Algo se logró, pero todavía falta en Santurbán

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El Ministerio de Ambiente anunció que no serán 11 mil si no más de 42 mil hectáreas de Páramo las protegidas. Y, sorprendentemente, casi todos - excepto las multinacionales- parecen estar de acuerdo. La decisión política de delimitar el Páramo es un avance gigantesco y el consenso que generó también, pero todavía falta para que sea un hecho.

La Ministra de Medio Ambiente, Luz Helena Sarmiento. Foto: entrenotasrosa.com

El Ministerio de Ambiente anunció que no serán 11 mil si no más de 42 mil hectáreas de Páramo las protegidas. Y, sorprendentemente, casi todos - excepto las multinacionales- parecen estar de acuerdo. La decisión política de delimitar el Páramo es un avance gigantesco y el consenso que generó también, pero todavía falta para que sea un hecho. 

Lo que se logró (jugando)
Juan Camilo Cárdenas se inventó un juego para generar consensos alrededor de lo que necesita Santurbán. 
Cárdenas puso en grupo pequeños a personas que pensaban muy distinto.

Más allá de la protección del páramo, que suspende la actividad agropecuaria y minera para quienes no tengan ya licencia de explotación en la zona, el consenso que hay alrededor de la decisión es otro logro de la Ministra. Sobre todo después de años de tensiones entre la gente de Bucaramanga, que pide que se proteja el páramo para garantizar el suministro de agua limpia a la ciudad, y los alcaldes y pobladores de la zona aledaña que no quieren perder su trabajo de mineros y agricultores (la apertura de los alcaldes locales hacia un protección ambiciosa del Páramo es clave).

Ayer el alcalde de California (municipio de Santurban) le dijo a un periodista local que tienen muchas expectativas sobre lo que viene.

Detrás de este creciente consenso hay un juego que se inventó un profesor universitario siguiendo la metodología de “Juegos económicos”.

En enero de este año el profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, Juan Camilo Cárdenas (bloguero de blogoeconomía) en La Silla llevó una marrana de barro para poner a jugar a un auditorio de Bucaramanga, que reunió a los alcaldes de la región, al Ministerio de Ambiente, a representantes de los campesinos y de los pequeños mineros, a las grandes mineras multinacionales, al gobernador de Santander, a ambientalistas, al director de la CAR local, y por ahí sigue la lista.

Cada asistente tenía cinco fichas con tres figuras: una gota de agua, un azadón y un casco minero. Cada ficha tenía un valor en pesos de bonos del supermercado Éxito, que podían redimir al final del ejercicio. Los asistentes podían poner las fichas que quisieran en la marrana de barro que llevó Cárdenas, llamada ‘santurbana’, y guardarse las que quisieran el bolsillo. Al final la marrana se partía y el número de fichas que entre todos hubieran metido se multiplicaba por dos y esa cifra se repartía entre los asistentes en partes iguales.

Con estas reglas, si poca gente metía fichas en la marrana, al final los que se quedaban con las fichas en su bolsillo ganaban y los que las metían perdían. En cambio, si todos metían las fichas, todos ganaban. Eso obviamente no lo sabían los asistentes antes de jugar.

En el primer ejercicio, alrededor del 70 por ciento de las fichas quedaron dentro de la marrana, el resto en los bolsillos de los que no las metieron todas. En el último ejercicio del taller, que duró en total 10 horas, más del 90 por ciento de las fichas fueron a parar en una de las versiones de Santurbana. Cárdenas logró que la mayoría confiara en los demás e invirtiera sus fichas en la marrana. Para eso trabajó durante todo el día. 

Cuando la reunión empezó, los que tenían posiciones similares estaban sentados unos al lado de los otros. Los mineros y los campesinos aquí, los alcaldes allá, los ambientalistas en algún otro lado. Juan Camilo Cárdenas, los enumeró: 1, 2, 3, 4, 5. Y después agrupó a cada número. Los que estaban al lado no quedaron juntos.

El trabajo en grupos combinados fue la clave para que ‘santurbana’ al final quedara, como dice Cárdenas, “rellena”, porque generó “empatía” entre aquellos que pensaban distinto y tuvieron que sentarse a pensar en Santurbán teniendo en cuenta lo que pensaban sus contrarios hasta ese día. En este ejercicio de pensar Santurbán cada grupo tenía que presentar soluciones o propuestas, incluyendo, por supuesto, las perspectivas de todos sus integrantes.

