El Cristo del condenado Ramiro Suárez

Silla Santandereana

Jario Cristo Correa, candidato a la Cámara de Norte de Santander por Cambio Radical. Foto: redes sociales.

Además de la maquinaria de la Alcaldía Cúcuta movida desde La Picota, Jairo Cristo tiene detrás el andamiaje de dos corporaciones que han contratado varios miles de millones en Norte.

Luego de quemarse en 2015 con poco más de 8 mil votos en su intento de buscar la alcaldía de Cúcuta, Jairo Cristo Correa volvió al ruedo electoral con el aval de Cambio Radical y como el candidato a la Cámara del condenado exalcalde Ramiro Suárez Corzo.

Además de la maquinaria de la Alcaldía de la capital de Norte movida desde La Picota, Cristo Correa tiene detrás el andamiaje de dos corporaciones que han contratado varios miles de millones en temas de educación y primera infancia en el departamento.

De profesor a la política

Aunque solo fue hasta hace dos años que Jairo Cristo Correa hizo su debut electoral, su carrera política empezó hace casi 20 años de la mano del condenado Ramiro Suárez Corzo. 

 

Fue en la campaña a la Alcaldía de Manuel Guillermo Mora, hoy Senador de La U y actual candidato a repetir la curul.

Para ese entonces Suárez Corzo era un líder en ascenso en Cúcuta que tenía el manejo de las finanzas de la aspiración de Mora, y Cristo era coordinador en el Colegio Buenos Aires y en el Colegio Espíritu Santo, una institución que en 1989 ayudó a fundar.

Se acercaron porque Cristo buscó a Suárez Corzo con la intención de ayudarle a Mora en Atalaya uno de los sectores vulnerables de Cúcuta en los que tenía a favor su reconocimiento como profesor.

Durante la campaña le fue bien, pero más allá del fogueo electoral, el haberse acercado a Suárez Corzo le sirvió a Cristo para que le abrieran la puerta en las grandes ligas de la política de Cúcuta.

Durante el mandato de Mora y ya como coordinador del Colegio Salesiano (al que llegó luego de que pidiera traslado por presuntas amenazas en su contra) ayudó a formular proyectos en la Secretaría de Educación del municipio. Eso le dio visibilidad en ese grupo político e hizo que pasara de ser un líder barrial a una ficha de adentro de la estructura. 

Precisamente, en 2003 Cristo impulsó la aspiración de Suárez Corzo, quien se eligió ese año con el récord de 137 mil votos, bajo la promesa de que lo pondrían a dirigir esa cartera.

Aunque solo fue hasta noviembre de 2006, es decir, cuando a Suárez se le estaba acabando el periodo, que lo nombraron en ese cargo; en adelante el profesor de Atalaya (es licenciado en biología, educación y química y abogado) empezó a ser conocido como uno de los ahijados del entonces Alcalde, quien después sería condenado por su participación en el homicidio de un abogado.

Cuando Suárez estaba preso mientras lo investigaban (fue capturado a tres meses de que se acabara su periodo), Cristo fue una de sus cuotas en la primera gobernación de William Villamizar, quien lo nombró en la secretaría general del Instituto de Deportes de Norte de Santander, IndeNorte. 

En ese cargo estuvo por casi dos años (octubre de 2009) y después desapareció de lo público formalmente hasta que en 2014 anunció que buscaría la Alcaldía de Cúcuta el año siguiente. 

Aunque intentó obtener el aval liberal por un lado y el respaldo de Ramiro Suárez Corzo por otro, finalmente no consiguió ninguno y decidió irse por firmas. 

Al final resultó de cuarto en la carrera con poco más de 8 mil votos (94 mil menos que César Rojas, quien fue el ahijado de Suárez en la puja); sin embargo, la fogueada le sirvió para mostrar que aún sin el condenado exalcalde tenía votos.

Las ocho fuentes con las que hablamos para esta historia, le dijeron a La Silla que gran parte de esa votación obedece a que al tiempo de la faceta política, Cristo construyó una como contratista siendo la cabeza tras bambalinas de dos corporaciones, una de las cuales creció a la par de su ascenso político en las huestes de Ramiro Suárez.

Espíritu Santo, los inicios

La Corporación Espíritu Santo nació en 1989. Inicialmente fue un jardín infantil que funcionó en una casa y en 1995 pasó a ser un colegio pequeño de Atalaya.

Sobre quiénes fueron sus fundadores, La Silla no obtuvo los registros; sin embargo, sí confirmamos con tres fuentes que consultamos por aparte y que lo saben porque trabajaron con ella, que la idea nació con Cristo y su esposa Belén Yaneth Salcedo, quienes luego se asociaron con Óscar Arévalo Quintero y su esposa Milena Vega (la actual representante legal) para administrarla. 

“Ellos empezaron a trabajar cuando el colegio estaba en una casa. El proyecto se fue creciendo y en eso tuvo mucho que ver la incursión en política de Cristo”, aseguró una de esas fuentes.

La crecida de Corpoces data de las ‘becas paces’, un programa que el que el Estado les pagaba a colegios privados la educación de estudiantes en bachillerato porque en los públicos no había cupo.

Inicialmente esas becas estaban yendo en su mayoría al colegio Gran Colombiano (en el centro de la ciudad), pero un grupo de profesores (entre esos Cristo) lideraron la creación de la Corporación de Instituciones Educativas Privadas de Atalaya, Ciepra, con el fin de que todos los colegios de ese sector tuvieran más posibilidad de competir por esos recursos.

