El No conservador quiere marcar agenda dentro de la renegociación (y su partido)

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Con cartas y reuniones con el Presidente, la triada goda del No quiere pisar fuerte dentro de su partido y hacer contrapeso a los renegociadores uribistas

Con la carta enviada al presidente Juan Manuel Santos por Marta Lucía Ramírez, Andrés Pastrana y Alejandro Ordóñez pidiendo tener un vocero del No en la mesa de conversaciones de La Habana, y la reunión de los dos primeros ayer y hoy con el Gobierno, los tres conservadores muestran su intención de marcar agenda propia dentro de la renegociación, y revivir su voz dentro de su partido.

Según dos de los tres firmantes con los que habló La Silla, la carta tenía la intención de diferenciarse de los otros miembros del No, especialmente los precandidatos uribistas Iván Duque, Carlos Holmes Trujillo y Óscar Iván Zuluaga.

 

Con el Centro Democrático, porque los conservadores del No consideran que los uribistas tienen agenda propia dentro de la mesa (por ejemplo, la semana pasada intentaron reunirse con Enrique Santiago, el abogado de las Farc, pero el encuentro fue cancelado) y la triada azul no quiere quedarse atrás con propuestas.

“Las reuniones que ellos hagan con Enrique Santiago o nuestra carta al Presidente, las entendemos como parte de la individualidad de cada uno y de la autonomía con que hay que actuar en función del interés nacional, sin perjuicio de las preocupaciones que compartimos", le dijo Ramírez a La Silla.

Dentro de los uribistas también reconocen las particularidades de cada grupo aunque, como dijo a La Silla Trujillo, “tratamos de tener coordinaciones en la medida de lo posible” y reconoce que es normal que dentro de la mesa del No también haya distinciones entre los partidos.  

En este sentido, Ramírez también señaló que la renegociación y los siguientes pasos que tomen el Gobierno y las Farc no deben reducirse “a los argumentos del Centro Democrático ni a que allá (en ese partido) tengan tres precandidatos”.

Esta división entre los del No le puede terminar conviniendo al Gobierno, quien desde el principio ha tratado de diluir a Uribe abriendo varios frentes de discusión con los del No.

Sobre todo, porque las propuestas de Ramírez no van contra del corazón y el espíritu de la negociación con las Farc, con lo cual es más viable para el Gobierno -aunque muy difícil en todo caso- incorporarlas dentro de la discusión.

Godos en el Sí y en el No

El trío conservador también quiere distinguirse dentro de su propio partido y que se reconozca que representan una base conservadora que está con el No.

“Hay una unidad en la distinción con nuestras particularidades, pero acá representamos al Partido Conservador”, dijo Ordóñez a La Silla.

En la última carta enviada por Pastrana al Partido sobre el tema del plebiscito, dijo que la posición del directorio de apostarle a la refrendación del Acuerdo “no representa al conservador raso, ni me representa”.

El conservatismo lleva dividido un buen tiempo entre quienes quieren romper cobijas con la coalición y los que apoyan a Santos, una división que se vio de nuevo en el plebiscito.

Mientras que el partido oficialmente se fue con el Sí, Pastrana, Ramírez y el Procurador le apostaron al No. Como ganaron, ahora quieren aprovechar su triunfo para recuperar poder dentro del partido con el argumento de que las bases votaron como ellos (algo difícil de probar).

Es decir, los azules siguen divididos. Pero ahora esa división se vuelve más relevante políticamente porque es el partido que puede terminar inclinando la balanza a favor del uribismo o de la coalición oficial en el 2018.

Con el triunfo del No, Álvaro Uribe parece está buscando una coalición de derecha alrededor suyo. Eso explica que le haya abierto el espacio como voceros del No a Ramírez, Ordóñez, Pastrana y la Misión Carismática en la mesa de renegociación con el Gobierno.

La idea es que una alianza, en segunda vuelta de 2018, de uno de los conservadores con el candidato de Uribe podría asegurarle la Presidencia a ese grupo.

Justamente la existencia de esa posibilidad, sumada a la derrota del Sí, desbancó a Germán Vargas Lleras como el candidato a vencer en dos años. Y también ha creado un incentivo para una inusitada alianza del ministro godo Mauricio Cárdenas y el vicepresidente, que con Cambio Radical también aspira a representar a la centro derecha. 

Para no dejarse arrebatar la bandera de la paz del sector más cercano al uribismo, los conservadores santistas también está pidiendo representación en la mesa de renegociación, pero del lado del Sí.

“Valdría la pena integrar a algunos congresistas o a un representante del Partido a este proceso”, le dijo a La Silla el vocero en el Senado, Juan Diego Gómez, quien agregó que

En ese sentido, la designación del conservador Juan Camilo Restrepo como jefe negociador con el ELN fue un mensaje de apoyo del Gobierno a ese sector azul.

Por ahora los conservadores del No esperan volverse a reunir con Humberto de la Calle, cuando éste vuelva de las reuniones que tiene con las Farc en Cuba para analizar las 445 propuestas del No. Y, según Ordóñez y Ramírez, mantienen el compromiso del gran acuerdo nacional para implementar lo pactado.

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