Cuando Lucho Bohórquez llegó a la Alcaldía de Bucaramanga en su discurso de posesión habló de recuperar el espacio público, hacerle una reingeniería a Metrolínea, aprobar el POT y proteger los recursos de la ciudad.
El legado de Lucho Bohórquez: deudas y dudas de transparencia
Luis Francisco Bohórquez, alcalde de Bucaramanga.
Cuando Lucho Bohórquez llegó a la Alcaldía de Bucaramanga en su discurso de posesión habló de recuperar el espacio público, hacerle una reingeniería a Metrolínea, aprobar el POT y proteger los recursos de la ciudad.
A 5 días de su despedida, La Silla comparó lo que dijo en ese entonces con lo que verdaderamente ocurrió en la ciudad en estos cuatro años.
Este es su legado.
Deudas por $216 mil millones y el incierto déficit
En su rendición de cuentas, el mandatario Lucho Bohórquez reconoció que las cuentas por pagar (con respecto a la deuda pública) que le heredaba a la nueva administración ascienden a los $216 mil millones, cifra que creció casi 5 veces con respecto a la que recibió cuando se posesionó ($45 mil millones).
Para tener como soportar ese gasto, algunas de las rentas del municipio quedaron parcialmente comprometidas y, por ejemplo, los recursos de la sobretasa a la gasolina fueron pignorados en un porcentaje durante siete años para pagar una partida de las obras cofinanciadas por valorización.
A ese escenario se suman las denuncias por el déficit de tesorería (la liquidez que la administración tiene para asumir compromisos de contratos, convenios y pago de prestadores de servicios a corto plazo), que según la Contraloría, superaría los $200 mil millones al cierre del año.
De ese monto, la Alcaldía ya había reconocido que tenía $150 mil millones por pagar; no obstante, se había defendido diciendo que tenía el soporte presupuestal porque hacía falta que los ciudadanos pagaran más impuestos. Sin embargo, lo cierto es que esa suma (aunque existe) depende del recaudo y a hoy no ha llegado en su totalidad a las arcas del Municipio, por lo que por ahora el valor del déficit es incierto, y solo se conocerá cuando la administración de Bohórquez cierre el balance el 31 de este mes.
El nuevo Alcalde no solo no tendrá recursos para invertir en nuevas obras, sino que tendrá que pagar los compromisos que deja pendientes Bohórquez tanto en la banca como en la tesorería del Municipio.
Obras con adiciones
Lucho Bohórquez inició su gobierno prometiendo que sería el ‘alcalde social’ y lo concluyó autodenominándose el ‘alcalde de las obras’.
En total Bohórquez prometió la ejecución de 12 obras y de esas cumplió con nueve.
Por un lado, están las obras que recibió de la pasada administración y que concluyó: El intercambiador de Neomundo (al final tuvo adiciones del 49% de su valor inicial), el Viaducto Provincial (inició costando $96 mil millones y terminó en $134 mil incluida la iluminación) y el Embalse de Bucaramanga, (inició costando $161 mil millones y va en $236 mil millones. Adicionalmente se deben gestionar $85 mil millones relacionados con la segunda fase).
Por otro lado, están las obras que emprendió en su administración. En esas se encuentran las pagadas por valorización: El intercambiador del Mesón de los Búcaros y el de la Quebradaseca con carrera 15; adicionalmente, y bajo otros rubros están el intercambiador del Mutis, el Tercer Carril de la autopista Floridablanca - Bucaramanga (en conjunto con la Gobernación) y el Centro de Convenciones de Neomundo.
Todos esos proyectos tienen un factor en común, fueron adjudicados en medio de denuncias por presuntos direccionamientos y confección de pliegos de condiciones, y la gran mayoría registra atrasos y millonarias adiciones al valor inicial.
La única megaobra que Bohórquez inició en su administración y entregó completamente terminada fue la del intercambiador del Mutis; el intercambiador de la Quebradaseca con 15 y la primera fase del Centro de Convenciones fueron inauguradas pero solo las entregaron parcialmente.
Por su parte, el tramo 7 de la Troncal Metropolitana Norte- Sur (comprende desde la carrera 9 hasta el Parque de Agua), fue entregada con varios meses de atraso y tuvo una adición de poco más de $600 millones.
Los tres proyectos que nunca ejecutó fueron la intersección vial entre la calle 56 y las carreras 33 y 27,el cable aéreo, y la conexión oriente - occidente, esta última será cofinanciada con recursos de valorización.
En este paquete también cabe una licitación por $40 mil millones que el Alcalde adjudicó para mejorar la malla vial de la ciudad, que aunque en varias zonas se implementó, según anuncios del vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras, fue cancelado por incumplimiento del contratista.
Ambulantes que regresaron
Una de las banderas de campaña de Bohórquez fue la recuperación del espacio público; no obstante, tampoco cumplió.
Aunque si bien el operativo de despeje en el Centro de la ciudad fue un éxito y logró sacar a los vendedores ambulantes de ese sector de la ciudad, la victoria solo fue temporal.
Su política de reubicación fracasó y las zonas que se habilitaron para que llegaran los informales no funcionaron, entre otras cosas, porque no recibieron la inversión que se esperaba, y los vendedores se vieron forzados a volver a las calles para subsistir.
En Cabecera, que fue la otra zona que se intervino pasó lo mismo, y el espacio público se volvió a ocupar.
