Si no se aplica la Ley de bancadas, 16 de La U podrían bajarse del bus del Gobierno y 21 liberales subirse.
Duque sigue sin aplanadora en el Congreso
Luego de que los partidos se declararan oficialmente de oposición, gobiernistas o independientes, el presidente Iván Duque sigue sin tener una mayoría clara en el Congreso. Eso incluso teniendo en cuenta a los disidentes gobiernistas de los partidos que quedaron en la orilla de la independencia, como los 17 representantes liberales que asistieron ayer al Palacio de Nariño para una reunión no oficial, cuyo tema central no pudimos establecer.
Eso no significa que no vayan a pasar los proyectos del Gobierno ni que el Congreso vaya a tumbar ministros vía moción de censura, como la que se empieza a cocinar contra Alberto Carrasquilla, porque la declaratoria no obliga a los partidos a votar a favor o en contra.
De hecho, la votación real va a depender no solo de la asistencia de los congresistas a las sesiones, sino de las decisiones que en principio son obligatorias para todos en votaciones internas de sus bancadas, aunque ese asunto también tiene sus limitaciones, pues los partidos no siempre aplican la Ley de bancadas: a veces dejan en libertad a sus miembros o algunos pueden alegar objeción de conciencia para no votar con la mayoría.
A propósito de eso, dos congresistas liberales que no fueron a la reunión de ayer en Palacio le dijeron a La Silla, por separado, que la reunión la había armado el santandereano Edgar 'El Pote' Gómez en busca de un interés propio, lo que generó molestias entre algunos de sus copartidarios, quienes le pedirán al jefe liberal César Gaviria que en todas las votaciones se aplique la Ley de bancadas para que no haya 'volteados'.
El caso de los liberales muestra que probablemente habrá fuertes pujas internas, sobre todo en esa bancada y en la de La U, para ver qué tan fuerte queda la coalición duquista, que en todo caso no tendrá una aplanadora ni en las plenarias, en donde se definen elecciones, se votan las mociones de censura y se hacen dos de los cuatro debates de las leyes normales; ni en la mayoría de comisiones, en donde se hacen los otros dos debates, se suelen plantear los cambios más de fondo a los proyectos y también se hacen debates de control político a los ministros.
Plenaria
Duque depende, tanto en Senado como en Cámara, de hacia dónde se vayan los independientes para garantizar las mayorías. Si Germán Vargas (jefe de Cambio Radical, que se declaró independiente) y César Gavíria se unen podrían dañarle la votación y hasta ganarla si convocan a los partidos de oposición.
Sin embargo, organizar a todos los independientes es una tarea difìcil, en la medida en que el Gobierno, como quedó demostrado ayer, está buscando sectores de los independientes para organizar sus mayorías y en Cambio Radical hay una ruptura entre la dirección del partido y la bancada Caribe que lideran los Char, lo que dificulta una unidad sólida.
La Primera, mediática y de reformas constitucionales
En la Comisión más visible del Senado, el Gobierno tiene las de perder porque ninguno de los liberales de ella son gobiernistas y los tres de La U son disidentes no gobiernistas, en una posición casi de oposición.
En Cámara la cosa también es incierta, porque de los 38 congresistas Duque tiene 17 fijos. Solo si los tres liberales gobiernistas logran que no aplique la Ley de bancadas, Duque tendría mayoría fijas.
Con ese panorama, las únicas reformas que pasan por las comisiones primeras y que arrancan con mayorías fijas son las de los temas anticorrupción.
La Segunda, internacional y de fuerza pública
En esta comisión, que es relativamente poco poderosa, aunque tiene entre sus temas la aspersión aérea y los temas militares, Duque arranca mejor.
En Cámara tiene mayorías de entrada y en Senado podría construirlas, gracias a que los liberales Lidio García y Jaime Durán han sido cercanos al Gobierno, siempre y cuando no apliquen la Ley de bancadas.
La Tercera, la de la plata
En una comisión clave para sacar adelante la reforma tributaria, Duque la tiene difícil.
En Senado tendría la mayoría por apenas un voto, siempre y cuando aplique la Ley de bancadas en La U; en Cámara depende de que no aplique la Ley de bancadas entre los liberales.
Todo eso, en un proyecto que por ahora parece poco popular por las propuestas de poner a más personas a declarar o de ampliar el IVA a más productos de la canasta familiar, que encima no calan entre los liberales, pondrían a esa reforma a arrancar cuesta arriba si nada cambia.
La Cuarta, la otra de la plata
En la otra comisión económica el Gobierno arranca con mayorías, aunque estrechas: en Senado podría tener un margen de dos votos si el liberal y gobiernista Julián Bedoya logra votar con la coalición; y en Cámara tendría una ventaja de un voto incluso si los liberales gobiernistas no logran votar con él y el de La U no gobiernista puede apartarse de ese apoyo.
La Quinta, de agro, minería y ambiente
En la comisión de algunos de los temas que pueden ser más sensibles, porque estuvieron en el corazón de las campañas de este año, las cargas están muy apretadas.
En Senado el Gobierno tiene asegurada la mitad exacta de los votos, y por eso la mayoría queda en manos de los tres congresistas de partidos independientes. En Cámara tiene una mayoría de dos votos, que puede perder si los tres representantes disidentes de La U se ponen en su contra.
La Sexta, la de la gente
En esta comisión el equilibrio también está muy apretado, y eso puede dar pie a duros debates en asuntos como Electricaribe o Hidroituango.
En Senado, a pesar del gobiernismo del senador Jonatan Tamayo, conocido como ‘Manguito’ y quien fue elegido en la petrista Lista de los Decentes, no tiene mayorías. Eso puede cambiar si el liberal Horacio José Serpa logra votar con el Gobierno y si la curul de la detenida conservadora Aída Merlano no termina declarada como silla vacía, como se anticipa.
En Cámara hay un empate y el Gobierno podría terminar en minoría si Mónica Raigoza, no gobiernista de La U, logra apartarse y todos los independientes, incluyendo al liberal gobiernista Rodrigo Rojas, votan en su contra.
Séptima, la de lo social
En la Comisión menos popular, que en esta ocasión ganó en relevancia porque Álvaro Uribe está ahí, la cosa es reñida.
En Senado, a pesar de que la alianza gobiernista tiene mayoría de un voto, está José Ritter López, del grupo no duquista de Dilian Francisca Toro. Aunque el voto del duquista de Cambio, y también vallecaucano, Carlos Fernando Motoa, podría darle mayorías a Duque, el equilibrio es delicado.
En la de la Cámara es donde el Gobierno tiene el peor panorama de todo el Congreso: incluso si suma a los liberales disidentes y no pierde a los independientes de La U, no tendría la mayoría.