Tras un 2016 en el que inició la debacle de su poder; el senador conservador nortesantandereano Juan Manuel Corzo, empezó a moverse con miras a recomponer su imagen. Aunque no todo le salió como esperaba y no se quedó con la Presidencia de su partido, sí terció en la puja por los principales cargos azules y logró que su hijo Juan Felipe Corzo se quedara con una vicepresidencia y demostró que aunque su figuración ha caído aún tiene vigencia dentro de los conservadores.
Otro premio de consolación
Desde que su ficha, Juan Carlos García Herreros, perdió la Gobernación de Norte de Santander contra el súper poderoso de ese departamento William Villamizar, quien desde 2011 es su principal enemigo político, el senador Juan Manuel Corzo, famoso en el país porque siendo presidente del Senado dijo que el sueldo de los congresistas no alcanzaba para la gasolina de dos carros, se quedó sin mordida de la torta burocrática del departamento.
De ahí en adelante su poder ha ido de capa caída. A principios de 2016 perdió su principal fortín político en natal Norte de Santander y se quedó sin la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental, Corponor; más adelante en la Alcaldía de Cúcuta solo recibió una Secretaría; y en todo ese año lo único que recibió fue la gerencia de la Central de Abastos de la capital de Norte.
Aún así y pese a la baja en imagen, Corzo le empezó a apuntar a mantener su nombre vigente dentro del Partido Conservador, y desde hace varios meses empezó a moverse para quedarse con alguno de los cargos directivos de los azules, quienes, como lo ha contado La Silla, se acercaban a una convención en medio de fracturas cada vez más profundas.
Dos congresistas conservadores así como dos miembros del directorio nacional del partido le dijeron a La Silla que Juan Manuel Corzo estaba buscando la presidencia con insistencia; sin embargo, el camino no lo tenía fácil porque el senador huilense Hernán Andrade también quería ese cargo.
Esas mismas fuentes le contaron a La Silla que haber permitido que compitieran hubiese significado una nueva división dentro del partido, porque aunque tanto Andrade como Corzo se han movido en la línea santista conservadora, el segundo según él mismo dice no es “tan gobiernista” y un grupo de congresistas de ese mismo corte lo respaldaban. En busca de evitar esa nueva ruptura, hubo un acuerdo para repartir los principales cargos del directorio nacional azul entre ellos.
“En torno a Andrade había un mayor consenso pero decidimos llegar unidos”, le dijo a La Silla uno de esos congresistas de la cuerda del senador nortesantandereano.
El arreglo consistió en que si Corzo apoyaba a Andrade y con eso evitaba una nueva ruptura dentro de los azules, que están divididos entre los gobiernistas y las bases, que se reparten entre los de Marta Lucía Ramírez y los del anulado exprocurador Alejandro Ordóñez, a él le entregaban la vicepresidencia en compensación.
La idea le servía a Corzo porque si había algo que no cuajaba de su aspiración a la Dirección Nacional Conservadora era que debido a que quiere repetir curul en 2018, por estatutos solo hubiera podido ejercer durante seis meses, y eso hubiera obligado a los azules a elegir nuevamente presidente a mediados de este año.
“La verdad a nadie le parecía que la presidencia se pusiera a disposición de la campaña de uno”, le dijo un miembro del directorio a La Silla. Dos congresistas más nos dieron la misma versión.
Además, y aunque la Vicepresidencia del directorio no tiene capacidad de decisión, sí le da estatus a quien la tiene, y eso en un año preelectoral puede generar varios réditos políticos y palancas para hacer acuerdos de campaña; y eso a Corzo le devolvía por lo menos en parte la imagen que había perdido en el último año.
Según el Senador Corzo, el acuerdo no existió; y aunque reconoció que sí tenía intención de llegar a la Presidencia Conservadora finalmente se hizo a un lado. “Me citaron a una reunión para llegar a un acuerdo (...) fue una amable cena en donde yo manifesté que no tenía ningún problema y no iba a hacer campaña. Que yo me apartaba”, le dijo a La Silla el congresista.
