Si hay un sitio donde el uribismo sea una gran fuerza política es Antioquia, de donde es originario Álvaro Uribe Vélez. Y aunque una de las apuestas grandes para octubre era ganar la gobernación, todo indica que ya no va a buscarla.
Liliana Rendón, a punto de ser la nueva despachada del uribismo
Si hay un sitio donde el uribismo sea una gran fuerza política es Antioquia, de donde es originario Álvaro Uribe Vélez. Y aunque una de las apuestas grandes para octubre era ganar la gobernación, todo indica que ya no va a buscarla.
La afectada es la ex senadora Liliana Rendón, quien recorrió todo el camino para obtener el aval uribista y está a punto de quedar colgada de la brocha.
Rendón envió a sus contactos hoy un audio en el que, con voz apagada, dice que hizo todo lo que había que hacer, que está fuerte y que ojalá Dios la ayude a superar este momento. Aunque no dice que ya no es candidata, sus palabras y la voz apagada son indicios de que seguramente ya se resignó (acá se puede oir).
Ayer se reunió la Dirección Nacional con una agenda que incluía ese punto y, oficialmente, no pasó nada. "No hay ningún pronunciamiento oficial” le dijo a la Silla su director, el ex candidato presidencial Óscar Iván Zuluaga.
Dos de las otras fuentes dijeron, off the record, que aunque no hubo decisión ayer el tema tiene muy enredada a la Dirección, que Rendón ha producido división y no unión, y que por eso decidieron delegar la decisión a la esfera más alta del partido: el ex presidente Uribe.
“Lo que se acordó es dejar la decisión en manos de Uribe, Zuluaga y los congresistas antioqueños, para que definan con Luis Alfredo Ramos (el padrino político de Rendón) y su grupo político qué solución se puede dar”, explicó una de esas fuentes.
Sin embargo según tres fuentes que conoce de cerca las discusiones de la Dirección Nacional, en la reunión de ayer sí se decidió no entregarle el aval, pero falta por definirse cómo se va a hacer oficial esa decisión. Y la reunión que falta entre Uribe, Zuluaga y Ramos, es para moderar los efectos de la decisión.
Incluso las versiones oficiales son poco halagüeñas para Rendón, pues si encargado de definir el aval es Álvaro Uribe se trata de alguien que ya ha dado señales de que no está con ella.
Una muy clara es un video del portal minuto 30 en el que el jefe de su partido guarda silencio cuando un periodista le pregunta por ella
Y otra es que mientras el viernes acompañó al ex senador Juan Carlos Vélez a inscribir su candidatura a la alcaldía de Medellín, desde hace varias semanas no dice nada de Rendón. “Es un silencio muy elocuente”, dice un congresista uribista.
Los motivos de la discordia
Esté o no totalmente tomada la decisión, lo más lógico es que se de por varios motivos.
Uno es la división dentro de la bancada uribista de Antioquia que, como contó La Silla, está partida entre quienes la apoyan y quienes están en su contra. La carta pública de media bancada (incluyendo al senador Alfredo Ramos, hijo del padrino político de Rendón pero uno de los más visibles críticos de su postulación) mostró que la tensión podía dividir al partido, y puso a pensar a las directivas.
Ese rechazo suma varios motivos: Rendón, como senadora, no casi no apoya la segunda reelección y se dio a conocer como 'la monita del blackberry' cuando el entonces ministro Andrés Felipe Arias chateó que iba a tener que 'recurrir a estrategias bajas' para convencerla de que la apoyara; los uribistas ‘purasangre’ la ven como una política tradicional; y su imagen en los sectores urbanos arranca por su famosa defensa del 'Bolillo' Gómez tras golpear a una mujer, que le hace más duro conseguir votos en algunos sectores.
