El general Montoya es mencionado 42 veces en el primer auto sobre falsos positivos

El general Montoya es mencionado 42 veces en el primer auto sobre falsos positivos

“Como lo manifestaba en sus programas el comandante del Ejército era: litros de sangre, tanques de sangre, a mí no me importa nada de capturas, a mí me tienen que dar son muertos en combate”. En menciones como estas, de uno de los militares que compareció ante la JEP, aparece 42 veces el nombre del general Mario Montoya en el primer auto sobre falsos positivos.

Montoya fue el militar más importante de la Seguridad Democrática durante el Gobierno de Álvaro Uribe y se sometió a esta alta corte de la justicia transicional para dar cuenta de su participación en los falsos positivos.

La Sala de Reconocimiento de la JEP dice explícitamente que el general sigue bajo investigación y que en esta decisión sobre los falsos positivos en la región del Catatumbo no está “emitiendo alguna clase de juicio sobre su eventual responsabilidad por los hechos aquí determinados”.

Sin embargo, los testimonios de varios de los militares imputados en el auto lo vinculan directamente a la presión por bajas en combate, que la JEP identifica como uno de los factores que contribuyeron a esta práctica criminal.

El mentado general

Mario Montoya estuvo en el Ejército por más de 40 años y comandó 10 unidades hasta llegar a ser Comandante del Ejército, en febrero de 2006, y en el general detrás de los grandes hitos de la Seguridad Democrática de Álvaro Uribe.

A él se atribuye el éxito de la Operación Jaque, de la Operación Orión en Medellín, el bombardeo al campamento de Raúl Reyes y, en general, del Plan Patriota que arrinconó a las Farc en el sur del país.

Pero sobre él también recaen múltiples y graves acusaciones, que están siendo investigadas por la justicia. Desde presuntos nexos con los paramilitares, hasta haber fallado en proteger a la población de la masacre de Bojayá, pasando por la falsa desmovilización del grupo paramilitar Cacica Gaitana y los abusos de derechos humanos cometidos en operaciones como la Orión. La denuncia más grave en su contra tiene que ver con su rol en los falsos positivos.

Más allá de lo que la justicia transicional encuentre respecto de su participación cuando llegue a él en su estrategia investigativa de ir de “abajo hacia arriba”, lo que queda claro en este auto es que el general Montoya fue determinante en la presión por reportar muertes en combate, que según la JEP, “contribuyó de manera significativa” a la comisión de los falsos positivos.

Tanto el general Santiago Herrera, comandante de la Brigada Móvil 15, como los generales Paulino Coronado y Álvaro Diego Tamayo, comandantes de la Brigada 30 y la de Infantería, expresaron en sus versiones voluntarias que durante 2007 y 2008 Montoya “les señaló que el único resultado operacional que “servía” o que “necesitaban” y que tenía mayor “valor” era el de “muerte en combate””, dice el auto de la JEP.

Cuando Montoya se presentó en su diligencia en versión voluntaria ante la justicia transicional, la sala de la JEP a cargo del caso de los falsos positivos le puso de presente todas las menciones de su nombre en el auto, y Montoya negó haber hecho esas afirmaciones.

“Específicamente, expresó: “Yo exigí operaciones, yo no exigí bajas””, dice el auto.

Sin embargo, los comparecientes coinciden en que la presión venía directamente de él. Estas son algunas de las citas textuales del auto:

“El comandante de la Brigada Móvil 15 durante el año 2007, Santiago Herrera Fajardo, afirmó en versión voluntaria presentada el 26 de noviembre de 2018 ante la JEP que: “El general Montoya decía puntualmente lo siguiente: ‘la mejor acción psicológica que usted le puede hacer al enemigo es que el enemigo vea a su compañero, al bandido compañero, muerto, ese tipo ahí mismo se entrega. Yo necesito ‘muertes en combate’ (...) ‘a mí no me sirven las capturas’, eso es algo que siempre decía él, ya después empezó a hablar de litros de sangre”.

“(...) todos los días tenía que reportarme por la mañana y por la noche (...) y lógicamente ahí sí los niveles de maltrato y de interrelación con él no fueron los mejores (...) ‘¿Y qué pasa con los resultados?’ (...) ‘No, resultados, resultados, resultados, porque es que a mí, mi general Montoya me llama y no hay resultados’, entonces era una presión, con todo el respeto lo digo, enfermiza (...).

Por su parte, el comandante de la Brigada 30 durante el año 2007, Paulino Coronado, señaló: “Las tropas se identificaban con esa directriz del Comando del Ejército, de causar las muertes, como principal valor de la valoración o de la evaluación de las unidades y más que por encima de cualquier otra situación”.

Esa directriz, según Coronado, hacía parte del concepto de “inflexión física” que manejaba Montoya como objetivo estratégico. “La inflexión física era reducir el número de efectivos que los grupos armados tenían, reducirlos por muertes, reducirlos por capturas, reducirlos por desmovilizaciones colectivas o individuales,es el punto de inflexión que él planteaba”.

El comandante del brigada de infantería, BISAN, durante los años 2007 y 2008, Álvaro Diego Tamayo, declaró en versión voluntaria presentada ante la JEP el 19 de julio de 2019 que: “(...) mi general Montoya en el programa decía: ‘Quiero bajas, quiero resultados’. Entonces cuando había el programa con mi general Montoya, (...) antes de terminar su programa, pues, decía: ‘El siguiente es la clasificación de las unidades: batallón fulano de tal lleva tantas bajas, muy bien, excelente. Batallón tal, tantas. Batallón tal no lleva nada, y de ahí pa’ allá no sirven pa’ nada porque no han hecho bajas”.

Esto, según la JEP, lo oyeron reiteradamente los comandantes de estas unidades militares y miembros del estado mayor del Ejército. Además, otros miembros de las unidades también señalaron que el comandante del Ejército expresó, en diferentes ocasiones, que el resultado operacional que “servía” era el de “muertes en combate”.

Varios de los comparecientes hacen referencia a ese ránking que hacía el General de las brigadas, de acuerdo a sus resultados operacionales, en el que las bajas era la prioridad: “De acuerdo con lo señalado por los comparecientes, el Comandante del Ejército, Mario Montoya, llevaba un control y seguimiento estadístico de los resultados operacionales de las unidades militares y promovía el “Top 10” de las mejores unidades por muertos en combate reportados”, dice el auto.

Coronado señaló que: “En todas las informaciones de comando y en los programas que mi general hacía por radio, pues él leía, ‘Las unidades clasificadas son estas’ (...) en la clasificación de las que se daba de las brigadas de los batallones, el mayor puntaje lo tenían las muertes en combate (...) es decir las que tuvieran más resultados operacionales por muertes en combate pues estaban ubicadas como las mejores brigadas, como los mejores batallones”.

El viernes sale el segundo auto sobre falsos positivos de la JEP, esta vez sobre los crímenes cometidos en el Batallón de la Popa, en el César. Será una nueva ocasión para saber si el liderazgo de Montoya jugó un rol en la comisión de falsos positivos.

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