El futuro del dinero es programable y digital

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Ilustración: Fiorella Ferroni

Jorge Amato, jefe de estrategia de inversiones para América Latina del Citibank, habló con La Silla sobre cómo será el futuro del dinero en un nuevo episodio del "Futuro del Futuro"

Entre las muchas cosas que han cambiado con la pandemia está la forma como usamos el dinero: mientras las transacciones en línea han aumentado, el uso del efectivo ha decrecido porque alguna gente tiene temor de contagiarse a través de los billetes. 

Esta tendencia, que se aceleró con el Covid, es una de varias transformaciones que se están dando alrededor del dinero.  Conceptos complejos como blockchain (que es una gran base de datos que aparece a la vez en la pantalla de miles de usuarios que verifican transacciones y que es segura gracias a un software criptográfico que se puede aplicar a todo tipo de transacciones que no tienen por qué ser necesariamente económicas)  se vuelven cada vez más parte de la conversación de la gente.

En nuestro nuevo episodio del podcast “El Futuro del Futuro”, patrocinado por Sura, hablamos sobre el futuro del dinero con Jorge Amato, jefe de estrategia de inversiones para América Latina del Citibank y miembro del Comité Global de Inversiones del mismo banco.

Amato es economista de la Universidad Belgrano en Argentina, y tiene una maestría en Fiinanzas del Centro Estudios Macroeconómicos de Buenos Aires. Lleva 30 años de experiencia en la industria financiera que, como tantos otros sectores, está evolucionando rápidamente gracias a las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial.

Esta es la entrevistada editada para mayor claridad. Si lo prefieren oír, aquí pueden escuchar la conversación. Los invitamos a suscribirse al podcast.

La Silla Vacía: Estamos a punto de entrar en una nueva fase del dinero. Académicos han pronosticado que el futuro del dinero es programable y digital. ¿Qué significa esto exactamente?

Jorge Amato: Bueno, dinero programable y digital suele referirse al uso del dinero en donde los movimientos y las transacciones son contabilizadas en registros electrónicos exclusivamente. Y en particular, hoy en día se refiere a estos registros como los blockchain. O sea, estamos hablando de dinero que no son billetes físicos, sino que está representado en su totalidad por movimientos y registros electrónicos.

L.S.V.: ¿Quiere decir que en el futuro los billetes van a ser una reliquia?

J.A.: Parecería ser una tendencia.

Ahora, la desaparición de efectivo trae consigo otros problemas, y es que hay una gran cantidad de la población en el mundo que no está bancarizada. Y eso lleva a algunas limitaciones, al tratar de forzar a que todo el sistema utilice dinero electrónico.

L.S.V.: Para poder entender esto se debe comprender la tecnología de blockchain, que es dificilísima de explicar. ¿En qué consiste?

J.A.: El blockchain es básicamente un registro electrónico que está basado en una cantidad independiente y descentralizada de agentes, que en la jerga de hoy en día se llaman “mineros”, que básicamente lo que hacen es confirmar que las transacciones que están presentadas en el sistema puedan ser verificables y genuinas.

El blockchain tiene como características principales, primero, que es descentralizado. No hay un ente responsable de la verificación de las transacciones, sino que estas verificaciones se hacen en competencia.

Una vez verificadas las transacciones son inmutables. Es decir, no se pueden cambiar, y por eso es tan importante que la transacción sea genuina, correcta y verificada por una cantidad de estos mineros.

Como incentivo para participar en la verificación de estas transacciones, los agentes o “mineros” son compensados con criptomonedas. Es un sistema bastante circular, en donde si nadie usa el blockchain, no hay generación de nuevas monedas y no hay valor para las monedas tampoco.

L.S.V.: Estos mineros no son banqueros. ¿Quiénes son?

J.A.: Hacer la minería, la verificación, o resolver el algoritmo, o este rompecabezas criptográfico que requiere ser verificado, exige un gran nivel computacional. Es decir, computadoras extremadamente poderosas que puedan resolver estos sistemas, estas ecuaciones.

