El exmilitante del M-19 que quiere derrotar a los clanes de La Guajira

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Luis Gómez Pimienta, una voz que suena distinta en La Guajira. Foto: Laura Ardila Arrieta.

El "eterno candidato de la izquierda guajira" anuncia su aspiración a reemplazar a Oneida Pinto. Sin cuestionamientos conocidos, culpa a la dirigencia tradicional de la mala hora del departamento.

Mientras la inhabilitada Oneida Pinto gana oxígeno con herramientas jurídicas para quedarse más tiempo en la Gobernación de La Guajira, los aspirantes a sucederla en elecciones atípicas comienzan a ubicarse en la línea de partida de la carrera. Hoy en la península se oyen más de 20 nombres de posibles candidatos. Entre ellos, hay una voz que suena distinto: la del médico pediatra Luis Gómez Pimienta.

 

Él es “el eterno candidato de la izquierda guajira”, como nos lo describió un periodista local, que con un discurso por la ética y contra la corrupción planea enfrentarse nuevamente a la cuestionada dirigencia tradicional local, protagonista de una de las horas más oscuras del departamento política e institucionalmente hablando.

Esa dirigencia es la de los grupos La Gran Alianza y Nueva Guajira, cuyos líderes, a veces unidos, casi siempre enfrentados, desde hace 25 años se han turnado el poder con mandatarios entre los que se cuentan gobernadores condenados penalmente (como José Luis González y Hernando Deluque), destituidos por la Procuraduría (como Álvaro Cuello) y en líos con la justicia (como Kiko Gómez, acusado de asesinato y relación con bandas criminales).

Por no ir muy lejos, La Gran Alianza, dirigida por el exsenador de La U Jorge Ballesteros y con aval de Cambio Radical, fue la que en las dos últimas regionales llevó al cuestionado Kiko Gómez, primero, y a su socia política Oneida Pinto, luego, a la silla de gobernador.

Por ahora, los nombres de los aspirantes que más suenan están relacionados todos en alguna medida con una de esas dos orillas. “Es el mismo sistema que se reproduce como un monstruo de mil cabezas, como si nadie en esos grupos se sintiera culpable de lo que está pasando”, nos dijo al respecto un funcionario de la Gobernación que prefirió que se omitiera su identidad.

La excepción es Gómez Pimienta, quien el martes le confirmó formalmente a La Silla Caribe que será candidato en los comicios para reemplazar a Oneida. Y de quien no se conoce ningún cuestionamiento o relación con cuestionados, más allá de un parentesco lejano con Kiko Gómez, asunto que, si su aspiración toma fuerza, sin duda le sacarán sus contradictores.

Esas atípicas no serán tan pronto debido a que la defensa de la mandataria, cuya elección fue declarada nula en decisión definitiva del Consejo de Estado, radicó una solicitud de aclaración del fallo y un incidente de nulidad para tumbarlo. Esa movida podría mantenerla varios meses más ya que el tribunal no tiene un plazo preestablecido para responder.

Como dato curioso, Oneida se ‘saltó’ la recomendación de su abogada Clara Goenaga (de la oficina de Abelardo de la Espriella), quien le había sugerido no dilatar más su salida. Sin avisarle, le dio poder a otro abogado para que actuara, por lo que Goenaga no seguirá representándola. Ese nuevo apoderado es Héctor Alfonso Carvajal Londoño, el mismo que defendió al exalcalde de Bogotá Gustavo Petro cuando la Procuraduría lo destituyó.

La "reserva moral"

Luis Eduardo Gómez Pimienta o ‘Lucho’ Gómez, como le dicen en La Guajira política, ciertamente es la figura más conocida de la izquierda en toda la península.

Sus credenciales para ese título son contundentes: el hombre de 68 años militó en las guerrillas del EPL y el M-19, en donde llegó a ser parte de los cuadros especiales con mando que dependían de Jaime Bateman. Una vez desmovilizado, fue el principal promotor de la Constituyente en el departamento. Y, como resultado de ese proceso, en 1991 fue candidato del AD-M19 a la Gobernación guajira.

Esa apuesta la perdió contra el exgobernador y exsenador Jorge Ballesteros, principal líder de La Gran Alianza que llevó al kikismo y a Oneida al poder.

Después de eso, el hoy senador Antonio Navarro lo llamó para que saltara al Ministerio de Salud, que el entonces presidente César Gaviria le había dado al AD-M19 en cabeza de Gustavo de Roux: Lucho fue primero secretario general y después llegó a viceministro.

En las siguientes regionales, fue elegido alcalde de Riohacha por su partido de izquierda, con apoyo de un sector conservador. Un periodista local que vivió esa época cuenta que para ello a Gómez Pimienta lo ayudó mucho haber liderado un paro cívico por el agua, pues le movió votación de opinión. Además, recién servida la nueva Constitución, en La Guajira había apertura a voces como la suya.

“En Riohacha ha habido algunos picos de rebeldía, elecciones en las que a la Anapo, al MRL (el Movimiento Revolucionario Liberal) y a la gente de la AD-M19 les ha ido muy bien”, le dijo el propio Gómez Pimienta a La Caribe.

En esa ocasión, el médico pediatra venció a la candidata común de Ballesteros y del exgobernador Jorge Pérez Bernier (uno de los líderes del grupo Nueva Guajira), quienes entonces eran aliados.

Dos fuentes conocedoras recuerdan su Administración particularmente por haber inaugurado el nuevo mercado público y por haber fundado varios barrios para reubicar a familias en riesgo por el invierno.

