Al final, el contratista del caído estadio de Neiva remodelará el de Florencia

Silla Sur

La remodelación del Estadio de Neiva que costó 26 mil millones de pesos sigue en veremos (Foto Atlético Huila)

Mientras tanto al Atlético Huila le tocó poner de su plata para habilitar dos camerinos y el sistema de iluminación del estadio, para que los dejaran jugar de local en Neiva.

La Oficina de Contratación de la Gobernación de Caquetá dio luz verde para que se adjudique un contrato de 4.500 millones de pesos para la remodelación del estadio de fútbol de Florencia, al cuestionado ingeniero Jarlinson Hurtado, el dueño del consorcio al que se le cayó una tribuna del estadio de Neiva que mató a cuatro obreros y que tiene el futuro de esta obra en veremos.

Tan en veremos que al Atlético Huila le tocó poner de su plata para habilitar dos camerinos y el sistema de iluminación del estadio, para que la División Mayor de Fútbol Colombiano (Dimayor) los dejara jugar de local.

El contrato cantado

Como lo habíamos contado en La Silla Sur,  Hurtado se había presentado a la licitación para remodelar el estadio de Caquetá y era el más opcionado.

Al final, en el informe que presentó la gobernación, los asesores de contratación lo calificaron con 1000 puntos sobre 1000 porque dicen que cumple con los requerimientos técnicos, legales y financieros que se pusieron en el pliego de condiciones.

 

Al otro proponente que se había presentado en la licitación, el ingeniero Milton Javier Quintero, el informe lo dejó por fuera de competencia porque no cumplía con los requisitos específicos como la experiencia en obras deportivas y el personal profesional necesario.

Con esta evaluación lo que resta es la firma del contrato y el inicio de las obras.

Que el ingeniero Hurtado Salas pueda seguir ganándose millonarios contratos públicos es posible porque no tiene encima alguna sanción o inhabilidad, a pesar de que la Fiscalía le imputó cargos por la tragedia de Neiva, y que la Contraloría dice que lo que hizo en el estadio no sirve.

O que la Alcaldía de Neiva está por fallar un proceso para declarar el incumplimiento de Hurtado y compañía porque hicieron cosas que no estaban estipuladas en el contrato.  

De todos modos, el de la remodelación del estadio de Florencia, que se financia con plata de Coldeportes, es el segundo contrato que el ingeniero Hurtado se gana en la Gobernación de Álvaro Pacheco.

En diciembre de 2016 fue el único que cumplió los requisitos que puso la Gobernación en la licitación para adjudicar un contrato de 2.800 millones de pesos para la ampliación del acueducto de Puerto Rico, Caquetá.

Como lo hemos contado, en la Gobernación de Caquetá es frecuente que en las licitaciones de miles de millones sean pocos los proponentes.  

La Silla Sur llamó dos veces a la oficina de Hurtado, pero no nos contestó

Un estadio que sirve a medias

Hasta que no se termine el proceso para declarar el incumplimiento que adelanta la Alcaldía y se hagan otros estudios que digan qué se puede hacer para remodelarlo bien, al estadio de Neiva no se le puede meter un peso público.

Por eso, para que el fútbol profesional se pudiera volver a jugar en Neiva, al equipo Atlético Huila le tocó sacar de su bolsillos para pagar unas obras externas y cumplir así con las normas mínimas que le exige la Dimayor.

Según las directivas del equipo, poner a funcionar las cuatro torres de iluminación, dos camerinos, y una sala de prensa (obras que estaban contempladas en el contrato de remodelación que tiene Hurtado), les costó unos 500 millones de pesos. Con esas reparaciones puede jugar de local de día o de noche, pero las condiciones de seguridad para los aficionados y los periodistas deportivos que cubren los partidos siguen siendo precarias.

La tribuna occidental, donde ocurrió el desplome, está cerrada totalmente. Ahí están ubicadas las cabinas de radio. Sin cabinas a los periodistas ahora les toca hacerse en el piso, detrás de las sillas donde se sientan los jugadores, lo cual dificulta la manera como ven y relatan los juegos.

Por su parte los aficionados no pueden entrar en bloque porque por cuestiones de seguridad, la Alcaldía solo aprobó que se habilitara una parte baja de la tribuna oriental y un pedazo de la tribuna norte para un aforo de 2.600 espectadores, cuando la capacidad que tenía antes el estadio era para unas 22 mil personas. 

Así es como el Atlético Huila ha podido jugar sus dos últimos partidos de local, el último de ellos el fin de semana pasado ante el América, partido que fue transmitido por televisión abierta y donde una vez más quedó expuesto el estado de abandono de la obra.

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