Una firma de políticos y empresarios de Sopó se ha ganado más de la mitad de las asesorías para modificar los POT de los municipios de esa región aledaña a Bogotá.
Así creció la empresa que ha moldeado la mitad de la Sabana
Yeison Enrique Rozo González, uno de los dueños de Cideter, cuando era candidato a la Alcaldía de Sopó en 2015. Foto tomada de su Facebook.
En medio del debate que ha generado en los últimos años la expansión desordenada de la Sabana de Bogotá (en algunos casos por medio de la corrupción por el volteo de tierras), el nombre de Cideter es muy mencionado en los municipios, a pesar de que no ha trascendido a los medios ni a la discusión en la capital.
Se trata de una famiempresa que creció a la par que se disparó la expansión de la Sabana, justamente como asesora de los municipios para la modificación de sus Planes de Ordenamiento Territorial (POT). Fue la encargada de ese proceso en más de la mitad de los pueblos que conforman las provincias de la Sabana.
Y aunque en algunos municipios, así como el senador Carlos Fernando Galán, hay quienes la nombran con suspicacia por haber acaparado buena parte de una contratación tan definitiva, aún no tiene ningún enredo judicial.
Sus dueños consideran que se volvieron un actor importante porque aprovecharon una oportunidad en el momento justo, aunque admiten que en su trabajo también deben transar con los intereses de los políticos que los contratan.
Esta es la historia.
De la CAR a los POT
La Compañía de Desarrollo Territorial (Cideter) nació el 29 de mayo de 2002.
Aunque hoy su principal accionista y quien figura como representante legal es Rafael Enrique Rozo Cortés, dueño de la mitad de la empresa, no fue él quien la creó, sino una nuera suya: Johanna Milena Flórez Villarraga.
Él, un economista oriundo de Sopó (un municipio de la Sabana a poco más de media hora de Bogotá), había sido Alcalde de ese municipio entre 1988 y 1990, concejal en 1998 y de nuevo candidato a la Alcaldía en el 2000 por el Movimiento Nacional, de origen conservador.
Pero para el momento en que fue creada Cideter trabajaba en la CAR Cundinamarca, la autoridad ambiental en buena parte del departamento.
Rozo Cortés estuvo tres años allá, el primero de los cuales fue en temas de ordenamiento territorial. Era un asunto en el que la CAR acababa de volverse muy clave porque con la primera oleada de POT, que había arrancado en el 2000, los municipios estaban obligados a concertar con esa entidad sus propuestas de expansión urbana en lo que tenía con ver con medio ambiente.
Y estando allá fue que vio una oportunidad de negocio, junto con su hijo Yeison: “Identificamos que los municipios requerían asesorías para sus POT y además iban a comenzar las modificaciones a esos planes”, le dijo Yeison a La Silla Cachaca.
Éste se vinculó a la empresa en 2003 como gerente, y desde 2005, con su padre fuera de la CAR, ambos pasaron a ser los únicos accionistas.
Al comienzo, agrega Yeison, comenzaron a recorrer municipios para identificar qué necesidades tenían y presentarse a sus primeros procesos de contratación.
En 2004 tuvieron los primeros POT en sus manos con el fin de hacerles modificaciones, pero fue en 2007 (con Yonatan, otro hijo de Enrique, ya vinculado a la empresa) cuando comenzó su época de oro, con la particularidad de que se toparon con muy pocos competidores en el camino.
El mapa de Cideter
Para mirar sólo el caso de la Sabana (formalmente constituida por dos grupos de municipios o provincias: Sabana Centro y Sabana Occidente) mediante derechos de petición La Silla Cachaca les pidió a las alcaldías de los 19 municipios de esa zona la información sobre las empresas que habían contratado como consultoras para estructurar los proyectos que les permitieron modificar o revisar sus POT.
De esos pueblos, 10 (casi el 58 por ciento) lo hicieron con Cideter entre el 2005 y el 2013, años de plena expansión de la Sabana.