Otro factor, según tres fuentes del partido, es que los empresarios del Grupo Empresarial Antioqueño, a través del dueño de Alkosto Manuel Santiago Mejía (quien no pertenece al GEA pero es muy cercano a varias de sus cabezas), le habrían dicho al uribismo que financiarían a Vélez siempre y cuando no hiciera fórmula con Rendón. La misma aspirante hizo referencia a esa oposición empresarial en La W .
Aunque otras tres fuentes uribistas negaron ese hecho y la Silla no pudo verificarlo de manera independiente, la fuerza de ese rumor muestra hasta dónde estaba enrarecido el ambiente alrededor de la candidatura.
El tercero, que habría sido la gota que rebosó la copa, es la estrategia que montó Rendón para aferrarse al aval y que, según dos fuentes uribistas, hizo que el ex presidente se sintiera desafiado.
Rendón se convirtió en la aspirante elegida después de enfrentarse al ex diputado Andrés Guerra Hoyos en fotos y ganarle en una encuesta que se conoció a inicios de mayo. Y todo estaba listo para que una convención departamental se lo entregara a fines de ese mes. Pero la convención se aplazó varias veces, como contó La Silla, y la decisión del aval terminó delegada en la Dirección Nacional.
A medida que la tensión iba creciendo, Rendón decidió mostrarle los dientes a sus rivales.
Hace dos semanas, su asesor jurídico Carlos Mario Cano salió a medios a decir que el Centro Democrático estaba jurídicamente obligado a entregarle el aval a Rendón; tres días después se conoció un audio de ella (que en el uribismo varios creen que filtró ella a los medios) en la que aparecía molesta y desafiante; y la semana pasada reiteró que el aval era de ella.
Pero lo que más habría molestado a Uribe es el rumor de que la aspirante habría dicho que si ella no era la candidata, en lugar de apoyar a otro candidato en uribista prefería irse a apoyar al candidato santista, el ex alcalde de Medellín Luis Pérez Gutiérrez.
Con todos esos elementos, a nadie sorprendería que la decisión final fuera la de negarle el aval. Pero las consecuencias de ese negativa son tan fuertes que por eso nada que se define el asunto, aunque quedan quedan menos de dos semanas para hacerlo.
¿Se rompe el uribismo?
Una de las dudas es qué va a pasar con el grupo político del ex gobernador de Antioquia Luis Alfredo Ramos, una de las pocas estructuras que se sumó al Centro Democrático desde su creación en 2013.
La versión oficial es que Uribe y Ramos no han hablado aún, pero que precisamente lo que falta es que se reúnan, pues todos son conscientes de que negarle el aval a Rendón significa un problema grueso con Ramos.
De forma extraoficial, tres fuentes le dijeron a La Silla que el ex gobernador Ramos ya le hizo saber a Uribe su molestia si no le dan el aval a su ahijada política, e incluso una habló de una carta de Ramos en la que amenaza con irse él del uribismo y apoyar a Luis Pérez.
E iIncluso, dos de las fuentes que dicen que ya se tomó la decisión, afirman que lo que falta para oficializarla es definir cómo se puede hacer eso sin que signifique la salida de Ramos del partido.
Y es que, más allá de si existe la carta de Ramos y de si la decisión ya se tomó o aún no, no avalar a Rendón puede romper al uribismo en su patio.
En principio, el ramismo tiene una presencia importante en el partido: cuenta con un senador (Alfredo Ramos), dos representantes (Óscar Darío Pérez y Regina Zuluaga) y un miembro de la dirección Nacional (Luis Norberto Guerra). Además, buena parte de los candidatos a alcaldías y concejos en Antioquia están vinculados de alguna manera a ese grupo. Y Rendón, de la entraña de Ramos, es su pieza clave para recuperar el poder en Antioquia y consolidarse dentro del uribismo.
Además, Rendón no es la única ramista que podría quedarse por fuera de las listas..
