Una de las grandes noticias del 2014 fue la abrupta caída de precios del petróleo, que perdió la mitad de su valor entre octubre y diciembre. Esa caída, que seguramente se mantendrá rste año, va a cambiar muchas cosas en el país.
Así pinta Colombia con el petróleo a 50 dólares
Una de las grandes noticias del 2014 fue la abrupta caída de precios del petróleo, que perdió la mitad de su valor entre octubre y diciembre. Esa caída, que seguramente se mantendrá en 2015, va a cambiar muchas cosas en el país.
Hace algunas semanas un equipo de economistas liderado por el ex director de Planeación Hernando José Gómez presentó al Pnud un informe sobre los efectos que tendría una caída similar en el país. El panorama que pinta es que Colombia va a vivir una recesión como la de fines de los años noventa..
Según ese estudio, una caída del barril a 60 dólares más una caída en la inversión extranjera en ese sector (porque a nadie le interesaría traer plata para invertir) subiría el peso en un 40 por ciento, bajaría el recaudo de impuestos en más de 1 por ciento al año hasta 2021, y entre 2015 y 2021 se reduciría el PIB en un 13. Además, el desempleo subiría al 11,2 por ciento en 2016, la pobreza pasaría del 29 al 34 por ciento, y el tamaño de la clase media se reduciría en un 6,4 por ciento.
Si el gobierno y el Banco de la República reaccionan a tiempo y entre 2015 y 2019 se gastan 30 mil millones de dólares para evitar que el dólar pase la barrera de 2.500 pesos, el estudio dice que el PIB dejaría de crecer un 8 y no un 13 por ciento hasta el 2021; el PIB per cápita se reduciría 1,1 y no 1,8 millones de pesos, la pobreza subiría al 31 y no al 34.
Como el barril está cerrando a alrededor de 55 dólares, lo que ya es seguro es que se viene un impacto. Y, más allá de esos problemas macroeconómicos fuertes que reseña el estudio de Gómez y del golpe a la economía en general, mientras para algunos sería un golpe devastador, algunos podrían salir indemnes:
Los que pueden salir indemnes
Los caficultores
Para el café, una destorcida en el precio del petróleo podría ser una noticia positiva. Primero, como su principal mercado es exterior, el golpe sobre el resto de la economía no los afecta, por los menos directamente.
Segundo, porque al reducirse la cantidad de dólares que produce el sector mineroenergético, los de la producción de café se vuelven más importantes para el país. Eso mejora la posición de los cafeteros en el tablero de poder, porque a medida que su actividad gana importancia, también crece la influencia que tienen para incidir en políticas públicas.
Tercero, porque el 2015 pinta como un buen año para los caficultores. Con la renovación de los cafetos que empezó hace cinco años ya completada, el precio internacional alto y el peso devaluado, seguramente los caficultores van a recibir mejores ingresos que en los años más recientes.
La industria
Aunque golpeada, la industria sería el sector menos afectado: según el estudio de Gómez, su crecimiento se reduciría en un 0,8 por ciento (la caída más baja de todos) y sería el segundo en crecer más rápido, con el 3.6 por ciento anual. Por eso, a la larga pasaría de pesar el 12.6 al 13.7 por ciento en la economía, superando al comercio.
El mayor empujón para la industria vendría por cuenta de la devaluación del peso, lo que la haría más competitiva tanto para exportar como para pelearle el mercado a las importaciones.
Por eso, hay quienes han señalado que Colombia vivió el fenómeno llamado enfermedad holandesa (que básicamente se trata en que la economía depende de la exportación de un solo bien y la importación de todo lo demás, como en Venezuela).
Los transportadores
Como la gasolina y el acpm son uno de sus principales insumos y llegan a ser el 30 por ciento de sus costos, la caída en sus precios va a ayudar a este sector. La pregunta es si el golpe de la caída en toda la economía se compensa con este ahorro.
Con el petróleo a 50 dólares, la gasolina corriente debería costar unos 1.500 pesos menos y el Acpm unos 2.000, una reducción de entre el 15 y el 25 por ciento. Eso le ahorraría a los transportadores alrededor de un 5 por ciento de sus costos.
Las aerolíneas
Un tercio de lo que vale mover un avión es su combustible, por lo que la caída en el precio del petróleo puede ayudarlos a bajar costos. De nuevo, siempre y cuando ese ahorro sea mayor que la caída en la demanda.
Para eso es fundamental que el peso caiga menos que el petróleo, porque el de los aviones jet se vende en dólares en Colombia. Así que si los dos caen lo mismo, el efecto desaparece.
