El próximo martes el Consejo de Estado podría elegir el nuevo Auditor General, la persona encargada de vigilar a los contralores del país. Tiene que escoger entre una terna en la que están una apadrinada de la actual Contralora General, Sandra Morelli y otra del ex Contralor General Julio César Turbay, quien está trenzado en una puja con Morelli. Por eso la elección del Auditor -que normalmente pasa desapercibido- se ha vuelto toda una historia política.
El auditor general ¿la oportunidad de la revancha de Turbay contra Morelli?
El próximo martes el Consejo de Estado podría elegir el nuevo Auditor General, la persona encargada de vigilar a los contralores del país. Tiene que escoger entre una terna en la que están una apadrinada de la actual Contralora General, Sandra Morelli y otra del ex Contralor General Julio César Turbay, quien está trenzado en una puja con Morelli. Por eso la elección del Auditor -que normalmente pasa desapercibido- se ha vuelto toda una historia política.
La terna, que fue elegida por la Corte Suprema el jueves pasado, la componen Carlos José Bitar, Laura Emilse Marulanda y Luz Jimena Duque: Marulanda fue contralora delegada de Turbay y Duque trabajó con Morelli en la Contraloría. Bitar no tiene cercanía con ninguno de los dos y por eso su posibilidad está en meterse en medio de la pelea y ganar como una tercería.
La puja entre Turbay y Morelli
La pelea entre Morelli y su antecesor Turbay está casada desde cuando la actual contralora llegó al cargo y anunció que se había encontrado con una nómina paralela de más de 2.700 contratos y que costaba 53 mil millones de pesos, lo que llevó a una investigación de la Corte Suprema de Justicia por denuncia de Morelli.
Más adelante lo criticó también por gastos en viajes y por la famosa camioneta de casi 300 millones de pesos, lo que lo dejó mal parado ante la opinión pública. Incluso en julio de 2011 Morelli le pidió a la entonces Fiscal Viviane Morales que investigara a Turbay por el escándalo de Saludcoop.
Esas revelaciones, de hecho, desmontaron la aspiración de Turbay de ser gobernador de Cundinamarca y lo convirtieron en rival de Morelli. Por eso, poner una persona cercana a él en la Auditoría sería por lo menos una amenaza para la Contralora.
Además el anterior Auditor, Jaime Ardila, inició pero no terminó investigaciones contra personas cercanas a Turbay.
Según supo recientemente La Silla, en la Auditoría actualmente caminan lentamente por lo menos cuatro investigaciones contra directivos de Turbay, dos de ellas por la ejecución de obras en sedes de la Contraloría, una por no haber informado qué había pasado con los rendimientos de anticipos entregados por la Contraloría y una más por la famosa camioneta.
La decisión de un nuevo Auditor de impulsar o no estos procesos puede ayudar a Turbay a defenderse de las acusaciones de Morelli.
A Morelli también le conviene tener una persona allegada en el cargo de Auditor porque es el encargado de controlar su gestión. Eso en este momento es clave porque después de una luna de miel de la Contralora con los medios, han comenzado a surgir serias críticas.
Por ejemplo, las denuncias sobre el contrato de arriendo de la nueva sede, cuyos arrendamientos costarán más de 60 mil millones de pesos en dos años, podrían ser investigadas. Lo mismo podría ocurrir con las denuncias de Ramiro Bejarano en El Espectador, según las cuales la nómina paralela en 2011 fue de más de medio billón de pesos y que en 2012 fue de 41 mil millones; Morelli negó la primera cifra pero no aclaró la segunda.
Y ahora se comenzará a ver si toda esa actividad de sus primeros dos años, cuando embargó a cientos de funcionarios públicos e incluso contratistas, conducen a recuperar dineros del Estado. Un buen Auditor hace eso visible.
Los perfiles de la terna
El proceso para elegir auditor no estuvo exento de discusión, como contó La Silla en esta historia y en estos dos confidenciales.
La posibilidad de reelegir al Auditor actual fracasó porque los tiempos no alcanzaron, e igual la semana pasada la Corte Constitucional decidió que la ley sí era exequible pero que no podría haber reelección inmediata.
Ante esas circunstancias, el proceso de selección de la terna avanzó con 31 inscritos, que tuvieron una corta audiencia pública con cinco minutos cada uno el pasado 27 de junio.
A la semana siguiente se reunió la Sala Plena de la Corte Suprema para elegir la terna, y lo hizo en esa misma sesión. Eligió a tres personas que tienen trayectoria en el Estado, dos de ellas en órganos de control.
La primera es la antioqueña Laura Emilse Marulanda , una abogada que lleva más de 20 años trabajando en diferentes órganos de control en Antioquia, incluyendo ser personera de Guarne y de Rionegro en la década de los años noventa. Como contralora de Itagüí entre 2004 y 2007, quedó de primera en un ránking de contralores que hizo la Auditoría General en ese entonces.
Marulanda se sabe mover en las elecciones de este tipo. No solo fue personera de dos municipios antioqueños y contralora de otro, sino que en 2012 estuvo ternada, a la vez, a las Contralorías de Medellín y de Antioquia, ternada en los dos casos por el Tribunal Superior de Antioquia. No quedó en ninguna.
