Con el decreto del Minminas el Fracking empieza a gatear, pero todavía no camina

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A pesar de que define cómo se harán los proyectos piloto, todavía faltan reglamentaciones, estudios previos y que se defina qué empresas serán las encargadas de los proyectos pilotos.

Este martes el Gobierno de Iván Duque anunció el esperado decreto para hacer los primeros proyectos pilotos para estudiar los riesgos de hacer fracking en Colombia.

Con esto, prendió nuevamente un debate que lleva más de diez años en el país, y que se reavivó el año pasado cuando el Consejo de Estado dio luz verde a estos pilotos, siempre y cuando cumplieran con unas condiciones, elaboradas por la Comisión de Expertos convocada por el  mismo Gobierno a finales de 2018.

Para el Gobierno, estos pilotos son la oportunidad de medir el posible impacto ambiental y social que tendría usar el fracking y recoger información que le permitirá decidir si se pueden hacer o no, y bajo qué condiciones. Sin embargo, para el movimiento antifracking, el decreto desacata las recomendaciones del Consejo de Estado y hace oídos sordos a las críticas que ellos han hecho al uso de esta técnica.   

Más allá del debate, este decreto es solo el primero de los muchos pasos que todavía tiene que dar el Gobierno para que exista el primer proyecto comercial de fracking. De hecho, lo que viene es tan complejo e involucra tantos actores, que como contamos en esta historia, se requerirá de un milagro para que Duque vea su primer barril comercial durante su período. Aunque podría ver algunos barriles producto de estos proyectos pilotos.

Estos son los pasos que hay que dar para tomar una decisión definitiva sobre si hacer o no fracking en el país.

 

 

Les explicamos cada una de las etapas que tienen que pasar:

Con el decreto que sacó, el Ministerio de Minas y Energía da el banderazo inicial para que se reglamenten los pilotos.

Básicamente el documento define en términos generales los temas que se van a evaluar en los pilotos (impactos en el agua, en la sismicidad, en el contexto social y la salud), en línea con lo que recomendó el Comité de Expertos. 

Define también que los pilotos solo tienen fines “experimentales, científicos y técnicos”, más no comerciales. 

Y posteriormente serán evaluados por otro comité, que tendrá que dar su concepto definitivo sobre si el el fracking se debe o no hacer.  

Los pilotos serán realizados por empresas petroleras. Frente a esto es uno de los principales reparos de la Alianza Libre de Fracking, principal opositor de esta técnica, quienes diceen que si se trata de un piloto científico lo deberían hacer universidades o centros de investigación.

La defensa del Gobierno es que son las empresas las que tienen la experiencia y la plata para invertir en un proyecto de este tipo.

 

Como el decreto presenta solo unos lineamientos generales para los pilotos del fracking, la tarea grande ahora le queda a las entidades involucradas en el Proyecto Piloto. Ellas tienen que sacar los reglamentos clave que definirán cómo se implementarán los proyectos, evaluar los riesgos del fracking en cada una de sus áreas y hacer un diagnóstico para definir qué tan preparados están.

El diseño de estas normas y diagnósticos puede tomarse entre uno y seis meses, o más, y dependerá de qué tanto hayan avanzado antes, de la capacidad de coordinación que tenga el Ministerio de Minas, y de qué tanto le metan el acelerador las otras entidades a cargo.

Entre las normas claves están:

  • Requisitos técnicos para los pilotos: El Ministerio de Minas tendrá que definir qué normas técnicas deben cumplir los proyectos pilotos. Por ejemplo, definirá cómo se debe hacer la perforación de los pozos y cuántos se pueden hacer, cómo se hará la inyección del agua. 

  • Reglamentación sobre aspectos de salud:  Estas reglamentación está a cargo del Ministerio de Salud deberá definir cuáles son los riesgos que se deben monitorear en el piloto.

  • Reglamentación sobre aspectos sociales:  Lo hará el Ministerio del Interior con el Ministerio de Minas, esto implica cómo se deben hacer las socializaciones en los municipios, si se necesita hacer consulta previa, el manejo de la mano de obra local, entre otros.

  • Ajustes a los contratos de exploración: La Agencia Nacional de Hidrocarburos debe decidir cómo serán los contratos entre la Nación y las petroleras que harán los pilotos, qué condiciones tendrán, cuánta plata tendrán que destinar a las comunidades y cómo. Finalmente, qué se hará si consiguen sacar petróleo con los pilotos. 

  • Reglamentación de la Comisión de Acompañamiento: La Comisión de Acompañamiento Técnico y Científico, será la encargada de monitorear todas las fases del piloto y de recibir las preocupaciones y observaciones de las comunidades vecinas de los proyectos pilotos, a través de unas Mesas Territoriales de Diálogo y Seguimiento que se reunirán periódicamente.

La Comisión estará liderada por el Ministerio de Minas y Energía, y tendrá representantes del Ministro de Ambiente, Salud, Ciencias, Interior, Hacienda, la Agencia Nacional de Hidrocarburos, el Servicio Geológico Colombiano, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, el Ideam, el Instituto Alexander von Humboldt y la Secretaría de Transparencia de la Presidencia de la República.

 

Esta etapa de preparación para los pilotos recoge parte de las recomendaciones de la Comisión de Expertos de Fracking, en cuatro puntos claves, asociados con los riesgos que puede tener esta actividad.

Uno de los procesos claves acá es la construcción de líneas bases generales, que son los diagnósticos que se hacen sobre los municipios y regiones donde se van a realizar los pilotos, que van a permitir definir si después del piloto quedaron igual, mejor o peor. 

Serán cuatro:

  • De la línea base ambiental se encargarán el Ideam, el Instituto Geológico Colombiano y el Humboldt. Esta se concentrará en temas de aguas superficiales, subterráneas y biodiversidad. 

