¿Cien por ciento de Yahir?

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?La nueva movida del representante sucreño Yahir Acuña es para que el Consejo Nacional Electoral, en una discusión que tendrá hoy, no le quite la personería jurídica a su partido de bolsillo: 100% por Colombia.

?La nueva movida del representante sucreño Yahir Acuña intenta evitar que el Consejo Nacional Electoral, en una discusión que tendrá hoy, le quite la personería jurídica a su partido de bolsillo: 100% por Colombia.

De la buena estrella de Acuña dan cuenta los inéditos 134 mil votos que lo convirtieron en el nuevo barón electoral de Sucre, a pesar de las sombras y cuestionamientos a su alrededor incluyendo una investigación por parapolítica. El congresista no sólo se eligió él, sino a la segunda de su lista, les puso votos a siete senadores de otros partidos, sacó un representante en el Casanare y se quedó con las dos curules de las negritudes a través de una fundación que maneja tras bambalinas.

Nada de eso le alcanzó, sin embargo, para que 100% lograra el 3 por ciento del total de los votos a Cámara (pues la colectividad sólo presentó listas ahí), que es el umbral que la Ley le exige a los partidos para mantener su personería jurídica y existir.

En marzo pasado, poco después de las legislativas, un magistrado del CNE le confirmó off the récord a La Silla que al no haber sacado los 351 mil votos del umbral el partido de Yahir Acuña desaparecería. Otra fuente de la Registraduría explicó que, así las cosas, el congresista, la segunda de su lista (Candelaria Rojas) y el representante por el Casanare José Rodolfo Pérez se podían posesionar pero tenían que llegar al Congreso y buscar hacer bancada con otra colectividad inmediatamente.

Pero una reciente apuesta jurídica y política está a punto de mantenerle a 100% por Colombia su personería jurídica y al polémico político -hoy aliado de la Unidad Nacional de Juan Manuel Santos- el partido de su propiedad, en el que nombró de dirigentes a varios de sus parientes como si fuera una famiempresa.

La historia
El Presidente Santos y Yahir Acuña, juntos haciendo campaña por la reelección.
El máximo tribunal electoral decidirá hoy el tema de las personerías jurídicas.

El partido de Yahir Acuña obtuvo su personería jurídica en las legislativas de hace cuatro años cuando él salió elegido representante a la Cámara por las negritudes, debido a que para las minorías la Ley no exige pasar umbral sino simplemente obtener curul. Entonces, el movimiento que se convirtió en colectividad se llamaba Afrovides y su dirigente era el político afro sucreño Sixto García, quien se convirtió en socio de Yahir al apoyarlo.

A fines de 2013, Yahir y Sixto estaban peleados y el segundo aceptó separarse y que dividieran el capital político, así Sixto se quedaría con la organización de base y aspiraría a la Cámara por las negritudes, mientras que a Yahir le tocaría el partido y, por ende, la personería jurídica para lanzarse de nuevo pero ya no por los afro sino por la circunscripción ordinaria.

Tener personería jurídica es oro para un colectivo porque permite no sólo dar avales sino obtener financiación anticipada del Estado.

En una particular asamblea en la que, según fuentes conocedoras en Sucre, buena parte de los asistentes eran mototaxistas simpatizantes de Acuña, ese mismo año el Representante cambió el nombre de Afrovides por el de 100% por Colombia y nombró en la directiva del partido a parientes suyos.

Es decir, quedó, como ya quisieran muchos políticos en el país, amo y señor de un partido propio.

El debate

Ahora que no alcanzó el umbral que exige la Ley a los partidos que presenten candidatos por la circunscripción ordinaria, Yahir Acuña no se quedó sentado esperando.

Normalmente el Consejo Nacional Electoral después de declarar elecciones (un asunto que, en el caso de las legislativas de marzo, hizo apenas el pasado 17 de julio) debe anunciar qué partidos u organizaciones conservan su personería jurídica, pero antes de que lo hiciera el Representante les envío a los magistrados de ese tribunal una solicitud.

