A pesar de todo, Santander abraza al antiguo PIN

Imagen

Campa?a del viejo PIN en Santander

Panorama electoral en Santander en donde La Silla recorrió varios municipios clave para encontrar que, a pesar de todo, el departamento sigue abrazando al antiguo PIN.

 

Whiskey para los coordinadores, aguardiente rendido con Tampico para los adultos, helado y Bon-Ice para los niños, carranga para bailar. En una calle de San Gil, Santander, la gente está ‘vestida’ de político: camiseta, gorra y bandera de los candidatos. Hasta los bebes y los abuelos llegaron disfrazados con publicidad amarilla. El animador grita “Hugo Aguilar Naranjo”, la multitud responde emocionada “¡presente!”, el animador pregunta “¿hasta cuándo?”, la multitud grita “¡hasta siempre!”.

A la gente alborotada, que en San Gil grita su nombre con júbilo, le interesa poco el dossier judicial del coronel y exgobernador de Santander Hugo Eliodoro Aguilar Naranjo, quien está preso después de ser condenado en la Corte Suprema de Justicia por pactar con grupos paramilitares para llegar a la Gobernación en 2003. Según la Procuraduría, que lo destituyó y lo inhabilitó en el 2011, Aguilar Naranjo recibió el apoyo del Bloque Central Bolívar y de las autodefensas de Puerto Boyacá. Bonel Patiño, el primer secretario de Educación que ‘el Coronel Aguilar’ - así le dicen sus seguidores - nombró en su gobierno, por allá en el 2004 , confesó después ser cuota del comandante paramilitar alias ‘Ernesto Báez’.

Cuando el del micrófono dice “inocente”, todos aplauden. La ola amarilla en la Calle 11 del pueblo está esperando al senador Nerthink Mauricio Aguilar, quien aspira a ser reelegido en las elecciones del 9 de marzo. Nerthink Mauricio es uno de los hijos del coronel Aguilar. Su otro hijo es el actual gobernador de Santander Richard Alfonso Aguilar.

Los Aguilar son una de las familias santandereanas más poderosas y uno de los clanes políticos a los que el partido político Opción Ciudadana (otrora PIN, Convergencia Ciudadana de antaño) está aferrado para sobrevivir en el Congreso.

Aunque hace cuatro años el PIN sacó 892 mil votos para el Senado, para la jornada electoral de marzo próximo su poder electoral en el Valle de Cauca y el norte del país (zonas claves en 2010) está en entredicho. En el Valle la fuerza del exsenador condenado Juan Carlos Martínez y sus herederos ya no es la misma; La Gata - que en 2010 jugó en este bando - está disminuida en la Costa y con candidatos en otros partidos como Cambio Radical y el Partido Liberal, y los Vives del Magadelna ahora se van a contar en el Partido Conservador.

Por eso, la mayor esperanza del partido para sobrevivir está puesta en su cuna, el departamento de Santander, ahora bajo el sobrenombre de Opción Ciudadana. Y es que a pesar de todo, después de múltiples condenas judiciales en contra de sus dirigentes a nivel nacional, este movimiento todavía predica entre los santandereanos.

Santander: Cuna y tierra firme en el ocaso

Socorro es el principal municipio de la provincia Comunera. San Gil de la provincia Guanentá. Bucaramanga y su área metropolitana en la provincia de Soto. Barrancabermeja en la provincia de Mares. Son las ciudades más importantes de Santander, en cuatro de sus seis provincias. La Silla viajó por las carreteras de Santander que unen estos municipios, los recorrió por dentro, y sumando todo lo visto ningún partido político tiene tanta presencia publicitaria como Opción Ciudadana, que hasta 2012 se llamó PIN. Los liberales que representan la otra fuerza política importante de la región, pasan desapercibidos en comparación.

El partido con su Ave Fénix amarilla domina esta región, por la que está 'volando' desde 1997 cuando su fundador Luis Alberto Gil llegó a la Asamblea departamental y que 17 años después, por la perdida de fuerza electoral en otras regiones del país, es la tierra en la que esperan pisar firme.  

