El hundimiento de la valorización demostró cosas como el poco olfato político del alcalde o que la campaña de 2018 comenzó a permear las decisiones locales.
Cinco lecciones de la derrota de Peñalosa en el Concejo
El hundimiento anoche del proyecto para cobrar una nueva valorización fue la primera gran derrota del alcalde Enrique Peñalosa en el Concejo de Bogotá, donde no contó con las mayorías que le han aprobado sus proyectos sin muchos reparos.
Este ni siquiera fue votado. A las 8:15 de la noche, luego de dos días de debate, el presidente de la Comisión de Hacienda, Julio César Acosta, de Cambio Radical, finalizó la sesión pidiéndole a la Alcaldía que presente el proyecto luego. El gobierno nunca logró asegurar los ocho votos que necesitaba para el primer debate después de arrancar solo con dos votos fijos a favor.
Apenas en las últimas horas se conoció de manera extraoficial que los tres concejales de Cambio Radical apoyarían el proyecto con modificaciones, y que era muy probable que las concejales de La U Nelly Patricia Mosquera y liberal María Victoria Vargas, también votaran por el sí. Pero los del liberal Germán García y U David Ballén, de La U, no se concretaron y faltaba por lo menos uno de ellos.
Por eso la decisión de Acosta de no votarlo evitó que la derrota para el alcalde fuera más vistosa. Pero ese apoyo fue menor: ni Cambio Radical ni La U ni los liberales hablaron en la sesión, algo que es usual para cantar el voto.
Esa derrota no solo se debe a la falta de un apoyo, sino que revela cómo se está moviendo la política en Bogotá.
A Peñalosa le falta olfato político
El Alcalde anunció que presentaría el proyecto hace un mes, cuando su aprobación sigue cayendo, los grupos que lo quieren revocar han entregado centenares de miles de firmas, la economía y la opinión están golpeadas por el aumento del IVA del 16 al 19 por ciento, y la campaña de 2018 ya está en la agenda de los concejales.
Los de Cambio Radical le reclamaron desde un comienzo, nos dijo uno de ellos, porque consideraban que era preferible que no se expusiera pidiéndole plata a la gente que puede salir a revocarlo antes de entregar obras. Además, porque los ponía en una situación difícil a la hora de pedirles a sus electores que votaran por su partido en el Congreso y la Presidencia mientras aceptaban un tributo adicional, pues la propuesta era que a las casas llegaran los recibos a inicios del próximo año.
Así también lo interpretaron en otras bancadas de la coalición, y eso ayuda a explicar que los concejales se hayan tan duros en su negociación.
Peñalosa siempre se ha vendido como un dirigente que no es político, y que por eso toma decisiones que cree correctas así sean impopulares. Pero esta vez esa falta de mirada política le valió una derrota.
La coalición es más gobiernista que peñalosista
Durante la discusión de la valorización hubo una crítica constante a obras que encarnan la visión de ciudad que tiene Peñalosa (de lo que llama igualdad en la calidad de vida a través de espacios públicos para el goce de la ciudad, como centros culturales, ciclorrutas, andenes o parques).
El ejemplo más visible fue el Centro Cultural El Retiro, que se proponía construir en la calle 82 con carrera 11, diagonal al Centro Comercial Andino, en una de las zonas donde vive alguna de la gente más pudiente de Bogotá. Se trataba de un edificio de 80 mil millones de pesos con piscina semiolímpica, sala de música, cancha de fútbol y un restaurante en la terraza.
Los concejales del Centro Democrático siempre se opusieron al cobro pero, como lo dijo Daniel Palacios, en caso de haber estado de acuerdo hubieran exigido igual que esa obra se quedara por fuera, por considerarla innecesaria ante tantas otras necesidades.
Germán García, concejal liberal de la coalición, también cuestionó en un debate anterior que se pensara en construir piscinas para estratos altos.
De forma menos visible, pero más clara en la oposición a la visión de ciudad de Peñalosa, hubo críticas a la construcción de ciclorrutas y adecuación de algunos parques incluidos en el cobro porque concejales, incluidos algunos de Cambio (que no se pronunciaron oficialmente durante el debate), no consideraban prioritarios. Lo que para ellos sí era prioritario eran las vías, pues alegaban que primero debían resolverse los problemas para movilizarse en carro particular. Es decir, defendían una ciudad totalmente opuesta.
Aunque las pullas también fueron de la oposición, que desde la coalición hayan hecho críticas a esas obras que son el ADN de la visión de ciudad de Peñalosa, indica que sus concejales no lo acompañan por compartir esa visión.