Una vez fuera, a principios de 2000 respaldó públicamente la segunda campaña a la Gobernación de Jorge Ballesteros.

Luego, de la mano del programa presidencial para la reinserción, Lucho Gómez tuvo que dejar la región por amenazas contra su vida. Primero se fue a Bogotá y en 2002 viajó a Chile. Luego vivió en Centroamérica.

En 2007 regresó al país e hizo política indirectamente, por ejemplo apoyando a Petro en Bogotá en las elecciones de 2011. Su rostro no volvió a estar en un tarjetón sino hasta 2014, cuando con aval de la Alianza Verde y la UP y el apoyo público del Polo, se presentó en las elecciones atípicas que hubo que hacer cuando Kiko Gómez cayó preso.

Una persona de su círculo, que por seguridad prefiere no ser citado, dice que la suya fue una campaña modesta en la que por falta de plata no alcanzaron a recorrer los 15 municipios del departamento.

El día de su inscripción lo acompañaron los verdes Claudia López (senadora) y Antonio Sanguino (concejal de Bogotá).

Esa vez los aliados de Kiko volvieron a ganar con los más de 100 mil votos que sacó José María ‘Chemitas’ Ballesteros (desde este año en juicio en la Contraloría por un millonario contrato escolar), hijo de Jorge Ballesteros. Wílmer González, apoyado por Nueva Guajira, logró más de 90 mil. Y Luis Gómez Pimienta, que denunció en la Fiscalía la supuesta entrega de tarjetones marcados, sacó apenas siete mil apoyos.

Ahora que se cayó Oneida quiere volver a intentarlo. Cuenta que sus amigos y simpatizantes así se lo propusieron, especialmente luego de que el periodista Gonzalo Guillén trinara que esta era la oportunidad de “alguien decente” como Gómez Pimienta.

“Hay una inmensa crisis ética, pero precisamente por eso esta es la coyuntura perfecta para agrupar las fuerzas progresistas que haya y vencer a estos clanes familiares, como los Ballesteros y los que hay en Nueva Guajira, que se han enriquecido a costa del servicio público y han contribuido a la tragedia política y humanitaria que hay hoy en La Guajira”, nos resumió el médico su planteamiento.

(El domingo pasado, en una entrevista en el local Diario del Norte, había detallado cómo un puñado de familias ha tenido el control del departamento, desde que éste era comisaría).

Pero él no sólo responsabiliza de la situación a los locales, sino que afirma que la tragedia guajira ha tenido también participación nacional: “La dirigencia bogotana hace acuerdos de reciprocidad electoral con muchos de estos cuestionados, a sabiendas de sus prácticas. Eso se llama doble moral”.

Sin fecha en el panorama para los comicios y mucho menos avales o propuestas de gobierno de los precanddiatos, 'Lucho' anticipa que espera poder cargar las banderas del pueblo wayuu con una política de producción y adquisición de alimentos, de la Universidad de La Guajira que necesita ser fortalecida y del posconflicto y todos sus retos.

En el camino de esta nueva apuesta podría toparse con alguno de los nombres que suenan fuerte para jugar o por La Gran Alianza o por Nueva Guajira en las atípicas.

Entre ellos están los de Jorge Magdaniel Rosado, exalcalde de Maicao, exdiputado de Cambio Radical y hasta hace poco asesor de Oneida Pinto (de la orilla de los Ballesteros y del kikismo); Mohamed Dasuki, excandidato a la Alcaldía de Maicao y exdiputado de La U que le hizo oposición a Kiko Gómez, como aliado de Nueva Guajira: el exsecretario de Hacienda de Riohacha Manuel Sierra Deluque, cercano al exalcalde liberal Rafael Ceballos, que tiene grupo propio y votó con Oneida; la exalcaldesa de Barrancas María Cristina Soto, opositora del Kikismo desde la orilla de Nueva Guajira; el exrepresentante liberal Jimmy Sierra, que estuvo en Nueva Guajira y votó con Oneida; y hasta una carta del senador cordobés Ñoño Elías: el villanuevero Jaime Luis Lacouture.

Son más de 20 nombres los que suenan, aunque, como en toda elección, muchos se ponen a sonar para medirse y después poder ‘negociar’ su adhesión al que quede de candidato.

El congresista del grupo Nueva Guajira Alfredo Deluque, actual presidente de la Cámara, cree que toda la dirigencia local debería llegar a un acuerdo para elegir un solo nombre de alguien “preparado, sin tacha y que no represente ningún interés político”, y así lo está proponiendo.

En su entrevista con La Silla Caribe, Gómez Pimienta le contestó que rechaza ese eventual consenso porque “precisamente, lo que ha facilitado la corrupción ha sido ese pretender monopolizar la democracia”. 

A pesar de haber apoyado a Ballestaros en su segunda elección hace 16 años, hablando con dos políticos tradicionales guajiros comprobamos que su nombre no cae muy bien entre los caciques de su departamento que lo ven como “muy de izquierda”.

Una respetada líder wayuu que no quiso ser citada (pocas fuentes en el departamento aceptan ser mencionadas en artículos políticos por seguridad), dice que por su trayectoria de hombre sencillo y probo muchos ciudadanos lo consideran parte importante de la “reserva moral” de La Guajira.

Habrá que esperar a ver si eso le alcanza porque, al menos por ahora, su eventual campaña no cuenta con maquinaria o mayores recursos -incluyendo un esquema de seguridad- para dar la pelea durante una de las horas más oscuras para los guajiros.

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