Para dar una estadística de su presencia, en los 97 kilómetros que separan a San Gil de Bucaramanga, La Silla contó al menos 60 vallas de candidatos al Congreso. Más de la mitad son de militantes de Opción Ciudadana (esto sin contar los pasacalles o las piedras, los garajes, las puertas, las casas, y los carros pintados de propaganda). El resto se reparte entre los conservadores, los liberales y el senador Bernabé Celis, de Cambio Radical, con sus fórmulas a la Cámara.

Las cartas

Con miras a que Santander le ponga al menos el 30 por ciento de los votos que necesita Opción Ciudadana para pasar el umbral en el Senado, y para fortalecer su presencia en la Cámara por esta circunscripción, este Partido le juega principalmente a la fórmula de los votos cuestionados (herederos de condenados). Dos senadores - candidatos a ser reelegidos- y una lista a la Cámara robusta, además de la millonaria inversión publicitaria, es la apuesta.

Al Senado jugarán con tres santandereanos: Nerthink Mauricio Aguilar, Doris Vega y Ángel Alirio Moreno. El tercero, Moreno, quien ha ejercido como Presidente del Partido y lo ha defendido en los medios, es el único de los tres que ni tiene maquinaria ni está montando en el lomo de un cacique condenado en los estrados judiciales. Este candidato le dijo a La Silla que está “en una jaula, en medio de fieras con plata y poder” y que, así, su futuro está en manos del voto de opinión. La fuerza de este candidato reside en la Provincia de Velez, al sur de Santander, y el Área Metropolitana de Bucaramanga. Le apunta a sacar alrededor de 12 mil votos en la región.

Vallas de los dos principales candidatos al Senado de Opción Ciudadana con sus fórmulas a la Cámara en la entrada al Norte de Bucaramanga, el sector más pobre de dicha ciudad. 

El poder de los Aguilar

Nerthink Mauricio, el hijo del Coronel, sacó 51 mil votos en 2010 y para estas elecciones su campaña aspira a doblar el caudal. En la campaña de Aguilar esperan 100 mil votos en total, y más de 80 mil de parte de los santandereanos, le dijo a La Silla uno de los asesores del Senador. Esto lo convertiría en el mayor elector de este movimiento y en unos de los políticos con más votos en todo el país.

Hay tres razones para creer que es posible: la primera, que es el hijo del Coronel Hugo Aguilar, al que la condena por parapolítica no lo hundió y tiene mucho respaldo en la opinión (esa fue la razón de sus votos en 2010). La segunda, que su hermano, Richard Aguilar, es el gobernador de Santander – puesto al que llegó impulsado por la fuerza del Coronel preso -. Y la tercera, que, a diferencia de 2010 cuando jugaba sólo, el candidato tiene tres fórmulas a la Cámara: Ricardo Flórez, Celestino Mojica y María Eugenia Triana. 

“¿Y por qué hay que votar por Mauricio Aguilar?”, “Porque el Coronel Aguilar ha sido un gran hombre, ha trabajado mucho por Santander, por Colombia y por el mundo,” responde en la manifestación pública Mery Aguilar Naranjo, la hermana del Coronel Hugo Aguilar.

Ella, como la gente que la rodea, está ‘vestida’ de publicidad política en la Calle 11 de San Gil esperando a Mauricio Aguilar. Y es la sensación entre la multitud. El señor de la tarima, con micrófono anuncia: “Aquí está Mery Aguilar, la hermana de Hugo Eliodoro Aguilar, el Coronel de nuestros ejércitos civiles, el comandante de este proyecto político”. Los seguidores de la campaña se alborotan. La gente se quiere tomar fotos con Mery.

La hermana del Coronel Aguilar, Mery, posa con una bandera para una foto entre la multitud amarilla que espera a su sobrino, el senador Nerthink Mauricio Aguilar. 

Unas horas antes, una señora con muchos años encima, sentada en la puerta de su casa en el municipio de Pinchote, sentenció: “Hay que votar por Mauricio Aguilar, él papá fue muy buen gobernador”. Un señor que la acompaña asiente. “Puede seguir el legado porque es joven, le cabe el chip. En cambio a Serpa, ese ya no le cabe nada, ese en el Congreso se duerme,” dice. (Horacio Serpa, candidato al Senado del Partido Liberal, representa la orilla política contraria a los Aguilar en Santander). En Socorro otro señor que camina cerca al Parque principal nos explicó: “votan por él porque al papá lo quieren mucho”.