Y por otro lado, este uso computacional requiere una gran cantidad de energía eléctrica. Aún cuando, en teoría, vos desde tu casa podrías poner a tu computador a trabajar en esto, es muy poco probable que puedas competir con el nivel computacional y de recursos que tenga gente que está dedicada a decir “Ok, voy a poner X cantidad de recursos de capital de computadoras, y las voy a tener corriendo todo el tiempo, todo el día para resolver todas estas ecuaciones, o todos estos algoritmos”.

En la práctica, lo que tenemos son agentes, o lo llaman granjas, “farms”, de servers de computadoras, que todo lo que hacen es estar constantemente tratando de resolver estos problemas.

Se estima que la gran mayoría de estos mineros están concentrados en ciertas regiones geográficas del mundo, y en ciertos países en donde la energía eléctrica es más barata y donde hay recursos más baratos.

Entonces, aunque, conceptualmente, cualquiera puede participar en la verificación, en la práctica es un poco más complicado que eso.

L.S.V.: Y esta tecnología de blockchain sirve para crear criptomonedas, ¿cierto? 

J.A.: En realidad, las criptomonedas, las fichas o los tokens, son un resultado de la utilización de blockchain. El objetivo no es crear criptomonedas. Las criptomonedas son un incentivo para el sistema que mantiene el registro de una forma confiable y verdadera.

El objetivo no es la creación de las criptomonedas. El objetivo es la utilización del blockchain.

Por eso es importante entender que el valor de las criptomonedas en realidad es una función directa de cada uno de los protocolos de blockchain que está soportando.  Y blockchain se puede usar para un montón de cosas distintas.

L.S.V.: ¿Como para qué?

J.A.: Blockchain, como decía antes, está basado principalmente en la idea de descentralizar el registro, y de garantizar que cada una de estas transacciones sea efectivamente genuina.

Y lo que eso hace es dar una cierta seguridad y eficiencia a la hora de no sólo generar transacciones, sino también formas en las cuales se pueda verificar un derecho de propiedad, por ejemplo.

Desde la perspectiva de los contratos, podría llegar a permitir, por ejemplo, la subdivisión de un activo en una gran cantidad de subdivisiones divisibles, mucho más grandes que la que sería en el caso de un contrato normal. O la verificación de este derecho de propiedad de una manera absoluta.

Entonces, en el concepto de descentralización, inmutabilidad de las transacciones y verificación independiente y descentralizada está realmente el valor de toda esta tecnología.

L.S.V.: Es decir que esa tecnología, que está impactando el sistema financiero por el nivel de confianza que se necesita en las transacciones, se hace extensiva a muchos otros campos donde se requiere establecer la credibilidad y la confianza de documentos, o de transacciones.

J.A.: Esa es básicamente la idea. Ahora, en algún punto la pregunta también es, ¿en realidad, cuánto problema de confianza hay en el sistema monetario actual?

Y bueno, eso ya es todo un debate filosófico que lleva a mucha gente a pensar que alguna de estas criptomonedas pueden llegar a tener un valor de tipo monetario, o una utilidad de tipo monetario. Hay muchas discusiones y argumentos alrededor de cuán válidas son esas ideas.

L.S.V.: Volviendo a lo más práctico, dado que esta tecnología elimina a los bancos como intermediarios de las transacciones de dinero, significa que van a desaparecer en diez años?

J.A.: No, yo creo que el rol de los bancos está cambiando y probablemente va a seguir cambiando. Uno de los roles principales de los bancos es lubricar la economía. O sea, es juntar depositantes y ahorristas con demandantes de dinero, o gente que demanda capital para hacer proyectos o inversiones o lo que fuere.