El experimento les resultó bien en parte porque para ese entonces Cristo ya había hecho campaña con Mora y les empezaron a asignar cupos; sin embargo, en adelante la suerte le empezó a sonreir solo a Corpoces.
 
“En uno de esos años Cristo se quedó como con el 65 por ciento de las becas, y los demás colegios nos quedamos en desventaja”, aseguró a La Silla una fuente del sector de la educación. “Recuerdo que cuando él matriculaba decía que el mono (Ramiro Suárez) mandó este, y que mandó al otro. Ese fue el gran negocio de Corpoces”.

Esa fuente y cuatro más entre políticos y personas que trabajaron en ese momento con Cristo, nos dijeron que Cúcuta no estuvo exento de los escándalos de la época por la presunta desviación de esos recursos, y que esos cuestionamientos coinciden con la crecida económica de Cristo. 

“De eso no hay pruebas porque en su momento no fue sancionado, pero así fue como Cristo empezó a ser conocido en Cúcuta”, dijo una de esas fuentes.

Cristo le dijo a La Silla que esas afirmaciones no eran ciertas y también negó tener alguna injerencia en el manejo de Corpoces. 

“Yo fui coordinador entre julio de 1996 y el 2005. En Corpoces he desempeñado unos cargos pero externamente, no soy dueño ni tengo que ver con las decisiones”, indicó. “Toda mi vida he estado en el servicio público sin tacha”.

Cualquiera de las versiones que sea cierta, lo que jamás quedó en duda fue que Jairo Cristo se convirtió en una de las manos derechas de Ramiro Suárez en Cúcuta. 

En 2007, mientras era Secretario de Educación de esa administración, fue cuando Corpoces dejó de llamarse Colegio y adoptó el nombre de corporación. 

Desde entonces inició su segundo periodo de bonanza cuando empezó a contratar programas de atención a primera infancia en Norte de Santander a través del Fondo Nacional de Desarrollo, Fonade, y el Bienestar Familiar. 

El poder que le dio Corpoces a la figura de Cristo  le alcanzó para elegir con 4.873 votos y el aval liberal a Wilmar Cepeda en 2011 como concejal de Cúcuta, y para volverse uno de los pesos políticos de Cúcuta.

La Silla revisó los registros de contratación y encontró que solo el año en el que Cepeda estuvo impulsado por Cristo, le entregaron a Corpoces directamente la ejecución de poco más de $4 mil millones en contratos directos a través de Fonade.

En adelante, esa corporación ha recibido al menos 40 contratos más que oscilan entre los $30 y los $5 mil millones y que además de la primera infancia en varios municipios de Norte, tienen como fin proveer personal administrativo y de aseo en colegios de Cúcuta, y hasta impartir la validación del bachillerato en esa ciudad.

Innovar, la expansión

La segunda organización ligada a Jairo Cristo es la Corporación Integral de Innovación Social, Innovar. 

En la Corporación nos dijeron que auque fue constituida en 2007, solo fue hasta el 2013 que adoptó el nombre de Innovar.  En los registros públicos de contratación consta que empezó a ejecutar recursos del Estado desde 2014. 

El objeto de Innovar es más variado que el de Corpoces, e incluye jornadas de capacitación sobre temas que van desde tránsito hasta agricultura, y atención a población vulnerable, pero también se dedica a programas de primera infancia. 

Cristo le dijo a La Silla que no tenía injerencia en esa corporación y aseguró que su relación se limitaba a haberla asesorado entre 2013 y 2014, y de 2016 hasta agosto del año pasado, periodo en el que se desempeñó como asesor jurídico y pedagógico, el mismo cargo que tuvo en Corpoces durante ese mismo tiempo.

Sin embargo, encontramos que Belén Salcedo, la esposa de Jairo Cristo, es asesora jurídica de Innovar, que la representante legal, Zulay Salcedo, es prima de la esposa de Cristo, y que la revisora fiscal, Nury Salcedo, es hermana de la esposa de Cristo.

Esa corporación ha ejecutado más de 20 contratos en los últimos tres años que oscilan entre los $40 millones y los $1.800 millones en varios municipios de Norte.

Además, se acaba de ganar la concesión para administrar por los próximos 12 años el recién construido colegio Pedro Cuadros Herrera por $41 mil millones.

“Cristo y Ramiro estuvieron un tiempo distanciados mientras la campaña a la Alcaldía, pero finalmente se acercaron porque les va bien cuando hacen negocios juntos”, dijo a La Silla una fuente de adentro del círculo del candidato a la Cámara. “Esa es la razón por la que la que hoy Cristo es el candidato de Ramiro”.

Cristo le negó a La Silla que en la Alcaldía intercedieran para favorecerlo y aseguró que el éxito en la contratación de las dos corporaciones que había asesorado obedece a su preparación; sin embargo, si algo queda claro hasta ahora es que desde que arrancó la administración de César Rojas, las corporaciones con las que tiene vasos comunicantes han estado dentro de la baraja de afortunadas de Cúcuta.

La ejecución de esa cantidad de recursos que incluye manejo de personal pagado por la Alcaldía, sumado a la maquinaria que desde la administración de Rojas le están moviendo directamente a Cristo y que esta semana, según las versiones de cuatro líderes barriales, tiene desfilando a presidentes de juntas para buscar un contrato a cambio de mover votos, serán el motor de la candidatura con la que Ramiro Suárez quiere volver al Congreso en cuerpo ajeno.

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