El Congreso arranca una nueva legislatura el sábado. La clave para Duque está en las pujas internas de los partidos.
Duque sigue sin mayorías pero tiene de dónde conseguirlas
El sábado arranca la segunda legislatura en el Congreso con Iván Duque de presidente. Aunque en principio la coalición de Gobierno sigue sin mayorías, hay grupos de congresistas de los partidos oficialmente independientes, Cambio Radical y Liberal, que podrían darle su voto a Duque, como ya ha pasado. Para eso, sin embargo, necesitan evitar que sus bancadas impongan la disciplina, algo que seguramente definirá muchas votaciones.
Por eso, iniciativas como la reforma a la justicia o el paquete anticorrupción que Duque prometió que presentaría, arrancan con un gran interrogante. Más cuando se mira cada comisión, que por tema son las que aprueban o hunden los proyectos antes de que lleguen a las plenarias de Cámara y Senado.
Comisión Primera, la de los grandes debates
La comisión más mediática porque toca temas constitucionales como las reformas políticas o debates como los de eutanasia, tendrá en Senado a un presidente del uribismo. Falta saber si será Paloma Valencia o Santiago Valencia.
El Gobierno tiene difícil lograr las mayorías pues los tres senadores de La U se han caracterizado por ser lejanos al Gobierno, sobre todo en temas del Acuerdo de Paz, y no le alcanzaría ni sumando a los tres de Cambio (faltaría otro voto).
En la Cámara el turno para dirigirla es de los liberales, que eligieron al bogotano Juan Carlos Lozada. Eso es malas noticias para el Gobierno, pues Lozada es defensor del Acuerdo y cercano a la oposición; por ejemplo, fue el único liberal en votar a favor la moción de censura al Ministro de Defensa, Guillermo Botero.
Sin el voto Ángela María Robledo, lo que baja la mayoría absoluta a 19 votos, el Gobierno tiene chances de poner una mayoría cómoda de 21 votos, aunque eso depende de que Cambio Radical y los liberales se rompan a la hora de votar.
Estas comisiones arrancan con una agenda pesada: una reforma a la ley estatutaria de Justicia y otra al código contencioso administrativo y al código penal del proceso, una debatida ley de consulta previa, el polémico proyecto para reglamentar la protesta social y un nuevo Código Electoral. Además, los proyectos anticorrupción, nuevo y viejos, y dos reformas constitucionales fijas: a las regalías y el que impide que el delito sexual sea conexo al político en futuras justicias transicionales.
Además, entrará a la agenda de esa comisión el proyecto del uribismo que buscaría darle segunda instancia a condenas de una sola, y retroactivo, tema que volvió a salir a luz con la llegada del exministro Andrés Felipe Arias al país y que podría beneficiarlo a él y a muchos otros condenados. Se supone que será radicado el sábado.
Comisión Segunda, la de fuerza pública e internacional
En el Senado, la comisión menos querida tendrá de presidente a José Luis Pérez de Cambio Radical. Aunque no ha mostrado una relación cercana con el Gobierno, fue uno de los que más buscó el apoyo de su partido a la LeyTIC de Duque, contra la opinión de Germán Vargas.
En Cámara estarán los conservadores al mando con el huilense Jaime Felipe Lozada, quien ha sido un defensor del Gobierno y uno de los conservadores que más voluntad ha mostrado para hacerle cambios al Acuerdo.
En las dos el Gobierno tiene como armar mayorías para arrancar discutiendo una ley de migración y otra de fronteras, que pueden ser más sensibles y más jugosas en lo político por la situación de los venezolanos.
Comisión Tercera, la de la plata
Una de las comisiones más apetecidas de los congresistas porque incide en los destindos del dinero de la Nación, como para moverlo a sus regiones, en ella estuvo Bernardo Ñoño Elías, rey de la mermelada. Arranca sin mayor carga legislativa a parte del trámite anual del presupeusto y de un proyecto para fortalecer las superintendencias.
En Senado estará a cargo el conservador David Barguil, quien fue fundamental para el Gobierno sacando adelante la reforma tributaria. A pesar de ese aliado, las mayorías del Gobierno no solo dependen de los independientes sino que no parecen tan sencillas de lograr por las posiciones de ellos.