Ese rol de intermediario es uno de los roles más importantes. O sea, no tiene tanto que ver en realidad con el hecho de que haya gente que está dispuesta a utilizar otro sistema. Y de hecho, sistemas de blockchain o de registros electrónicos van a ser utilizados también por los bancos para hacer más eficientes muchos de estos movimientos y para mejorar la seguridad de las transacciones.

Hay que diferenciar lo que es la criptomoneda, o el resultante del incentivo de utilizar el blockchain, del blockchain en sí, de la tecnología en sí.

Te comento esto porque, por ejemplo, la primera pregunta que me hiciste fue sobre qué es una moneda digital. Hay bancos centrales que hoy están experimentando con esta idea de blockchain.

L.S.V.: ¿Cómo serían esas monedas digitales?

J.A.: Las monedas digitales que generen los bancos son monedas que tienen características distintas a las que tiene Bitcoin, que es el ejemplo que todo el mundo conoce.

Pero uno de los problemas que tiene un instrumento -porque no lo voy a llamar moneda- como Bitcoin es que en realidad hoy por hoy no sirve como instrumento transaccional. No sirve como instrumento de retención de valor porque es demasiado volátil,  no es estable.

Y una moneda, el dinero, tiene que tener un componente de estabilidad, porque si no, no vas a aceptar una transacción por la cual estás vendiendo un producto o un servicio contra un instrumento que mañana puede valer la mitad.

Y de hecho, los bancos centrales tienen como principal objetivo en sus mandatos preservar el valor de la moneda, y eso se hace a través del intento de no generar niveles de inflación que deprecien significativamente el valor de la moneda.

Es un tema bastante complicado. Hay que diferenciar de manera muy importante lo muy interesante e innovadora que es la tecnología de blockchain de la idea de que las monedas digitales vayan a reemplazar por completo o parcialmente el sistema de billetes o de efectivo que existe hoy en el mundo.

Sí se vienen cambios, pero la eliminación total del efectivo va a tener ciertas restricciones, ciertos límites, como decíamos antes.

L.S.V.: ¿Qué implicaciones tiene que una red social como Facebook, tan omnipresente en la vida de todos, se meta en el negocio financiero con una moneda como Libra? ¿Va a ser una tendencia a futuro? 

J.A.: Es una excelente pregunta, porque en realidad lo que Facebook estaba proponiendo crear era como una especie de moneda privada. Y eso es justamente lo que los bancos centrales y los gobiernos no van a permitir.

Tenemos instrumentos digitales como Bitcoin, que, como dije, le faltan características para ser denominado moneda. Y a partir del hecho de que a instrumentos como Bitcoin les falta esa capacidad de generar estabilidad, se ha estado pensando en cómo podemos crear genuinamente una moneda estable digital.

Y estas se llaman “stable coins”. Lo que Facebook originalmente estaba proponiendo con la creación de este "stable coin", que lo iba a llamar Libra, y que ahora lo va a llamar Diem, era que esta moneda digital tuviera una relación directa a una canasta de monedas, para que no tenga la volatilidad que tiene un instrumento como Bitcoin, que por lo tanto no sirve como moneda.

Eso te da la ventaja del blockchain. Pero tiene la desventaja de que los gobiernos no tienen control sobre la emisión de ese instrumento, de ese "stable coin".

Pasa a ser, como dije antes, una moneda privada. Eso es poco probable que sea permitido por los gobiernos. En realidad, los gobiernos quieren crear directamente este tipo de "stable coins". Tienen que estar atadas al valor de algo para que la gente las use, porque si no, no tienen un uso como moneda.

L.S.V.: ¿A futuro, es posible que no vayamos a usar dólares, euros, pesos, sino estas monedas estables digitales, que sería la misma en todas partes del mundo?

J.A.: No deberían ser las mismas. Una de las fuentes de control, dicho de alguna forma, que tiene un gobierno sobre una economía es sobre el valor de la moneda. Que está ligado al valor de la economía; eso es algo que ayuda al sistema, a que las políticas económicas y fiscales tengan cierto sentido.

Si se pierde el control del valor de la moneda, se pierde el control de la economía.

