La idea del comité es mostrar fuerza cuando el Gobierno termine la conversación nacional
El paro reinicia hoy pero le apuesta a marzo
Hoy son las primeras movilizaciones del año, que para el Comité del Paro son apenas un primer calentamiento para su meta: que en marzo haya jornadas como las de noviembre y diciembre. Marzo, cuando estén más organizados, pero también cuando vuelve a sesionar el Congreso y cuando el Gobierno ha marcado el fin de la Conversación Nacional, su gran respuesta al paro.
Así se lo confirmaron a La Silla tres de las cabezas del Comité, que coinciden, por aparte, en que la protesta de hoy es un calentamiento y un mensaje a la sociedad de que el paro no para.
William Agudelo, cabeza de la Asociación Distrital de Educadores y miembro del Comité del Paro, aclara que todo lo que pase antes de marzo es "para ir preparando" ese momento.
Con él coinciden Luis Fernando Arias, consejero mayor de Organización Nacional Indígena de Colombia, Onic; y Francisco Maltés, directivo de la Central Unitaria de Trabajadores, la mayor confederación sindical del país, que puntualiza que lo que organizaron hoy no es una jornada de paro sino un cacerolazo.
Por eso, además de la convocatoria de hoy para mantener viva la movilización, tienen agendada una reunión nacional el 30 y 31 de este mes para definir la agenda de febrero, que puede traer más jornadas de protestas, y el paso a paso para el paro en marzo.
¿Qué tiene marzo?
Las primeras sesiones del Congreso de cada año arrancan el 16 de marzo y terminan el 20 de junio. Son solo tres meses en el que suelen terminar de sacar adelante proyectos que arrancaron en julio del año pasado, o presentar otros que tengan tanta fuerza o urgencia para que pueden salir adelante en corto tiempo.
La apuesta del presidente Iván Duque es que este año en ese período salga adelante una agenda que le podría dar gobernabilidad, y que es ambiciosa en dos sentidos:
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Que aterrice el acuerdo legislativo que está terminando de negociar con la bancada de Cambio Radical, con lo que Duque (y Cambio) tendrían logros legislativos.
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Aunque la agenda no está definida todavía, Cambio Radical presentó un arsenal de proyectos como reformas a la salud y a la justicia, o leyes de consulta previa y de cielos abiertos para facilitar la aprobación de rutas aéreas. Si Duque logra negociarla, Duque conseguiría los 16 votos del partido de Vargas en Senado, con lo que obtendría una mayoría absoluta allí, y otros 32 en la Cámara (donde le faltan 29). Así, aseguraría sacar adelante sus proyectos en el Congreso.
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Que sirva de respuesta al descontento que alimenta las movilizaciones, pues la propuesta de Duque es que la conversación nacional sirva para “edificar un camino significativo de reformas”, como dijo en la alocución en la que la presentó. Si consigue concretarla, ganaría legitimidad en la calle incluso manteniendo su negativa a negociar directamente con el comité del paro (con el que se reunió pero no abrió una mesa para negociar).
La dificultad es lograr que las dos agendas coincidan, ya que representan dos miradas distintas del país y sus necesidades.
Y si bien la de Duque no necesariamente es idéntica a la de Cambio, sus posiciones ideológicas son cercanas y, sobre todo, cerrar ese acuerdo le resulta indispensable a Duque para ganar gobernabilidad en el Congreso.
La distancia entre la agenda de Cambio Radical y la de la movilización en la calle se nota en el tema de la consulta previa. Mientras los afros e indígenas, dos sectores que están en el paro, buscan una consulta amplia y que les de mucho poder, Cambio y Vargas llevan años liderando proyectos para regularla y acotar su injerencia para poder sacar proyectos de infraestructura de manera más ágil.
Algo similar puede pasar con la reforma a la salud de Cambio Radical, que mantiene las criticadas EPS (Duque no tiene una propia, pero su visión de un Estado pequeño encaja con mantenerlas).
Por eso, en los dos meses que vienen probablemente haya un pulso sobre la fuerza y vigencia del sacudón que dieron las marchas del año pasado, con el Gobierno buscando mostrar que no fue tanto, que el comité no es el vocero de los cacerolos y que su conversación nacional con sectores que van mucho más allá de ellos soluciona lo necesario, y quienes impulsan el paro señalando lo contrario.
Esa carrera entre la conversación nacional y el paro para ver cuál llega con más fuerza al 16 de marzo quedó patente en una pancarta en plena Plaza de Bolívar, a donde llegarán los manifestantes hoy
Propaganda gubernamental en la Plaza de Bolívar. Hay que recordar que la firma del Convenio de Escazu y otros cambios en la política social son producto de la movilización que quieren adjudicar a la conversación. #21EelParoSigue pic.twitter.com/61WnxUumdy
— Clara López Obregón (@ClaraLopezObre) January 21, 2020