La petición, de acuerdo con lo que le contaron a La Silla dos fuentes de adentro del organismo, consiste en que le apliquen el artículo 108 de la Constitución (y el acto legislativo 001 de 2009) según el cual el Consejo Nacional Electoral reconocerá la personería jurídica a los partidos que pasen el umbral, exceptuando las minorías para las cuales bastará haber obtenido curules.

En resumen, Acuña argumenta que le deben dejar su partido personal porque éste tiene su origen en una minoría -lo que es cierto y sucedió en 2010- a pesar de que presentó sus listas al Congreso por la circunscripción ordinaria en 2014.

Un magistrado que habló pidiendo reserva de su nombre le adelantó a La Silla que la solicitud dará para un amplio debate en la Sala Plena del CNE, debido a que es la primera vez desde que se crearon las circunscripciones especiales (reconocidas en la Constitución del 91) que pasa algo así y a que la norma no excluye expresamente del beneficio de la personería a las minorías cuando éstas sólo se han presentado por la circunscripción ordinaria y no por la especial.

“Cuando tú limitas un derecho debe haber Ley que lo prohíba. La discusión será de mucho rango constitucional y muy interesante”, dijo la fuente que agregó que de hecho el CNE se pronunció a favor de que los partidos de las minorías puedan presentar listas por ambas circunscripciones (especial y ordinaria).

Otra fuente, también del CNE, dijo desde otra orilla que si se le mantiene la personería a 100% por Colombia a pesar de no haber pasado el umbral “es un riesgo porque abre la puerta a que otros partidos se salten el umbral sólo porque tuvieron origen en una minoría a la que luego dejaron de representar”.

De hecho, tanto la dejó de representar que la organización social para las minorías del partido de Acuña se fue con la salida de Sixto García, quien efectivamente buscó una curul por las negritudes con el respaldo del movimiento Afrovides pero se hundió.

El pulso de los nueve magistrados del tribunal comenzará hoy en Sala Plena y, por ahora, el asunto de Yahir Acuña será respondido en una resolución general sobre personerías jurídicas que prepara el CNE, en la cual está incluida la ratificación de la personería jurídica de la UP hasta 2018.

La UP, que tampoco pasó el umbral en marzo,  se salvó de volver a desaparecer gracias a un concepto del Consejo de Estado que será acogido por el Consejo Electoral debido a que ese partido (que es hijo de los acuerdos fallidos de paz de La Uribe entre el Gobierno y las Farc) “está en un proceso de transición hacia el restablecimiento de sus derechos políticos”, como reza el pronunciamiento.

“Vamos a determinar si lo de él (Yahir Acuña) se va a acumular en esa resolución general o si se elabora otro acto administrativo”, detalló una de las fuentes consultadas.

La movida del Representante además de jurídica es política porque en el Consejo Nacional Electoral las mayorías las tiene la Unidad Nacional santista (son tres magistrados delegados de La U, dos liberales, uno de Cambio Radical, dos conservadores y uno más del viejo PIN), que cuenta con nueve de nueve votos y las decisiones se logran con seis.

Acuña, como lo ha contado La Silla, fue un hombre clave en la reelección de Santos en Sucre y ahora es aliado de su coalición, especialmente cercano al Partido de La U.

Por eso no es descabellado pensar que esas circunstancias aumentan las posibilidades de que la decisión salga a su favor.

Pero además, dos fuentes que se mueven dentro del CNE le dijeron por aparte a La Silla que el magistrado del viejo PIN José Joaquín Plata (quien llegó por primera vez a ese tribunal gracias a una alianza entre el desaparecido Apertura Liberal y Convergencia Ciudadana, que manejaba el entonces parapolítico Luis Alberto ‘el Tuerto’ Gil y luego se convirtió en el PIN) se estaría moviendo a favor de la petición del congresista. El asunto no obstante fue negado por Plata a La Silla.

En cualquier caso, hoy se comenzará a discutir la nueva movida de Acuña y habrá que ver si se queda sin su preciado partido o si sigue con su buena estrella, ganando pulsos a pesar de cualquier cuestionamiento para envidia de cualquier veterano político.

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