En San Gil, los entrevistados por La Silla, que estan el mitin a la espera del senador Aguilar, opinan igual. “Hay que votar, Hugo Aguilar hizo muchas obras, mire Panachi no más", dice un señor. Panachi es el Parque Nacional del Chicamocha, un proyecto que Aguilar papá inició cuando fue gobernador y que le ha valido muchos aplausos.  “Yo ya fui a visitarlo – al Coronel - aquí a la cárcel, a saludarlo, él nos ayudó mucho y su esposa es de aquí de la zona, hay que votar por el hijo”, nos cuenta una señora. Su amiga mete la cucharada y aclara “él es inocente, es injusto lo que le han hecho, y además que tire la primera piedra el político que esté libre de culpas”. 

Muchos en Santander creen que el coronel Hugo Aguilar es inocente, y votan por sus hijos con disciplina. Las obras que dejó su gobierno, y la obras que está construyendo su hijo el gobernador Richard Aguilar, además de la millonaria burocracia que maneja, alimentan el cariño por esta familia política.

Hugo Aguilar es una especie de héroe criollo en Santander. A pesar de las alianzas que celebró con los paramilitares y de los cuestionamientos por corrupción en su administración, las obras que dejó su gobierno - a excepción de Panachi, no muy trascendentales pero sí visibles como remodelar las plazas de los pueblos - pesan más para mucha gente. Antes de que la Procuraduría lo destituyera tenía pensado reelegirse como gobernador, pero cuando el Ministerio Público lo sacó del juego puso a su hijo Richard Alfonso de candidato, quien derrotó al entonces candidato oficialista apoyado por el gobernador Horacio Serpa con el 56 por ciento de la votación.

El coronel Hugo Aguilar detenido en La Picota hasta comienzos de 2014, fue trasladado a la cárcel de San Gil. En el pueblo, entre los que no creen en ningún político, corre el ‘run run’ de que está ahí para hacer campaña pero a nadie le consta. Sin embargo, una familia de gente muy emperifollada – lente oscuro venteado – llegó a buscar al Coronel a la sede de su hijo. 

Un señor de bigote, que funge de celador (la puerta está cerrada y la abren poquito para que salga uno que otro integrante de la campaña) dice que el Coronel Aguilar está ahí “al frente del terminal” - donde queda la cárcel - y que hay que llamarlo pero que “ahorita no contestó”.

Fuera de la figura del papá, que Richard esté en la gobernación es el otro componente clave del poder del clan Aguilar al que se aferra Opción Ciudadana para estas elecciones al Congreso. Con la entidad de mayor presupuesto en la región en manos de un Aguilar, muchos votos terminarán en las cuentas de Nerthink Mauricio por las obras que está haciendo la gobernación con muchos alcaldes alrededor del departamento y por la burocracia que ha repartido. Una simpatizante del Senador Aguilar le dijo a La Silla que votaba por él porque a sus dos hijos "les dieron empleo en la gobernación". Además, el año pasado, antes de que empezara la campaña, el senador acompañó a su hermano gobernador en consejos comunales donde se prometieron obras y se repartieron regalos, para hacer presencia.  Y ese privilegio no lo tuvieron otros candidatos.

La tercera razón para creer que el clan Aguilar puede aportar 100 mil votos a Opción Ciudadana, son las tres fórmulas a la Cámara.

El primero, Ricardo Flórez, tiene una larga trayectoria política en la región. Fue elegido concejal de Bucaramanga a comienzos del 2000 con la mayor votación, trabajó entre 2004 y 2006 como Secretario de Salud de la Gobernación de Santander en el gobierno del coronel Hugo Aguilar, fungió como Secretario General del PIN, y en 2011 fue el gerente de campaña del gobernador para quien también trabajó como Secretario de Salud. Su campaña es visible a lo largo y ancho de Santander.

El segundo (que también tiene publicidad compartida con Doris Vega) es Celestino Mojica, quien estuvo cerca de ser candidato a la Cámara del Centro Democrático. Mojica fue concejal de Bucaramanga, donde haciendo oposición se dio a conocer en la opinión. Su reconocimiento lo animó a lanzarse de candidato a la Alcaldía en 2011 pero se quemó con 24 mil votos, apenas el 10 por ciento del total aunque con fuerza en los barrios populares de la capital santandereana.