Por eso creo que va a ser difícil pensar que Argentina y Brasil van a usar la misma criptomoneda. Lo pueden llegar a hacer para transacciones internacionales, pero creo que va a ser difícil que sean las únicas monedas en uso.

Creo que vamos hacia un sistema híbrido. Esta tecnología se puede usar para generar ciertas unidades de cuenta, como los "stable coins", que permiten que las transacciones o los movimientos de cierto tipo sean preferible hacerlos a través de estas monedas, que a través del sistema tradicional de registro.

L.S.V.: Siguiendo con esta línea de que cada vez se usa menos el efectivo, en Colombia, por ejemplo, mucha gente ahora paga sus cosas por Nequi. O en Estados Unidos usan PayPal o Apple Pay. ¿Cuál es la siguiente fase?

J.A.: Estas apps, y estos vehículos, son simplemente instrumentos que facilitan la transacción. Cuando yo uso Apple Pay, yo no tengo una cuenta en Apple. Todo lo que estoy haciendo es que le estoy permitiendo a una app de Apple acceder a mi cuenta bancaria en donde yo tengo depositado mi dinero, y que opere esa cuenta en función de mis instrucciones.

Es básicamente como un cheque digital: le estoy diciendo a Apple "escríbeme un cheque digital para pagarle a esta persona, o a este negocio, por tal bien o tal servicio."

La gran ventaja de estos sistemas es que han conseguido una aceptación extremadamente amplia, o cuasi universal, que en realidad hace lo mismo que las tarjetas débito con chip.

Eso es exactamente lo mismo que el Apple Pay, y esa tarjeta de crédito te la emitió el banco. Va a haber una competencia para ser el dueño de esas transacciones.

Al banco no le conviene Apple Pay, porque tiene que ganar algo para hacer esa transacción. Al banco le conviene generar algún tipo de sistema para el cual elimina el intermediario.

Nequi, PayPal y Apple Pay son intermediarios. Y de alguna forma, el sistema históricamente demuestra que los intermediarios son eliminados si no se transforman en algo más valioso. Porque, ¿para qué quiero tener alguien más en el medio, si a mí el banco me da una tarjeta que hace lo mismo que el Apple Pay.

Ahora, ¿cuál es la ventaja? Si el teléfono lo tengo siempre encima, quizás más que mi billetera, o el teléfono está reemplazando la billetera. Todo ese proceso definitivamente está cambiando. Y esa ha sido la gran ventaja de estas compañías de tecnología que se meten en el medio de la transacción porque proveen una utilidad y una ventaja y una conveniencia de simplemente tener todo en tu teléfono.

L.S.V.: Si así es hoy, ¿cómo cree que va a ser en diez años? 

J.A.: Creo que la dirección y la tendencia del tema operacional de transacciones financieras va a continuar desarrollándose a través de distintos desarrollos, que probablemente tengan algo que ver con versiones de blockchain.

Hay una cierta demanda y mucha ventaja en utilizar este tipo de registro electrónico inmutable. Hace las cosas más rápidas, menos costosas y menos riesgosas. Tiene sentido que haya inversión en el desarrollo de esa tecnología y los bancos lo van a hacer y los bancos centrales también.

En cuanto a cómo vamos a seguir operando, el medio digital físico más ubicuo que tenemos, hoy en día, es el teléfono. Es probable que el teléfono continúe siendo incrementalmente el medio físico por el cual hacemos cada vez más cosas, incluyendo el pago de bienes y servicios como lo hacemos hoy.

Uno podría argumentar que las tarjetas de crédito, que las tarjetas de débito, que todo eso desaparece. Es un poco lo que está pasando hoy.

Yo tengo mis tarjetas de crédito dentro de mi teléfono. No me hace falta llevarla. La billetera desaparece. Todo lo que es información personal, documentos, se va a digitalizar.

La forma más simple de visualizarlo es que la billetera desaparece.