Por el lado de la Cámara, el turno en la presidencia es del liberal antioqueño John Jairo Roldán, que no le ha mostrado los dientes al Gobierno.
Allí Duque tiene fácil llegar a una mayoría clara de 21 de los 31 votos, sumando votos entre liberales, La U y Cambio que son cercanos, en buena medida por la bancada caribe del partido de Vargas Lleras.
Comisión Cuarta, la otra de la plata
La otra comisión de la plata, también apetecida, estará liderada en el Senado por el liberal Mario Castaño, con quien el Gobierno no ha tenido problemas y fue clave en el manejo del Plan de Desarrollo y de la reforma tributaria. Acá el Gobierno la tiene fácil para sumar incluso 11 de los 15 votos.
Por el lado de la Cámara, el turno es para Cambio Radical con el cesarense Eloy Chichí Quintero. Aunque es de los pocos del caribe que no son de la casa Char, fue uno de los miembros de Cambio que más defendió al ministro Botero.
El Gobierno tiene fácil armar una mayoría, así sea a punta de hacer concesiones como en los trámites de la tributaria y del Plan.
Comisión Quinta, la del campo y el ambiente
La comisión quinta, apetecida porque sus temas son álgidos, tendrá un presidente uribista en las dos cámaras.
En Senado falta saber si será el cafetero risaraldense Alejandro Corrales o el caldense Carlos Felipe Mejía, que en todo caso le convendrá al Gobierno que depende de dos caribeños de Cambio para armar una mayoría.
En Cámara será el cundinamarqués Ruben Dario Molano, que arrnaca con un manejo que no pinta complejo pues tiene mayorías.
El Gobierno presentará en estas comisiones proyectos que no pintan menores: uno que responde a un fallo de la Corte Constitucional frente a las consultas populares para definir mecanismos de participación ciudadana y coordinación y concurrencia, entre el Estado y las comunidades, otro de vivienda rural, otro que busca potenciar la actividad pesquera y acuícola y una ley de tierras.
Comisión Sexta, la de la gente
La comisión que se encarga de los servicios públicos, las tarifas y los medios de comunicación, tendrá en su menú el debate de Uber y Rappi, con un proyecto de ley de seguridad social para plataformas tecnológicas.
En Senado la presidirá un liberal, pero hay disputa entre Horacio José Serpa e Iván Dario Agudelo, que no han sido opositores del Gobierno. Agudelo lleva más tiempo en el Congreso y po reso podría tener ventaja, pero Serpa sigue en la pelea.
Allí el Gobierno puede montar una aplanadora, como ocurrió con la muy debatida Ley TIC.
En Cámara el presidente será el conservador cartagenero Emeterio Montes, un aliado importante para Duque porque no es obvio que logre las mayorías.
Comisión Séptima, la de lo social
Generalmente poco apetecida al tratar de temas sociales como salud, vivienda y economía solidaria, la presencia del expresidente Ávaro Uribe en Senado y de alias Jesús Santrich en Cámara (mientras no pierda la curul por silla vacía como pidió la Procuraduría, o por ausentismo), la ha hecho más mediática.
En Senado, el presidente será de Cambio Radical. Aunque ese partido había acordado que sería el charista Fabían Castillo, el vallecaucano Carlos Fernando Motoa también aspira, y supimos que tiene el apoyo de Uribe. Eso se suma a la mayoría cómoda que ya tiene el Gobierno.
En la Cámara, la presidencia de La U tiene viva una disputa entre el caucano Faber Muñoz y Norma Hurtado, bugueña y ficha de la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro. Según una fuente de esa comisión, los pesos están muy divididos, pero Hurtado tiene la ventaja del guiño del Gobierno.
Aunque Duque está lejos de tener la mayoría, el destino de la silla de Santrich es clave, pues bajaría la barra de 10 a 9 votos, y Duque puede sumar 8 con cierta facilidad.
Esa comisión, con ese panorama, discutirá la Ley de Vivienda que ya está en curso y una reforma al Icetex que pondría en marcha el Gobierno.