  • De la línea base de salud se ocuparán las secretarías de salud locales donde se hagan los pilotos, pero según los lineamientos que le haya dado el Ministerio de Salud.

  • De la línea base sísmica se encargará el Servicio Geológico Colombiano, que definirá qué tantos sismos o microsismos hay en las zonas dónde se realizarán los pilotos, para saber qué tanto los afectaría un proyecto de fracking.

  • Y de las líneas bases sociales se encargará el Ministerio de Interior en coordinación con el de Minas y la Agencia Nacional de Hidrocarburos. Este tema es otro de los reparos del movimiento antifracking, que considera que la condición del Consejo de Estado y de la Comisión de Expertos para permitir los pilotos era crear una licencia social, es decir que garantizara que las comunidades estuvieran de acuerdo con el proyecto. Sin embargo, dos expertos de la comisión con la que hablamos nos dijeron que habrá que esperar cómo lo reglamenta el Ministerio del Interior, antes de dar una conclusión.

El otro proceso tiene que ver con el licenciamiento ambiental. El Ministerio de Ambiente debe sacar el reglamento técnico que definirá los pasos para sacar la licencia ambiental para los pilotos y las empresas deben hacer los estudios y el trámite ante la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales.

Eso implica que las petroleras por su lado también deberán hacer líneas bases locales y estudios de impacto ambiental más específicos de acuerdo con el proyecto que deberán ser estudiados por la Anla, para ver si aprueban o no los pilotos.

De acuerdo con la ACP (Asociación Colombiana del Petróleo, el gremio de las petroleras) las que han dicho que están interesadas son Drummond, ConocoPhillips, Ecopetrol y Exxon, que son las que tienen ya contratos de yacimientos no convencionales (en los que se necesita hacer fracking) con la ANH.

Los antifracking han criticado esta etapa, pues, según ellos, la definición de la línea base más específica en manos de las petroleras, y esto no garantiza que exista neutralidad en los diagnósticos.    

De acuerdo con Juan Pablo Ruíz, miembro del comité de expertos, esta etapa de alistamiento podría durar un año aproximadamente.

 

Esta etapa inicia desde que la Anla da la Licencia Ambiental a las empresas que van a hacer el proyecto piloto, hasta que termina todo el proceso de perforación.

Durante esa etapa se piensa recoger toda la información que servirá para hacer la evaluación. 

Al tiempo, se espera que la ANLA, la Comisión de Acompañamiento y las mesas territoriales hagan seguimiento a los pilotos desde el punto de vista ambiental y social.

La Ministra de Minas, María Fernanda Suárez dijo ayer en entrevista en varias emisoras que si durante el piloto surgía algún riesgo para la salud de las personas o del ambiente, estos se suspenderían.

También dijo que a los proyectos pilotos todos les podrán hacer seguimiento, a través de una página web donde montarán los informes de los comités, de las autoridades y las empresas.

 

Esta etapa comienza apenas se termina la perforación y en ella se espera que se evalúen los resultados de los Proyectos Piloto.

Es aquí donde el Comité Evaluador definirá si se cumplen o no las condiciones que permitan hacer exploración comercial. Este Comité está compuesto por 7 miembros. Cuatro de ellos ministros (Energía, Ambiente, Salud, Hacienda) y tres representantes expertos (hidrocarburos, sociedad civil y medioambiente). El Comité tendrá que decir, con la información de los pilotos, cuál es el impacto ambiental, económico y social de los mismos y hacer unan evaluación final que decida si se recomienda hacer fracking, en qué condiciones, o si definitivamente no es viable.     

Los antifracking critican que la composición de este comité le daría la última palabra al Gobierno, porque asumen que de los 7 representantes, 5 son pro-fracking asegurados (los 4 del Gobierno y el experto del sector hidrocarburos).  

Sin embargo, Ruiz, de la comisión de expertos nos contó que la comisión evaluadora no tomará una decisión final basada en votaciones, sino que emitirá un concepto definitivo que recogerá la opinión de todos los delegados. 

 

De acuerdo con qué tan rápido avance el Gobierno en las etapas anteriores y de si no hay una nueva demanda que frene sus planes, es posible que el piloto esté finalizado entre dos y tres años, por lo que es posible incluso que Duque no alcance a ver terminado el proyecto Piloto.

En todo caso, si la Comisión recomienda que sí se puede hacer fracking y el Gobierno (de Duque o de su sucesor) decide avanzar con esta técnica el siguiente paso sería hacer los ajustes a la normatividad y a las instituciones, de acuerdo con las recomendaciones que surjan del piloto.

Esto implica también definir la situación de los nueve contratos existentes de yacimientos no convencionales, ubicados todos en la región del Magdalena Medio, y definir si oferta nuevos bloques petroleros, donde se pueda producir con fracking. 

El Ministerio de Ambiente también tendrá que expedir una nueva reglamentación para exploración (buscar petróleo) y producción, y las empresas deberían empezar a pedir contratos, sacar las licencias para empezar a operar y arrancar con la producción comercial de fracking en el país. 

 

Si la Comisión recomienda que tras hacerse el piloto y evaluarlo, Colombia no tiene cómo hacer fracking el Gobierno deberá tomar la decisión política de hacer o no hacer fracking y en qué condiciones.

El Gobierno Duque se comprometió a acatar las recomendaciones de la Comisión, pero como no es claro si alcanzará a ver las conclusiones del primer piloto, es posible que el próximo Gobierno decida ignorarlas.

En el caso contrario también podría pasar. Si la comisión concluye que sí se puede hacer fracking el Gobierno próximo podría decidir no hacerlo.

Todo depende de qué tanto alcance a ver Duque de estos proyectos piloto.

 
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