Duque y Petro se visten de Fajardo para conquistar el voto paisa

Silla Paisa

Con la sorpresa electoral que dio la Coalición Colombia en las capitales del Eje, más la cantidad de votos que ponen Medellín y Antioquia, la pelea por el centro está en las ciudades.

El domingo, la predilección paisa por la derecha le dio una vez más el triunfo al uribismo y le puso el 24 por ciento de todos sus votos. La sorpresa es que Sergio Fajardo conquistó 1,2 millones en toda la región, la mayoría en las capitales del Eje (fue el primero en las tres y obtuvo 195 mil votos en total) y en el Valle de Aburrá (con 535 mil).

Así, si hubiera sido por los votos de Antioquia y el Eje Cafetero, hoy la segunda vuelta sería entre Sergio Fajardo e Iván Duque, lo que confirma que la izquierda no tiene mayor fuerza allí y plantea un reto muy grande para Gustavo Petro.

En estas semanas, Duque en teoría tiene más cómo crecer porque es la casa de su jefe y por los malos resultados de la izquierda, pero Petro le puede pelear.

Duque, pareciéndose a Fajardo y reforzando el miedo

Según las fuentes que consultamos entre políticos de las campañas de Duque, de Petro y de Fajardo, el candidato uribista tiene todas las de ganar en segunda vuelta porque la región tiene una clara tendencia a la derecha.

Por ejemplo, Clara López en el 2014 sacó en los cuatro departamentos entre el 12 y el 14 por ciento de los votos, mientras que Óscar Iván Zuluaga estuvo entre el 30 y el 40; y para las pasadas legislativas el Polo sacó el 3 y el 6 por ciento de los votos para Congreso, mientras que Risaralda puso por primera vez Senador y Representante, Quindío por primera vez Representante, y Antioquia mantuvo sus cinco senadores y ganó un representante (tenía seis y sacó 7).

“Los que votaron por Fajardo son gente que no quiere ser uribista de frente, a la que tampoco le suena el discurso de izquierda”, resume un dirigente antioqueño que fue fajardista en los primeros años de carrera del exgobernador y ahora es de Petro.

Sin embargo, los uribistas tienen un plan para ganarse el voto de Fajardo: “suela, saliva y sudor”, como nos dijo el gerente de campaña en Caldas, Camilo Gaviria.

El equipo de los ‘paolos’, liderado por la senadora repitente Paola Holguín, arranca de gira la semana que viene para Armenia, Pereira y Manizales, donde ganó Fajardo, para colonizarlas a punta de microperforados, volanteos y tomas por barrios (como lo hizo en Medellín para la primera vuelta).

“Estamos saliendo a la calle. Tenemos amigos que votaron por Fajardo, entonces estamos reuniéndolos y convenciéndolos de votar por Duque.”, nos dijo Gaviria. “Tenemos que persuadir a los votantes de Fajardo, mostrar un candidato que quiere unir”, añadió.

El nicho donde pueden crecer, según ellos, es una amalgama de estudiantes, profesores, empresarios, líderes de opinión e intelectuales que no se sienten identificados con los extremos. Por eso, la estrategia central es destacar las similitudes que puede tener el candidato uribista con Fajardo.

Eso se concreta en recordar que Fajardo nunca se ha llevado mal con Uribe.

Con eso Duque ya ha logrado ganarse el voto de algunos miembros de Compromiso Ciudadano que hicieron parte de las Alcaldías de Fajardo y de Alonso Salazar, que el miércoles se reunieron con Duque y le anunciaron su respaldo.

También en cuestiones programáticas. Para el senador Alfredo Ramos y para Gaviria, pueden convencer a la gente de centro que se enamoró de la apuesta por la educación de Fajardo con sus propuestas de emprendimiento, economía naranja y otras que encajan en ese deseo, como que más gente quepa en Ser Pilo Paga o que los bachilleres se gradúen como técnicos para que puedan trabajar sin necesidad de un pregrado.

“El reto es llevar el mensaje anticorrupción, mostrar esas propuestas que la gente no alcanza a dilucidar en la primera vuelta, además del carácter, la calma, su cercanía con la ciudadanía que tiene Iván Duque”, nos dijo el senador Ramos.

Es decir, emular las razones por las cuales a Fajardo le fue tan bien en la región, como no cazar peleas y representar el cansancio con las maquinarias y la política tradicional. Muestra de eso es la entrevista de ayer en La W, en que Duque dijo que el país no debía dividirse entre amigos ni enemigos de la paz (aunque su jefe político sea el mayor contradictor del Acuerdo de Paz con las Farc) y que él no era de cuotas burocráticas (a pesar de tener ya bajo su ala el grueso de las maquinarias que fracasaron con Vargas).

Todo eso, sin descuidar el ‘castrochavismo’.

“En Antioquia la resistencia a Petro es una desinformación espantosa. Siempre recibo fotos de Petro como violador, como guerrillero. El lunes me levanté y tenía un mensaje en mi celular con una foto falsa de las Farc con camiseta de Petro”, nos dijo el dirigente que apoyó a Fajardo que nos pidió el off the record porque no quiere hacer público su pesimismo frente a la campaña.

Por eso, “Duque puede crecer con 500 mil votos de Fajardo y de la gente que va a salir a votar a última hora por el miedo”, añadió. 

Para los uribistas, la meta seguirá siendo, mientras apela a la confianza y la neutralidad que inspiró Fajardo, a través de su uribismo 2.0, convencer a más gente de que salga a votar en contra de Petro. Como le dijo a La Silla el diputado uribista de Caldas, Antonio Corrales, “Aquí simplemente está en juego el modelo de país que queremos: o la democracia o el socialismo”.

