Clara López perdió la punta de todas las encuestas recientes pero hasta ahora su campaña no ha entrado en crisis. Cuando quedan sólo 40 días para definir las elecciones de Bogotá, los polistas confían en que las encuestas vuelvan a equivocarse como lo han hecho antes contando los votos de la izquierda y que la estrategia tardía de publicidad de Clara pegue justo al tiempo de que -como esperan- la de Enrique Peñalosa empiece a desgastarse. Todo esto mientras le apuntan a polarizar la campaña entre ella y Peñalosa.
A pesar de las encuestas, los de Clara dicen que la tienen clara
Clara López perdió la punta de todas las encuestas recientes pero hasta ahora su campaña no ha entrado en crisis. Cuando quedan sólo 40 días para definir las elecciones de Bogotá, los polistas confían en que las encuestas vuelvan a equivocarse como lo han hecho antes contando los votos de la izquierda y que la estrategia tardía de publicidad de Clara pegue justo al tiempo de que -como esperan- la de Enrique Peñalosa empiece a desgastarse. Todo esto mientras le apuntan a polarizar la campaña entre ella y Peñalosa.
“Estábamos en una luna de miel pero sabíamos que la campaña iba a ser dura. Yo no me voy a poner en la actitud cegatona. Esas encuestas tienen efectos negativos e inducen la opinión (de los votantes). (Pero) nuestro sentimiento es que seguimos en la batalla”, le dijo a La Silla un asesor de la campaña clarista.
Aunque “los polistas no creen en encuestas”, como le dijo a La Silla el ex senador Jaime Dussán que está en la campaña de López, otros asesores no niegan sus resultados. Saben que a pesar de las críticas que tienen a las mediciones éstas sí reflejan en algo la realidad y por eso, están diseñando una estrategia para revertirlos.
Lo que dicen las encuestas
La foto de las dos últimas encuestas, (Ipsos, publicada el viernes pasado, y Cifras y Conceptos ayer), muestran que en cuestión de un mes, Clara López pasó del primero al tercer lugar y dejó de estar en empate técnico con su principal rival, Enrique Peñalosa.
Cifras y Conceptos muestra que López perdió entre agosto y septiembre cuatro puntos en intención de voto, aunque su imagen no cambió, como tampoco el rechazo que genera su nombre en el electorado.
El resultado más preocupante es el de Ipsos, que sin embargo, es en la que menos creen los polistas porque según una de las fuentes consultadas “nunca le pega”.
Allí, Clara no sólo pierde terreno en su nicho, los estratos 1 y 2, sino que se pone en la cabeza de los candidatos que generan más rechazo (superando incluso a Francisco Santos que hasta ocupaba ese lugar) y sobre todo entre los indecisos que son sobre los que ella trazó su estrategia para crecer.
También pierde fuerza entre los más jóvenes y la tercera edad.
Su panorama se complica además porque su bandera, la agenda social, no está dentro de las mayores preocupaciones de los electores y no le conviene que el pesimismo en Bogotá siga creciendo ya que ella es vista como la continuidad.
“(Ipsos) está sobre representando a los estratos altos y sub representando a los bajos”, es una de las críticas que hacen dentro de la campaña según una fuente. La razón es que los porcentajes que revela la encuesta sobre cómo se ponderan los resultados por estratos son más altos que los que tiene la encuesta multipropósito del Dane y la Secretaría de Planeación.
La otra crítica, como contó La Silla, es que a pesar de que esta encuesta encuentra que el 83 por ciento de los bogotanos tiene afinidad a algún partido político, solo el 6 por ciento dice ser afín al Polo Democrático. Ese porcentaje se achica aún más entre las personas que respondieron que sí van a votar y, por eso, la encuesta no tuvo en cuenta esos electores a la hora de definir las respuestas por partido porque era más pequeño que el margen de error. Esto a pesar de que la izquierda ha ganado las tres últimas alcaldías.
“La realidad”, según otro estratega de López, “es que Peñalosa tiene un leve crecimiento -de dos o tres puntos-, Pardo está estancado y Clara tiene una leve caída de dos o tres puntos”.
Un panorama que se parece más al que mostró la encuesta de Cifras y Conceptos (que es a la que ellos le creen más), y que aunque muestra un revés, tiene la ventaja -para la campaña de Clara- de que sólo el 48 por ciento de los encuestados dice tener definido totalmente su voto, como contó César Caballero en Caracol.
