Alonso pone a Fajardo en aprietos

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El 27 de diciembre, en pleno receso de fin de año, el ex alcalde de Medellín Alonso Salazar anunció que se va a lanzar a las elecciones de octubre. Aunque inicialmente no dijo si iría por la alcaldía de Medellín o por la gobernación de Antioquia, con esa decisión abrió una grieta en la apuesta del fajardismo por mantener el poder en el departamento. Esa grieta aún no se ha cerrado.

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El 27 de diciembre, en pleno receso de fin de año, el ex alcalde de Medellín Alonso Salazar anunció que se va a lanzar a las elecciones de octubre. Aunque inicialmente no dijo si iría por la alcaldía de Medellín o por la gobernación de Antioquia, con esa decisión abrió una grieta en la apuesta del fajardismo por mantener el poder en el departamento y esa grieta aún no se ha cerrado.

La semana pasada, después de que Salazar dejó entrever que va por la Gobernación, Sergio Fajardo convocó a una reunión a Salazar y a Federico Restrepo, quien es hasta ahora el candidato a la Gobernación por el fajardismo. La idea era ver qué posibilidades había de evitar que siguieran cada uno por su lado y así evitar una posible ruptura del movimiento creado alrededor del Gobernador de Antioquia.

Alonso no llegó. Según una fuente cercana a él, acordaron previamente con Fajardo posponer la reunión. (La Silla contactó a Salazar pero no pudo hablar con él). Dos fuentes cercanas a Restrepo, en cambio, afirmaron que Alonso los había dejado metidos.

Como sea, este domingo Restrepo y su fórmula a la alcaldía, el ex concejal y ex candidato a la alcaldía por La U Federico Gutiérrez, subieron caminando a El Picacho, un cerro que domina la comuna 6 del noroccidente de Medellín y en el que hay un mirador y ecoparque.

La caminata no surgió al azar, sino que tenía como trasfondo - según dos directivos de la campaña  - mostrarle a Salazar que los Federicos tienen el apoyo de grupos de base que han apoyado al fajardismo, en este caso el movimiento Somos Matiz, que organizó el evento. Como los Federicos vienen del ala más empresarial del fajardismo y Salazar de la social, el mensaje simbólico de que ellos tienen el apoyo de una organización de base es importante.

Entre la ausencia de Salazar a la reunión y la caminata de los Federicos, los puentes entre las dos partes del fajardismo quedaron rotos, por lo menos por ahora. Si llegan divididos a las elecciones de octubre, Compromiso Ciudadano no tendrá ninguna opción de mantener la gobernación, un bastión clave para Fajardo si quiere ser Presidente en el 2018.

El futuro del fajardismo
Federico Gutiérrez empezó a hacer campaña desde hace varios meses, con caminatas por Medellín. Empezó en política con Fajardo en 2003, luego pasó por La U con cuyo aval sacó 120 mil votos en 2011, apoyó la campaña presidencial de Óscar Iván Zuluaga y ahora regresó al fajardismo.
Federico Restrepo, la carta del fajardismo para mantener la gobernación, nunca se ha lanzado a un cargo de elección popular pero es de la entreña de Fajardo y tiene muy buenas relaciones con el sector empresarial y con Juan Manuel Santos.

La decisión de Salazar de lanzarse al ruedo se dio tarde y fue inconsulta, lo que según tres fuentes cercanas a Fajardo, molestó al gobernador.

Salazar, quien fue uno de los fundadores de Compromiso Ciudadano , el movimiento ciudadano que llevó a Fajardo a la Alcaldía de Medellín, se mantuvo al margen del proceso de refundar el movimiento que se adelantó desde las bases después de su salida de la Alianza Verde, y también de la construcción de las candidaturas de los los Federicos.

Según supo La Silla, aunque lo invitaron a varias reuniones, Salazar prefirió no asistir. Por eso, aunque era el candidato obvio del movimiento a la alcaldía de Medellín, en noviembre decidieron jugársela con los Federicos.

Como contó La Silla en ese momento, esa decisión molestó al grupo cercano a Salazar.

La sensación entre ellos es que Federico Gutiérrez es un caballo de Troya del uribismo (a pesar de que varios uribistas también apoyaron a Salazar en 2007, incluido José Obdulio Gaviria) y tiene temores de que el movimiento termine uribizado. Por eso los 'alonsistas' empezaron a hablar de armar una llave que le hiciera contrapeso.

En ese marco, la decisión sobre una eventual encuesta para definir el candidato alejó más a las dos partes. En noviembre, cuando esa molestia era evidente, se había acordado hacer una encuesta para elegir entre dos fórmulas, la de los Federicos y una que propusiera el alonsismo. Hasta ese momento, Salazar no había manifestado su intención de lanzarse.

