Dos golpes jurídicos reviven el fantasma de la constituyente

Silla Cachaca

 

La coincidencia del fallo de la Corte Constitucional de hundir las objeciones y la decisión de la Corte Suprema de ordenar la libertad de Santrich le da munición al uribismo para volver plantear una reforma en las Altas Cortes.

 

La decisión de la Corte Constitucional de señalar el hundimiento de las objeciones presidenciales al proyecto de ley estatutaria de la JEP, que obliga al presidente Iván Duque a firmarla, estaba cantada.

Pero no por eso deja de ser una derrota y de mostrar una vez más que la Justicia es un límite para las intenciones del uribismo de modificar el Acuerdo con las Farc. Y eso, sumado a la decisión de la Corte Suprema de dejar en libertad a ‘Jesús Santrich’ le da alas, una vez más, al fantasma de una constituyente para reformar la Rama, como pide el mismo uribismo.

Eso a pesar de que la Corte Constitucional no entró a los terrenos en los que la decisión habría sido más dura para el Gobierno.

Una derrota anunciada

Hace dos meses, la Corte Constitucional evitó un choque frontal con el uribismo al no definir de fondo una carta del Presidente de la Cámara de Representantes sobre el trámite de las objeciones, que argumentaba que Duque las presentó por inconveniencia (como puede hacer) pero eran por inconstitucionalidad (que no podía presentar porque, al ser una ley estatutaria, la Corte ya decidió su constitucionalidad).

El fantasma de un choque frontal de trenes que evitó esa vez, también estaba vivo frente a la decisión de hoy, si la Corte entraba a estudiar de fondo las objeciones y determinaba que Duque efectivamente disfrazó de inconveniencia argumentos de constitucionalidad.

La Corte no llegó a ese punto. Antes de entrar en el fondo del asunto, la Corte siempre revisa si la forma en la que se tomó una decisión es constitucional. Si no lo es, declara su inconstitucionalidad sin tener que entrar a la materia.

Eso pasó esta vez. Al revisar el trámite de las objeciones, encontró que el Congreso las rechazó porque las dos cámaras votaron mayoritariamente en contra.

En el caso del Senado, había una discusión sobre si los 47 votos contra las objeciones eran suficientes.

Para su presidente, el uribista Ernesto Macías, requería 48 votos, la mitad más uno de 94 senadores, mientras que la oposición alegaba que no se debían contar las curules vacías de la conservadora Aída Merlano (que no se posesionó y fue detenida por una investigación por corrupción electoral) ni del jefe fariano ‘Iván Márquez’ (quien nunca se posesionó).

Su argumento es que esas curules vacantes no se cuentan para definir las mayorías, y por eso se debían contar sobre 92 votos, de los que 47 son la mitad más uno.

Con una mayoría de 7 de sus 9 votos (Luis Guillermo Guerrero votó en contra y Carlos Bernal está impedido para todo el proceso), la Corte determinó que el Congreso rechazó las objeciones y que, por lo tanto, Duque debe firmar la ley estatutaria de la JEP.

Esa decisión ayuda a aclarar el trámite de los procesos penales que adelanta esa justicia transicional, pues le da normas claras para hacerlo y, por ejemplo, tener más dientes para obligar a comparecer los jefes de la Farc que no se han presentado a sus audiencias.

Pero también, a pesar de no haber entrado al tema de fondo, revivió las críticas del uribismo a una Corte que sigue teniendo en sus manos la solicitud de Duque de permitir las aspersiones con glifosato, central en las relaciones con Estados Unidos y en la política contra el narcotráfico que está impulsando el Gobierno.

Así se nota en las reacciones de uribistas visibles:

Más porque ayer mismo la Sala Penal de la Corte Suprema tomó una decisión, que no estaba cantada como la de las objeciones, sobre la libertad del jefe fariano ‘Jesús Santrich’.

Un giro polémico

Esta mañana, la Sala Penal de la Corte Suprema decidió, por unanimidad, que Santrich está cobijado por el fuero como congresista a pesar de no haberse posesionado, que por eso solo ella podía pedir su detención y que por lo tanto debe quedar en libertad, pues su sonada recaptura hace 10 días se dio por decisión de un juez de control de garantías y no de ella.

La Sala parte de que la Corte no ha definido desde cuándo tienen fuero los congresistas, si desde la declaratoria de su elección o desde su posesión, por lo que no hay antecedentes para aplicar.

Tras su estudio, concluye que el fuero “comienza cuando la autoridad competente (Consejo Nacional Electoral) le reconoce al congresista tal condición (y) necesariamente precede a la solemnidad de la posesión”.

Este es el auto:

Auto Corte Suprema libertad Santrich by jlewin4645 on Scribd

Lo llamativo es que hace nueve meses el magistrado Rigoberto Echeverri, de la Sala Laboral de la misma Corte, había decidido lo contrario en un auto que negó un hábeas corpus a Santrich.

En ese auto, dice que Santrich “no tomó posesión efectiva de su cargo y, como consecuencia, no puede decirse que, para estos precisos fines, se tratara de un congresista en ejercicio efectivo de sus funciones legislativas que, como ya se dijo, es a quien resguarda efectivamente la norma con el fuero” (itálica en el original).

En el mismo sentido, dijo “si en este caso no hubo una posesión efectiva de la función legislativa, no tiene sentido predicar un fuero constitucional que, como ya se dijo, no es en estricto sentido un privilegio personal, sino una garantía institucional a favor de la independencia del Congreso de la República”

No se trata de un precedente fuerte, por no ser una sentencia sino un auto y de un solo magistrado, pero la contradicción es evidente.

Aunque no es inusual que en las cortes haya posturas y decisiones contrarias, sobre todo en temas sin antecedentes, el tratarse de un caso tan polémico y mediático, la respuesta con sabor a constituyente ha sido inmediata.

Vientos de constituyente

Muchos uribistas sumaron las decisiones de las dos cortes, para irse contra las Altas Cortes en general:

De hecho, le dieron una nueva coyuntura a llamados a reformar la justicia:

E incluso a un enfrentamiento directo entre el Gobierno y las Cortes:

En medio de esos llamados Duque anunció que acata la decisión sobre las objeciones. Pero dejó en el aire unas palabras que se pueden entender como la posibilidad de transitar alguno de esos caminos:

Aunque esta mañana el Alto Comisionado de Paz de Duque, Miguel Ceballos, aclaró que el Gobierno no contempla una constituyente aclara su mensaje, Álvaro Uribe no ha dicho si la impulsa o no. En cualquier caso, esas peticiones señalan más un ambiente político tenso y la desconfianza del uribismo a los jueces, que el anuncio de una Asamblea que venga pronto.

Pero si llegan a ser el inicio de un proceso para convocarla, éste va a ocupar al país por muchos meses y probablemente llevaría a más polarización.

Nota del editor: actualizamos esta historia a las 8 de la mañana del jueves 30, tras las declaraciones de Ceballos.

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