L.S.V.: ¿Cómo está cambiando la inteligencia artificial la banca y la experiencia de las personas con este sector?

J.A.: Ese es otro punto super interesante. El uso de la inteligencia artificial a través de los algoritmos y programación es algo en lo que el sistema financiero está invirtiendo grandes cantidades de capital.

Uno de los principales sectores dentro de la banca tradicional es el intento de mejora de servicio y experiencia al cliente, y ya está en operación. Esta idea de tener un servicio 24 horas del día, siete días de la semana es algo que existe, en donde uno llama al servicio de atención al cliente y te está contestando una computadora que hace todo lo posible por resolver el problema o la pregunta. 

La reducción de costos bancarios a través de la utilización de todo este servicio de algoritmos y de inteligencia artificial es también beneficiosa, obviamente para el cliente final.

Internamente, el uso de algoritmos y de reconocimiento de patrones de comportamiento y de tendencias también se está usando muchísimo para lo que es el análisis de impacto financiero de riesgo crediticio, detección de fraude. También se están usando, obviamente, para la automatización de ciertas tareas.

En el área, que está más relacionada con mi mundo, que es de asesoría financiera, están apareciendo robots asesores, básicamente para ciertos niveles de la población que tienen necesidades más genéricas de asesoría financiera. El banco o el sistema toma todos tus datos (de ingreso, de trabajo, de familia, de expectativas, de estrategia, inversión) y alimenta un algoritmo que te propone un portafolio de inversión automáticamente.

Obviamente, tiene en cuenta condiciones de mercado, evaluaciones. En todo caso, va a ver ciertos sectores más ricos, más adinerados, que van a querer un servicio personalizado y humano y los bancos van a cobrar por eso. Pero el asesor tradicional, creo que está en vía de extinción.

L.S.V.: Existe organizaciones que le prestan a la gente que normalmente no puede acceder a un banco. Utilizando inteligencia artificial, hacen un análisis de sus redes sociales, de sus contactos y establecen la probabilidad de que pague los créditos. ¿Cree que esta tendencia se va a profundizar? 

J.A.: Sí, esa es una tendencia que tiene varios años y tiene dos raíces.

Uno, hay un sector de la población que no esta bancarizado, porque estar bancarizado es bastante caro, es oneroso pagar costos financieros, costos de mantenimiento de las cuentas. Si uno se llega a equivocar, y tiene un sobregiro, las tasas de interés que te cobran son usureras, prácticamente.

Entonces para la parte de la sociedad de muy bajos ingresos, ese costo relativo es demasiado alto con respecto al beneficio, porque, igual, el banco no les da crédito. 

El otro componente es que los bancos, después de la crisis financiera del 2008-2009, fueron sujetos a un nivel de regulación que redujo su capacidad de prestar a partes de la economía con un componente de riesgo más alto, incluyendo los individuos, incluyendo las empresas. O sea, se hizo más difícil el tomar crédito.

Entonces, si uno tenía una calidad crediticia menor, era más difícil tener un crédito. Ese hueco, ese vacío que dejaron los bancos, fue siendo reemplazado por otras entidades no reguladas que pueden haber sido fondos de inversión que comenzaron a prestarles directamente a las empresas.

Estas entidades que mencionan son como mini fondos, porque al final del día es una institución no regulada bancariamente, que no toma depósitos, sino que toma fondos de ahorristas que están dispuestos a invertirlos. Y esa inversión se hace a través de préstamos muy diversificados y muy atomizados.

Y estos sistemas tienen un alto uso de tecnología, de inteligencia artificial, algoritmos, que tratan de conseguir la mayor cantidad de información posible del potencial tomador del crédito, y toman decisiones de una forma relativamente rápida, eficiente y a través del uso de la tecnología.

Hay una parte que es de esa intermediación de los bancos que dejaron de prestar a ese segmento. Y hay otra parte que es simplemente el nuevo acceso al mercado de créditos de gente que nunca lo tuvo, porque ahora estos sistemas permiten crear portafolios de préstamos que están muy diversificados.