Aún así, el día de la elección, Juan Felipe Corzo, concejal de Cúcuta, uno de los tres representantes de las juventudes conservadoras en el directorio nacional e hijo del Senador, apareció como postulado para la Vicepresidencia del Partido.
La puja por las vicepresidencias
Aunque en principio todo estaba dado para que el día de la definición de las nuevas directivas, Hernán Andrade subiera a la Presidencia y Juan Felipe Corzo se quedará con la Vicepresidencia, la idea no cayó para nada bien en el bloque de los representantes a la Cámara del Partido.
Cuatro congresistas y dos dirigentes azules le dijeron a La Silla que la molestia de la bancada de Cámara surgió porque tanto el nombre de Andrade como el de Corzo hijo había salido del consenso entre senadores, y eso desconocía a buena parte del partido, entre otras, porque quien se iba a quedar con ese cargo era un concejal de una ciudad intermedia, y normalmente esos puestos están reservados para los congresistas.
La discusión fue tal, que en un punto, y eso se lo confirmaron a La Silla dos azules que estuvieron presentes, el representante del Caquetá Luis Fernando Urrego, propuso que se nombraran a dos Vicepresidentes.
“El partido no quería mostrarse más desunido de lo que está. Necesitaban que hubiese consenso y a Urrego se le ocurrió que podían haber dos vicepresidentes y como los estatutos no lo prohíben…”, le dijo un senador azul a La Silla.
Así las cosas, el nuevo nombre que saltó al ruedo fue el de la representante del Atlántico Inés López, quien es esposa del exalcalde de Ciénaga Antonio Luis Zabaraín Guevara y hermana de la diputada del Atlántico Lourdes López de Munárriz y quien a diferencia de Corzo hijo y Andrade no es de la línea de Santos.
Alcanzó a existir un tercer postulado: Juan Camilo Ostos, quien fue uno de los coordinadores de la campaña presidencial de Marta Lucía Ramírez y hoy es su representación en el directorio. Sin embargo, desistió porque, según una fuente del equipo de Ramírez, no tenía posibilidad en medio de los congresistas.
De modo que el directorio, según ocho fuentes del partido con las que hablamos para esta historia, en aras de no resquebrajar aún más la colectividad, decidió darle viabilidad a la postulación de López y además darle juego al hijo de Corzo.
“La razón demagógica es que fue para darle representación a las mujeres y a los jóvenes. La verdadera es que en Cámara exigimos representación (...) Así como quedó pesa más una vicepresidente representante que uno concejal”, le dijo a La Silla un representante conservador.
La balanza
La postulación y designación de López jugó en dos bandas para un sector de los representantes azules, quienes desde las presidenciales de 2014 se han sentido desconocidos por las mayorías santistas conservadoras.
Según tres congresistas azules, Inés López por ser la única que no es santista le dará voz a las bases del partido, que tradicionalmente han estado más del lado de Marta Lucía Ramírez y ahora del exprocurador Ordóñez.
Eso, con miras a las presidenciales, les da algo de garantías y además le da cabida a una disidencia que se empezó a cuajar en La U desde mediados del año pasado, pero que a finales de 2016, como lo contó La Silla Caribe, se empezó a teñir de azul.
Una fuente que conoce de primera mano la posición de López le dijo a La Silla que la apuesta de la representante en las presidenciales estaba en mover la idea de respaldar a Germán Vargas Lleras, en caso de que no cuaje una candidatura propia en el Partido Conservador, y apostarle a que ese bloque ponga Vicepresidente.
El juego que tenga esa posibilidad dependerá de lo que Andrade, como nuevo vocero de los azules haga, y ahí el hijo de Corzo, si se aprende a mover entre los conservadores siendo vicepresidente del partido, podría ser una ficha importante, y darle a su papá el protagonismo que quiere recuperar.
Con esos pesos en la balanza, la siguiente movida en la que el Directorio será decisivo estará en la escogencia del mecanismo con el que los conservadores decidirán cómo irán para las presidenciales; ahí se sabrá el rol que cada uno jugará.