En ese momento se dijo que tenía nexos con el ramismo, la corriente conservadora que lidera el ex gobernador de Antioquia Luis Alfredo Ramos, algo que ella negó. El fundamento estaba en que el Concejo de Itagüí la eligió contralora cuando el alcalde era el ramista Carlos Arturo Betancur, y el partido de Ramos en ese entonces, Equipo Colombia, tenía 8 de los 19 concejales. Aliados con los conservadores, eran la mayoría que eligió a Marulanda.
Después de ese cargo pasó a ser asesora de Julio César Turbay Quintero en la contraloría general, en 2008, y de ahí Turbay la nombró contralora delegada para la gestión pública e instituciones financieras. Después fue directora jurídica de Cornare en 2011 (la CAR del oriente antioqueño, cuyo director Carlos Mario Zuluaga tiene el apoyo de políticos conservadores y de La U).
En estas elecciones Turbay es su principal apoyo. Aunque el excontralor no tiene el poder que tuvo hace algunos años, su paso por la Contraloría y las buenas conexiones que heredó de su padre, el ex presidente Julio César Turbay, son muy útiles en estas elecciones.
Marulanda tiene también muy buenas relaciones con los tribunales antioqueños y la carta de ser representante de esa región, de donde vienen tres consejeros (Susana Buitrago, Marco Antonio Velilla y Enrique Gil).
La segunda ternada es Luz Jimena Duque, una abogada caqueteña que estudió en Cali. Ha sido asesora de entidades públicas como el Ministerio de Defensa entre 2005 y 2007, el Sena, la Previsora y Fonade, y fue asesora del entonces Auditor General Iván Darío Gómez Lee, amigo cercano de Sandra Morelli.
Lo más llamativo de su hoja de vida es su paso, más reciente, por la contraloría de Sandra Morelli. Fue directora de recursos físicos, en 2011, y de vigilancia fiscal del sector agropecuario, después, en la Contraloría, las dos cosas durante el período de Sandra Morelli.
Aunque ninguno de los dos cargos era estrictamente directivo (en el primero dependía del gerente administrativo y financiero, Carlos Eduardo Umaña, y en el segundo del Contralor Delegado para el sector agropecuario, Rodrigo Fernando Quimbayo), luego pasó a ser uno de los contralores especiales contra la corrupción, una especie de cuerpo élite de la Contraloría, creado en 2011, y en el que ya dependía directamente de la Contralora.
Duque salió de la Contraloría hace año y medio y trabaja de nuevo como asesora de entidades públicas como Acuavalle, y es profesora universitaria en Cali. El problema que tiene es que salió hace tan poco de la Contraloría que tendría que manejar una entidad que controla a su ex jefe, así se declare impedida en casos puntuales.
Según supo La Silla después de publicada inicialmente esta historia, su salida no fue en buenos términos con Morelli. Sin embargo, dos fuentes distintas nos dijeron que en las últimas semanas, Morelli ha buscado un acercamiento con ella. Como Duque fue la primera de los ternados en ser elegida por la Corte Suprema, y la contralora no tiene a nadie más cercano en la terna, Morelli ahora se ha vuelto a acercar a su antigua subordinada.
El tercer ternado es el abogado sincelejano Carlos José Bitar, quien no tiene experiencia en organismos de control, pues ha hecho carrera como secretario general de varias entidades.
Bitar es el tercero en la discordia. No tiene el apoyo ni de la contralora ni del ex contralor, pero tiene buenas relaciones en las altas cortes y es cercano al ‘clan Guerra’, desde el gobernador de Sucre Julio César Guerra hasta María del Rosario Guerra, ex ministra de TIC de Álvaro Uribe - incluyendo al ex congresista ‘Joselito’ Guerra, condenado por el proceso 8 mil (aunque un tribunal de la ONU ordenó que fuera reparado por esa sentencia).
Bitar tiene experiencia en este tipo de elecciones. En 2001 fue ternado por el Tribunal Superior de Bogotá a la Contraloría DIstrital, lo que se repitió en 2012. En los dos casos inicialmente fue dado como favorito pero fracasó.
En la más reciente campaña trascendió que tenía abierta una investigación de la Procuraduría por una actuación como secretario general del Ministerio de TIC, y se desinfló. La Silla Vacía revisó y la investigación ya no aparece en el Sistema de Información Misional de la Procuraduría, sólo tiene un estudio en etapa preliminar desde diciembre de 2011.
En esas circunstancias el pulso en el Consejo de Estado (que ternó a Morelli en 2010) está fuerte. Según supo La Silla, en ese alto Tribunal aún no está claro el panorama. Al parecer los magistrados liberales estarían partidos entre Duque y Marulanda.
Se dice también que el lobby de Morelli, que como está en la Contraloría tiene más músculo que Turbay, ha sido menos evidente pero más efectivo que del excontralor. Sin embargo aún faltan varios días para la elección, hay varios magistrados indecisos, los ternados apenas se están dando a conocer y el pulso continúa.
Nota de la directora: después de publicada esta nota el magistrado Marco Antonio Velilla se comunicó con La Silla Vacía y señaló que no apoya a Carlos José Bitar. Corregimos la nota con esa información.