Otra es el debate sobre la permanencia en la lista al concejo de Medellín, del ex alcalde de Itagüí Gabriel Jaime Cadavid, a quien la semana pasada la Procuraduría le formuló pliego de cargos por posibles irregularidades en la contratación cuando era alcalde. Su nombre ha creado grandes resistencias en parte del uribismo por esos antecedentes y, según supo La Silla, su caso está en manos de la veedora.
También está en debate sobre el futuro de otro de los ramistas de esa lista, el ex secretario de Minas de Ramos en la Gobernación, Nicolás López Correa, por supuesto conflicto de intereses.
Si salen Cadavid y López, el ramismo solo se quedaría con Santiago Jaramillo, asesor y hombre de confianza de la representante Regina Zuluaga, en el cuarto renglón, después de tener a tres entre los seis primeros.
Y, de darse, esas decisiones harían aún más difícil que Ramos se quede en el Centro Democrático.
Curiosamente, otros candidatos ramistas sí han recibido el apoyo público de Uribe, como Andrés Julián Rendón (quien fue secretario departamental de gobierno de Ramos) en Rionegro. La diferencia es que este Rendón es cercano al actual senador Alfredo Ramos, mientras que la otra Rendón no lo es - lo que muestra que existe por lo menos la posibilidad de que si Liliana y Luis Alfredo se van, no se vaya todo el ramismo con ellos.
A una crisis, una oportunidad
Sin Rendón, al uribismo le quedan dos posibilidades en Antioquia: conseguir un candidato rápidamente o sencillamente dejar la pelea a la Gobernación entre un fajardista (Federico Restrepo) y un santista (Luis Pérez).
Para lo primero ha sonado fuertemente Darío Montoya, quien fue director del Sena de Uribe es de toda la confianza del senador y de sus hijos. Una de las fuentes, incluso, dijo que recientemente Uribe estuvo indagando si Montoya estaría inhabilitado.
El problema es que Montoya es poco conocido, que está dedicado a la universidad uribista Elite y que la inercia de la campaña de Rendón, que lleva un año recorriendo el departamento, no se le transferiría.
Por ahora no hay muchos nombres más, y no es fácil conseguir un candidato que sane las heridas de una salida de Rendón.
Por eso es más probable que el uribismo termine sin carta propia a la gobernación de Antioquia, con lo que el uribismo resigna de entrada una de las grandes opciones de ganar poder que tenía en octubre.
Eso significaría que una de las tres fuerzas políticas antioqueñas quedaría libre. Y seguramente se dividiría: los grupos cercanos a Rendón se irían a apoyar a Pérez, y los uribistas más purasangre terminarían con Restrepo (quien ya se reunió con Uribe una vez).
La pregunta, en los dos casos, es si se trataría de alianzas y de qué tipo.
Para el Centro Democrático, no tener candidato a la gobernación permitiría meterle toda la ficha a sus otras grandes apuestas: la gobernación de Caldas y, sobre todo, a las alcaldías de Bogotá y Medellín, donde sus candidatos, 'Pacho' Santos y Juan Carlos Vélez, tienen opciones de ganar y podrían verse beneficiados de un acompañamiento más permanente de Uribe.
Para el futuro del Centro Democrático, quedarse con esas dos alcaldías no sería un mal botín. Esos cargos tienen mucha presencia mediática y permitirían mostrar resultados (si los obtiene, claro), suman unos presupuestos de más de 20 billones de pesos y tienen el control de cuatro de las cincuenta empresas más grandes del país, con EPM, la Empresa de Energía de Bogotá, la ETB y la EAAB.
Como buena parte de la estrategia del uribismo es que Uribe haga presencia en la campaña acompañando a los candidatos en los recorridos, no tener a nadie en esa carrera permite que el ex presidente se concentre más en esas plazas.
Sin embargo, una eventual salida del ramismo (o de parte de éste), el ruido en medios por haber dejado colgada a una candidata fundamental y poner todos los huevos en menos canastas pueden terminar costándole al uribismo buena parte de sus chances para volver al poder en 2018.