La concentración en la misma empresa ha sido grande si se tiene en cuenta que las otras dos más contratadas en la Sabana para hacer esa asesoría han sido la Universidad Nacional y Proyectar, cada una en dos municipios.
De los 10 municipios de la Sabana donde Cideter ha asesorado las revisiones a los POT, han sido únicos proponentes en, al menos, 7 (decimos “al menos” porque no toda la información de todos los contratos está disponible en el sistema de contratación estatal). Es decir: en la región no han tenido mayor competencia.
El exsenador Carlos Fernando Galán, que en su debate sobre los POT habló de Cideter sin nombrarla (“...una empresa de un exalcalde de un municipio de la Sabana que ha sido contratada por muchos municipios”, dijo) considera que si la elaboración de los estudios de los POT “es como un monopolio, ahí arrancan los riesgos de corrupción”.
Una fuente de la CAR y otra de la Gobernación que por sus funciones conocen de cerca los procesos de los POT de la Sabana y el trabajo de Cideter (pidieron no ser nombradas para no comprometer sus trabajos), tienen la tesis de que el éxito de la firma obedece a que se posicionó y cogió prestigio a tiempo, en un mercado que, al menos en Cundinamarca, consideran muy estrecho y con gente y empresas sin la suficiente capacidad técnica para hacerlo.
“A eso se suma que hay consultores que no se meten a la Sabana porque desconfían de como se manejan las cosas allá”, dice la funcionaria, refiriéndose a los casos de corrupción que han reventado en los últimos años que involucran a alcaldes y particulares que hacen negocio a punta de cambios irregulares en los usos del suelo.
Los Rozo sí se metieron y les fue bien.
Esa época (entre mediados de la década pasada y mediados de ésta) coincidió con el fenómeno de mayor expansión urbana de la Sabana, que, como escribió Andrea Prieto en nuestra Red Verde, es un proceso que “se ha pensado y establecido (...) principalmente hacia afuera, es decir, no compactando las ciudades sino promoviendo megaproyectos de vivienda hacia territorios rurales, generando mayor impacto y presión sobre los recursos naturales y los paisajes agropecuarios, forestales y de agua”.
Cideter es un actor de ese proceso. Trabaja con base en la visión oficial nacional, plasmada en la política para diseñar el sistema de ciudades, un Conpes en el que se propone que Bogotá y otros 22 municipios aledaños se conciban como una aglomeración, como una gran ciudad, ya que tiene en común, por ejemplo, mucha gente que se traslada a la capital para trabajar.
Además, con sus estudios legitimó la visión expansionista que defendieron muchos alcaldes para sus pueblos.
“A cada municipio donde uno llega, ellos (los alcaldes) generalmente ya tienen sus planteamientos. Se los hacen a la consultoría y, de acuerdo a eso, se hace el modelo de ordenamiento”, agrega Rozo, que precisó que, en todo caso, como consultores siempre han advertido los riesgos que conlleva cada propuesta.
Por eso admite que la política juega un papel en esos procesos: “el consultor no hace el POT solo. También entran a jugar los concejales, la comunidad, los gremios. Nosotros presentamos propuestas bajo escenarios diferentes, como que pidan que se mantenga la tendencia actual de crecimiento que trae el municipio, o con base en lo que pide la gente, aunque hay propuestas salidas de la realidad que no se pueden hacer”.
Cideter, por ejemplo, estructuró las dos últimas revisiones al POT de Cajicá, en 2008 y 2014, y, de acuerdo con Rozo, siguieron la visión que tenían los alcaldes de esos momentos (Fabiola Jácome y Óscar Bejarano), que era “de densificación de los sectores rurales”.
El POT que salió de la revisión de 2014, a propósito, está demandado, y al exalcalde Bejarano lo investiga la Procuraduría, junto a su Secretario de Planeación, Camilo Bello Zapata (hoy director de Ordenamiento Territorial en la CAR), por las “modificaciones estructurales al POT que al parecer habrían generado cambios sustanciales en el uso del suelo del municipio”.
Cideter aún no está enredada en ningún proceso de ese tipo y, antes bien, se ha expandido a otras regiones.
