, la renuncia express de Espinosa, 24 horas después de la carta de Pastrana, siembra la pregunta de si Barbosa tampoco tendrá autonomía frente a los dos expresidentes que apoyaron la elección de Duque.

El 18 de agosto de 2017, Andrés Pastrana y Álvaro Uribe le enviaron al entonces Fiscal General Néstor Humberto Martínez, a la Corte Suprema, al Procurador General, y a la Comisión de Acusaciones una carta en la que piden investigar la supuesta financiación ilegal de la campaña de Santos con plata de la corrupta multinacional Odebrecht. 

La solicitud era extremadamente detallada en cifras, fechas y nombres de los supuestos involucrados.

Sin embargo, tanto en la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, que dijo que no había pruebas suficientes, como en el CNE, que archivó su investigación porque caducó, Santos fue exonerado en un tiempo récord.

 

Pero una prueba que recogió la Fiscalía en junio del 2018, y que la periodista Vicky Dávila publicó en julio de 2019, revivió ese caso: el testimonio de Andrés Sanmiguel ante la Fiscalía.

Sanmiguel, dueño de una empresa llamada Gistic Solutions, dijo que en la segunda vuelta de 2014 prestó su empresa para que Odebrecht le pasara 3.894 millones a la campaña Santos, a través de Esteban Moreno, un nombre mencionado por los expresidentes y con un modus operandi que coincidía con la denuncia de Pastrana y Uribe, como lo explicó La Silla en esta historia.

La Fiscalía compulsó copia de esa nueva prueba al CNE y por eso abrieron una indagación preliminar, y llamaron al expresidente Santos y a otras 6 personas a declarar.  Además de decir que Sanmiguel es un reconocido mitómano, la defensa de Santos ha dicho que en su testimonio no hay ninguna prueba que vincule a su campaña con Odebrecht, y que Esteban Moreno no hizo parte de ella. En efecto, Moreno no tuvo un cargo oficial en la campaña.

Vicky Dávila también publicó, en una de sus columnas de Semana en septiembre, cuando ya el CNE había llamado a Santos, una transcripción de una conversación en la que Sanmiguel le pregunta a Esteban Moreno qué puede pasar cuando Santos se vaya de la Casa de Nariño y Moreno responde que no importa quién sea el próximo presidente, que lo clave es quién sea el Fiscal.  Una respuesta que se vuelve reveladora a la luz de lo sucedido este fin de semana.

La razón que esgrime Andrés Pastrana para vetar a Espinosa son los “recientes vínculos profesionales del hoy Vicefiscal con personas que tendrían intereses relativos a la eventual investigación”.

Como contó La Silla, Espinosa trabajó en los inicios de su carrera profesional como abogado de Corficolombiana, empresa del Grupo Aval de Luis Carlos Sarmiento, cuyo ex presidente José Elías Melo, ya fue condenado por el escándalo de Odebrecht.

El juez condenó a Melo por haber "conocido" y "avalado" una coima de 6,5 millones de dólares para que el exviceministro de Transporte de Uribe, Gabriel García Morales, interviniera en favor del Consorcio Ruta del Sol SA, cuyos socios mayoritarios Odebrecht y Episol, filial de Corficolombiana, consiguieron quedarse con las megaobras del tramo dos de la Ruta del Sol. 

Años después, Espinosa trabajó con Juan Manuel Santos durante un año como secretario de su consejo de ministros, un cargo clave en la filigrana del funcionamiento de Palacio porque manejaba temas del día a día como lo que se va a trabajar en cada sesión y armar las actas, pero también haciendo seguimiento a temas que ordenaba Santos. 

Luego, en febrero de 2017, el entonces ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas se lo llevó a otro cargo, poco visible pero poderoso, la dirección de la Unidad de Información y Análisis Financiero (Uiaf), que depende de Hacienda y se encarga de cruzar información de inteligencia con otros países para luchar contra el terrorismo y el lavado de activos.

Espinosa llegó a la Uiaf en pleno apogeo del escándalo de Odebrecht, cuando había preguntas por la plata que esa corrupta empresa había movido para pagar sobornos con el fin de ganar licitaciones en Colombia, específicamente las de la Ruta del Sol II.

En ese momento, el excongresista Otto Bula ya había confesado que había entrado plata de esa multinacional a la campaña reeleccionista de Juan Manuel Santos en 2014, y había denuncias de que también había financiado la de su contendor, Óscar Iván Zuluaga, y la inteligencia financiera de la Uiaf podía ayudar a aclarar el tema. Algo que no sucedió.

Según dos fuentes que trabajaron con Espinosa durante ese tiempo, durante el año y medio que estuvo en la Uiaf, fue cercano al exfiscal general, Néstor Humberto Martínez, y lo siguió siendo después de eso. Martínez, como se sabe, tenía sendos conflictos de interés frente a la investigación de Odebrecht y la campaña de Santos, de la cual formó parte.

La carta de Pastrana -que fue retuiteada por el senador Álvaro Uribe- puso en evidencia que el tema del conflicto de interés relacionado con el caso de Odebrecht -vía el Vicefiscal- volvería a rondar la Fiscalía de Barbosa como sucedió con la de Néstor Humberto Martínez; y Espinosa decidió bajarse del bus antes de posesionarse sin que Barbosa lo convenciera de no hacerlo.

Con lo cual este incidente le pone al nombramiento del próximo Vicefiscal una carga grande. Por ejemplo, si el reemplazo de Espinosa es una persona más cercana al expresidente Uribe quedará la duda de si por encima de Barbosa está no sólo el Presidente Duque, sino también su padrino político.

 

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