Con tres casos en la ciudad y un fallecimiento aún por confirmar, la pandemia amenaza a un débil sistema de salud, que ya muestra sus primeras falencias.
Cartagena, el flanco más débil en la lucha contra el coronavirus
Foto tomada de @luisponce_1010
La noticia sobre la muerte de un paciente por problemas respiratorios en la Clínica Cartagena del Mar, que se ha difundido en la ciudad de forma no oficial como un caso de coronavirus y que de confirmarse (aún no ha llegado el resultado de las pruebas) sería el primer fallecimiento por este virus en el país, alimenta el miedo que ya hay en uno de los lugares más vulnerables del país para enfrentar el contagio.
Cartagena suma tres personas reportadas con coronavirus, y tanto su deficiente sistema de salud como el impacto sobre la pobreza que tendrá para la Heroica el aislamiento social que se requiere hacen del epicentro turístico del país un punto crítico.
A esto se le suma que un sector de la ciudadanía no está de acuerdo con las medidas de prevención, como quedó en evidencia ayer con las protestas que realizó el gremio de los mototaxistas y que generaron caos en las calles.
Los dos nuevos casos que confirmó el domingo el Ministerio de Salud fueron contagiadas por contacto y, según las autoridades locales, se trata de dos mujeres adultas de la clínica Medihelp, que atendieron a la paciente 0 en La Heroica.
Con esto, la lupa está sobre las autoridades locales, y especialmente sobre el alcalde William Dau, porque aunque desde el viernes prohibió los eventos para más de 50 personas, tardó en cancelar el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (Ficci) y dejó atracar en el puerto de Cartagena el crucero Braemar, de donde se bajó la primera paciente con coronavirus.
Con el virus ya en la ciudad, el débil sistema de salud de Cartagena, que por décadas ha sido reconocido por sus deficiencias, colapsos y por ser sede de repartijas burocráticas, se convierte en una gran vulnerabilidad para la ciudad y para el país.
El débil sistema de salud
El director del Departamento Administrativo Distrital de Salud (Dadis), Álvaro Fortich, le confirmó a La Silla que todos los hospitales deben tener capacidad para recibir pacientes sospechosos de coronavirus y los casos positivos deberán trasladarse al Hospital Universitario del Caribe por su nivel de seguridad.
Sin embargo, el pasado 10 de marzo la gerente del Hospital Bocagrande, Malka Piña, el director médico de Medihelp, Javier Hernández, y el director de la Casa del Niño, Luis Alberto Percy, entre otros, señalaron en el periódico local El Universal que ningún hospital de la ciudad cuenta con la infraestructura necesaria para aislar a personas sospechosas o contagiadas por coronavirus.
“Las salas de urgencias viven hiper congestionadas y es muy fácil que entre un paciente con una sospecha pero que demore un tiempo largo en la sala y que se replique y empiece un contagio múltiple”, sentenciaron.
A esto se le suma que ninguna clínica de la ciudad puede hacer los diagnósticos para detectar el coronavirus, sino que tienen que enviar las muestras al laboratorio del Instituto Nacional de Salud (INS) en Bogotá, con lo que se demora dos días antes de conocer el resultado. Días en los que mucha gente sigue sus interacciones sociales.
Actualmente, la red pública de Cartagena cuenta con 3 IPS: Ese Hospital Local Cartagena de Indias (44 sedes habilitadas), ESE Maternidad Rafael Calvo y ESE Universitario del Caribe.
Este último es el único que, en teoría, puede recibir pacientes confirmados con el virus y cuenta con solo 14 camas con las medidas de seguridad requeridas.
En teoría.
Hasta ahora, la primera paciente con coronavirus sigue siendo atendida en la clínica Medihelp tras cinco días de haberle sido detectado el virus y los dos casos nuevos se encuentran en “aislamiento supervisado en casa”, según MinSalud.
“En el supuesto caso que se rebase la capacidad, hay que tomar medidas especiales en los hospitales que no tengan esas características”, nos dijo Fortich.
En total, la red hospitalaria de la ciudad cuenta con 1.256 camas para adultos, según nos confirmó el Dadis. No obstante, también son requeridas por pacientes con otras enfermedades y muy pocas cuentan con las condiciones de aislamiento necesarias.
El último informe de calidad de vida de Cartagena Cómo Vamos, presentado en agosto del año pasado, señaló que de las 41 infraestructuras médicas disponibles, 18 necesitan intervención inmediata.
Es el caso del Hospital Canapote, que inició un proceso de remodelación con el exalcalde Dionisio Vélez en 2014 y aún sigue en obra negra.
Vélez firmó un contrato por 95 mil millones de pesos para construir y remodelar 39 puestos de salud, pero solamente se invirtieron en 25. Según La Contratopedia Caribe, luego de seis años, solo 8 de las 25 obras están listas.
Pese a las múltiples necesidades del sector, en 2016 el cuestionado exalcalde de Cartagena Manolo Duque y José Julián Vásquez, su hermano y poder a la sombra, feriaron en su administración el sector de la salud, como contamos en La Silla Caribe, después de que nombraran a la directora del Dadis, Adriana Meza, tras acuerdos burocráticos con los concejales godos Jorge Useche, Zaith Adechine y Édgar Mendoza.
Por la politización del sector y el estado lamentable de los centros de salud, la salud lleva dos años seguidos siendo el tema que la gente considera que debería ser prioritario para el alcalde de la ciudad.
A todo lo anterior, se suma el nivel de pobreza de vastos sectores de la ciudad, que la hace más vulnerable.