En este trabajo también se repartieron una cantidad de fichas (que significaban bienestar o agua) que alcanzó para todos los grupos, a pesar de que los primeros que las recibían tenían la posibilidad de quedarse con las que quisieran (para recibir más bonos del Éxito), incluso con todas. Esto contribuyó al ambiente colaborativo entre quienes antes sólo se atacaban.

Cárdenas le dijo a La Silla que el ejercicio “permitió visibilizar a los pobladores de la zona”  y llegar a un consenso: “que todo el mundo necesita agua”.

Ayer en una reunión privada entre la Ministra de Ambiente, los alcaldes de Santurbán, el alcalde de Bucaramanga, y el gobernador de Santander, el mandatario bumangués destacó la posición conciliadora de todos los actores. La Directora del Área Metropolitana de Bucaramanga le dijo a La Silla que el juego "ayudó a calmar los animos de los alcaldes" pero que "ahora lo importante es que se cumplan los compromisos para crear lazos de confianza reales". 

Lo que falta 
Pablo Vieira Samper, Viceministro de Medio Ambiente. 
Anibal Fernández de Soto, viceministro de Desarrollo Rural.  

La columna vertebral de la delimitación anunciada por el Ministerio son los pagos por servicios ambientales PSA, pues son los incentivos (una compensación a los propietarios por hectárea por contribuir a la protección un área especial) para que se suspendan tanto la minería pequeña como los cultivos agrícolas en el Páramo.

Pero para que se ejecuten esos pagos, tiene que haber claridad sobre quiénes son los propietarios de tierra en la zona delimitada. Esa información no está y recogerla demanda tiempo.

El viceministro Pablo Vieira le dijo a La Silla que este censo lo harán con las alcaldías.

Cuando eso esté, la Gobernación y los municipios – que por ley tienen que financiar los PSA – deben calcular el valor del incentivo. Y para ello tienen que calcular primero el costo de oportunidad de no ejecutar las actividades productivas en la zona. Ese cálculo, de acuerdo a una fuente experta que ha trabajado con el Ministerio, “no es evidente” y determinarlo no es fácil.

El viceministro Vieira le dijo a La Silla que “hay compromiso de la Ministra para sacar adelante el esquema PSA” pero confirmó que “no está definido”.

El otro anuncio que hace atractivo el modelo es el de los “sembradores de páramo”, que son una figura para proteger, restaurar y reconvertir el páramo, para sus habitantes, le explicó a La Silla el viceministro. Los campesinos que ‘siembren páramo’ recibirán un pago por eso. Sin embargo, para que esto empiece a funcionar falta tiempo.

Vieira le contó a La Silla que para financiar dicho programa utilizaran los recursos de pago por servicios ambientales y también recursos del Pacto Agrario, el mecanismo que se inventó Santos el año pasado después del Paro Agrario, para formular una política de desarrollo rural y agropecuario que incluya las necesidades locales.

En viceministro de desarrollo rural, Aníbal Fernández, le dijo a La Silla que desde hace unos días están trabajando con el Ministerio de Ambiente el tema de Santurbán y que la idea es que los alcaldes prioricen los proyectos relacionados con el páramo, tanto para su restauración como para la transformación productiva, para que entren dentro del Pacto Agrario.

En el Ministerio esperan que finales de este mes y a comienzos de mayo estén priorizados los proyectos del pacto, lo que demanda mucho trabajo con los alcaldes de Santurbán en las semanas que vienen. No es claro que en cuatro semanas puedan tener listos los proyectos para que los recursos de Pacto terminen financiando la siembra de Páramo.

El Ministerio de Agricultura también va a ayudar con otro tema clave para que el PSA se materialice: la formalización de la propiedad, porque si los campesinos no figuran legalmente como propietarios no podrían recibir este incentivo. Y la formalización de la tierra no es una tarea sencilla ni expedita.

Además, el gobierno tendrá que desarrollar proyectos de vivienda rural y vías por más de 20 mil millones de pesos que también le prometieron a los alcaldes del páramo.  

Con todo esto, aunque el juego de Cárdenas surgió sus efectos, parece muy difícil que durante el primer gobierno Santos salga el acto administrativo que dejaría en firme la delimitación de Santurbán. Y si sale, el modelo que presentó la Ministra definitivamente no estará funcionando a cabalidad.

 

 

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