La tercera es María Eugenia Triana, con quien Nerthink Mauricio tiene más publicidad compartida. Triana, quien fue secretaria de despacho de Richard Aguilar, se desempeñó como alcaldesa de Pinchote, un pueblo entre San Gil y Socorro.

En Pinchote, donde votan alrededor de 2 mil personas, hubo una manifestación política de esta fórmula al Congreso hace unos días y la gente dice que fueron mil personas. Las calles del municipio están llenas de publicidad de estos candidatos. En diciembre, Triana les regaló juguetes y mercados a los niños y sus familias. A dos semanas de las elecciones, una brigada de salud, de parte de esta dupla electoral, llegó a la sede en Pinchote.

En la campaña esperaran que tanta ‘bondad’ sea retribuida con votos. Y no sólo en Pinchote - donde los votos que no van para Triana, en su mayoría irán para otros candidatos de Opción como Óscar Villamizar o Ricardo Florez : los coordinadores de la campaña en la provincia de Guanenta esperan sumar votos en los 17 municipios de esta zona, empezando por su capital San Gil. No hay un pueblo de la región, por pequeño que sea, donde no haya propaganda de estos candidatos, además de las vallas en la vía principal.

“Vamos a votar por María Eugenia y el hermano de Richard, ¿Quién más se acuerda de uno? Estos sí nos llevaron un ‘mercadote’ en diciembre y se acordaron de los niños. Son muy buena gente. En cambio, los otros prometen puentes donde no hay ríos y después ni lo distinguen a uno. En mi familia todos votamos por estos, les ponemos 30 votos,” dice una señora que ronda los 70 años y que está en la puerta de la sede la campaña de María Eugenia Triana y Nerthink Mauricio en San Gil. Y ahí estuvo toda la tarde, al sol, repitiendo arengas a favor de los candidatos y ondeando una banderita amarrilla.

Estaba metida entre al menos 2 mil personas que llegaron al cierre de campaña desde los barrios de San Gil y de otros municipios aledaños. Antes del cierre, una caravana de la campaña de 100 carros y 30 motos paralizó la carretera nacional Bogotá – Bucaramanga, con voladores y parlantes para hacer ruido por la llave Aguilar - Triana.

La 'señora de Gil' y dos ases a la Cámara

Doris Vega, la esposa de Luis Alberto Gil -exguerrillero del M-19 y padre natural del Partido, condenado por parapolítica –, se quemó en las elecciones de 2010 con 42 mil votos, un caudal mucho menor al que alcanzaba su esposo cuando se medía a las urnas. Al final, Doris llegó de carambola a ocupar una curul cuando en 2012 murió el entonces senador Juan Carlos Rizzeto.

Para estas elecciones, a ‘la señora de Gil’ – así la llaman en los mentideros políticos de la región – le auguran mayor éxito que en el 2010. Aunque será segunda en la lista al Senado, después de Nerthink Mauricio Aguilar, esperan que alcance los 50 mil votos. El clan de Gil rodeó a su candidata de dos fórmulas a la Cámara que le pueden sumar muchos votos: Fredy Anaya, un gallo viejo en la política local, y Óscar Villamizar, heredero del exsenador conservador Alirio Villamizar, condenado por parapolítica. Las campañas de Anaya y Villamizar, que como la de Doris Vega reflejan mucha plata invertida, pisan fuerte en Santander.

Fredy Anaya es uno de los políticos santandereanos más cuestionados. Antes de acabar en los brazos de Luis Alberto Gil y de Opción Ciudadana, tocó la puerta en Cambio Radical y el Partido Conservador. En Cambio Radical contaba con el respaldo de su amigo el senador santandereano Bernabé Celis, pero el presidente del partido, Carlos Fernando Galán, no le abrió la puerta, animado entre otros por su pariente, el exfiscal Alfonso Valdivieso y  exsenador de Cambio Radical, quien ha dicho públicamente que Anaya es un “negociante de la política”. En el Partido Conservador tampoco le abrieron la puerta, porque el caudal de Anaya podría terminar quitándole a la representante Lina Barrera, la única curul azul en Santander.

