El plebiscito deja en cuidados intensivos la futura tributaria
Foto: banrep.gov.co
La derrota del Sí en el plebiscito, además de dejar incertidumbre sobre la negociación con las Farc y darle un golpe durísimo a la gobernabilidad de Juan Manuel Santos, pone en aprietos a la economía. Sobre todo porque la reforma tributaria que tiene que presentar el Gobierno esta semana o la siguiente se puede embolatar.
Esa reforma es indispensable para mandar una señal de seriedad fiscal: las agencias calificadoras internacionales, que a través de la valoración que le dan a la deuda de los países hacen que sea más o menos costoso endeudarse, dijeron hace algunas semanas que mantenían el grado actual de inversión de Colombia sujeto a que hubiera tributaria.
Además, el Gobierno lleva meses prometiéndola, el ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas ha hablado de una reforma estructural para que dure 20 años más, y muchos empresarios la están esperando con la expectativa de que reduzca el impuesto de renta a las empresas.
El problema es que el margen para pasarla ahora es mucho menor.
Por una parte, porque quedó muy golpeado el liderazgo político de Santos, que se ha jugado todo su capital político en la negociación con las Farc y acaba de ser derrotado en las urnas. Con esa derrota política encima, no es fácil pedirle al Congreso que saque adelante la reforma.
Y es que está tan claro que va a ser políticamente costosa que, aunque no se conoce su texto ni sus detalles, el Gobierno postergó su presentación hasta después del plebiscito porque está claro que va a incluir punto muy impopulares.
El más notorio de lo que se ha discutido hasta ahora, porque estaba incluido en el informe de la Comisión de Expertos que conformó el mismo gobierno como insumo para la propuesta, es el aumento del Iva. También se ha hablado de poner a más personas a declarar renta, lo que aunque no implique que paguen más, si les pone a hacer un trámite extra.
Por otra, el pronunciamiento de Álvaro Uribe después del resultado dejó ver su oposición a la reforma: “"El riesgo de perder el grado de inversión no se evita con más impuestos", dijo. Y ahora que está recargado con la victoria en el plebiscito, esa voz tiene más fuerza. Sobre todo porque seguramente contará con la adhesión en este punto de partidos como el liberal y el Polo, como mínimo.
Por eso tres altos funcionarios del Gobierno y tres directivos gremiales coincidieron diciendo que pasar la tributaria va a ser muy difícil, e incluso es posible que Santos no la presente.
El problema de eso es la posición de las calificadoras. De hecho, La Silla supo que mañana a primera hora Cárdenas tendrá una conferencia telefónica con las calificadoras con el fin de explicarles lo ocurrido, tranquilizarlas y reiterar su compromiso con la disciplina fiscal. Falta ver cómo le va.
Si a Cárdenas le va mal, el impacto en la economía se puede sentir mañana mismo, pues el Gobierno proyectó gastar 54 billones de pesos (casi 1 de cada 4 de sus gastos y casi el doble de lo que piensa invertir en todos los sectores) en pagar deuda en 2017, pero esa cifra se subiría si las agencias la quitan el grado de inversión al país. Además, espera endeudarse en 51,6 billones de pesos, lo que sería más difícil o más caro de conseguir en ese caso.
Y si al Ministro le va bien y las agencias siguen tranquilas, igual falta el camino espinado de pasar una reforma por el Congreso, con el uribismo empoderado y las finanzas públicas presionando.