Armitage, el fenómeno electoral de la campaña

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El ascenso fulgurante del empresario filántropo Maurice Armitage en Cali y su victoria por 13 puntos porcentuales sobre los dos rivales con los que teóricamente estaba en un empate técnico, es el gran fenómeno electoral de esta campaña. Su triunfo demuestra, además, que la ‘anti política’ unida con la maquinaria es una receta imbatible.

El ascenso fulgurante del empresario filántropo Maurice Armitage en Cali y su victoria por 13 puntos porcentuales sobre los dos rivales con los que teóricamente estaba en un empate técnico, es el gran fenómeno electoral de esta campaña. Su triunfo demuestra, además, que la ‘anti política’ unida con la maquinaria es una receta imbatible.

Los ganadores en Cali

La clara victoria de Armitage, un empresario descrito como el ‘cacao de la reconciliación’ y conocido en Cali por repartir las utilidades de su siderúrgica con sus empleados cada tres meses, sobre el ex congresista Roberto ‘Chontico’ Ortiz y el ex vicepresidente Angelino Garzón deja dos grandes ganadores: el actual alcalde Rodrigo Guerrero y los empresarios vallecaucanos.

A Guerrero porque, a pesar de los bajos niveles de aprobación, su grupo político se movilizó a favor de su amigo de vieja data.

Los empresarios ganaron porque fueron los principales promotores de su candidatura y se la jugaron a fondo por él, incluso haciéndole saber su malestar al presidente Juan Manuel Santos por haber permitido que su partido de La U avalara a Angelino, con quien él tenía pésimas relaciones.

Eso era todo un golpe para Santos, dado que la élite empresarial caleña ha sido incondicional con él: en 2010, 70 vallecaucanos le donaron plata para su campaña hacia la Casa de Nariño (un número equivalente a uno de cada siete donantes). Y hace un año, cuatro días antes de la segunda vuelta de las presidenciales, pusieron casi la mitad de las firmas de la carta pública que respaldó la reelección y el proceso de paz.

 

Al final, como contó La Silla, eventualmente desde Casa de Nariño le hicieron el guiño explícito a la candidatura de Armitage, a quien Santos hace un año describía como “un ejemplo de infinita bondad [que] representa el verdadero sentir de las víctimas”. Como contó una fuente que conoce la movida, “fue llegando el mensaje de Palacio de que sería mejor apoyar a Armitage”.

Sin embargo, a diferencia de las campañas que en su momento llevaron a Antanas Mockus y a Sergio Fajardo a las alcaldías de Bogotá y Medellín, el triunfo de Armitage no se explica únicamente como el de un ‘anti político’.

Aunque el empresario insistió en que la suya era una campaña cívica e independiente, su bus lo ayudaron a impulsar varios de los poderosos grupos políticos del departamento.

Primero se subieron dos de los congresistas de Cambio Radical, José Luis Pérez (que tiene una concejal en Cali) y Carlos Abraham Jiménez (que tiene mucha fuerza en el vecino Yumbo, corazón de la industria del departamento). Luego se sumó el ex senador conservador Germán Villegas, que -tras perder el aval azul a la alcaldía- prefirió irse con Armitage y no con su copartidario Carlos José Holguín.

En la recta final también recibió el guiño del Centro Democrático en cabeza del propio Álvaro Uribe, una movida que el empresario defendió con el argumento de que “en este país nos tenemos que reconciliar todos” y que -según le dijeron dos fuentes a La Silla- cayó muy mal en el Gobierno.

Pero el mayor apoyo que recibió fue el del grupo político de la gobernadora electa, la ex senadora Dilian Francisca Toro.

Como contó La Silla, un sector del dilianismo -el que lidera su mano derecha Clara Luz Roldán- se movió fuertemente a favor del empresario.

Con chivas que recorrieron la ciudad y vallas con eslóganes como ‘Los deportistas la tenemos clara con Armitage’, los líderes de Roldán -sobre todo en el sector deportivo que es muy cercano a ella desde que fue la Secretaria de Deportes del alcalde Guerrero- le hicieron campaña en los barrios.

“Es conocido y público que La U se dividió frente a apoyar a Angelino. El 70 por ciento de La U está con Angelino y el 30 por ciento con Armitage”, le admitía hace una semana a La Silla un político cercano al ex vicepresidente, quien era el candidato oficial de La U y la llave de Dilian.

El alcalde del posconflicto

Aunque el proceso de paz no fue un tema de la campaña electoral como se anticipaba a comienzos de año, el triunfo de Armitage lo coloca en una posición privilegiada para ser un ‘modelo a seguir’ en un eventual aterrizaje de los acuerdos (si se firma un Acuerdo final con las Farc en La Habana).

En parte, por su impresionante hoja de vida. Este caleño de 69 años -que estuvo en el último grupo de víctimas que viajó a La Habana a hablar con los negociadores de la guerrilla y el Gobierno- ha sido secuestrado dos veces: una en 2002 cuando se lo llevó el frente 57 de las Farc y lo retuvo durante mes y medio. Y otra en 2008 cuando delincuentes comunes se lo llevaron de su finca en Jamundí y estuvo retenido durante cuatro días.

Tras descubrir que había sido su mayordomo quien ayudó a sus secuestradores, por 100 millones de pesos, Armitage le costeó su defensa y le pagó el arriendo a su familia mientras él conseguía trabajo, por lo que su historia se ha convertido en un caso de perdón citado con frecuencia en los medios.

El propio presidente Santos ha sido elogioso de Armitage y del rol que víctimas como él cumplen en el proceso de paz.

“Además de ser un ejemplo de infinita bondad, él representa el verdadero sentir de las víctimas: ellas –más que nadie– están dispuestas a perdonar y buscan que nadie más sufra lo que padecieron. (…) Están poniendo la primera piedra para que nos reconciliemos como país, para que nos perdonemos unos a otros”, dijo Santos hace un año cuando el empresario caleño fue uno de los 30 líderes premiados por Semana y la Fundación Liderazgo y Democracia.

A eso se suma que Armitage, a pesar de no haber hecho política nunca, tiene buenas relaciones con muchos sectores sociales en el Valle.

Entre ellos está la izquierda, que ve con buenos ojos su política de repartición de las utilidades de su fábrica con todos los empleados y entre la cual tiene buenos amigos como el ex alcalde y hoy senador verde Jorge Iván Ospina (que impulsó inicialmente su candidatura pero luego se fue con Angelino). Inclusive se la lleva bien con su rival en la campaña Angelino Garzón, quien fue con frecuencia invitado por Armitage a hablar en su siderúrgica Sidoc.

Eso en un momento en que Cali, como principal ciudad del Pacífico y una de las capitales con mayor número de víctimas en el país, seguramente se convertirá en una de las plazas del posconflicto.

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