Arranca el Congreso y el pacto de Duque con los partidos sigue crudo

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Foto: Presidencia

La agenda del Gobierno estará centrada en sacar adelante proyectos que el semestre pasado quedaron inconclusos, el PND, las objeciones a la JEP, la reforma al Acuerdo de Paz y acabar la Ley de Garantías.

Hoy arrancan las sesiones ordinarias formalmente en el Congreso, ya citaron las comisiones y las plenarias, y el reloj empezó a correr en contra del presidente Iván Duque, quien pondrá a prueba cerrar su primer año en el Congreso con buenos resultados legislativos.

Duque arrancó el año anunciando que antes de este momento se reuniría con las bancadas independientes y de Gobierno para organizar una agenda legislativa conjunta, en la que se darían apoyo conjunto. Eso nunca pasó.

Aunque en efecto se reunieron por bancadas separadas, primero con el Presidente en unas reuniones con más tilín que paletas, y luego con la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, congresistas liberales, conservadores, de Cambio Radical y La U, le dijeron a La Silla que la agenda sigue cruda y ven muy difícil que haya resultados legislativos gruesos.

Buscamos a la Ministra, a través de su jefe de prensa, para que nos explicara su visión y nos contara qué proyectos de los partidos avalarán. Ni ella ni su asesor en temas legislativos, Francisco José Chaux, contestaron nuestros mensajes.

Obtuvimos declaraciones de otro alto funcionario de Ministerio, off the record: “La ministra se reunió con los partidos. Ellos van a priorizar algunos proyectos pero no los hemos recibido todos; por ahora lo único que vamos a priorizar son los que son del Gobierno.”

Eso coincide con lo que Gutiérrez  ya anunció, que es que priorizarán sobre todo proyectos que no lograron sacar adelante el semestre pasado y la reforma constitucional para reformar el Acuerdo de Paz que deben presentar en los próximos días.

Eso deja a Duque sin el sustituto a la mermelada que ofreció para tener mayorías pero con metas menos ambiciosas que el semestre pasado.

La agenda de Duque

La prioridad del Gobierno es sacar adelante el Plan Nacional de Desarrollo, en el que tiene la ventaja de que si el Congreso no lo aprueba, saldría parte de su proyecto inicial por decreto. Además, solo con su aval se puede modificar el Plan, como contó La Silla.

La otra gran apuesta son los temas de paz.

Por un lado, necesita presentar pronto su anunciada reforma constitucional, para tener el tiempo suficiente para que el Congreso lo apruebe en cuatro debates antes del 20 de junio.

Por otro, hasta ahora arranca el polémico trámite de sus objeciones al proyecto de ley estatutaria de la JEP, que solo tienen clara la comisión accidental que nombró el presidente de la Cámara, Alejandro Carlos Chacón, y que están en suspenso por la carta del mismo Chacón a la Corte Constitucional.

Además, Duque tratará de sacar adelante una ley que acabe con la Ley de Garantías, pues considera que por culpa de las elecciones los departamentos dejan de ser eficientes, pues no tiene la capacidad de seguir contratando. Y lo hará justo cuando esa ley tiene algunos efectos para las elecciones de octubre.

El resto de la agenda es reciclada del año pasado.

  • Siguen pendientes cuatro proyectos anticorrupción que se había comprometido sacar adelante en 2018 y que la ministra Gutiérrez anunció que serán, de nuevo, una prioridad. Duque suma dos prioridades en materia anticorrupción: que se levante la reserva para las declaración de renta y de bienes y la ley de pliegos tipo, que busca que haya una mejor contratación estatal.

  • La Reforma Política está a mitad de camino, con cuatro debates aprobados y cuatro pendientes. Uno de los puntos más difíciles será lograr que el Congreso apruebe la lista cerrada que fue la principal apuesta de Duque, pero el caramelo de la tecnomermelada puede ayudar.

  • A la Ley TIC le hacen falta dos debates. El semestre pasada tuvieron que aplazar por el escándalo de la censura de Bieri y porque el tiempo se les acabó, a pesar de que tuvo mensaje de urgencia. Probablemente reviva la polémica cuando vuelva a aparecer en el orden del día.

  • Sigue pendiente la reforma constitucional que alcanzó a salir de la Comisión Primera y que busca que el delito de narcotráfico no sea conexo al delito político, en línea con las modificaciones de la nueva que va a presentar el Gobierno.

