Pruebas de laboratorio propias y un centro de operaciones de emergencia marcan la diferencia. La capacidad del sistema de salud se pondrá a prueba cuando el país entre a una fase inevitable: la mitigación.
Colombia: con ventajas para detectar el coronavirus, pero con déficit de camas
Desde el viernes en la tarde, cuando fue confirmado el primer caso colombiano de coronavirus, el país oficialmente pasó de la fase de prevención a la contención del virus, que deja globalmente 4 mil muertos, más de 110 mil contagiados y un riesgo “muy real” de una pandemia internacional, según lo advirtió ayer la Organización Mundial para la Salud.
Colombia arranca con una ventaja sobre países de la región para detectar los casos, pero si pasa a la siguiente fase, que es la de mitigar el virus cuando ya ‘anida’ en el ambiente, se pondrá a prueba la capacidad de un sistema de salud al que le faltan camas y tiene los servicios de urgencia colapsados.
Lo que tenemos
Para Colombia era “inevitable” que el virus llegara, como dijo el sábado el presidente Iván Duque, toda vez que ya hay 110 países con casos confirmados, incluyendo tres vecinos (Brasil, Ecuador y Perú).
Pero Colombia está hoy mejor preparada para enfrentar el virus pues después del chikunguña y el zika, que afectaron a 500 mil y 23 mil colombianos, respectivamente, en 2014 y 2018, se vio obligada a mejorar el sistema de vigilancia en salud pública, que es el aspecto clave para la contención de epidemias.
“Una prueba de eso es que logramos contener el sarampión que apareció en 2018”, explicó a La Silla el ministro de Salud Fernando Ruiz.
El país tiene dos herramientas clave para entrar a esta fase que ayudan en la detección de casos y que ponen al país por encima de otros de la región: un laboratorio con capacidad de testear pruebas para detectar casos en menos de 24 horas y un Centro de Operaciones de Emergencia (COE) del Instituto Nacional de Salud (INS) para investigaciones en campo de los infectados con el virus, que le dan autonomía para detectarlo y actuar al respecto.
El laboratorio para la detección autónoma de virus, que depende del Instituto Nacional de Salud, es el primero certificado en Latinoamérica y está listo desde el 4 de febrero para hacer las pruebas del Coronavirus en el país, lo que permite tener en 8 horas el resultado.
Por ejemplo, hace once años, el gobierno tuvo que esperar que se hicieran las primeras pruebas del virus H1N1 en Atlanta y que volvieran los resultados al país, para que el entonces ministro de Protección, Diego Palacios, confirmara el primer caso.
Según Martha Ospina, directora del (INS), el laboratorio tiene capacidad para procesar 2.400 pruebas a la semana y una vez llegan al lugar se procesan en 9 horas. Al domingo por la noche, ese laboratorio había identificado 82 pruebas negativas de coronavirus.
“Con esto la OMS ha elegido a Colombia como uno de los seis países en los cuales confía para integrarlo en la vigilancia mundial de COVID-19 (el nombre científico del coronavirus”, nos dijo la funcionaria.
El COE del INS, que funciona desde febrero de 2017 y tiene certificación internacional desde 2018, centraliza en una sola dependencia la reacción estatal y la investigación en campo ante brotes de un virus como este.
El virus cogió al mundo con los brazos abajo
Cuando se detecta un caso, según nos dijeron en el Ministerio de Salud, se envían tres epidemiólogos de los 114 profesionales y 35 de apoyo que hay certificados en el INS a donde exista el brote, para investigar y hacer vigilancia en terreno de la persona infectada, con quiénes ha estado y activar los protocolos.
En el caso de la primer paciente infectada con el virus, la Secretaría de Salud de Bogotá y el INS tienen bajo vigilancia -a través de llamadas, rastreo y control médico- a 55 personas de su círculo, para revisar la evolución y detectar si tienen los síntomas iniciales del coronavirus, que son muy similares a los de una gripe común.
Para dos expertos consultados por La Silla Vacía, el médico Carlos Fernández, editor de salud de El Tiempo y Carlos Álvarez, infectólogo y catedrático de la Universidad Nacional, como el coronavirus es un virus respiratorio cuyos síntomas tienen que ver con la gripa, Colombia tiene experiencia en esos temas respiratorios por los picos de enfermedades respiratorias que hay cada año, más las experiencias con virus anteriores.
