Raisbeck no es un político tradicional: es un teórico de 33 años que aspira a aterrizar sus ideas en la práctica siendo Alcalde de Bogotá.
Más de la mitad de su vida la ha pasado estudiando en el exterior. Es doctor de la Universidad Libre de Berlín, máster en Estudios Clásicos de la Universidad de Tulane e historiador de la Universidad George Washington.
Desde el 2012 es director del Archivo Histórico de la Universidad del Rosario, ha sido profesor de la facultad de Ciencia Política y ha enseñado latín, griego clásico e historia grecorromana.
Su trayectoria académica es la que le sirve de insumo para el mensaje que le gustaría transmitir en esta campaña: que el valor esencial del individuo es su libertad. Este es el centro del liberalismo clásico, teoría que el candidato busca llevar del papel a la política.
Su primer intento fue en las elecciones del 2014 cuando decidió lanzarse a la Cámara por Bogotá como fórmula conservadora del entonces senador Juan Mario Laserna.
Eligió a los azules porque había que empezar por algún lado, y según el candidato, la ventaja de los godos es que su poder no está centralizado en una figura, como Uribe en el Centro Democrático o Germán Vargas Lleras en Cambio Radical lo que, en teoría, permitía más espacio para el surgimiento de una voz diferente.
Pero se quemó con un poco más de 3 mil votos y finalmente se alejó del partido.
Creó, entonces, el movimiento “Libertario” para apoyar su candidatura por firmas. Su campaña se basa en una sola premisa: que todos tenemos derecho a escoger y los demás pueden hacer lo mismo.
Dos de sus propuestas más fuertes son ejemplo de esto.
La primera de ellas consiste en darles la opción a los padres de familia de usar un bono escolar por 4 millones de pesos (total del presupuesto en Educación dividido por el número de alumnos) para pagar el colegio privado de su preferencia.
El historiador también cree en el modelo de colegios por concesión debido a que le apuesta a los estudiantes en vez de a los sindicatos y le da la libertad a los padres de familia de elegir la educación que quieren para sus hijos.
Su idea entonces no es incrementar los colegios públicos sino fortalecer el mercado educativo.
Un segundo conjunto de propuestas “libertarias” es sobre movilidad.
Raisbeck cree que uno de los principales factores de congestión en las calles de Bogotá, es la gran cantidad de semáforos innecesarios que impiden el libre flujo de los vehículos, y por eso quiere eliminarlos.
También propone instalar un sensor GPS en los carros para eliminar el impuesto de rodamiento y la sobretasa a la gasolina. Así se lograría cobrar un impuesto basado en el uso de los carros y no en su propiedad.
Otra de sus propuestas es la implementación de un modelo diferente para hacer rentable la operación del metro una vez se haga.
En vez de aumentar los impuestos o sacar el dinero de la deuda pública, el historiador propone para el metro un modelo que produzca utilidades para la ciudad a partir del máximo aprovechamiento de la propiedad raíz en las estaciones del metro, encima y a su alrededor. El metro de Hong Kong es su ejemplo principal, el cual produjo 2 mil millones de dólares en utilidades en el 2012.
También considera que para que Bogotá se transforme en una ciudad competitiva a nivel global, es fundamental que se reduzcan sustancialmente los impuestos para que el capital pase a estar en manos de los propios ciudadanos, pues son ellos los que saben cómo manejar su dinero.
A Raisbeck nueve de cada diez encuestados no lo conoce. Pero eso no lo intimida. Él le apunta a llegarle a los jóvenes como sus principales votantes y para eso está basando su campaña en repartir folletos en persona y en usar al máximo las redes sociales.
Twitter y Facebook son dos de sus herramientas principales para multiplicar sus seguidores, pero para Raisbeck “estas redes sociales son un poco viejitas, es lo que usan los papás” como le contó a La Silla. Así que también está explorando otras redes como Snapchat y Vine, que sirven para enviar o publicar videos cortos.
Por otro lado, para recoger fondos piensa utilizar una plataforma de crowdfunding en Colombia, si logra conseguir que abran la ventana para financiar campañas políticas. Por ahora, está prohibido.
Raisbeck no parece preocupado por ganar estas elecciones. Para él, ante todo, lo que está haciendo es un ejercicio pedagógico para demostrar que la libertad es la solución a los problemas que enfrenta Bogotá.