  • También sigue pendiente un proyecto, de la Procuraduría y el Gobierno, que se presentó el semestre pasado pero no ha arrancado, que busca hacerle cambios a la gobernabilidad de las Corporaciones Autónomas Regionales-CAR- , que Duque dice que con ello dejarán de ser fortines burocráticos.

A eso se sumarán los proyectos que acuerde el Gobierno con los partidos, algo para lo que no le alcanzaron los tres meses de receso legislativo y que ahora tendrá que definir en los tres meses de debates, ponencias y afanes.

Acuerdos en pañales

El acuerdo con los conservadores está en pañales. Su vocera en Cámara, la tolimense Adriana Magali Matiz, dijo a La Silla que mañana miércoles definirán en reunión de bancada cuáles quieren que sean priorizados de una lista de 107 que quieren sacar adelante en estos cuatro años.

Solo después de eso podrán negociar con el Gobierno cuáles reciben su aval.

Con La U, el panorama pinta poco poblado, pues solo le está apostando a la reforma política que impulsa Roy Barreras. Un congresista de ese partido  le dijo a La Silla fuera de los micrófonos que la Ministra no les ha especificado qué proyectos podrían tener el visto bueno del Gobierno y un asesor de un Senador le  afirmó La Silla que por ahora no habrá un acuerdo de ese estilo con el Gobierno.

La relación con los liberales se nota tensa en este tema después de las objeciones y la respuesta a ellas del expresidente rojo César Gaviria: el vocero en Cámara, Harry González, nos dijo que la Ministra no pasó por la reunión de la semana pasada para definir un acuerdo, y los dejó solo con asesores sin capacidad de decisión.

Aunque del Ministerio nos dijeron que Gutiérrez sí fue, concuerdan en que no hay acuerdo.

Cambio, el acuerdo más cocinado (y sigue crudo)

La bancada de Cambio Radical tiene la ventaja de tener una agenda propia más clara: tratará de sacar adelante los proyectos que tenía listos Vargas Lleras para gobernar.

“Después de la reunión con la Ministra se instalarán unas mesas técnicas para discutir proyectos del Partido que tendrán el visto bueno del Gobierno”, le explicó a La Silla el representante de Cambio e interlocutor con el Gobierno, José Daniel López.  

Esas mesas técnicas, serán entre el Gobierno y la bancada de Cambio y la prioridad será:

  • Reforma a la Justicia que se hundió el semestre pasado, pero que se volverá a presentar, posiblemente el próximo semestre, pues todavía no está lista para ser presentada en las próximas semanas.

  • La Reforma a la Salud, un tema en el que coinciden con el Partido Liberal, según le explicó a La Silla el representante caqueteño  Harry González.

  • La creación del Ministerio de la Familia, en el que tienen interés varias bancadas, como la conservadora, según nos explicó la vocera de Cámara, la tolimense Adriana Magali Matiz, y los partidos y congresistas cristianos, que vienen liderando el tema desde el semestre pasado.

  • La Reforma a las Regalías, que es un punto de honor de Vargas viene impulsando desde la campaña presidencial.

  • El proyecto de cielos abiertos, otro punto de honor de Vargas, para fomentar el turismo y bajar las tarifas de los tiquetes aéreos con más aerolíneas.

Con esos acuerdos tan crudos, el camino de Duque para garantizar las mayorías está enredado incluso sin la distancia con los liberales y por lo menos parte de La U y algunos de Cambio por la paz.

Eso a menos de que el Gobierno sí esté armando mayorías pero de otra forma. Como le dijo a La Silla un congresista de Cambio Radical: “yo creo que esto de los diálogos con los partidos es una fachada, mientras que por debajo cuadran congresistas específicos.”

De hecho, en La Silla hemos mostrado que en casos puntuales como a los senadores de La U José David Name y Eduardo Pulgar, el Gobierno ha mantenido e incluso entregado burocracia a congresistas, lo que le da sustento a esa sospecha.

Igual que la demora en lograr acuerdos que si bien no pintaban fáciles sí eran la gran apuesta de Duque para mejorar su relación con el Congreso.

En los próximos tres meses, con el ambiente político alborotado por las objeciones, lleno de debates técnicos por el Plan de Desarrollo, y con la apuesta electoral de los políticos en el trasfondo, se verá si el país logra sacar adelante reformas importantes, y si lo hace con un Gobierno que logró renovar su relación con el Congreso a punta de acuerdos.

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