En los demás sectores de la ciudad, los esfuerzos ni siquiera fueron contundentes, y la historia se repitió.
El POT andando y la recuperación de parques
Una de las promesas de campaña que cumplió Bohórquez estuvo por cuenta de la aprobación del Plan de Ordenamiento Territorial, POT, y la protección de los cerros orientales de la ciudad, que con ese documento no podrán ser intervenidos por las constructoras del país.
El POT también estableció el aumento del espacio público por persona y se planteó una meta de 10 metros (la actual es de 4,5 metros). Además, se les obligó a las constructoras a dejar mayor espacio por cada construcción para asegurar zonas verdes.
En términos generales el POT también abrió la puerta para legalizar varios barrios en la ciudad, otra de las promesas de Bohórquez en campaña.
Lucho también recuperó varios parques de la ciudad y los remodeló, proyectos que también expuso constantemente en su campaña.
Las dudas de transparencia
Desde que emprendió los grandes proyectos de su administración y con ello la inversión de los recursos de la ciudad, el Alcalde saliente de Bucaramanga ha sido cuestionado por veedurías, medios de comunicación y sectores de opinión.
No solo la manera en la que licitó las grandes obras de la ciudad fueron denunciadas ante entes de control por presuntas vulneraciones a la ley e irregularidades, sino que la contratación de los refrigerios escolares, que durante gran parte de su periodo quedó en manos de firmas cartageneras, también siguió la misma línea.
La contratación injustificada de personal de prestación de servicios, y la que sería la confección de contratos para ajustar con elevados honorarios la vinculación a su administración de perfiles que no cumplían requisitos para desempeñar varias tareas, también hicieron parte del cuatrienio de Bohórquez.
Las denuncias sobre el apoyo de su administración a candidatos en las elecciones legislativas y territoriales, y el nombramiento de cuotas políticas sin conocimientos técnicos en los altos cargos del municipio para cumplir con compromisos, fueron otros de los cuestionamientos.
Los escándalos que enfrentó fueron tales, que el director del Instituto de Fomento y Empleo de Bucaramanga, Imebú, Cristian Rueda, terminó asegurado por continuar con el ‘carrusel’ de fundaciones en la ciudad.
Adicionalmente, Bohórquez fue señalado de “parcelar” la Alcaldía y de entregársela a los concejales de la ciudad para que tuvieran dominio en cada uno de los despachos.
Crisis en Metrolínea y los piratas al acecho
El resultado de Lucho Bohórquez en lo que respecta a Metrolínea y al transporte informal, distó mucho de lo que prometió.
Por el lado de la 'piratería' si bien la Alcaldía y la DIrección de Tránsito adelantaron operativos de la mano de la Policía y del Área Metropolitana de Bucaramanga , y las multas a los infractores aumentaron sustancialmente (incrementaron de 2012 a 2014 en un 71%), la batalla la perdió la administración.
La derrota fue tal que el nuevo mandatario, Rodolfo Hernández, en campaña tuvo que negociar con los líderes del transporte informal y les prometió que se haría “el pingo” y no los perseguiría.
El hecho de que la lucha contra la informalidad no haya funcionado, estuvo directamente ligada con otra de las promesas: mejorar el servicio de Metrolínea. El sistema integrado de transporte masivo no llegó a la zona norte de la ciudad -la más deprimida-, y aunque se actualizaron los estudios para hacerlo finalmente nada se puso en marcha.
Ese escenario se sumó a la crisis financiera con la que ya venía el sistema, que se acrecentó no solo porque no se llegó al punto de equilibrio para sostenerse, lo que aumentó el hueco fiscal, sino también por los pleitos judiciales que enfrenta (de perderlos significarían $1 billón en pagos según proyecciones de la Contraloría).
El cierre del cuatrienio para Bohórquez en lo que a transporte público se refiere quedó en el peor de los escenarios y la tarifa del pasaje en 2016, para tratar de aliviar la crisis financiera del sistema, aumentará en $250 con respecto a la de este año y llegará a $2.100, es decir, será no solo la más cara del país, sino que además estará por encima de la del transporte urbano convencional, lo que disminuirá su competitividad y, según conocedores en el tema, incentivará el uso de transporte pirata.
Tres emergencias sanitarias
Cuando Lucho Bohórquez se posesionó como Alcalde de Bucaramanga recibió al municipio en medio de una emergencia sanitaria que había sido decretada tres meses antes de su posesión y que se vencía en marzo de 2012, debido a que él y los mandatarios entrantes de los demás municipios que disponían sus basuras en El Carrasco no encontraron una solución en ese tiempo ampliaron esa medida por 18 meses.
No obstante, cumplido ese plazo no dieron una solución, volvieron a aplazar la emergencia y decretaron una tercera, esta vez por 24 meses, que se cumplieron en septiembre de este año.
Aunque a diferencia de la segunda emergencia los alcaldes buscaron diferentes soluciones ninguna fue funcional y por otros 24 meses ampliaron la vida útil de ese relleno sanitario, pese a que existe una orden judicial para cerrarlo.
A hoy no hay una solución clara en el corto plazo para reemplazar El Carrasco.
*Este artículo fue actualizado el 26 de diciembre a las 4:30 p.m. para ampliar y precisar información relacionada con la deuda y el déficit de tesorería.