El fracaso del uribismo en los santanderes

Imagen

Partido político Centro democrático

El uribismo ganó la primera vuelta en las elecciones presidenciales en Santander y Norte de Santander y aunque perdió la segunda recogió más del 40 por ciento de los votos. Un año después, sin embargo, el partido del ex presidente Álvaro Uribe es un jugador más bien endeble en las elecciones locales.

En tierra santandereana el uribismo oficial, sin senadores o representantes, no tiene candidatos fuertes, está dividido, le falta plata y varias de las estructuras que soportaron a Óscar Iván Zuluaga, en mayo y junio del año pasado, hoy sirven a otros partidos.

Norte de Santander: una candidata débil y poco más

Ayer el ex presidente Uribe estuvo de correría por Norte de Santander y participó de reuniones muy concurridas, con la participación incluso de candidatos de otros partidos, pero de las fotos en campaña a los votos en las urnas por los suyos hay mucho trecho.

En el Norte el Centro Democrático se quedó sin candidato propio a la Alcaldía de Cúcuta, a pesar de que lo alcanzó a inscribir porque adhirió a otro candidato y, de acuerdo a fuentes locales, la candidata a la gobernación Milla Romero compite sin mayor fuerza.

Además, en otras alcaldías clave, de los municipios más poblados, no tienen candidato propio o sus apuestas no tienen chance. Y sus listas a la Asamblea departamental y al Concejo de Cúcuta, según dos expertos en la movida local, compiten por una o por ninguna curul.

Detrás del anticipado fracaso están la pérdida y la falta de acuerdos con clanes poderosos que el año pasado le pusieron votos, como el de Jorge Acevedo o el del conservador Juan Carlos García Herreros (en segunda vuelta), y que ahora van por su lado.

En 2014, aunque el Centro Democrático como partido no logró una curul, uno de los candidatos más votados a la Cámara de Representantes por Norte de Santander estaba en su lista; el ex secretario de Bienestar Social de Cúcuta, Jorge Acevedo.  

Con ese registro, Acevedo buscó el aval del uribismo a la Alcaldía de Cúcuta pero sus diferencias con directivas locales, que lo cuestionaban por haber hecho campaña el año pasado en llave con senadores de otros partidos, pesaron más que su fuerza electoral. También sembraron dudas las denuncias por sus presuntas relaciones con el narcotraficante Yensy Miranda.

Sin embargo, Acevedo no se quedó quieto y terminó avalado por Cambio Radical para pelear la Alcaldía. Y no sólo eso, sino que se terminó llevando consigo al candidato que inscribió el Centro Democrático en esa competencia, el ex gobernador Sergio Entrena.

Poco después de su inscripción ante la Registraduría, Entrena adhirió a Jorge Acevedo, lo que desató una tormenta al interior del Centro Democrático (porque el partido oficialmente no apoyó su decisión) y dejó sin formula oficial en el principal centro electoral a la candidata a la gobernación, Milla Romero, a quien no le ha ido tan bien en su campaña. 

En Cúcuta Romero terminó adhiriendo al candidato del viejo PIN y del cuestionado Ramiro Suarez Corzo, Cesar Rojas, que para la gobernación también tiene alianza con el conservador Juan Carlos García Herreros.

Romero, como muchos candidatos del Centro Democrático, ha tratado de atar su campaña completamente a Uribe pero muchas bases cercanas al ex presidente en el departamento están jugando más en favor de Garcia Herreros.

De hecho, como lo ha contado La Silla, de la campaña azul - apadrinada entre otros por el senador Juan Manuel Corzo - han buscado sin éxito atraer a Romero para una alianza.

Además, Romero, que no tiene una gran trayectoria electoral (ocupó el renglón 29 en la lista al senado del uribismo y se quemó a la Asamblea en 2007) incidió mucho en el otorgamiento de avales locales para estas elecciones. Y por eso, muchos sectores de los municipios, que no fueron favorecidos con sus decisiones, se alejaron de su campaña.