“No estamos preparados para el virus en sí mismo, porque el virus a todo el mundo cogió con los brazos abajo, pero Colombia entendió un poco mejor la epidemiología para estar preparado”, nos dijo Fernández.
Por ahora, las medidas van encaminadas a mantener la prevención, especialmente en las poblaciones de mayor riesgo (mayores de 60 años, menores de cinco años, personas con enfermedades autoinmunes y embarazadas), seguir identificando casos de sospechosos, y aislándolos; y campañas pedagógicas en colegios y empresas para el lavado constante de manos (la medida más efectiva).
Sin embargo, la inevitable siguiente fase será un gran desafío.
Lo que nos falta
Así como fue inevitable la llegada del coronavirus al país, también lo es que en las próximas semanas, Colombia pase de la fase de contención (en la que estamos) a la de la mitigación.
Esa fase ocurre cuando pasan dos eventos: el primero, que haya un 10 por ciento de casos registrados a los que no se les puede seguir el rastro (que no se pueda vigilar su círculo) y el segundo, que ocurran casos autóctonos (personas contagiadas pese a que no viajaron a sitios de contagio o tuvieron contactos con contagiados).
Es decir, cuando el virus ya está instalado en el ambiente. Y es en ese punto donde desde el Ministerio de Salud hasta en las fuentes contactadas para esta historia, detectan problemas anclados al sistema de salud mismo.
las mejores capacidades colapsan si la población no colabora
Si bien es una ventaja que en Colombia haya una cobertura de salud casi universal (96.4 por ciento de la población), cosa que no ocurre, por ejemplo, en Estados Unidos “aún nos faltan unas verdaderas redes integradas de servicios de salud”, nos dijo el médico Fernández.
Lo que se traduce, por ejemplo, en un déficit de camas disponibles en los hospitales del país para una eventual avalancha de pacientes.
De acuerdo con cifras que entregó el Ministerio de Salud a La Silla, en este momento -entre hospitales públicos y privados- hay 63.720 camas hospitalarias (13.572 camas entre cuidado intensivo e intermedio y 50.148 camas de hospitalización general para adultos y pediatría).
De ahí el problema que habría si hay una epidemia en Colombia o si cualquier persona con gripa se asusta y acude al hospital, lo que es algo muy común.
Si bien no hay cifras desagregadas en Bogotá, Cali y Medellín, por ser las tres capitales más grandes del país, tienen más capacidad para atender estas situaciones y son las ciudades donde se concentran los primeros casos.
“En situaciones normales, es habitual el déficit de camas y Colombia no está preparado para hacer un hospital en 10 días”, nos dijo el médico Álvarez, de la Nacional.
En Bogotá fueron destinados nueve de los 40 hospitales que hay para llevar de manera prioritaria los casos sospechosos y confirmados y más de 600 ambulancias disponibles; en Medellín y su área metropolitana, hay 49 centros disponibles para atender emergencias como estas; y en Cali, según nos dijo la Secretaría de Salud, hay “un cuarto” de aislamiento en cada una de las más de mil IPS (entre públicas, privadas y mixtas) que hay en la ciudad.
Pero la cifra cambia en ciudades más pequeñas.
Por ejemplo, en Neiva, la Secretaria de Salud, Lina Rivas, nos dijo que en los cinco centros médicos que son responsabilidad de la ciudad hay habilitadas solo 20 camas disponibles para atender eventualidades como el coronavirus; mientras que en el Hospital Universitario, que es el centro médico de primer nivel del Huila, y a donde llegan casos de todo el sur del país, hay listas ocho camas y una zona de aislamiento.
Pero, el exalcalde de Neiva y médico Rodrigo Lara Sánchez, nos dijo que normalmente la ciudad tiene un déficit de mil camas (hay casi 3 mil en total).
La situación no es mejor en ciudades fronterizas.
MinHacienda destinó 15 mil millones; MinSalud busca otros 14 mil para laboratorios
En Ipiales, ciudad fronteriza con Ecuador, donde hay confirmados quince casos, hay 10 camas en el Hospital Civil para hospitalización por coronavirus y 16 más en un albergue.
