El asesinato que aterroriza a los opositores de Kiko Gómez

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El asesinato, el viernes pasado en Barranquilla, del respetado médico Jorge Daza Barriga tiene conmocionado el mundo político de La Guajira en donde muchos temen una nueva ola de retaliaciones.

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La belleza del mar de Riohacha contrasta con el temor en el que hoy viven muchos de sus políticos.

La escena recuerda a otra en noviembre de 2012 cuando la conocida matrona wayúu Franca Sierra gritó en el entierro de su hija, la Chachi Hernández: “¡El Gobernador mató a mi hija!”. Estaba tan convencida de eso la anciana que poco después puso la denuncia y hoy este es uno de los asesinatos por los que está procesado Kiko Gómez, el encarcelado gobernador de La Guajira:

El domingo pasado, en el entierro del médico guajiro Jorge Daza Barriga -asesinado a tiros el viernes en Barranquilla-, el hijo mayor de la víctima exclamó entre lágrimas durante la misa: “¡Despierta pueblo guajiro! ¡La ignorancia es la que te tiene idealizando a los bandidos!... Aquel que desde la cárcel hace mal debe estar retorciéndose con su dios por el asesinato de mi padre”. Habló hasta que un familiar le pidió que guardara silencio.

De la misma manera en que lo afirma la vieja Franca sobre el caso de su hija, los familiares de Jorge Daza aseguran que ésta es otra muerte cantada en La Guajira. Así lo dijo, también durante el entierro, el político Bladimiro Cuello, quien se enfrentó con Kiko por la Gobernación, tuvo que salir del país por amenazas y es medio hermano del médico muerto.

“Te atacaron de la manera más cruel e irracional, en un hecho cantado, en un hecho anunciado, mi hermano, que me obliga a preguntarme ¿por qué las autoridades no lo impidieron si hace rato lo veníamos alertando?”.

Hoy el asesinato de esta nueva víctima -en cuya despedida en Barranquilla estuvo buena parte de la dirigencia política de la región, incluyendo la alcaldesa Elsa Noguera y el exgobernador Eduardo Verano de la Rosa; y hubo presencias tan distintas como prestigiosos médicos, humildes campesinos guajiros y músicos de vallenato de todos los estratos- tiene aterrorizados a los opositores del caído gobernador. 

Ellos temen que se trate del comienzo de una ola de retaliaciones en contra de quienes denunciaron a Kiko, quien fue detenido señalado de ser el autor de un puñado de homicidios y de tener vínculos con bandas criminales dedicadas al narcotráfico, al tráfico de gasolina y de armas y al contrabando

No son pocos los que ven en la muerte de Daza, un respetado neurocirujano que se hizo famoso en Barranquilla por cantar vallenatos y que llegó a ser Secretario de Salud de ese Distrito, la materialización del rumor que en diciembre pasado corrió por las calles de Riohacha, según el cual todo el que hubiera hablado en contra de Kiko Gómez y Marquitos Figueroa resultaría muerto

Jorge Daza nunca habló mal (al menos, no públicamente) de Kiko Gómez ni mucho menos lo denunció, pero sí patrocinó y apoyó a su medio hermano Bladimiro -a quien Daza crió-, el candidato del grupo político llamado Nueva Guajira que le peleó a Kiko la Gobernación y que, una vez llegó al poder, le hizo oposición.

De hecho, cuando Bladimiro salió del país (apenas tres meses después de las elecciones) lo hizo diciendo que lo habían amenazado como consecuencia de la controversia política que había en el departamento.

En tierras golpeadas por la violencia como La Guajira, los armados (como evidenciaría el rumor de diciembre) a veces mandan mensajes a través de chismes que corren de boca en boca. Así es como según otro de estos rumores Kiko estaría culpando de sus líos judiciales a Bladimiro y a todos los miembros de Nueva Guajira, a quienes acusa de haber orquestado un complot con la Fiscalía y los medios para acabarlo.

El gobernador Kiko Gómez insiste en que hay una persecución en su contra. 
Bladimiro Cuello volvió al país a enterrar a su hermano Jorge.
El médico Jorge Daza fue asesinado el viernes en el barrio Ciudad Jardín de Barranquilla. 

Hasta el momento lo único que había pasado al respecto es que Kiko Gómez ha atribuido las acusaciones en su contra a una pelea política, como lo contó La Silla.

Por eso el miedo de ahora. Desde que mataron al médico Daza, ninguno de estos políticos opositores comenta nada en público. E incluso otros políticos que son independientes y que no pertenecen a Nueva Guajira prefieren no referirse al tema del asesinato. Para esta historia La Silla consultó a cinco fuentes de La Guajira y solo una se atrevió a hablar vía celular por temor a estar ‘chuzados’.

“Ahora es más fuerte esta situación de que solo hablamos en los patios de las casas. La gente siente dolor y repudio pero nadie se atreve a expresarlo”, nos dijo una de esas fuentes.

“El temor tiene a la gente con el rabo entre las piernas, dejando que La Guajira se hunda en esta situación”, dijo otra de las fuentes por aparte.

La Silla supo que el máximo dirigente de Nueva Guajira, el exgobernador Jorge Pérez, fue contactado hoy por la Policía que ofreció doblarle la protección que le da la Unidad Nacional de Protección. Una persona que conoce de cerca el tema nos dijo que lo mismo harán con otros miembro de ese grupo político, como el representante Jimmy Sierra y el exgobernador Hernando Deluque.

El nivel de alarma ha ido en aumento además desde que se han ido conociendo detalles del crimen de Daza, como por ejemplo que el carro en el que se movilizaron los asesinos fue quemado minutos después, el mismo modus operandi de quienes mataron a la exalcaldesa de Barrancas Yandra Brito, por cuya muerte también está siendo investigado el Gobernador.

En la prensa también salió que el carro usado fue comprado en Barranquilla por una persona de Barrancas, que es el pueblo del sur de La Guajira en el que nació y tiene Kiko su imperio. Pero, por supuesto, esto puede tratarse de una casualidad o un hecho irrelevante.

“El nuevo rumor es que hay una lista de tres dirigentes a los que van a matar y que el que sigue es Jorge Pérez. La tensión acá es total”, contó una fuente guajira.

Por redes sociales corre por estas horas el cancionero con los vallenatos favoritos del “médico que cantaba vallenatos”, como le dicen algunos en Barranquilla a Jorge Daza. A su entierro asistieron unos 250 guajiros, muchos de los cuales son sencillos campesinos que él solía atender en su consultorio sin cobrarles un peso.

Antes de despedirlo para siempre, su hermano Bladimiro pidió para él una suerte distinta a la impunidad: “Hoy hermano exijo que tu muerte no quede impune sobre la base de que las autoridades saben quién, sin justificación, acabó con tu vida”.

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