De los POT a Construcciones Rozo (y a la política)
El mapa de Cideter como consultor de municipios para modificar sus POT va más allá de la Sabana.
En pueblos cercanos a Bogotá la han contratado, por ejemplo, en La Calera (aunque allá el POT que estructuraron se cayó en el debate en el Concejo), Chipaque y Sibaté; así como en otros más alejados como Villapinzón y Tibirita (al nororiente de Cundinamarca), Gama (al oriente), los de la provincia de Ubaté (en el norte), y fuera del departamento en el Valle del Cauca y la Orinoquía.
Y así, el padre y los dos hijos que en 2002 habían fundado una compañía con un capital de 10 millones de pesos, en 2011 crearon una constructora (la Compañía de Inversiones y Construcciones Rozo), con 400 millones, y a la que decidieron pasarle desde entonces el 80 por ciento de las utilidades de Cideter.
Hasta ahora, Construcciones Rozo no ha construido nada. Sin embargo, en 2014 compró un lote de tres hectáreas en Nemocón, conocido como Los Espinos, por 650 millones de pesos.
Es un lote que había pasado de ser rural a urbano en 2009, durante una modificación al POT (en la que no participó Cideter) que el actual Alcalde, Renzo Sánchez, recuerda de manera particular.
Él era el Secretario de Planeación, y aunque en esa Alcaldía se planteó la posibilidad de volver urbanos Los Espinos y un predio contiguo para poder hacer un plan de vivienda, él se opuso, según le dijo a La Silla Cachaca, porque no contaban con disponibilidad de servicios públicos. Sin embargo, mientras se recuperó de un problema de salud que lo mandó al hospital, la modificación del POT de Nemocón fue aprobada, incluida la modificación al tipo de suelo de Los Espinos. Apenas él se recuperó, volvió a la Alcaldía para renunciar.
En el lote contiguo, finalmente, se hizo el plan de vivienda, y hoy Los Espinos, agrega el Alcalde, es el único lote que queda disponible en Nemocón para construir vivienda de interés social.
Rozo le dijo a La Silla Cachaca que no están interesados en ser constructores. Sin embargo, el hecho es que Los Espinos se convirtió en un predio particularmente interesante en ese municipio, y en una potencial fuente de ganancia para los Rozo en caso de que, por ejemplo, lo vendan. Además porque esta Alcaldía ejecuta un plan para que el lugar quede con disponibilidad de servicios públicos.
Cuenta el Alcalde que, de hecho, ya parece haber un interés, si se tiene en cuenta que hace dos semanas fueron a preguntar otros particulares por el licenciamiento de ese predio.
Mientras tanto, Cideter sigue en lo suyo.
Desde el año pasado tiene un contrato que supera los 4 mil millones de pesos para hacer la interventoría de los “POT modernos”, un programa que creó Planeación Nacional para ayudar a municipios a lo largo del país a que estructuren bien las modificaciones a sus POT. A diferencia de los contratos en la Sabana, ahí Cideter les ganó a otras 39 empresas.
De manera paralela al crecimiento de la empresa, Yeison Rozo se hizo un camino como político en su pueblo, Sopó.
Siguiendo los pasos de su padre, fue dos veces concejal: primero por el Partido Conservador (2008-2011) y luego por los verdes (2012-2015). Y se lanzó a la Alcaldía con aval de la Alianza Verde y la ASI en 2015. Quedó de cuarto entre siete candidatos, en una campaña en la que respaldó al hoy Gobernador, Jorge Rey, y en la que, a pesar de que Cideter nunca ha contratado con el municipio, sí aprovechó su trayectoria en la empresa como forma de mostrar experiencia.
Por lo pronto, seguirán con su empresa.
“Todos los días, después de las 12 de la noche o antes de las 6 de la mañana, miro en la página de contratación del Estado si han abierto concursos a los que nos podamos presentar”, cuenta Rozo para explicar cómo han resultado contratados en tantas partes, aunque concluye: “En una época tuvimos bastante trabajo; ya no tanto”.