Mientras que en Cúcuta, principal paso fronterizo formal entre Colombia y Venezuela, ayer fueron confirmados dos casos sospechosos de coronavirus que están aislados en el hospital Erasmo Meoz de la ciudad, a la espera de los resultados de laboratorio del INS en Bogotá.
Pero la dirección del centro dijo a La Silla Vacía que “es evidente que hay deficiencia en disponibilidad de camas” en la región.
A eso se suma la desigualdad en recursos entre una ciudad y otra lo que muestra, una vez más, las brechas regionales.
En Bogotá, por ejemplo, la Secretaría de Salud tiene 6 mil millones de pesos presupuestado para urgencias y emergencias de salud de este año; y para el caso del coronavirus, la plata se está usando para reforzar la atención y los casos sospechosos.
En Antioquia la secretaria de Salud, Lina Bustamante, dijo que la Gobernación destinó 5 mil millones de pesos y que llegarán 2 mil millones más del Gobierno Nacional para la contingencia en el departamento; y en Cali, la Secretaría de Salud pidió a la Alcaldía 2 mil millones de pesos para atender la contingencia.
En cambio en Ipiales, tienen disponibles solo 300 millones de pesos para atender la emergencia del coronavirus.
Por ahora, el Ministerio de Hacienda aprobó 15 mil millones de pesos más para invertir en la vigilancia de la epidemia, adquirir más insumos, fortalecer el laboratorio del INS y demás planes de contingencia.
Y el Ministerio de Salud busca otros 14 mil millones más para fortalecer, al menos, cinco laboratorios departamentales. Si la plata alcanza, nos dijeron, buscarán que puedan fortalecer otros dos laboratorios más en regiones, sin especificar en cuáles.
La situación en las fronteras, aeropuertos y terminales tiene su dinámica propia.
En Migración Colombia dijeron que a partir del viernes se intensificaron los controles en los 45 controles migratorios que hay en el país (pasos terrestres, puertos, aeropuertos internacionales), para identificar casos.
Y el Ministerio de Salud envió epidemiólogos -uno por zona- por seis meses a estas zonas para reforzar los controles.
Por ahora, fue suspendida la migración automática (por biometría) en los aeropuertos a los viajeros que llegan de los nueve países identificados por el Ministerio de Salud como focos de contagio. Pasan por un control de temperatura y responden dos cuestionarios (uno en vuelo y otro en tierra) sobre qué países visitó, con cuántas personas tuvo contacto y si presenta síntomas.
Paradójicamente, la crisis del coronavirus hizo que Colombia y Venezuela restablecieran, al menos en el tema sanitario, su comunicación.
Desde el viernes, cuando Migración hizo una reunión en el Puesto de Mando Unificado en Cúcuta, quedó listo un protocolo con el estado de Táchira para priorizar la información de casos que hayan sido confirmados en esa zona (por ahora Venezuela no reporta ninguno), para alertar a Colombia.
No podemos bloquear a los migrantes
De todos modos, los procedimientos no son infalibles. En Migración contaron, por ejemplo, que en los aeropuertos hay gente que no se deja tomar la temperatura, por lo que no es posible detectar que alguien llegue con fiebre para ponerla en aislamiento.
Y en Cartagena, la semana pasada llegaron unos cien turistas italianos procedentes de Bogotá. Si bien pasaron el control migratorio y se reportaron asintomáticos y hay 38 funcionarios encargados en la ciudad de monitorearlos a ellos y otros extranjeros, “no podemos por reglamento sanitario, bloquear a los migrantes”, dijo el director del Departamento Administrativo Distrital de Salud (Dadis) de Cartagena, Álvaro Fortich.
Para la siguiente fase, la inevitable de la mitigación, el Ministerio de Salud tiene campañas para que solo los casos severos acudan a servicios hospitalarios, y para evitar el uso de servicios de emergencias a menos que sea necesario y hacer pruebas de laboratorio solo a casos especiales.
“Incluso las mejores capacidades colapsan si la población no colabora”, dijo el ministro de Salud, Fernando Ruíz. Insistió en que la gente siga las recomendaciones: lavarse las manos varias veces al día, no salir de la casa si tiene gripa y que las embarazadas, los mayores de 60 años, los menores de cinco años y quienes han viajado a lugares donde hay epidemia vayan al médico si tienen síntomas de gripa, fiebre y tos seca.