Del Pacto de Lalito a la ruptura conservadora

Hace varias semanas se calentó la campaña a la alcaldía de Floridablanca, el principal fortín conservador en Santander, por el rumor de que el procurador Alejandro Ordóñez estaba metiendo baza. Aunque ese rumor ya cedió, la campaña sigue caliente: ya va en un proceso judicial andando, un partido roto y una candidatura recogiendo firmas.

Como contó La Silla hace mes y medio, la disputa gira alrededor de la aspiración del diputado conservador Édgar Higinio Villabona. Pues, aunque éste tiene el apoyo de la única congresista conservadora de Santander, la representante Lina Barrera, y el directorio departamental, no le gustaba a las bases conservadoras del municipio.

La puja se dio en el momento de definir el aval a Villabona, ya que se opusieron varios concejales y los grupos conservadores de la familia Mantilla (que incluye al secretario de la Cámara de Representantes Jorge Humberto Mantilla) y de la familia Díaz (del ex director de la Dian de Álvaro Uribe, Néstor Díaz Barrera, y su hijo el ex alcalde Néstor Díaz).

Finalmente Villabona recibió el aval conservador y arrancó la campaña, con el ingrediente de que una decisión del Consejo de Estado -que destituyó al alcalde Carlos Roberto Ávila y a 18 concejales y ex concejales- dejó al municipio sin otros aspirantes y sin clase política.

Mientras tanto Héctor Mantilla, un joven sobrino del secretario de la Cámara y quien participó en la campaña presidencial conservadora de Marta Lucía Ramírez el año pasado, renunció al partido el 4 de abril y empezó a recoger firmas.

El tercer aspirante en el panorama es José Alfredo Marín, hijo del ex representante conservador Rafael Antonio Marín y quien es la ficha del gobernador Richard Aguilar.

Así que, aunque el panorama no se aclara, lo que sí parece seguro es que Floridablanca -uno de los municipios más ricos del país- seguirá siendo conservadora.