Sus concejales y diputados se declararon en independencia incluso frente a alcaldes o gobernadores antiuribistas.
El Centro Democrático se declara tibio
Foto: Instagram @alvarouribevelez
Esta semana venció el plazo para que las bancadas en concejos y asambleas se declararan gobiernistas, opositoras o independientes. Los uribistas se fueron por la independencia incluso en lugares en los que gobiernan quienes ganaron las elecciones con posturas antiuribistas.
Eso ocurre en Medellín, donde Daniel Quintero ganó con un discurso antipolítico y crítico del uribismo, y su principal rival fue el ahora concejal uribista Alfredo Ramos.
También en Cali, donde ganó el alcalde verde, Jorge Iván Ospina, un viejo crítico de Uribe, y donde el uribismo apoyó a su rival, Roberto ‘Chontico’ Ortiz.
En Bogotá, donde el uribismo apoyó a Miguel Uribe contra la alcaldesa Claudia López, quien ha sido muy crítica de Uribe y el Centro Democrático.
De hecho, revisamos sus posiciones en otros 20 concejos y gobernaciones, en los que el Centro Democrático tiene representación y peso político, y en ninguno se declararon de oposición. Acá pueden ver los detalles.
Eso es llamativo porque el Centro Democrático nació en 2013 como un partido de oposición a Juan Manuel Santos y a la clase política, que en su enorme mayoría lo apoyaba. Ahora hay concejales y diputados uribistas apoyando gobiernos de La U (Valle, Caldas, Pasto), conservadores (en Risaralda) y liberales (Chocó), tres partidos centrales de la antigua coalición de Santos.
Incluso son de las coaliciones de gobierno de dos alcaldes avalados como verdes, el empresario Jairo Yáñez en Cúcuta (con quien hay cercanía; el hoy alcalde fue precandidato uribista) y en Popayán el político de origen liberal Juan Carlos López.
Ese patrón refleja un cambio de política claro y que concretó un memorando que envió la Dirección del partido, en cabeza de Álvaro Uribe y la directora Nubia Stella Martínez, a todos sus concejales y diputados el 20 de diciembre:
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“El CD de manera general acompañará a los gobiernos locales en lo conveniente y se apartará en las decisiones que conforme al debate no sean convenientes para las regiones. Sin embargo se debe estudiar en que municipios y departamentos es procedente declararse en independencia constructiva y excepcionalmente se declararan en oposición”
La Silla buscó a Martínez para preguntarle las motivaciones de esta decisión, y hasta el momento de publicar esta nota no contestó nuestras llamadas ni mensajes. Sin embargo, otras fuentes dan pistas.
En Medellín, desde enero, la bancada del Centro Democrático anunció su “independencia propositiva”. El concejal Ramos le dijo a La Silla que esto significaba “profundo control político”, apoyar lo bueno sin importar de dónde viniera, y complementar las propuestas del Gobierno.
“Estar en la independencia nos da tranquilidad para movernos. Sabemos que estar en la oposición nos da ‘gabelas legales’, pero esa no es la forma como vemos la política”, expresó Ramos, quien obtuvo su curul tras quedar de segundo en elecciones a la Alcaldía.
Como lo fue en campaña, sigue siendo crítico del alcalde Quintero, pues afirma que no tiene propuestas claras, y que por eso están ‘a la expectativa’; dice que hay un imaginario erróneo del Centro Democrático como un partido que se opone por oponerse.
Ramos le contó a La Silla que, en conversación con el mismo Uribe, el comité político de ese partido en Antioquia decidió dejar en libertad a las bancadas en los concejos para que decidieran cualquiera de las tres opciones que da el estatuto de la oposición, pero “que se evaluara primero ser de gobierno (...) Dijimos: ‘donde podamos ser, seamos’”.
Argumentos similares de apertura a propuestas de los gobernantes locales dijeron otros nuevos concejales o diputados, como José Julián Muñoz en Popayán ("es más fácil construir desde una independencia a destruir desde una oposición radical"); Roberto Rodríguez en Cali (“para soñar, planear y construir” con el Alcalde antiuribista); o Wilson Flórez en Cundinamarca (“por las orientaciones del partido a nivel nacional: independencia constructiva").
En Bogotá, un concejal que pidió mantener el anonimato porque no tiene la vocería del partido, explicó algo parecido; dijo que se declararon independientes para tener una “posición constructiva”.
Pero también explicó que los beneficios legales de ser de oposición, como el derecho a la réplica o el de tener una sesión especial para debatir el Plan de Gobierno, son pequeños.
Curiosamente, el costo legal es el mismo: los candidatos por los partidos declarados en oposición o independencia, y sus directivos, no pueden ser nombrados en cargos con autoridad por los alcaldes o gobernadores respectivos.
Por eso, la decisión de declararse en independencia u oposición es sobre todo un asunto simbólico. Como simbólico es que el uribismo no sea ya un partido de oposición ni siquiera a los alcaldes y gobernadores que ganaron con políticas contrarias a la del partido que hace dos años eligió presidente y hace seis meses perdió en las elecciones locales.