Aunque Cambio Radical lo avaló, su base más fuerte es verde
Los únicos dos votos fijos a favor que tuvo el proyecto de valorización fueron de los concejales de Alianza Verde Jorge Torres y Hosman Martínez. Y si el proyecto pasaba a plenaria, era muy probable que allí contara con los apoyos de sus copartidarios Edward Arias, María Clara Name y Lucía Bastidas (que le ayudó a recoger firmas a Peñalosa en su campaña). Solo hubiera faltado el voto de Sanguino, que es crítico de Peñalosa y está más tirado a la izquierda que el resto.
Por eso, ante la falta de apoyo de Cambio Radical (que hasta las últimas horas manifestó inquietudes y apretó al gobierno), quedó demostrado que la base que respalda a Peñalosa con más convicción y sin tantos condicionamientos es la de los verdes de centro, que son justamente los que le ayudaron a recoger firmas en la campaña, antes de aceptar el aval de Cambio.
La otra bancada numerosa y que lo apoya, el Centro Democrático, se apartó del proyecto desde el inicio, lo criticó en medios y en el Concejo, y con eso dejó a la Alcaldía en una posición débil frente a otros concejales.
La bancada del partido de Germán Vargas salió mal parada pues entre sus colegas no cayeron bien los dos recesos que pidieron ayer los concejales Yefer Vega y Rolando González, aceptados por Julio César Acosta, el presidente de la Comisión (todos de ese partido) porque significaron alargar el debate e irse a discutir afuera del recinto con el secretario de Gobierno, Miguel Uribe.
Eso generó suspicacias de concejales del MIRA, ASI, el Polo, los partidos Verde, Liberal y el Centro Democrático, por lo que Uribe y los de Cambio tuvieron que decir públicamente que lo que discutían eran las sugerencias de los concejales vargaslleristas al proyecto.
El alcalde ratificó que no le gusta consultar mucho sus grandes propuestas
Una de las grandes críticas a la propuesta es que Peñalosa no había consultado antes con la ciudadanía o los ediles de las zonas que iba a impactar el cobro.
Ayer el concejal uribista Daniel Palacios aprovechó la presencia del edil de Chapinero Andrés Acosta (del ala del concejal Juan Felipe Grillo en Cambio Radical) para preguntarle si a él y a la Junta Administradora Local de esa localidad (una de las más afectadas con el cobro) la administración les había socializado las obras. Acosta respondió que no.
Desde Cambio, el concejal Roberto Hinestrosa también pidió, en declaraciones a medios de comunicación, que las obras fueran socializadas, una crítica que también se escuchó desde la oposición.
Peñalosa sostuvo así un estilo que, como afirma la periodista y exconcejal peñalosista Lariza Pizano en una entrevista que le hizo a él para un libro de 2015, se trata más de “decisiones políticas desde el Estado que de respuestas a demandas ciudadanas”. Al referirse a su primera alcaldía, el hoy alcalde le dijo a Pizano que “la inmensa mayoría de lo que hicimos fueron cosas nuevas, que no habrían sido pedidas por los ciudadanos. Y es probable que las hubieran rechazado inicialmente de haberlos consultado”.
Ayer también le cobraron eso, pues en el ambiente quedó la idea de que, por más que algunas obras beneficiaran a la ciudadanía, se trataban más de una imposición de la visión de la Alcaldía (algo que pasó en el Plan de Desarrollo no está pasando con el POT, cuando creó una plataforma web de participación, como lo exige la ley).
En campaña, lo nacional pesará cada vez más en Bogotá
La oposición del Centro Democrático a la valorización se fundamentó desde un primer momento en variables nacionales como el regular momento económico que vive el país, que terminaron ligadas al mandato del expresidente Álvaro Uribe a su bancada para que no aprobara “más impuestos”. Como ese discurso está ligado a la oposición que le hace el uribismo a la presidencia de Juan Manuel Santos, quedó claro que en esta discusión también quedó metida la campaña que comienza para el 2018.
A eso se suma que Germán Vargas Lleras, principal líder y candidato presidencial de Cambio Radical, estuvo al tanto de la discusión y esta semana se reunió con su bancada, que le expuso las dudas sobre el proyecto. No los alineó con Peñalosa sino que los dejó en libertad para votar, y así evitó que en campaña los uribistas usaran la valorización de Peñalosa como argumento en su contra. Además, como lo contamos en La Silla Cachaca, tras esa reunión también se reforzó la idea de hundir el proyecto con la idea de que el alcalde lo vuelva a presentar, como efectivamente ocurrirá.
De ahora en adelante es muy probable que los concejales voten los proyectos pensando en las implicaciones que eso tenga para las campañas que apoyarán al Congreso (donde muchos tienen fórmulas a la Cámara) y a la Presidencia.