“Eso quiere decir que el 51 por ciento no ha definido su candidato y son permeables a cambiar de opinión”, dijo uno de los asesores de la campaña. “(Ese porcentaje) más el 14 por ciento que dice que no va a votar o que no han decidido quiere decir que hay un 60 por ciento de gente que a esta fecha sigue indecisa”, agregó Jaime Dussán.
La campaña explica su caída en tres aspectos. En primer lugar, “el coletazo de la estigmatización de la izquierda” que se ha visto reflejado en las críticas al papel que Clara López y el Polo jugaron en la Administración de Samuel Moreno a la que ahora se le sumó también la crisis fronteriza con Venezuela, que mueve la opinión del país hacia la derecha.
“Las encuestas reflejan la ofensiva contra nosotros”, dijo uno de los asesores de la campaña.
A eso le suman que, según dos de las fuentes, las encuestas nunca le han pegado a los resultados que efectivamente sacan los candidatos de la izquierda. Hace cuatro años, Peñalosa arrancó ganando. A mediados de septiembre, dos encuestas mostraron fotos distintas: Datexto decía que había empate entre Peñalosa y Petro y Cifras y Conceptos mostraba a Petro sacándole una diferencia de 6 puntos al ex alcalde. La encuesta de Ipsos a una semana de las elecciones mostró una diferencia de tres puntos, liderada por Petro. Sin embargo, al final Petro le sacó más de 15 puntos de ventaja a Peñalosa y ganó con el 32 por ciento de los votos.
“Nunca llegamos ganando las encuestas. Nuestra tranquilidad es que tenemos un piso de 400 o 450 mil votos que es una cuota inicial alta y estable que siempre vota por la izquierda”, le dijo a La Silla un estratega de la campaña de Clara.
Y finalmente, en que aún no han arrancado su estrategia publicitaria con la que esperan que Clara repunte y coja su propio rumbo. Por cuestiones de presupuesto y porque estaban terminando de definir el mensaje que querían transmitir a los electores sólo hasta esta semana empezaron a lanzarla cuando ya los demás les cogieron ventaja.
Ahora, aunque reconocen que pueden estar “pensando con el deseo”, como le dijo a La Silla uno de los estrategas consultados, esperan aprovechar el “timing”.
“La campaña de Peñalosa está llegando a su punto más alto de desarrollo, de madurez publicitaria en redes sociales y en radio, mientras que la de Clara apenas comienza. Nos vamos a consolidar cuando la de Peñalosa se fatigue. Es preferible tener capacidad al final de la campaña, independientemente de lo que pase. Estamos monitoreando la curva de Peñalosa para que llegue al punto de inflexión, de saturación. En ese momento, vamos a marcar territorio programático”, dijo una de las fuentes.
La ofensiva publicitaria empezó ayer con la repartición de 200 mil ejemplares del periódico clarista donde se promueven además de sus propuestas, los perfiles de los candidatos al Concejo y a las Jal. El periódico además va a poner el tono de la campaña que resume el titular del editorial que salió en esa primera edición ayer: “arriba la esperanza, el futuro nos pertenece”.
La otra parte de la estrategia en publicidad es gastar los recursos en estos 40 días con cuñas en radio y televisión para promover sus propuestas, sobre todo las que han encontrado más taquilleras como la universidad nocturna en los 60 colegios de Bogotá y el hecho que "es una mujer, llena de pergaminos y honesta", como dijo otra fuente de la campaña.
“Es una combinación de la publicidad, cosechar los apoyos en nuestros nichos y contener y neutralizar los ataques contra nosotros desde otras campañas”, agregó la fuente.
Aunque los estrategas insisten en que la campaña no va a usar el tiempo que tengan frente a los micrófonos para atacar a sus contendores y responder a las críticas sino que más bien “responderán un insulto con una propuesta y una ofensa con una idea”, las últimas declaraciones de prensa de Clara López y de personas cercanas a ella, dan pistas de que la intención es también polarizar la campaña entre ella y Peñalosa. Eso es clave para marcar distancia con Rafael Pardo que como mostró la encuesta de Ipsos sí les está robando votos de la izquierda, sobre todo de los que votaron hace cuatro años por Gustavo Petro.
