Colombia, por ahora, no hará pruebas masivas de Covid19

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Corea del Sur ha tenido un modelo exitoso de contención al Coronavirus al realizar testeos masivos, que no se realizan en Colombia. Foto: Twitter

Ahorrar recursos para la fase de contención y la falta de cura para el Coronavirus, las razones principales por las cuales las autoridades dicen que no es necesaria la prueba. De todos modos, hay debate. Y miedo.

Daniela Amaya, la editora creativa de La Silla Vacía, comenzó a sentirse débil, con dolor en el cuerpo y escalofríos en la noche de este martes 17 de marzo. El fin de semana estuvo con amigos y tenía la nariz congestionada, pero nada que considerara grave. Su compañera de apartamento también tenía síntomas similares.

 

Una semana atrás, el 8 de marzo, ambas habían asistido a la marcha feminista por el Día de la Mujer con una amiga que había vuelto de Milán a finales de febrero, después de hacer un viaje por todo Europa. Estuvieron juntas todo el día.

Que Daniela comenzara a sentirse mal “de repente”, que su compañera estuviera igual, que hubiera tenido un contacto reciente con alguien que llegó de Europa, la hizo temer que pudiera tener Coronavirus.

Ese martes, el miércoles y jueves, Daniela siguió con los malestares, trabajó entre las cobijas y tuvo escalofríos. Se tomó la temperatura regularmente y hasta ese momento, el termómetro nunca dio 38 grados. Comenzó a darle tos seca y siguió pensando que podía ser un caso positivo.

Llamó a su amiga que volvió de Milán y ella le contó que, por haber vuelto al país de una zona de alto contagio, el 10 de marzo (17 días después de volver al país) le hicieron la prueba del coronavirus a domicilio y salió negativa.

Eso la tranquilizó. Pero aún así, Daniela decidió llamar al 123 en Bogotá el miércoles 18 de marzo para contar sus síntomas y pedir una prueba. “Nunca entró la llamada”, contó. Llamó a la línea nacional 018000955590 y lo mismo. 

Luego se comunicó con el 3305041 del Ministerio de Salud, donde una grabación le dio una pregunta con varias opciones: ¿sentía tos? Sí. ¿fatiga y dificultades al respirar? Sí. ¿Había viajado en los últimos 14 días a alguno de estos siete países con más contagio (Irán, Italia, Corea del Sur, Francia, Alemania, China y Japón)? No.

“Como no viajé a ninguno de esos países, no marqué la opción”, contó. Al final, la grabación le ‘dijo’ que podía ser otro tipo de gripa, porque están en el pico de infecciones respiratorias, y que pidiera un médico si tres días después seguía con los síntomas.

Como Daniela, hay miles personas en el país que en este momento están pidiendo a las Secretarías de Salud de su ciudad que les hagan la prueba, así no hayan estado en contacto con casos confirmados o sospechosos con coronavirus. Ante la negativa, la frustración crece día a día.

“Ahora todo el mundo llama porque tiene síntomas de gripa o miedo”, nos dijo un funcionario de una Secretaría de Salud que conoce del tema. 

Incluso, el alcalde de Popayán, Juan Carlos López, contó que después de que anunciara que resultó positivo para Coronavirus, amigos y conocidos lo han llamado para que lo ayuden a hacerse la prueba, así no tengan contacto con él hace semanas.

La línea de emergencia 123 de Bogotá ha pasado de recibir 32 mil llamadas a más de 60 mil diarias en los primeros 17 días del mes. El viernes, a las 5 p.m., 763 personas llamaron porque reportaban algún síntoma; 263 porque no podían respirar y 443 pedían información sobre la pandemia.

Eso, porque situaciones exitosas, como el de Corea del Sur -que de todos modos sigue detectando casos- han mostrado que pruebas masivas a toda la población ayudan a focalizar la gente contagiada, aún antes de tener los síntomas, y detener la enfermedad, que no tiene cura aún.   Precisamente por eso, la Organización Mundial de la Salud dijo la semana pasada que la recomendación era "hacer pruebas, hacer pruebas, y hacer pruebas". 

Pero, en Colombia, solo a algunos de ellos se las van a realizar.

Según especificó el Ministerio de Salud en una circular que emitió el miércoles a todas las EPS del país, solo a cuatro tipos específicos de personas deben hacerse las pruebas: 

  1. Personas que tengan infecciones respiratorias agudas, con dificultad para respirar y fiebre alta por tres días seguidos, sin necesidad que antes hayan estado de viaje.

  2. Personas con presencia de alguno de los síntomas: fiebre, tos, dificultad para respirar, dolor de gargante, fatiga, dolor de cuerpo, náusea, vómito o diarrea y que además haya viajado 14 días antes a los países con casos confirmados de Coronavirus (168 de 194 países del mundo); haya atendido a pacientes con Covid-19 o o que hayan estado en contacto con un caso probable o confirmado por Coronavirus. 

  3. Todos los mayores de 60 años que estén actualmente hospitalizados por cualquier causa.

  4. Gente que no presente ningún síntoma (asintomático) que haya viajado en los últimos 14 días a países con el virus; que haya tenido contacto estrecho con alguien que haya viajado y sea un caso probable o confirmado; o gente que viva con contagiados confirmados.

Como Daniela no cabía en ninguno de esos cuatro grupos, no era candidata para la prueba.

La talanquera a las pruebas masivas

Hay tres razones para restringir las pruebas masivas, según nos dijeron, por aparte, el Ministerio de Salud, la Secretaría de Salud de Bogotá, el gremio de EPS (Acemi) y dos expertos en infecciones consultados para esta historia.

