El divorcio entre Raúl Delgado y Camilo Romero

Silla Pacífico

Luego de ser aliados en 2015, en Nariño se está haciendo evidente el divorcio entre el ex gobernador y el actual gobernador. En el fondo hay una distancia por el rumbo de la nueva gobernación y una movida electoral al 2018.

Luego de haber sido aliados para ganar las elecciones regionales en 2015, en Nariño se está haciendo evidente el divorcio político entre el ex gobernador Raúl Delgado y el actual gobernador Camilo Romero. En el fondo no sólo hay una distancia por el rumbo que ha tomado la nueva gobernación sino una movida electoral de cara al 2018, donde ambos buscarán jugar con candidato propio para llegar al Congreso.

“La relación personal entre ambos es cercana, fluida. Pero políticamente es cada vez más distante”, le dijo a La Silla Pacífico una fuente cercana al ex gobernador Delgado. Algo similar opinaron otras cinco fuentes que conocen la política en el departamento.

Se rompe un matrimonio

En el 2015, Camilo Romero ganó la Gobernación de Nariño cómodamente a pesar de que no tenía una trayectoria propia trabajando en el departamento. Ganó con una ventaja de 19 puntos porcentuales sobre su principal rival Jhon Rojas, ex director de Comfamiliar. Así, la centro izquierda mantuvo a Nariño como su único bastión.

 

A Romero le ayudó no sólo la fuerte proyección nacional que logró como senador del Polo Democrático (tras llegar al Congreso como un palo, haber sido líder estudiantil y promover un fallido referendo de revocatoria al Congreso que le dio mucha exposición mediática) y precandidato presidencial de la Alianza Verde en el 2014 donde sacó 720 mil votos a nivel nacional.

Además, su campaña contó con el respaldo de políticos poderosos. Empezando por el del ex gobernador independiente Raúl Delgado, que aunque inició la campaña con un candidato propio para sucederlo (Nelson Leyton, su ex secretario de Hacienda), hacia el final de la campaña le dio un guiño a Romero, y la mitad de su gabinete se fue con él.

“Delgado se la jugó mil por ciento por Romero. Se llevó a toda la clase parlamentaria cuando al principio Romero sólo tenía el apoyo de [Antonio] Navarro y le consiguió el respaldo de alcaldes, diputados, cabildos indígenas y consejos comunitarios”, le dijo a La Silla el ex senador por Cambio Radical Carlos Alvarado, quien fue aliado de Delgado durante casi toda su carrera política y uno de los principales asesores de sus campañas. Pero que rompió con él después de que Delgado decidió respaldar a Romero. Algo similar dijeron a los demás consultados.

Como contó La Silla, Romero terminó apoyado por caciques poderosos de Nariño como los congresistas conservadores Myriam Paredes, Eduardo Enríquez Maya, Oscar Fernando Bravo y Diela Liliana Benavides; los liberales Javier Tato Álvarez y Neftalí Correa y Gilberto Betancourt del viejo PIN.

Por eso, después del triunfo, en los corrillos políticos de Nariño se daba casi que por hecho que Raúl Delgado aspiraría al Senado en el 2018, respaldado por el movimiento de Romero que él ayudó.

Prueba de su cercanía es que Romero ratificó al secretario de Planeación de Delgado, Luis Alfonso Escobar, muy cercano al ex gobernador y que era el secretario “de mostrar”, según Alvarado.

Sin embargo, Escobar sólo se quedó en el cargo hasta mediados del año pasado, cuando se retiró de la gobernación y entró a dirigir el Plan Pazcífico adscrito a la presidencia. Según tres fuentes consultadas por La Silla, Romero no le respetó esa cuota a Delgado y en cambio, nombró al actual secretario de esa cartera, Mario Viteri, muy cercano al senador verde Antonio Navarro.

“Ese fue el primer golpe”, le dijo a la Silla una de las fuentes consultadas.

Esa cartera es clave en Nariño porque desde que entró a regir la reforma a las regalías en 2012, ha sido la abanderada en la formulación y ejecución de proyectos de inversión en las alcaldías con recursos que gestiona la Gobernación. De hecho, como explicó Viteri hace poco en una entrevista, Nariño pasó de tener unos 25 mil millones de pesos anuales para inversión con recursos propios a 150 mil millones con las regalías.

En total, dijo, la gobernación anterior aprobó y comenzó a ejecutar 152 proyectos que suman un valor de 300 mil millones de pesos. En cambio, hasta ahora Romero no ha apalancado nuevos proyectos, lo que le ha valido críticas a su gobernación a la que acusan de falta de ejecución. Por eso, en la misma entrevista, Viteri respondió que antes de hacer nuevos proyectos, la gobernación está revisando los que se vienen ejecutando y que al menos en la mitad, han encontrado “falencias” técnicas y jurídicas por lo que incluso han tenido que desaprobar algunos.