A Fredy Anaya, Opción Ciudadana le pone muchas velas. Su campaña está regada por todo el departamento, tiene votos y plata, además de mucha influencia en la Alcaldía de Bucaramanga.

En 2007, Anaya fue candidato a la alcaldía de Bucaramanga y se quemó pero con 52 mil votos en su cuenta. Después en 2011 montó un movimiento cívico denominado USB con Mauricio Mejía y Rene Garzón, ambos políticos conocidos en la región, y se perfilaba como el candidato a vencer en la carrera por la Alcaldía. Encabezando algunas encuestas, Anaya terminó adhiriendo e impulsando al liberal ‘Lucho’ Bohórquez. Bohórquez ganó, nombró a Mejía y a Garzón de secretarios de despacho, y Anaya quedó con el poder tras bambalinas haciendo lo otro que más le gusta: negocios privados asociados a actividades públicas.

Una de las empresas en las que tiene intereses estuvo cerca de quedarse con el negocio de relleno sanitario de Bucaramanga y los municipios aledaños. Sus otras empresas son contratistas de obras públicas de la Alcaldía de Bucaramanga y de otras entidades en la zona. Esa mezcla de negocios privados con política ha puesto a Fredy Anaya en el ojo del huracán dentro de la opinión pública: Ha sido cuestionado también por su influencia en el ordenamiento territorial del Área Metropolitana de Bucaramanga, e incluso por nexos con paramilitares. El comandante paramilitar alias ‘Ernesto Báez’ le dijo a Vanguardia que Anaya era un aliado del Bloque Central Bolívar de las autodefensas. Anaya le negó al periodico cualquier relación con el paramilitarismo. 

La plata y su poder político han salido a relucir en la correría proselitista. Tiene el departamento, a lo largo y ancho, inundado de publicidad política y a sus amigos en las entidades públicas trabajando para él. Hace poco Vanguardia Liberal denunció que un contratista de la Secretaría de Educación de Bucaramanga había utilizado una base de datos oficial para convocar a una concentración en favor de la candidatura de Anaya.

El otro candidato clave a la Cámara es Oscar Villamizar Meneses, hijo del condenado Alirio Villamizar. Alirio militó en el Partido Conservador, llegó al Congreso en el 2002 como representante con 39 mil votos y después saltó al Senado con 41 mil sufragios en 2006. Su carrera política terminó cuando fue condenado por el delito de concusión en medio del escándalo conocido como la "fería de las notarías".

Su hijo tiene la fuerza que pueda heredarle, y además es el que más lleva en campaña. Después de desempeñarse como asesor del gobernador Richard Aguilar, hace más de un año Villamizar Meneses anunció su interés de aspirar el Congreso y ha recorrido Santander haciendo proselitismo por todas sus provincias. Su campaña, como la de las otras cartas claves del partido, se siente en varias regiones del departamento.

Además de Anaya y Villamizar, una última candidata a la Cámara que acompaña al clan de Gil y su esposa, es Ana de Dios Tarazona, quien se desempeñó como presidenta del Sindicato de Educadores de Santander SES hasta que se lanzó al agua electoral.

¿Liberales desplazados?

La ambiciosa apuesta de Opción Ciudadana de sacar más o menos de 150 mil votos en Santander tiene opacada a la campaña liberal santandereana liderada por Horacio Serpa, cabeza de lista al Senado. Tanto se podría inclinar la balanza en favor de Opción Ciudadana que el senador liberal Honorio Galvis, quien aspira a reelegirse, le dijo a La Silla que los liberales apuntan a sacar también 150 mil votos, 31 mil menos que en el 2010.

A diferencia de hace cuatro años, el trapo rojo no cuenta con la gobernación de Santander – en manos de los Aguilar – ni completamente con la Alcaldía de Bucaramanga - donde Fredy Anaya, jugando con Opción Ciudadana, tiene poder -. Ni siquiera la Alcaldía de Floridablanca, que la ganó un liberal de carnet en noviembre pasado, estaría trabajando por los bandos rojos.

En el papel y en el terreno, en las calles de las ciudades y los pueblos de Santander, todo indica que este departamento no castigará la trayectoria en los juzgados de los caciques tras bambalinas de Opción Ciudadana, y así será su principal trinchera para seguir en el escenario nacional.

Compartir
0