El congreso del Polo Democrático, que terminó esta tarde en el Hotel Tequendama bogotano, consagró la reconciliación de los dos sectores liderados por la excandidata presidencial Clara López y el senadorJorge Robledo, que estaban enfrascados en una álgida disputa por el control del mayor partido de izquierda del país desde las presidenciales del año pasado.
Clara y Robledo sellan la paz del Polo
El congreso del Polo Democrático, que terminó esta tarde en el Hotel Tequendama bogotano, consagró la reconciliación de los dos sectores liderados por la excandidata presidencial Clara López y el senador Jorge Robledo, que estaban enfrascados en una álgida disputa por el control del mayor partido de izquierda del país desde las presidenciales del año pasado.
Esa distensión fue evidente cuando se cumplió uno de los acuerdos simbólicos a los que, como contó La Silla, llegaron en los últimos días tras dos semanas de acercamientos y un desayuno este lunes entre las dos figuras más visibles del partido.
El sector de Robledo -que integran el Moir y el grupo de independientes bautizado 'Nueva Tendencia'- votaron para mantener a Clara en la presidencia del partido por otros dos años, mientras que el sector que lideran López y el senador Iván Cepeda votaron para que Gustavo Triana -que viene del Moir - se mantenga como secretario general por el mismo período.
Ese acuerdo, que le da a cada uno de los bloques uno de los puestos claves en el partido, fue uno de los puntales para lograr que el Polo no se vuelva a romper, como sucedió cuando se fueron los progresistas de Gustavo Petro o se expulsó al Partido Comunista. Tan sólido parece el pacto que incluso acordaron que, si Clara gana la Alcaldía de Bogotá en octubre, un aliado suyo la remplazará.
Adicionalmente, los dos grupos llegaron a acuerdos en tres temas medulares, que quedaron reafirmados cuando los 766 delegados los votaron por unanimidad al cierre del Congreso (con una única disidencia del senador vallecaucano Alexander López): el respaldo sobre el proceso de paz, la oposición frente al gobierno deJuan Manuel Santos y la política de alianzas para las elecciones de octubre. En todos tres, ambos grupos cedieron y encontraron un punto medio en sus posiciones que evitó un enfrentamiento más duro.
En el tema de la paz, acordaron que el Polo mantiene al proceso de paz como una de sus prioridades pero no la única, algo que suavizó el malestar entre el sector de Clara y Cepeda -que ha venido impulsando el Frente Amplio por la Paz- de que a los robledistas el tema no les importa y el de éstos últimos de que les acusen de ser 'anti-paz'.
Con la oposición a Santos llegaron a un acuerdo parecido: el grupo clarista se comprometió a mantenerse alineado en la oposición al modelo neoliberal y a enarbolar banderas tradicionales del sector de Robledo como la lucha contra los TLC y la privatización de empresas como Isagen.
Como resume un líder polista, “la paz no es lo principal, pero tampoco es secundario. Y el modelo económico no es lo único, pero también debe quedar arriba”.
Finalmente, acordaron que las alianzas para las elecciones de octubre no serán nacionales sino que se evaluarán caso por caso y prioritariamente con partidos afines como la Alianza Verde, la Unión Patriótica o el Mais indígena. Y que esas decisiones, así como las de los avales, las tomará un comisión nacional de avales en la que las regiones estarán representadas (otro de los temas álgidos en los últimos meses).
Con esos acuerdos, el mayor partido de izquierda evitó una nueva ruptura y cierra el capítulo de once meses de escaramuzas y peleas públicas. Pero, sobre todo, lima las asperezas de cara a las elecciones locales en las que la candidatura de Clara en Bogotá es una de sus cartas más importantes para volver al poder.