El ‘elefante’ de Zuluaga

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Aunque el precandidato presidencial uribista negó saber que Odebrecht le había pagado parte de los honorarios a su estratega político para que lo asesorara, lo que reconoció ya es escandaloso. 

A Óscar Iván Zuluaga le apareció un ‘elefante’ en su campaña presidencial tras las declaraciones de su ex estratega político Eduardo ‘Duda’ Mendonça, reveladas por la revista brasileña Veja el fin de semana pasado.

Aunque el precandidato presidencial uribista negó saber que la corrupta constructora Odebrecht le había pagado parte de los honorarios a su estratega político para que lo asesorara, lo que reconoció ya es escandaloso. Y las cosas podrían empeorar para él.

Como lo explicó Semana.com, después de que el estratega Joao Santana, el otro publicista involucrado en el escándalo de Odebrecht por la justicia brasilera y a quien, como a Duda, se le atribuye un papel central para que Luiz Inácio Lula da Silva pudiera llegar a la Presidencia en Brasil, lo cogieran preso y negociara un acuerdo de delación, Duda temió acabar tras las rejas y buscó a las autoridades judiciales “para comenzar a cantar”.

Entre las cosas que Duda Mendonça le está contando a la justicia de su país está el que en 2014 Odebrecht, la constructora brasileña que ya aceptó ante los jueces haber pagado dos millonarios sobornos en Colombia para ganarse la licitación de la Ruta del Sol y luego para obtener una adición, supuestamente le pagó 1,6 millones de dólares para ‘completar’ sus honorarios por la asesoría al entonces candidato presidencial del uribismo, Óscar Iván Zuluaga.  

En respuesta, Zuluaga sacó un comunicado explicando que la campaña pagó y reportó el pago de un millón de dólares que le hizo su campaña a Mendonça (cosa que la Silla verificó en Cuentas Claras) y agregó que "no puede hacerse responsable de los acuerdos y pagos que la empresa Odebrecht tuviera con el señor Duda Mendonça al margen de lo convenido con nosotros", dijo.

De la explicación de Zuluaga en su comunicado hay varias cosas que son cuestionables.

La primera es que hubiera utilizado una firma contratista del Estado para conseguir un asesor político. Así la gestión de la empresa se hubiera limitado -como Zuluaga dice en su comunicado- a hacerles el mero contacto y presentarlos con Mendonça, solo deberles ese favor ya le podría crear un conflicto de intereses en el futuro si ganaba la Presidencia.

Odebrecht tenía un contrato grande con el Estado -el segundo tramo de la Ruta del Sol- que se había ganado en el gobierno de Uribe, y cuando Óscar Iván aprovechó el contacto, la constructora brasileña estaba negociando con el gobierno de Santos una millonaria adición a ese contrato.

Si Zuluaga ganaba las elecciones, como Presidente podía definir cosas claves para esa adición, como que el Confis y el Conpes permitieran modificar las vigencias futuras para hacerla realidad.

A esto, que ya de por sí es controversial, se le agrega que se trataba de involucrar -así fuera tangencialmente- a una empresa extranjera en su campaña política.

Tanto la Constitución como la Ley 1475, que regula los partidos políticos, prohíbe a los partidos, movimientos políticos e incluso grupos significativos de ciudadanos que impulsen un referendo o algo similar, recibir financiación para campañas electorales de extranjeros, sean personas naturales o jurídicas.

El espíritu de la ley es evitar que intereses extranjeros terminen teniendo incidencia en un asunto tan crucial para la democracia como una elección.

En este caso, si se le cree a Zuluaga, el rol de Odebrecht se limitó a contactarlo con el estratega político, no a financiarlo y en esa medida no violaría la ley.

Pero el solo hecho de que un candidato presidencial con más de 30 años de experiencia en política  y con un jefe político de la talla del ex presidente Álvaro Uribe haya optado por recurrir a una empresa extranjera para que le presentara un asesor político que básicamente vende sus servicios a quien se los pague, en cambio de contactarlo directamente, tampoco tiene buena presentación.

El tercer hecho que no ayuda a Zuluaga es que quien tuvo la iniciativa y contactó a Odebrecht para que le hiciera el puente a Zuluaga con Mendonça fue Daniel García Arizabaleta, que según Zuluaga en ese momento formaba parte de su comité político en su campaña.

García Arizabaleta había sido director del Invías entre el 2007 y el 2009, pero salió destituido luego de que la Procurauría comprobara que había mentido en varias ocasiones en las hojas de vida que presentó para acceder a altos cargos públicos en el gobierno Uribe.  Se probó también que luego, ya en el cargo, había modificado los requisitos de su cargo para borrar su engaño. Por eso la Procuraduría lo destituyó e inhabilitó por 15 años. Y después se fue a trabajar -según Zuluaga- con Odebrecht.

Según Daniel Coronell, García Arizabaleta fue contratado por Odebrecht como asesor en todo tipo de trámites con el Estado.

Zuluaga no vio problema en tener en el corazón de su campaña alguien inhabilitado políticamente por mentir en una declaración juramentada al Estado y luego modificar el manual de funciones para borrar su culpa.

Frente a esto, Zuluaga dijo hoy a La Silla que “Daniel nunca me dio dudas”. Que lo conoce desde 2002 y que “su actuación, su familia y su actitud” le han permitido confiar en él.