Compitiendo por algunas bases con García Herreros, distanciada de otras y sin una maquinaria política fuerte (el Centro Democrático no tiene congresistas nortesantandereanos), su campaña no pisa con suficiente fuerza en una contienda donde el ex gobernador y candidato de la Unidad Nacional William Villamizar lleva la delantera y de lejos según fuentes locales.

“Lo de Milla no cuajó, no logró estructurar un equipo de trabajo electoral”, nos dijo una fuente conocedora.

“Será un desastre electoral…no hay un congresista, no hay un financista (importante), no hay un líder, no hay un cacique”, nos dijo otra.

Una alta fuente local del propio partido nos reconoció que la campaña uribista no sólo carece de un liderazgo relevante, sino que le falta plata y organización.

“No tenemos absolutamente nada...lo de Óscar Iván Zuluaga y lo que hicimos para el Congreso, eso se va a ver muy diezmado”.

Sin todo esto, el uribismo y la candidata intentaron aprovechar la crisis fronteriza con Venezuela pero eso no resultó definitivo en el departamento.

“Las elecciones no se ganan desde los puentes internacionales”, nos dijo un periodista.

A esto se suman candidatos de poco peso a las corporaciones, dos candidaturas caídas en Ocaña y Los Patios (la segunda y la cuarta ciudad del departamento) en favor de rivales y otra sin mucha fuerza en Villa del Rosario (la tercera).

Según una fuente que entiende la movida en la región, “ninguno de ellos (los candidatos) es un líder que salga a la palestra a levantar las banderas uribistas…quieren que les hagan la campaña, que Uribe venga y les ponga los votos”.

Santander: roto y sin candidatos clave

Hace casi una semana, en exclusiva, La Silla Santandereana reveló que el Consejo Nacional Electoral había tumbado la candidatura uribista a la gobernación de Santander en cabeza de Iván Aguilar Zambrano.

Sin Aguilar Zambrano, fuera de los candidatos a alcaldías pequeñas, el uribismo ya no tiene apuestas muy relevantes, varios poderosos que apoyaron a Óscar Iván Zuluaga ya no están jugando a su favor y la caída de este, su principal aspirante, terminó de dividir a las estructuras de poder del Centro Democrático a nivel departamental.

El ex candidato ha defendido que se deje en libertad a los militantes con miras al 25 de octubre.

Él y su círculo más cercano, junto al clan de los hermanos Díaz Barrera (del ex alcalde de Floridablanca Nestor y del ahora representante Marcos) y al copresidente del partido en Santander, Ramón Ramírez, apoyan al candidato liberal a la gobernación Didier Tavera Amado.

La cuadrilla de la Misión Carismática Internacional, de la ahora ex representante Johana Chavez (a la que el Consejo de Estado le anuló su elección), jala hacia la campaña de La U en cabeza del ex representante Holger Díaz.

Otra facción, que lideran los senadores Alfredo Rangel y José Obdulio Gaviria, e incluye a varios candidatos a la Asamblea y a Concejos, que son de la cuerda del parapolítico Hugo Aguilar, respaldan la candidatura de Carlos Fernando Sánchez.

A esta división en la carrera hacia el Palacio Amarillo de la gobernación, se suma la carencia de candidatos a las alcaldías de los principales municipios.

Para la contienda, en Bucaramanga, el ex presidente Uribe dijo que él apoyaría personalmente al empresario Rodolfo Hernández, que va de último en las encuestas, pero dejaría en libertad a los militantes del Centro Democrático.

La Silla supo que un sector importante del uribismo va a adherir al liberal Carlos Ibáñez en los próximos días, pero no es en todo caso una decisión de unidad.

En Barrancabermeja, la segunda ciudad del departamento, no tienen candidato a la Alcaldía.