“Así lo que digamos moleste a algunos o pueda generar inconformidades con otros, hay que aprender de las lecciones vividas”, dijo. “No es falta de capacidad ni de voluntad política del nuevo gobierno sino una apuesta del gobernador por hacer las cosas bien”, dijo.

Aunque esa apuesta es legítima, porque lo que está en juego son recursos públicos, ese es el segundo golpe que puso en evidencia la fractura entre los dos mandatarios, antes aliados. Sobre todo porque durante la campaña los opositores políticos de Romero denunciaron que muchos de los proyectos que apalancó la gobernación de Raúl Delgado con regalías fueron presentados por alcaldes de grupos políticos de los parlamentarios que apoyaron en campaña a Romero.

Por ejemplo, la gobernación de Raúl Delgado aprobó proyectos por unos 15 mil millones de pesos en la costa pacífica nariñense, donde Camilo Romero hizo campaña con el barón electoral de Tumaco, Neftalí Correa. Otro caso fue el de los convenios para proyectos ambientales que le aprobó la Gobernación a Corponariño, entidad que, como ha contado La Silla, es del dominio del senador de La U, Manuel Enríquez Rosero de La U, que también respaldó a Romero.

Por eso, aunque Viteri no dijo nombres, los aliados de Delgado creen que Romero “está poniendo el espejo retrovisor sin mucho sustento en lugar de gobernar”, como le dijo a La Silla una fuente de la anterior administración.

Y es que si se llegaran a encontrar irregularidades en la ejecución de estos proyectos, el primer damnificado sería el ex gobernador Delgado que aún no desiste en su intención de aspirar al Congreso en el 2018. Y que siempre ha negado y ofrecido explicaciones a cualquier cuestionamiento a su gobierno en relación a los proyectos de regalías.

El factor 2018

Justo después de las elecciones regionales de 2015, el nombre de Raúl Delgado sonó como un fuerte aspirante a Senado que iría, según se rumoró entonces, como candidato avalado por la Alianza Verde, el partido de Romero.

Sin embargo, como la política es dinámica, lo que se creía como un acuerdo tácito entre los dos mandatarios se rompió porque el grupo político de Camilo Romero, Nueva Ciudadanía, está barajando opciones para apoyar candidatos propios al Congreso en el 2018.

Según ocho fuentes que conocen la movida política en Nariño (que incluyen a dos personas cercanas al Gobernador), el nombre que suena con fuerza para aspirar por ese grupo es su primo, Andrés Felipe Arango Romero, un economista de Popayán que no tiene trabajo político propio en Nariño, pero que es de la entraña de Romero.

Arango estuvo en la campaña de Romero y viene de trabajar con él en sus movimientos Tiene Huevo y el colectivo Vamos Independientes. Desde que se posesionó el Gobernador, ha estado acompañando su trabajo aunque no directamente, sino como consultor de Usaid  en la elaboración del mapa de regalías en 40 municipios de Nariño, como parte del programa de gobernabilidad regional del programa que acompaña la cooperación internacional en Nariño.

Arango también acompañó como consultor la elaboración del Plan de Desarrollo de Nariño. Ambos trabajos, según tres fuentes consultadas por La Silla, lo han acercado a los alcaldes de Nariño, un sector clave para ganar elecciones en el departamento. La que sí viene trabajando en la gobernación es su pareja,  la abogada Angélica María Cruz Dajer, que es asesora del despacho de Romero.

Por todo eso, en Nariño no ha dejado de crecer el rumor de que Arango sería el candidato de Romero para aspirar al Senado en el 2018.

Sin embargo, Arango Romero le dijo a La Silla que no va a aspirar. “Eso es falso, no hay ninguna aspiración, te lo aseguro. Algunas personas del movimiento lo consideraron pero yo no voy a ser el candidato”, dijo. Algo similar le dijo a La Silla el gobernador Romero.

Como todavía falta un año largo para las elecciones, la negativa hoy de Arango no ha disipado los rumores. Y si se termina lanzando, sería el tercer Romero en estar en la política nariñense, donde además del Gobernador, su papá, Ricardo Romero, está al frente de la Alcaldía de Ipiales.

Además, pondría a Delgado a competir en el verde por un espacio para llegar al Congreso. Por eso, La Silla supo que el exgobernador descartó su idea de lanzarse al Senado y que más bien está explorando posibilidades para lanzarse a la Cámara, en alianza con su amigo Antonio Navarro que le garantizaría, según supimos, un espacio en la lista del verde.

Allí, en todo caso, tendría que competir con los candidatos que reciban el guiño de Romero. Y que para el 2018 se vislumbra muy competido porque el departamento solo cuenta con cinco cupos a la Cámara y ya arrancaron campaña fuerte los partidos Liberal, La U, los conservadores y Cambio Radical, donde juegan políticos tradicionales con maquinarias bien estructuradas.

Por eso, el divorcio de ambos mandatarios que hasta ahora se había mantenido solo en los corrillos políticos de Nariño, podría volverse aún más evidente y público. Sobre todo ahora cuando se empieza a calentar la campaña electoral rumbo al 2018.

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