Cuatro años después de que el gobierno Santos convirtió la Ley de Víctimas en una de sus banderas, de 52 líderes de víctimas de alto perfil que se lanzaron a cargos de elección popular solo cinco resultaron electos, lo que muestra que aunque las víctimas se han venido empoderando, todavía están lejos de llegar a gobernar.
Dos de los que ganaron -el empresario caleño Maurice Armitage y el líder indígena nasa Alcibíades Escué- ya gozaban de reconocimiento en sus comunidades, aunque nunca se le habían medido a la política. Los otros tres -que llegarán a los concejos municipales de Aracataca (Magdalena), Medio San Juan (Chocó) y Samaniego (Nariño)- vienen de procesos de base y de las mesas departamentales de víctimas que creó la Ley de Víctimas.
De todos modos, que esos líderes de víctimas le hayan apostado a la participación política es uno de los grandes logros de la Ley. Así les fue a los líderes de víctimas en las urnas.