Cambio Radical apoyará la tributaria y habrá una agenda legislativa conjunta. Pero ese partido seguirá en la independencia.
Duque logra un pacto con Vargas pero no una coalición
Ayer el presidente Iván Duque recibió en Palacio al ex vicepresidente Germán Vargas Lleras con algunos miembros de su bancada de Cambio Radical. En la reunión ese partido ratificó que apoya la tributaria de Duque con cambios propuestos por ellos, y los dos lados acordaron una agenda legislativa conjunta. Aunque eso no significa que el partido entre a la coalición de Gobierno o tenga representación política, es un gana gana para Duque y Vargas, y puede ser un pequeño alivio para la frágil gobernabilidad del país.
Vargas llegó con los senadores Rodrigo Lara, Carlos Abraham Jiménez, Edgar Díaz, Richard Aguilar y los representantes Leonardo Rico (de Cundinamarca) y el metense Jaime Rodríguez.
Del Gobierno estuvieron Duque, la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, la ministra del Interior Nancy Patricia Gutiérrez, la consejera de las regiones y de la política Karen Abudinen y la secretaria general María Paula Correa.
En boca de un congresista que estuvo ahí y pidió no ser citado, "hubo química entre Vargas y Duque".
El Presidente le dijo los congresistas que sabía que se habían reunido con su ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, y recordó que el Gobierno aprobó meter en la reforma tributaria seis de los ocho puntos que propusieron:
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Quitar el impuesto del 2 por ciento a la venta de viviendas de más de 900 millones de pesos.
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Unificar las tarifas del impuesto a los dividendos para inversionistas nacionales y extranjeros, que Vargas veía como discriminatorio en contra de quienes viven en el país (los extranjeros iban a pagar menos para traer inversión extranjera).
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Poner otra normalización tributaria, un plazo para que quienes tengan capital fuera de Colombia no declarado lo hagan, paguen una pequeña multa y eviten una mayor. Ya este año hubo una.
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Acelerar el desmonte de la renta presuntiva, una forma alternativa de calcular el impuesto de renta, para que en 2021 deje de tener efectos.
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Corregir el componente inflacionario de los rendimientos para que las personas paguen menos renta sobre sus rendimientos financieros, buscando que se refleje mejor la parte de ellos que corresponde a la inflación.
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Crear un mecanismo para revisar los beneficios tributarias, especialmente las exenciones que crearon en la tributaria anterior, para ver si tiene sentido mantenerlas.
Duque no solo recordó eso sino que le agradeció a la bancada su apoyo, con lo que selló un primer paso del acercamiento.
Por su lado, la bancada llevó algunos de los proyectos que Vargas tenía en su plan de Gobierno, y que viene promocionando en su columna de El Tiempo como parte del gran paquete de reformas legislativas que propone, fiel a su impronta de hacer cambios legales que se conviertan en banderas políticas (en el Gobierno Santos, por ejemplo, sacó la ley de vivienda o el estatuto anticorrupción).
Llevaron reformas a la justicia, a la salud, a las corporaciones autónomas regionales, a las pensiones, a las consultas previas y al código de régimen departamental, además de un nuevo estatuto para las ciudades capitales y un proyecto de cielos abiertos para incentivar el turismo.
Según dos senadores de ese partido, el Gobierno se comprometió a acompañarlos todos en la próxima legislatura, lo que sellaría un pacto político si se aplica.
Eso no es obvio porque falta que el Gobierno y la bancada acuerden la redacción de los proyectos, algo que a inicios de año la Ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, buscó con las llamadas “mesas técnicas” que, como contamos, acabaron siendo puro tilín tilín y nada de paletas.
Si se supera ese escollo, Duque gana un aliado para temas gruesos, como la tributaria, sin comprometer su discurso anti clientelista, y además podría mostrar resultados legislativos, pues la suma de los votos de Cambio más su coalición legislativa de uribistas, conservadores y cristianos, tendría asegurado que pasen los proyectos.
Por su parte, Vargas lograría enviar el mensaje de que sus ideas son buenas, de que si Duque logra resultados es con ellas (como el Partido Liberal a inicios del Gobierno Santos I, cuando salieron adelante proyectos propios y usó el eslógan “ideas que gobiernan”), y que mantiene unida una bancada que se le ha roto precisamente en temas que impulsa Duque.
Sin embargo, también falta ver cómo se compagina eso con las conversaciones de Duque con los jefes de los otros partidos, que inició la semana pasada cuando se reunió con el director del partido de La U, Aurelio Iragorri, el viernes pasado, y llamó por teléfono al expresidente liberal César Gaviria, que está en Londres, el jueves.
En los dos casos pidió apoyos para la tributaria que se votará en comisiones hoy, y que por lo tanto será la primera prueba de que Duque está logrando acercar a las tres bancadas de las que dependen las mayorías en el Congreso.