Petro, con estudiantes, las bases y defendiéndose del uribismo

Así como en Antioquia, que los petristas veían la carrera difícil porque estaban peleando con dos paisas (Fajardo y Uribe) en el Eje no parece haber mucho espacio en que Petro pueda crecer. “No veo muy factible que haya un traslado de votación a Petro. A uno los amigos le dicen: ‘Yo estoy con Fajardo, pero no con Petro’”, nos dijo el concejal del Polo en Pereira Carlos Alfredo Crosthwaite.

Sin embargo, por el lado de los estudiantes, Petro tiene de dónde agarrar.

Los 600 estudiantes que salieron el miércoles a defender el proyecto que tumbó el Concejo de Manizales por el que el municipio iba a invertir 300 mil millones en educación para la ciudad, estaban partidos en general entre Fajardo y Petro.

Ahora en su mayoría se definieron por el candidato de la izquierda, según le contó a La Silla Mateo Giraldo, estudiante de Sociología de la Universidad de Caldas y miembro de la Federación de Estudiantes Universitarios. “Es con Petro que tenemos la oportunidad de cambiar el gobierno”, nos dijo Giraldo.

Esos jóvenes, en una ciudad con 118 estudiantes por cada 1000 habitantes (la tercera con más peso demográfico de estudiantes en el país), ya se empezaron a mover.

El martes se reunieron las juventudes de la campaña para definir una estrategia a través de la cual van a buscar el voto de opinión que se ganó Fajardo.

Su idea es pararse en los semáforos con pasacalles, hacer tomas de barrios en las tardes y en las noches, carnavales y tomas culturales “muy alegres y muy creativas que muestren lo juvenil de la campaña” y “estar en contacto con las personas sin incomodarlas, sino hacer pedagogía para convencer de que el país necesita un cambio y ese cambio es la Colombia Humana”, según Alejandra Ramírez, líder de la campaña de Petro por el sector de animalistas.

En Medellín y el Valle de Aburrá, por su parte, Petro seguirá explotando el respaldo que tiene de sectores culturales y juveniles en los barrios y en las universidades públicas y privadas que lo admiran por ser revolucionario, ex M19, anti establecimiento y propaz -como nos dijo Valeria Echavarría, líder del nodo de Petro en la Universidad Eafit de Medellín- y tratará así de recoger votos jóvenes a los que no les gusta Uribe, pero que se fueron en primera vuelta más al centro con Fajardo y De La Calle.

Falta ver si en las otras capitales el voto universitario que le llenó plazoletas a Fajardo en Pereira y Quindío -pero no en Medellín- también se decide por Petro.

La campaña también ve oportunidad para crecer en Quindío de la mano de movimientos ambientalistas como la Marcha Carnaval, que hace pedagogía en ese departamento en contra de la minería y a favor de la defensa del agua.

Sin embargo, la primera vuelta mostró que no es tan fácil que ese discurso cale. En Pijao, municipio que dijo no a la extracción minera en una consulta popular, Duque ganó con el 60 por ciento de los votos. En Córdoba y Salento, municipios que buscan hacer lo mismo, ganó Duque con más del 40 por ciento de los votos y Petro sacó el 17 y el 8 por ciento, respectivamente.

Mientras tanto, los petristas de la región están haciendo fuerza para que más verdes definan su rumbo a nivel nacional -como ya lo hizo el grueso del Polo- para ver si con su impulso pueden ganar opinión o que algunos de sus representantes más visibles se tomen la foto con ellos, para que las bases se muevan y la opinión de centro se incline hacia la izquierda.

“¿Usted se imagina una foto con Robledo, con Claudia López? Eso va a arrastrar a mucho indeciso porque, ¿quién puede decir algo malo de ellos?”, nos dijo Carlos Orozco, coordinador político de la campaña de Petro en Risaralda.

Eso les ayudaría, además, porque ambos sectores tienen causas locales en común.

Carlos Duque, miembro de la campaña de Petro en Risaralda, nos dijo que cree que la izquierda podría agarrar buena parte de los votos de Fajardo porque, primero, en ese departamento la gente de Humberto De La Calle, de la Coalición Colombia y del petrismo llegaron a un acuerdo el domingo pasado para cuidarse los votos entre sí, lo que muestra su cercanía.

Según Duque, y en eso coincidió el concejal Crosthwaite, tienen causas locales en común como impedir la privatización de Aguas y Aguas de Pereira, la empresa de acueducto de la capital, o convertir el antiguo batallón San Mateo, un lote verde en el Centro de Pereira, en un parque natural y no en un proyecto inmobiliario, como quiere hacerlo la Alcaldía.

Así, el reto de Petro es seducir a esos no uribistas que lo rechazan porque lo relacionan con Hugo Chávez y Nicolás Maduro, tratando de convencerlos de que no los va a expropiar y que no va a dejar en país en la ruina.

Para eso, los petristas nos dijeron que van salir a la calle a desmontar mitos.

“La idea es que Petro venga varias veces y que hagamos mucha pedagogía en la calle con la gente y mostremos que de comunista no tiene nada”, nos dijo la concejal de Medellín Luz María Múnera. Además, “hacer un propósito de enmienda y bajarle un poquito a la agresividad”, según le dijo el concejal Crosthwaite a La Silla.

“Habría que hacer un mensaje remasterizado de Petro: ya, por ejemplo, está invitando a la calma cuando sus masas empiezan a gritar: ¡Uribe, paraco, el pueblo está verraco!”, nos dijo nuestra fuente exfajardista.

Así, los dos extremos entran a pelear el terreno que la gente ‘sin extremos’ abonó en el bastión del uribismo, que podría abrirle más espacio a la derecha o acercar a la región por primera vez a la izquierda.

Lo primero es lo más seguro.

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