Pero si no, puede dar un empujón. Si el Jet A1 cae igual que el precio del petróleo, un galón podría llegar a costar 1.80 dólares frente a 2.98 en noviembre; y si el dólar se estanca en 2.500 pesos, sería pasar de unos 6.600 a 4.750 pesos. Eso produciría un ahorro de casi un 8 por ciento para las aerolíneas.
Los comercializadores de combustibles
Para los dueños de estaciones de gasolina la noticia es buena porque su producto principal se vuelve más barato y el negocio de ellos no es vender gasolina cara sino vender mucha. Por eso el presidente del gremio del sector Rafael Barrera ha pedido que baje más la gasolina.
Además, la caída de los precios le han puesto mucha presión al gobierno de Venezuela para subir el precio de la gasolina. Si Nicolás Maduro cede a la necesidad de recursos, uno de los efectos probables sería reducir el contrabando hacia Colombia, porque la diferencia abismal de precios entre los dos países se reduciría - aunque hay que ver en cuánto.
En todo caso, de ocurrir eso las estaciones de servicio, sobre todo de zonas como la Guajira, Cesar y Norte de Santander, se beneficiarían de tener un competidor ilegal que por lo menos sería menos atractivo.
Los grandes damnificados
El Estado
El actor más grande y más golpeado es la Nación. Por varios caminos: las petroleras directamente la pagan impuestos y con este golpe ese grifo se va a cerrar mucho; Ecopetrol le reparte dividendos (en 2014 fueron 9,4 billones de pesos, casi todo el hueco fiscal para el 2015) y esa cifra puede incluso desaparecer.
Según el Marco Fiscal de Mediano Plazo, el sector minero energético pone más de uno de cada cinco pesos del Gobierno Central, y por eso una caída grande puede terminar produciendo un hueco fiscal todavía mayor que el de los 12,5 billones que aceptó el gobierno hace varios meses. Algunos, incluso, ya hablan de que puede llegar a convertirse en uno de 30 por la desaceleración económica del próximo año.
Además, va a afectar a las ciduades porque una de las fuentes de recursos para arreglar su difícil movilidad es la sobretasa a la gasolina. Como ésta es un porcentaje del precio de la gasolina y del Acpm, que a su vez dependen del precio del petróleo, esos recursos se van a reducir (a menos de que el consumo de gasolina se duplique, algo muy improbable en el corto plazo).
Eso va a impactar las finanzas de las ciudades. Por ejemplo, para Bogotá y Medellín, la sobretasa da alrededor del 7 por ciento de todos sus impuestos.
Las zonas de frontera
Las regiones posiblemente más golpeadas serían las zonas de frontera, especialmente con Venezuela. Eso porque el golpe de los precios del petróleo en ese país son enormes. Es inminente de un impopular aumento en el precio de la gasolina y una mayor zozobra, que afecta todo el funcionamiento de la economía de la frontera.
En Ecuador también hay un impacto importante. El país también es exportador de petróleo y, aunque su dependencia es menor que la venezolana, como está dolarizado no hay una devaluación que modere el golpe, como en Colombia. Eso afecta el comercio fronterizo, que es fundamental en municipios como Ipiales, Cúcuta o Maicao.
Las regiones productoras de petróleo
Aunque la industria petrolera tiene relativamente poco impacto en las regiones, porque contrata pocos trabajadores locales y buena parte de su actividad se da en enclaves cerrados, igual alcanza a afectar esas zonas.
Por ese carácter cerrado, su golpe más grande está en las regalías que le paga a los municipios y departamentos. Sin embargo, la reforma a las regalías de Santos I ya impactó tan fuerte a las regiones productoras que el nuevo golpe .
Los más de 400 mil accionistas de Ecopetrol (y la empresa)
El golpe a las finanzas de Ecopetrol tiene un efecto fuerte sobre la economía por varios caminos.
Uno es que uno de cada cien colombianos tiene acciones en la petrolera. No solo sus ahorros se van a reducir al caer las acciones (aunque ese golpe seguramente ya se dio en casi su totalidad) sino que dejarán de recibir dividendos jugosos, una plata que servía para ahorrar, invertir o gastar y mover la economía. Este año fueron más de 1,2 billones de pesos, el equivalente a lo que vale hacer una de las nuevas carreteras de cuarta generación
Las pymes
Con menos plata, habrá menos crédito de los bancos y posiblemente a tasas más altas. Eso, aunque golpea a toda la economía, le da especialmente duro a las empresas menos grandes, que suelen tener menos plata ahorrada, menos ingresos para echar mano y menos bienes para vender y resolver el problema.