Cuando se empezó a hablar de que la fórmula del alonsismo sería el mismo ex alcalde, los Federicos se negaron a hacer la encuesta porque sentían que el comrpomiso era medirse a una fórmula que no incluyera a Salazar, quien como ex alcalde es mucho más conocido que cualquiera de ellos. Del lado de Salazar, la sensación es que esa posibilidad no se había descartado y que Restrepo y Gutiérrez vetaron esa opción.

Mientras tanto Salazar siguió armando una llave, impulsando a su amiga Claudia Restrepo, ex vicealcaldesa de educación de Aníbal Gaviria, a buscar la alcaldía. Desde cuando Restrepo anunció su aspiración, Salazar ha enviado mensajes públicos indicando que la apoya políticamente

Por eso el fajardismo, hoy, está dividido.

Aunque con esas movidas Salazar ha resaltado su independencia política de Fajardo, no ha dejado de mostrar su cercanía con el Gobernador con trinos elogiosos y ha dicho públicamente que deberían buscar mecanismos de consulta ciudadana para definir los candidatos

Por ahora no es claro que eso vaya a ocurrir. Según supo La Silla, la posición de Fajardo es apoyar a los Federicos y tratar de bajar a Salazar del bus.

Mientras se define qué pasa, los Federicos siguen adelante con su campaña. La otra llave aún no se ha concretado pero está cerca de hacerlo, y Salazar ya empezó a recorrer el Valle de Aburrá y a llamar o reunirse con precandidatos fajardistas en varios municipios.

Las tres bandas
El ex senador Juan Carlos Vélez es la carta del uribismo a la alcaldía, luego de que decidió no competir por la gobernación. Todo indica que hará llave con la ex senador Liliana Rendón.
Gabriel Jaime Rico es uno de los aspirantes más fuertes a la alcaldía por los partidos de la Unidad Nacional, pero ese panorama está entredado.
Carlos Mario Montoya, director del área metropolitana, es otra de las caras visibles para ser candidato a la gobernación por la Unidad Nacional.

Aunque aún es temprano en la campaña y falta ver el impacto que pueda tener una eventual ruptura en la intención de voto, la división le quita opciones al fajardismo en una elección compleja.

El Centro Democrático va a estrenarse como fuerza política local en octubre y en Antioquia arranca fuerte, con la imagen de Uribe y la maquinaria del ex gobernador Luis Alfredo Ramos, preso y en juicio por supuestos nexos con el paramilitarismo. Aunque aún no ha definido sus candidatos, hay dos que pintan fuertes: el ex senador Juan Carlos Vélez, quien lanzó oficialmente su aspiración a la alcaldía de Medellín; y la ex senadora ramista Liliana Rendón, que lleva meses haciendo campaña por las regiones.

En la Unidad Nacional hay varios candidatos y falta bastante para que haya humo blanco.

El ex senador Eugenio Prieto, quien renunció en diciembre, decidió ir por la alcaldía  y, dado que viene del mismo grupo político del alcalde Aníbal Gaviria, pinta fuerte. En todo caso hay otros candidatos como el ex concejal de La U (pero de origen conservador) Gabriel Jaime Rico y los concejales de La U Jesús Aníbal Echeverry y Juan Felipe Campuzano;y el liberal Bernardo Alejandro Guerra. Con dos liberales y tres de La U, el panorama sigue enredado.

A la gobernación suena con fuerza el ex alcalde de Medellín Luis Pérez Gutiérrez, quien fue el coordinador de la campaña de Santos en Antioquia en 2010, aunque el ex director del área Metropolitana Carlos Mario Montoya, con apoyo conservador, está embarcado también.

En un probable escenario a la gobernación entre Rendón, Pérez y un fajardista, el candidato del actual gobernador tendría buenas opciones. Pero si son dos los fajardistas, sus posibilidades son remotas. Algo similar ocurriría para la alcaldía.

Eso, cuando en la recta final de una campaña la financiación, los apoyos políticos e incluso los votos de opinión (vía el llamado “voto útil”) se van a donde los punteros, podría sentenciar la carrera en contra del fajardismo.

Si Sergio Fajardo quiere ser un candidato viable para el 2018, es vital que eso no ocurra. Por ejemplo, si llegara su archirrival Luis Pérez, que es cercano a Germán Vargas, seguramente se dedicaría a minimizar sus logros en la Gobernación.

Por eso la aspiración de Salazar tiene el potencial no solo de cambiar el rumbo de la llave de los Federicos sino de hacerle daño a su amigo y padrino político. La pregunta es si Salazar tiene la gasolina para quedar como candidato de Fajardo o para llegar solo hasta octubre.

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