La primera razón es científica: “Al día de hoy el diagnóstico no tiene utilidad en el tratamiento de las personas, porque no hay cura. En el 99 por ciento de los casos confirmados lo que hay que hacer es soportar la situación”, nos dijo Andrés Vecino, investigador de la escuela de salud pública de la universidad Jhon Hopkins. “El tratamiento es el aislamiento”.

Las pruebas sirven es para detectar y rastrear la enfermedad.

Lo que lleva a la segunda y principal razón para restringir la prueba: los recursos limitados.

Como los recursos no son infinitos, el Gobierno Nacional y los locales están focalizando las pruebas en la población más sensible al virus y a la llamada ‘cadena de contagio’ de las personas infectadas.

”hoy el diagnóstico no tiene utilidad en el tratamiento de las personas, porque no hay cura”

Andrés Vecino, universidad John Hopkins

Por ejemplo, a los dos familiares que vivían con la primera paciente confirmada con Coronavirus (que ya se curó) les hicieron pruebas de seguimiento en dos ocasiones, ambas salieron negativas y por ahora no están contagiados.

“Hay que racionalizar: no podemos dedicar a laboratoristas, a todo el sistema de salud tomando pruebas a todos, toca atender a la gente más vulnerable. Como ya sabemos quién es esa gente vulnerable, nos concentramos en ellos”, dijo a La Silla Vacía Fabián Cardona, vicepresidente de Salud de Acemi, el gremio que agrupa a la mayoría de EPS del país.

Según supo La Silla Vacía, la toma de una prueba en casa, como la que hacen las EPS normalmente a personas que tienen otras enfermedades y no pueden desplazarse a una clínica, cuesta entre 40 mil y 50 mil pesos cada una, un precio que incluye el pago al médico, enfermero y sus implementos (guantes elásticos, isopos, etc).

Pero en este caso, como es un virus altamente contagioso, el personal debe usar protección especial: overoles, mascarilla, guantes especiales, transporte de muestras, entre otros. Y el costo, por muestra, sube a casi 500 mil pesos.

Es decir, ya en este panorama, con la circular que expidió el MinSalud a las EPS, sus costos por muestra se multiplican por 10, que asume el sistema de salud.

Incluso, en redes ya hay quejas de que las EPS no estaban respondiendo rápidamente a la solicitud de pruebas.

El jueves en la noche, Daniela tuvo 38.5 grados. El viernes en la mañana llamó a su EPS, Sanitas. Le dijeron que un médico iría a su casa para hacerle una prueba, por la fiebre alta. A los 40 minutos le colgaron la llamada.

Tampoco hay todavía la posibilidad de hacer pruebas rápidas o desechables como ofrecen proveedores en línea. La OMS no las acepta, porque pueden dar resultados falsos.

La tercera razón para la restricción es que, como contamos, no hay suficientes reactivos en el mundo para hacer las pruebas. Aunque el viernes, el Invima expidió los registros especiales para facilitar la importación de los químicos para que los laboratorios públicos y las universidades puedan hacer pruebas. Ayer, la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, anunció la primera importación masiva de 50 mil pruebas que, dijo, obtendrían resultados en cuatro horas.

“Los escenarios de manejo de riesgo deben tener en cuenta los recursos existentes”, nos dijo Vecino, el de John Hopkins.

El lío con el subregistro

El problema de restringir las pruebas es que pueden haber muchos más casos de los registrados, que no estén conectados con extranjeros o contagio directo. Es decir, que se ubiquen en el grupo número uno. 

El Instituto Nacional de Salud confirmó que, además de los casos confirmados, tiene dos más en estudio en el que “se está definiendo su cadena de contagio”. Es decir, aún no se sabe de dónde se contagiaron.

”hay que racionalizar recursos”

Fabián Cardona, Acemi

Para rastrear esos casos, llamados ‘autóctonos’, en vez de pruebas masivas, el Instituto Nacional de Salud pone virólogos, epidemiólogos y médicos especializados en IPS y hospitales de las ciudades donde se han registrado más contagios, como Bogotá (82 casos), Antioquia (22 casos), Valle (26 casos) o Bolívar (12 casos), para rastrear cada caso, seguir su cadena de contagio y determinar si alguno rompe esa cadena. A eso se le llaman evaluaciones centinela. 

Hasta la publicación de esta historia, el INS no nos había confirmado cuántas personas tiene ubicadas haciendo este rastreo ni en qué lugares específicos.

Cuando ese número de casos ‘no rastreables’ represente el 10 por ciento de la población contagiada, el país pasará a la fase de mitigación, para la cual se necesitarán muchos más recursos para hacer pruebas y aislar a los contagiados.  El Gobierno prevé que sean casi 4 millones, de los cuales 500 mil serán enfermos graves.

Para esta fase y las siguientes, es que los laboratorios del país se están preparando.

También, para hacer pruebas constantes a los médicos y enfermeros que atienden a los pacientes.

Daniela, nuestra editora creativa, se despertó el viernes sin fiebre y los síntomas pasaron. La EPS nunca llegó a su casa, y lo que sufrió esta semana al parecer fue una gripa.  En su caso, hacerle una prueba habría sido un desperdicio de recursos estatales. Pero es posible que en muchos otros casos una prueba a tiempo termina ahorrando vidas y recursos, como lo argumenta esta columna de Blogoeconomía. El debate hasta ahora comienza.

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