Y a todo esto se le suma que varios directivos, incluido el dueño de Odebrecht, han reconocido ante la justicia de Estados Unidos y de Brasil que pagaron millonarios sobornos en diferentes partes del mundo, incluida Colombia, para asegurarse megacontratos públicos con el Estado.

En su comunicado, Zuluaga dice que cuando él los buscó para que le hicieran el puente con Mendonça, “no había conocimiento público alguno de los cuestionamientos a la compañía Odebrecht.”. Eso es cierto. Pero el hecho es que ahora que se sabe que ya en esa época su modus operandi con los políticos era sobornarlos de diferentes maneras, la revelación de Mendonça de que su asesoría a Zuluaga fue pagada por Odebrecht es doblemente polémico.

Si en las próximas semanas, Duda Mendonça o los directivos de Odebrecht que están colaborando con la justicia prueban que Óscar Iván sabía que la constructora estaba asumiendo el pago de los honorarios del estratega, la defensa de Zuluaga se iría al piso.

Una práctica común

La Silla habló con cinco estrategas políticos colombianos y tres de ellos dijeron que es una práctica ilegal, pero que a veces ocurre, que una empresa privada asuma aquellos gastos de campaña que no son visibles y que si se declaran violarían los topes. Por ejemplo, la asesoría política. Es decir, que lo que dijo Mendonça que había pasado en la campaña de Zuluaga no sería algo inédito en el mundo de las consultorías.

De hecho dos de los estrategas de campaña consultados dijeron a La Silla haber recibido directamente propuestas de los candidatos que asesoraban de que sus honorarios fueran pagados por empresas privadas, una de ella extranjera.

Dos de estos asesores coincidieron en que un estratega de talla internacional como J.J. Rendón o Duda Mendonça cobrar por lo menos dos millones de dólares, es decir el doble de lo que pagó Zuluaga. A los otros tres, y especialmente a uno de ellos, les pareció que un millón es una cifra escandalosa teniendo en cuenta que los mejores consultores gringos como James Carville o Stan Greenberg cobran 50 mil dólares mensuales.

Quizás la diferencia es que los dos gringos no incluyen todo el paquete de publicidad, manejo de redes, etc y Mendonça estuvo a cargo de toda la publicidad también. Según uno de los consultados, JJ Rendón no cobra menos de dos millones de dólares, aunque en su caso probablemente cobra por la guerra sucia virtual por la que es famoso.

A los cinco les pareció que los 4,3 millones que dice Mendonça que negoció inicialmente es una cifra absurda, salvo quizás por el hecho de que en Brasil no hay topes de campaña y allá son mucho más costosas.

En cualquier caso, los cinco asesores dijeron que en sus carreras como consultores no conocen el primer caso en que una empresa o persona le haga una contribución a un candidato y no quieran que el candidato lo sepa. “El que aporta diez millones a una campaña no los da hasta que el candidato se los recibe personalmente para que les vea la cara”, dijo uno de ellos.

Zuluaga no tiene una teoría sobre por qué o para qué Odebrecht habría pagado su asesor a sus espaldas, si en realidad lo hizo. “Mal haría yo en construir una hipótesis”, dijo a La Silla. Y agregó que lo que sabía era por lo que había leído en la revista Veja, porque no había hablado con ‘Duda’.

Su desafío, entonces, será probar que Duda mintió o que si en efecto ese pago se dio lo hicieron a escondidas de él y de su hijo David, que se reunió también con ellos porque era el gerente de su campaña.

Y allí está quizás el punto más complicado para Óscar Iván, y es que este episodio comparte ciertos patrones con el del supuesto hacker, como que se habría cometido algo ilegal a sus espaldas y relacionado con un episodio en el que estuvo involucrado su hijo David y Luis Alfonso Hoyos, su amigo y "asesor espiritual" de la campaña.

En ese caso la Fiscalía comprobó que Zuluaga no había tenido nada que ver con la contratación que hizo su campaña de Andrés Fernando Sepúlveda, condenado por traficar con información reservada sobre el proceso de paz.

Sin embargo, como contó La Silla, la Fiscalía dice en su parte resolutiva, que "dentro del actuar, se logró establecer" que el hacker se reunió al parecer con Hoyos y con otros, "con el fin de concertarse para lograr la terminación o desprestigio del proceso de paz mediante la obtención de información secreta o privilegiada…”.

En ese caso, Zuluaga se ha defendido con el argumento de que hay una persecución judicial contra el uribismo. Ese argumento no le serviría en el de Odebrecht porque todo proviene de la declaración de un brasilero en Brasil y la justicia colombiana ni siquiera se ha pronunciado.

Más allá de cómo se resuelva este caso en los estrados judiciales de Brasil, en el Consejo Nacional Electoral y la Fiscalía en Colombia, este episodio tiene un coletazo político para Óscar Iván, que está en la carrera por convertirse en el candidato de Uribe para las presidenciales del 2018.  

Uribe lo ha respaldado. Hasta ahora.

Actualización: después de publicada esta historia, Álvaro Uribe pidió que el comité de ética del Centro Democrático investigara por qué un candidato del partido había aceptado ayuda de una empresa contratista.

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