Te ha abierto de manera significativa el mercado de crédito a un segmento muy importante de la población, gracias al uso de la tecnología, de la inteligencia artificial, del poder acceder a la información de las redes sociales. Y eso en el fondo es positivo.

Pero también es cierto que la otra cara de la moneda es que al no estar regulado, los bancos centrales y los gobiernos no siempre tienen un panorama totalmente transparente y claro de qué es lo que están haciendo.

Por lo tanto, puede llegar a generar momentos de inestabilidad en el sistema, si las prácticas de préstamo y de análisis de crédito de estas instituciones no son las correctas. O sea, pueden generarse grandes pérdidas en el sistema y desestabilización del sistema financiero.

Y esto es algo que, por ejemplo, pasa mucho en China. China tiene un sistema, entre comillas bancario, que en realidad no es bancario sino que opera fuera del sistema regulatorio, es extremadamente grande e importante. Y las entidades regulatorias tienen un gran problema a la hora de tratar de restringir el acceso a crédito a través de esas instituciones, porque potencialmente puede generar desestabilización del sistema financiero.

L.S.V.: ¿Usted siente que estas tendencias del dinero digital, y de una descentralización del crédito van a profundizar las inequidades de la población o, por el contrario, va a democratizar el dinero? 

J.A.: Es una buena pregunta. Tiene dos caras esa moneda.

Por un lado, mejora y aumenta el acceso a un segmento de la población que tradicionalmente no ha podido acceder al crédito.

Pero por otro lado, el hecho de que muchas de estas transacciones y operaciones se hagan en un sistema no regulado, abre las puertas a actividades potencialmente ilícitas.

Además del problema que dije antes, que el gobierno al no ver qué es lo que está faltando, le cuesta más aplicar la política económica, porque le faltan variables. El tema legal es muy importante. Todos los riesgos de estos sistemas no regulados por el lado del lavado de dinero, de conocer a tu cliente. Esa es la cara oscura de estos sistemas descentralizados.

L.S.V.: ¿Estas tecnologías de blockchain y transacciones más digitales, y la desaparición del efectivo, terminan por beneficiar a los ilegales? ¿O por el contrario, realmente se convierte en la estrategia más efectiva contra el lavado de dinero?

J.A.: He leído argumentos en favor y en contra de esa idea. Depende de qué protocolo de blockchain estemos hablando y de qué tipo de criptoinstrumento se esté utilizando para eso.

En el caso de Bitcoin, por ejemplo, tengo entendido que algunos estudios han estimado que el porcentaje de actividad ilegal que puede estar relacionado con el lavado de dinero con o con las drogas es relativamente alto. Al ser el blockchain un registro público de las transacciones, al que cualquiera puede acceder, los participantes de cada una de las transacciones se mantienen anónimos.

Ahora, esto de alguna forma va en contra de algunas de las cosas que he leído que dicen que gracias a que el blockchain está registrado, docentes, oficiales y regulatorios han podido resolver ciertos casos de lavado de dinero y de drogas. Es algo que todavía está en el aire, me parece.

Pero como todo, cada innovación y cada tecnología inicialmente abre oportunidades tanto positivas como negativas, y en algún momento, el sistema y los gobiernos intentan minimizar la parte negativa. Creo que lo que vamos a ver en los próximos años es cada vez más involucramiento por parte de los gobiernos, en cuanto a la idea de decir que el blockchain es súper interesante, utilicemoslo, pero tiene que haber ciertas reglas de juego.

O sea, no puede haber una “democratización total”, porque si no, se pierde cierto control, y la idea de los bancos centrales y de los gobiernos es el control.

Y ese es un poco la contra idea de Bitcoin. Esta idea de decir no quiero depender de nadie, quiero ser libre, quiero poder comprar y vender lo que quiero con una moneda que nadie me prohíba nada en todo el mundo.

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