En Floridablanca (la tercera) apoyan a Héctor Mantilla, que va por firmas pero no sólo cuenta con el respaldo del Centro Democrático, también de Cambio Radical y sectores del viejo PIN. Es decir, si gana no será un Alcalde del uribismo exclusivamente.

En Girón y Piedecuesta (la cuarta y la quinta) tampoco tienen candidato propio.

A este panorama no muy alentador se suman una lista a la Asamblea con la que no aspiran a más de de dos curules y una lista al Concejo de Bucaramanga que podría morder apenas una, según una alta fuente del partido.

Las razones para este presente gris del uribismo son muchas.

Desde que arrancó este Congreso el Centro Democrático no ha tenido un vocero de Santander.

La ex representante Johana Chavez, que perdió su credencial hace unos días por doble militancia, la tuvo suspendida por un año. Y su reemplazo, Marcos Díaz Barrera, hasta ahora entrará a jugar. Esa falta de liderazgo local en el plano nacional, de acuerdo a una fuente de adentro, ha mermado la fuerza regional del uribismo.

A lo anterior hay que agregarle la ausencia en el Senado. El candidato santandereano del uribismo, el ex viceministro Gabriel Burgos, ocupó el renglón 27 en la lista que encabezó el ex presidente y no ganó curul. Y después de que se quemó no ha sido protagonista en la estructuración del partido.

También ha perjudicado el poco de apoyo del sector empresarial, tradicionalmente cercano al uribismo. Figuras como la ex ministra y ex candidata de los empresarios a la Alcaldía de Bucaramanga, Martha Pinto, no se han movido en esta campaña.

Esto se traduce en menos recursos para financiar la campaña, que el partido a nivel nacional no reemplaza.

“(los empresarios) No se han hecho sentir, ellos juegan más en la presidenciales...y del partido no mandan ni un afiche, el apoyo financiero no es precario, es nulo”, nos dijo una directiva departamental del Centro Democrático.

Como lo empresarios, tampoco han estado en esta campaña grupos de poder político que sí apoyaron Óscar Iván Zuluaga en 2015.

La facción del clan Aguilar en cabeza de Hugo Eliodoro y de su hijo el senador Nerthink Mauricio, ha puesto candidatos en el Centro Democrático a cargos menores, pero muchas de sus apuestas van o por firmas o por la Alianza Social Independiente ASI.

El grupo del representante del viejo PIN, del súper poderoso contratista Fredy Anaya, respalda sobre todo las campañas liberales a la Alcaldía de Bucaramanga y a la gobernación de Santander. Apenas comparte causa importante con el uribismo en Floridablanca, con Héctor Mantilla.

El clan de los Villamizar, del ex candidato a la Cámara y ahora Secretario General de Santander, Óscar Villamizar, y de su papá el ex senador Alirio Villamizar (condenado por la feria de las notarías), es ahora cercano a La U. Como ellos el ex alcalde de Piedecuesta y ex candidato al senado, Raúl Cardozo.

La cuadrilla del parapolítico Luis Alberto Gil y de su esposa la senadora Doris Vega, también se alejó del uribismo oficial en esta contienda.  

A falta de algo más, el propio ex presidente Uribe, para Santander, no ha estado muy activo en la campaña.

“El que pone los votos es Uribe, es clave y no ha venido (mucho)”, nos dijo una fuente que comparó el activismo del presidente en su tierra, Antioquia, donde pudo levantar de la nada a su candidato a la gobernación y puso a puntear a su candidato a la Alcaldía de Medellín, Juan Carlos Velez.

Así las cosas, si nada extraordinario ocurre, el próximo 25 de octubre, en tierra santandereana, el uribismo recogerá un fracaso electoral.

*Esta historia fue actualizada para agregar información sobre la adhesión de Milla Romero a la campaña de Cesar Rojas. 11:08 am de 1 de octubre. 


 

 

Compartir
0