Aunque entre 2012 y 2018, el nivel de aseguramiento en salud de los cartageneros mejoró drásticamente, y se pasó de casi 70 mil personas pobres sin acceso a la salud a menos de 6 mil, solo hay un afiliado al régimen contributivo en la Heróica por cada cinco afiliados al régimen subsidiado mientras que en Bogotá es totalmente a la inversa.
Y el tercer motivo de muerte en 2017 fueron problemas respiratorios, que es una de las vulnerabilidades para el coronavirus.
Esta radiografía es preocupante porque uno de los riesgos de este virus al ser tan contagioso es el colapso del sistema de salud, como pasó en Italia, donde no se tomaron las medidas de contingencia adecuadas y hoy ya cuenta con 27.980 contagiados y 2.158 muertos por el coronavirus, solo superado por China, donde se originó el virus.
Por esto la irresponsabilidad con la que se manejó la entrada del crucero Braemar, de donde se bajó la primera paciente con coronavirus, y la tardía cancelación del Ficci causaron indignación contra el alcalde Dau. Esto último fue criticado incluso por su único concejal aliado Javier Julio Bejarano.
Increíble en Valledupar cancelan el Festival Vallenato y en Cartagena insisten con el Ficci y los premios Indias Catalina que para hacerle el quite al mandato del Gobierno de Prohibir eventos de más de 500 personas, bajaron el aforo a 450. ¡Irresponsabilidad!
— Javier Julio Bejarano (@javierjuliob) March 12, 2020
La Silla supo que en la no cancelación en los primeros tres días del Ficci fue clave la exdirectora ejecutiva de Fenalco y gerente de Cartagena, Mónica Fadul. La movida fue entendida por parte del gabinete de Dau como un guiño de Fadul a su gremio, el de los empresarios.
Fadul nos confirmó que sí apoyó la medida de mantener el Ficci con las medidas preventivas del Gobierno Nacional. Pero negó que su postura tuviera que ver con su pasado en el gremio de los comerciantes, sino pensando en el bienestar de la ciudad.
“Si no se había paralizado ninguna ciudad, ¿por qué Cartagena sí?”, nos dijo la gerente de Cartagena, una de las funcionarias más cercanas a Dau.
Finalmente, y tras el aluvión de críticas, el viernes Dau firmó un decreto en el que ordenó suspender los eventos de más de 50 personas, incluido el Ficci, y declaró alerta amarilla en la red hospitalaria de la ciudad, entre otras medidas. Ayer firmó un nuevo decreto con nuevas restricciones que van desde la prohibición total del parrillero en moto hasta la suspensión de actividades turísticas.
Decreto Dau prevención coronavirus by La Silla Vacia on Scribd
Estas medidas locales y nacionales pueden ayudar a contener el contagio pero golpean a Cartagena más que a cualquier otra ciudad del país.
Impacto económico
Cartagena es una ciudad de más de un millón de habitantes (1.028.736), de los cuales el 26 por ciento (268.359 cartageneros) viven en la pobreza, y el 3 por ciento en la indigencia.
El turismo representa el 17,7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de Bolívar, según la última proyección del Dane (2018). Y uno de cada tres cartageneros trabaja en ese sector, según la Gran Encuesta Integrada de Hogares del Dane, publicada este año.
El año pasado, la ciudad movilizó a medio millón de turistas extranjeros, de acuerdo con Corpoturismo Cartagena. Y, según la Alcaldía, a la ciudad llegan más de 15 mil turistas diarios (nacionales e internacionales), es decir, casi cinco millones y medio al año.
Desde las dos últimas semanas, con los restricciones que se hicieron de países europeos como Italia y España y con el anuncio del primer paciente de coronavirus en la ciudad, el impacto se hizo sentir.
Ermida Castro, una de las dueñas de un quiosco en la playa, nos dijo el viernes que en un día vendían alrededor de 400 mil pesos en temporada baja, que por estos días les está costando pasar los 100 mil pesos.
El comerciante Daniel Cañate, quien alquila carpas en la playa, nos dijo que en temporada baja el alquilaba entre 10 y 15 carpas a 17 mil pesos. Pero al finalizar la tarde del jueves pasado, solo llevaba seis carpas alquiladas.
“Si esto sigue así, toca rebuscarse por otro lado”, nos dijo.
Y tras el decreto de alcalde de restringir las actividades en la playa de la ciudad, el panorama es desolador.
El taxista Jorge Alcendra nos dijo que no salió a trabajar “por prevención y porque no hay nada que hacer”.
Las medidas no han sido bien recibidas por toda la comunidad como lo evidenciaron los bloqueos que hicieron ayer los mototaxistas en protesta por la restricción del segundo parrillero en toda la ciudad.
El líder mototaxista y excandidato al concejo Gustavo Martínez nos dijo que por qué ellos no pueden trabajar, si en Transcaribe se da una mayor aglomeración que con las motos. Para él la medida es con el fin de favorecer económicamente a Transcaribe.
“Si mañana no llegamos a un acuerdo, vamos a salir a chocar con la Alcaldía”, dijo Martínez. “Estamos dispuesto a hacer desobediencia ciudadana, antes que me mate el coronavirus, me mato luchando. Las deudas nos agobian”, remarcó.
Hasta ahora las medias anunciadas por Dau han sido para prevenir el contagio y no para reducir el golpe a la economía de la ciudad.
Sin embargo, el alcalde dijo hoy que ha recibido propuestas del sector privado para brindar ayuda a los gremios afectados por las medidas y dio la orden de conformar un grupo de funcionarios para hablar con los empresarios que colaborarían aunque no especificó de qué manera ni quienes habían ofrecido apoyo.
Por ahora, con sus primeros tres casos confirmados, el coronavirus pone a prueba el sistema de salud de la ciudad y enciende la llama del miedo social y económico.