Para lograrlo, están aprovechando por un lado, la coyuntura del proceso de paz para convertir la puja por la Alcaldía en un plebiscito por la paz como lo quiso hacer Santos el año pasado en las presidenciales. Y por el otro, caricaturizar la visión de ciudad de Peñalosa, como una que privilegia las grandes obras y los contratistas “amigos de Vargas Lleras” vs la ciudad que defiende a los bogotanos de a pie y la agenda social.
A polarizar la campaña
Una prueba de ello fueron las declaraciones de Hollman Morris ayer en Canal Capital y que se las mostró a La Silla una persona de la campaña de Clara López. Allí, la cabeza de la lista al Concejo de Progresistas invitó a la candidata del Polo y a otros “sectores alternativos” a “unirnos prontamente porque si Bogotá queda en manos del uribismo que es el señor Enrique Peñalosa, el proceso de paz se verá seriamente afectado”.
La candidata del Polo respondió: “somos muchos sectores alternativos los que estamos haciendo el mismo clamor y estamos en plena disposición de buscar acuerdos. Este es el momento, la coyuntura para tomar decisiones”, dijo.
Sin embargo, usar la paz para polarizar la campaña no es tan simple porque Peñalosa ha dicho que apoya el Proceso de Paz y su mayor apoyo, el partido del Vicepresidente Vargas Lleras está en la Unidad Nacional y el mismo Vargas es un funcionario del Gobierno que se la ha jugado por la paz. Por eso, sumarle al discurso de la paz el de la relación de Peñalosa con Vargas Lleras puede ser más efectivo.
“Nuestro contrincante es Peñalosa y la estruendosa maquinaria del vicepresidente. Tenemos que confrontarlo y desnudar su naturaleza”, dijo una fuente de la campaña de Clara.
La columna en El Espectador de Aurelio Suárez la semana pasada es otra prueba de ello. Allí el ex candidato a la Alcaldía por el Polo recuerda las amistades del vicepresidente con contratistas y empresas privadas de servicios públicos del Distrito y dice que el apoyo de Vargas Lleras a Peñalosa no es fortuito porque “muchos de esos “allegados” les son mutuos y, en consecuencia, Peñalosa se torna en el “gerente” que les calza a la medida a unos para sus lucrativas actividades y a Vargas como base para soportar su candidatura presidencial”.
Clara también mencionó algo similar en la entrevista de Canal Capital ayer.
“(Peñalosa dice) que quiere recuperar la ciudad. Y uno se pregunta ¿para quién? porque no es para el habitante de calle ni para el de las ventas ambulantes ni para el joven estigmatizado, ni mucho menos para las mujeres. Nosotros no queremos volver a las épocas en las que se privilegiaba sólo el cemento (...)”.
Ambas estrategias podrían servir para ampliar los apoyos de Clara López como parece estar sucediendo con el Progresismo. Aunque por ahora la única propuesta pública de acuerdos entre sectores de izquierda es la de Morris, que actúa independientemente de la campaña petrista a la Alcaldía, La Silla supo que sí hay interés de buscar acercamientos.
“No nos vamos a dejar convencer de que el camino es pelear con Petro. Pardo ya picó el anzuelo. Pero la verdad es que no importa cuál es la capacidad de influencia del Alcalde, en una campaña reñida su apoyo puede ser clave”, dijo otro asesor de Clara a La Silla.
“Siempre hay intermediarios (entre ambas campañas) pero nada oficial. En ocho días hay que evaluar alternativas. La respuesta no es diplomática, es realista”, dijo una fuente del Progresismo a La Silla.
“La columna de (Rafael) Pardo este fin de semana vendiéndose como “el anti Petro” precipitó algo que antes no se esperaba. Y no es de Petro. Es de personas de la Administración Distrital”, le dijo a La Silla una alta fuente de la campaña del Polo. Se refiere a la columna que escribió Pardo en El Tiempo, respondiendo a una anterior de la periodista María Isabel Rueda y donde el ex ministro comparó a Petro con Peñalosa “en su estilo confrontacional” y dijo que “el estilo de Petro le ha hecho mucho daño a Bogotá y que él no lo va a repetir”.
Si Clara logra polarizar la campaña y cosechar esos apoyos de la izquierda que ha puesto los últimos tres alcaldes en Bogotá, podría recuperar terreno y hacerse viable si en la campaña termina por imponerse el voto útil como lo han previsto algunos columnistas. Faltará ver si con estas estrategias lo logra.